sábado, 28 de junio de 2014
martes, 24 de junio de 2014
A LOS DOMINICOS LES GUSTA EL FÚTBOL
2. Enrique Calvete-consejero R.C.DEPORTIVO-
3. Inocencio
4. Padre Alejandro
5. Padre Francisco Iparraguirre
6. Sra. Pascual-Presidenta Cofradía del Rosario
7. Tino Fernández-Presidente R.C.DEPORTIVO-
8. Dani Ramos-consejero R.C.DEPORTIVO-
9. Padre Hidalgo
10. María Luisa-Vice-presidenta Cofradía del Rosario-
El amigo Inocencio Fernández nos envía esta serie de fotos donde se recoge el solemne acto de la ofrenda del ramo de flores que hace el Deportivo de la Coruña a la
Virgen del Rosario, patrona de la ciudad, con motivo del ascenso del club a Primera
División. Hemos seleccionado las más significativas y en la foto principal figuran
todos sus personajes identificados. El Padre Iparraguirre de 83 años de edad estuvo de profesor en Corias. Yo en estos momentos no me recuerdo de él, pero seguro que algunos compañeros sí lo recordarán y reconocerán. En la foto final de la entrega del ramo de flores,
seguro que la mayoría de los lectores que sean aficionados al fútbol, no
necesitarán ayuda para saber de quiénes se trata.
Esta grata aportación por parte de Inocencio, la hace principalmente, como enriquecimiento del Blog, pero también con la sana intención de que tomen buena nota, tanto el
Sporting como el Real Oviedo y procuren salir de ese letargo ascensional en el que están
inmersos y que ya llevan demasiado tiempo.
B.G.G. bloguero "Prior"
P. D. Mensaje enviado recientemente por Inocencio: "Buenos días,compañeros,amigos,etc,hace unos días le proporcioné a CHARO,Vda. del bien querido LIZARBE,unas fotos que tomé en el acto de la ofrenda a La Virgen del Rosario de La Coruña,PATRONA DE LA CIUDAD,por parte de el DEPORTIVO,con motivo del ascenso a la Primera División,el resultado es este,...que os guste !!!!!!!!!!
Inocencio" : http://youtu.be/TVVq8hDdWgU
P. D. Mensaje enviado recientemente por Inocencio: "Buenos días,compañeros,amigos,etc,hace unos días le proporcioné a CHARO,Vda. del bien querido LIZARBE,unas fotos que tomé en el acto de la ofrenda a La Virgen del Rosario de La Coruña,PATRONA DE LA CIUDAD,por parte de el DEPORTIVO,con motivo del ascenso a la Primera División,el resultado es este,...que os guste !!!!!!!!!!
Inocencio" : http://youtu.be/TVVq8hDdWgU
domingo, 22 de junio de 2014
ARTE POPULAR EN LAS CALLES DE PUERTO DE VEGA
Como medida paliativa y puntual a este periodo de estiaje, o “standby” , por el que está pasando nuestro Blog, aprovecho
para mostrar estas fotos tan bonitas que me ha enviado esta tarde Víctor Gión por WhatsApp , donde se
recoge el trabajo y la dedicación de todo
un pueblo del occidente asturiano, para engalanar
sus calles solo por unas horas, de una
forma tan artística como vemos en estas
alfombras de flores , hechas con motivo de la celebración de la festividad
del Corpus Christi.
Sé que en algunos otros pueblos de la geografía nacional, que
también hacen estas mismas decoraciones florales callejeras, la duración de estas
exposiciones es efímera del todo pues, nada
más que pasa la procesión, ya los
transeúntes pueden pisar sobre algo tan elaborado y tan bonito. Da pena que algo tan cuidadosamente preparado y hecho
con tanto mimo y entusiasmo dure tan
poco, pero ya sabemos que todo lo bello suele ser efímero.
Espero que Víctor nos
haga algún comentario al respecto, de
los amplios que él suele hacer, en los que aporte más datos concretos de esta
festividad, para complementar estas originales y bonitas estampas florales
asturianas.
B. G. G. bloguero “Prior”
CIRUELAS ENANAS
A lo largo del itinerario que
hacemos habitualmente durante los paseos
mañaneros por las riberas de los ríos, como ya son varios años los que llevo
practicando, he podido localizar algunos árboles bravos, de los que no han sido
injertados; es decir, se trata de frutales
silvestres como maguillos (manzanos) y ciruelos enanos, de los que han salido
ellos solos espontáneamente, sin la más mínima intervención de la mano del
hombre y, casi todos los años, llegado el mes de julio, como están bastante
camuflados por abundante vegetación circundante, no son localizados por muchos
de los paseantes y con un poco de suerte puedo probar y degustar con gran
deleite sus sabrosos y bravíos frutos.
Bueno, creo que lo he dicho muy
pronto pues, eso sucederá si los dejan
que cumplan y que maduren en el árbol, porque hubo años que, aunque el frutal estuviese cargado hasta más no poder, todavía con el fruto a medio hacer, verde rabiando, ya llegaba el listo de turno con la típica bolsa de plástico y no se
conformaba con coger unas pocas no, arrasaba con todas y aún estando así tan verdes que, con toda seguridad se le
habrán estropeado la mayoría, dejaba el árbol completamente esquilmado y pelado.
Este año todavía no sé lo que
pasará, pero lo vengo observando desde que floreció y me gusta cada día que paso a su altura, mirar
para él y ver cómo va cambiando de aspecto
según trascurren los días porque, si el
árbol estaba precioso en el mes de abril
en plena floración, también lo está ahora en estos días preveraniegos en los que
luce orgulloso sus ramas repletas de vistosos y atractivos frutos. Las tres
fotografías que vemos, aunque son de partes diferentes, corresponden al mismo árbol y en la primera de
ellas podemos apreciar cómo estaba el
árbol esta primavera cuajado de hermosas
flores blancas y, aunque en aquellos días no hizo un tiempo muy soleado, ni muy propio
para que los insectos saliesen y visitasen las flores a menudo, que es lo que facilita
el “milagro “ de la fecundación, al llevar en sus patas y cuerpo el polen masculino que necesitan las flores femeninas para fecundarse
y poder fructificar, está el árbol muy cargado de fruto.
De todos modos, se ve que el viento también ha
hecho su buena parte en esto de la polinización
para la fecundación y a la vista de cómo está el árbol, este año si no se malogra, que ya no tiene
porqué a estas alturas que estamos, puede ser un buen año de ciruelas. Al menos para estos arbolitos
silvestres que dan esos frutos pequeños
de tamaño pero tan genuinos y ricos de sabor, por no haber tenido aportación de nutrientes minerales de origen químico, ni de tratamientos
con pesticidas.
Así pues, si no se nos adelantan
los avaros de siempre, que se llevan a “rapaturrón” todo lo que encuentran a su
alcance, a mediados de julio
aproximadamente, podremos degustar un año más alguna de estas frutillas tan
deliciosas que bien podríamos llamarles mostrencas en cuanto a que no conocen dueño declarado. Son patrimonio de todos.
B. G. G. bloguero “Prior”
martes, 17 de junio de 2014
POR QUÉ DECIMOS (VIII y IX)
¿Por qué se dice ojalá?
Así
que la palabra siniestra, que significa un lugar, un lado, pasó a convertirse
en una palabra maldita.
Cómo
no había ninguna palabra en castellano para denominar ese lado, se buscó en
otra lengua otra palabra que necesitábamos y se cogió del vascuence la palabra
izquierda, y siniestra quedó relegada a ser una palabra horrible.
Pepe Morán. Dominico-ex
P. D. El “Prior” con el permiso de
Morán va a añadir un por qué a esta entrada, que no sabe muy bien lo que quiere
significar y que consiste en llamarle a alguien “membrillo”. Hace poco
escuchando una canción de la banda Héroes del Silencio, he comprobado que en la
letra de una de sus canciones más populares, "Entre dos Tierras", aparecía la frase: “no seas membrillo”. También recuerdo que lo utilizaba frecuentemente, el personaje del Jueves Makinavaja, cuando se
dirigía a sus compinches: el Popeye y
el "Moromielda", pero creo que lo hacía para llamarles pardillos e incautos. Aunque, bien pensado debería ser sinónimo de tosco y rústico por semejanza a la pulpa del membrillo que, si se come cruda
resulta dura, desaborida y áspera. Pero realmente, no
sé si es así, o no.
sábado, 14 de junio de 2014
domingo, 8 de junio de 2014
TOLEDO Y EL GRECO
Lo prometido es deuda…aunque no
siempre se cumpla.
Toledo, todo el mundo lo sabe, está a tiro de piedra de
Madrid. Más cerca aún desde que un Ave lleva a través de la llanura, estos días
cuajada de amapolas y cereales que ya amarillean, de una ciudad a otra en escasa
media hora.
Toledo siempre atrae, y somos muchos los que buscamos
cualquier excusa para regresar. Este año el pretexto es perfecto, se conmemora
el IV centenario de la muerte de El Greco y con ese motivo han montado una
gran exposición que, en distintas sedes, reúne unas cien obras, no solo
pinturas, de este autor. Además de las permanentes en la ciudad reúne las
cedidas para esta ocasión por unos treinta museos o instituciones de distintas
partes del mundo. Difícil resulta que se vuelva a presentar ocasión similar
para admirar tantas obras de este pintor en un mismo día.
Por si alguien tiene posibilidad, y la intención, de visitar
la exposición en los próximos días,- tendrá que darse prisa pues varias sedes
cierran sus puertas el 14 de junio- intentaré comentar, de la forma más breve
que me sea posible, una visita realizada la pasada semana.
La forma más cómoda y rápida para llegar, ya lo he dicho
antes, es el tren, evita además los casi insolubles problemas de aparcamiento.
Al llegar por este medio de transporte conviene plantearse de qué forma subir,
también aprestarse a disfrutar desde abajo las magníficas vistas de la
histórica ciudad. La estación de tren, no podría ser de otra manera, se
encuentra en la parte baja, y un importante desnivel la separa del casco
antiguo a visitar.
Para subir se pueden barajar varias opciones: a pie, subida
muy agradable si se dispone de mediana condición física, en ascensor- para
llegar a él es necesario dar una caminata hasta la base de la ciudad- o bien en
autobús o taxi, éstos abundan en la puerta de la estación. El coste de un taxi
hasta Zocodover suele ser el mismo
que el del billete de autobús para dos personas. Si se viaja acompañado la
elección debe ofrecer poca duda. A los colegas de Asturias que, supongo, vienen
con vehículo propio poco o nada les puedo aconsejar sobre por qué puerta entrar
y lugar donde aparcar. Hace muchos años que no llego a Toledo por ese medio de
transporte.
El Toledo antiguo se encuentra sobre un escarpado
promontorio cortado por un profundo tajo, que lo separa de los Cigarrales, inferido por el Río Tajo. Pero
el río no rodea por completo la ciudad y su curso se demora silencioso por el
profundo barranco. Quizá pensando aún, después de tantos siglos, la forma de
cerrar el círculo y poder abrazar toda la ciudad con su gargantilla de plata.
Donde no existen murallas naturales se conservan las
levantadas por el hombre. Murallas jalonadas por unas cuantas puertas que
cerraban el paso a los enemigos y lo franqueaban a los pagadores de arbitrios. Puerta de Bisagra, del Sol, Cristo de la Luz , Alcántara son algunas de ellas.
Vista desde la base y recorriendo sus callejuelas de casas
medievales, en casos bien conservadas, esta ciudad mitiga la envidia que provocan
tantas otras ciudades europeas que guardan, también con las edificaciones,
celosamente su historia. Solo un pero, el incesante tráfico de vehículos que
obliga a los viandantes a situarse de espaldas a la pared, al tiempo de vigilar
los dedos de los pies, para permitir el paso al inoportuno invasor.
La sucesión de iglesias
-éstas llevan ventaja por pertenecer a la religión dominante durante los
últimos IX siglos- sinagogas y mezquitas
hablan de Toledo como un crisol de gentes y culturas que invita a los puristas
de la raza a mirarse el ADN. (Por no decir aquello escrito por Pérez Galdós “Así lo nuevo se había edificado
sobre y entre los restos de lo antiguo en confuso amasijo, como la gente
española se desarrolló y crió sobre despojos de otras gentes con mezcladas
sangres, hasta constituirse como hoy lo está” Episodios Nacionales-Zaragoza)
La exposición de El
Greco integra al Museo de Santa Cruz
y otros cinco Espacios Greco. Otro más se encuentra en el
cercano pueblo de Illescas. Al
visitar este último, yo no lo hice,
surge la posibilidad, si la tarjeta de crédito lo permite, de comer en
uno de los mejores restaurantes de España: El
Bohío. Solo en una ocasión, hace ya años, tuve ocasión de comer allí,
aunque no disfruté mucho por tratarse de una comida de trabajo.
Las entradas para las distintas sedes de la exposición se
deben sacar por Internet y es imprescindible reservar hora para acceder a Santa Cruz y Capilla de San José, tarea que
va resultando complicada por estar ya todos los horarios saturados. Estos dos
espacios cierran el 14 de junio, mientras los demás, excepto Santo Domingo que
cierra el 23 de junio, permanecerán abiertos hasta el 31 de diciembre.
La mayor parte de obras expuestas, y casi todas las
procedentes de otros museos, se encuentran en Santa Cruz, entre ellas el famoso Caballero de la mano en el pecho, cedida por el Prado y Vistas de Toledo traída desde EE.UU. También
se proyecta un interesante documental.
San José es una capilla de propiedad privada. En ella dos grecos
forman parte del precioso retablo, uno de ellos San José y el Niño. Hasta principios del pasado siglo otros dos
grecos, hoy sustituidos por copias, adornaban los laterales de la capilla.
Fueron vendidas, quizá por un puntual problema de liquidez, a un museo de
Washington. Afortunadamente, para esta ocasión, han regresado y se pueden
contemplar en otro punto de la exposición.
Al resto de sedes se
puede acceder con la entrada sin necesidad de reservar hora, eso sí, lo
probable es tener que aguardar larga cola. En la Sacristía de la Catedral se encuentra el Apostolado completo además de otras valiosas pinturas. De disponer
de energía y tiempo se puede aprovechar para visitar el interior y claustros de
la catedral, pero, al tratarse de una obra tan “apabullante”- no se me ocurre
otro calificativo por la grandiosidad y el valor artístico que encierra- hay
que echarle mucho valor, y tal vez resulte más apropiado dedicarle por entero
una próxima ocasión.
En Santo Domingo
Antiguo se exponen cuatro pinturas, y más obras, no solo pinturas, en Hospital
Tavera- para llegar a este noble edificio situado al final de un frondoso
parque, con preciosos paseos cubiertos por glicinias, es preciso descender de
la ciudad-. Por eso resulta aconsejable dejarlo para el final del día. Así, después
de la visita, se puede descansar y tomar algo apetecible en una de las terrazas
instaladas en el parque. De no querer caminar más, el día puede resultar
agotador, allí mismo existe una parada de taxis para acercarse a la estación.
Dejaba otra de las sedes, visita siempre obligada en Toledo;
Santo Tomé, con la pintura quizá más
famosa de El Greco; El Entierro del Conde
Orgaz. Al contemplar esta pintura recordé una novela, “novela histórica”
leída hace tiempo: El Laberinto, de Mújica Laínez. En ella, al tiempo de
narrar la vida de Ginés de Silva, el
muchacho que aparece en la parte inferior del cuadro, se describe a un Greco muy terrenal, alejado de la imagen
fabricada sobre él, de un ser atormentado y en extremo piadoso. Parece ser que
sus tormentos venían más bien provocados por la tacañería de los poderosos, en
especial de los eclesiásticos, para pagarle los trabajos que le encomendaban.
No debía ser fácil exigir el pago por los trabajos realizados a los que
manejaban la pira del Santo Oficio.
Esta novela, cuando
la leí, me pareció una aportación muy valiosa para una aproximación al Siglo de Oro español. Intentaré
recuperarla.
Resultaría presuntuoso y una temeridad por mi parte intentar
hacer una valoración de la obra de El
Greco. En librerías, también en Internet, existen multitud de estudios de
expertos a los que podemos tener acceso. Por ello daré un giro hacia otro tema,
más prosaico, pero también atractivo.
Para algunas personas, yo entre ellas, el tema de la gastronomía
forma parte importante del éxito de cualquier viaje. Más cuando permite
apreciar los productos locales. Me declaro partidario de ese movimiento de
restauradores, cada vez más extendido,
llamado kilómetro cero.
En Toledo, si se huye de los comederos para turistas,
siempre se come muy bien. La referencia del buen comer desde hace muchos años,
sin menospreciar a otros excelentes establecimientos, ha sido y continúa siendo
Adolfo. Pero Adolfo es para comidas
reposadas, sin el agobio de tener que recorrer sucesivas sedes de exposición, y
además es caro, el precio medio suele rondar los setenta euros por comensal.
Afortunadamente han tenido la feliz idea de abrir otro local, mezcla de
cafetería y bar de tapas, con decoración un tanto minimalista, llamado Catedral. Está situado en la esquina que
forman las calles Nuncio Viejo y Hombre de Palo. En este local se puede comer
casi igual de bien que en la casa madre, pero por menos de la mitad de precio.
Ofrecen platos bien elaborados, puedo dar fe de ello, como ensalada de perdiz
de tiro, brandada de bacalao, risotto manchego o carrillada de ternera con
lascas de patata. Que nadie se asuste, no soy tan glotón, todos fueron
compartidos, excepto la carrillada, ésta fue toda mía, el gusto por la carne
melosa no siempre es compartido. Ofrecen un tinto joven, Adolfo Colección, elaborado en la bodega del cigarral propiedad de
este grupo hotelero que, aunque joven y sin pasar por barrica, estoy seguro que
recibiría el aprobado de Alfredo, experto sumiller del blog.
Después de la comida, al dirigirnos a Santa Cruz, donde teníamos pase para las 15.00 horas, nos dimos de
bruces con el flamante recién elegido eurodiputado Sr. Cañete rodeado por un
pequeño grupo de incondicionales. Estaría, supongo, relajándose de la fatigosa
y accidentada campaña electoral, o celebrando la pírrica victoria.
Cuando atardecía, y la ciudad vista desde abajo parecía una
maqueta de bronce a la que los últimos rayos de sol arrancaban destellos
dorados, tomamos el tren para regresar a Madrid.
Ulpiano Rodríguez
Calvo
viernes, 6 de junio de 2014
LA ALCAPARRA
En nuestro reciente viaje por tierras
granadinas, una mañana nos encontrábamos paseando por la capital a orillas del Darro, y
después de recorrer el Paseo de los Tristes, nos allegamos hasta el Mirador de
San Nicolás como lugar privilegiado para
poder contemplar la Alhambra de cerca durante un rato, frente por frente y, aunque
el momento no coincidía ni con salida ni
con puesta de sol, era lo mismo pues, la visión de semejante monumento siempre
resulta de lo más gratificante aunque uno lo haya visto cientos de veces. Dentro de la multitud de gente que por allí
deambulaba, farfullando en idiomas extraños al menos para nosotros, a modo de torre
de Babel, apenas había un banco libre donde poder sentarse y después de esperar
un buen rato y gracias a que un nutrido grupo de japoneses agotaron por
completo las baterías de sus cámaras digitales de tanto disparar a todo lo que
tenían delante, logramos ocupar un robusto banco de piedra. Muy próximas a nosotros estaban sentadas dos señoras, éstas eran del país, y charlaban
animosamente sobre un tema de salud que, a juzgar por el tono y volumen de su
conversación, parecía que sus puntos de vista
no eran muy coincidentes. La discusión estribaba sobre las propiedades
medicinales de la alcaparra y, coincidentemente, acababa yo de hacerle una foto
a la planta que encabeza esta entrada y que vegetaba en un pequeño hueco del
paramento exterior de un muro de piedra.
La alcaparra como la mayoría de
nosotros sabemos, es una planta rastrera mediterránea y poco conocida en el
norte, pues prefiere los climas cálidos y cercanos al mar para extender sus
largos tallos por los taludes de los terraplenes de las pistas y carreteras y también en
cualquier acumulación de tierra que haya sido removida previamente. En la
provincia de Almería abunda muchísimo como planta de origen silvestre y de
generación espontánea, pero hoy en día también se cultiva en parcelas de forma
intensiva, aunque tengo entendido que las partes florales comestibles no presentan los mismos caracteres
organolépticos que las silvestres. Las alcaparras que se comen encurtidas, en
sí no son otra cosa que las propias flores de la planta cuando son de tamaño
pequeño y recogidas antes de que salga el sol y de que abran sus sépalos y pétalos.
Estos capullitos una vez metidos en
vinagre junto a otras yerbas, se convierten en unas bolitas verdosas de sabor
ácido-salado muy característico que son muy utilizadas y apreciadas para la
elaboración de pizzas, ensaladas y todos
aquellos platos de sabor mediterráneo en los que predomine lo ácido. También
están los frutos de la alcaparra, llamados alcaparrones, que son una especie de
pepinillos y que también se consumen
como encurtidos.
Una de aquellas dos señoras decía
que su médico de cabecera le había recomendado que consumiera alcaparras con frecuencia pues le vendrían muy bien para el
buen funcionamiento del hígado y también para prevenir los retortijones de
vientre ya que era tendente a padecerlos. Sin embargo, la otra mujer mantenía
todo lo contrario y decía que a ella, le había dicho repetidas veces su
endocrino, que se alejase de las alcaparras ya que, dadas sus dolencias
hepáticas, el consumo de estos encurtidos podrían agravarle bastante su delicado
estado. A la defensora de las alcaparras no le convencía demasiado el
diagnóstico del otro médico, por muy endocrino que éste fuese, y dudaba de su
sapiencia. La recetada por el endocrino, estaba un tanto contrariada por la incredulidad
de la otra y le contestó: pues yo no me fiaría mucho de eso que te ha dicho tu
médico ya que, sabes tú muy bien que no tiene la misma validez lo que te recomiende un endocrino que lo que
te pueda decir un simple médico de
cabecera. Los endocrinos estudian muchos más años que los médicos que solo se
dedican a recetar pastillas. A pesar de los argumentos expuestos la defensora
del médico de cabecera volvió a insistir y dijo: estás muy equivocada, el médico de
cabecera es mucho más conocedor de lo
que le pasa al paciente que el endocrino, porque el de cabecera está viendo al
enfermo más a menudo y sabe lo que le pasa, sin embargo el otro solo le ve de vez en
cuando ¿Por qué piensas tú que se le llama así?, porque está siempre a su lado;
de ahí el nombre de médico de cabecera. La verdad era que hasta cierto punto, era
razonable lo que la señora exponía acerca de su médico habitual, asignándole una
sabiduría muy por encima de cualquier otra especialidad.
Esta mañana me acordé de la
conversación de aquellas dos señoras pues, en la
hoja del Taco venía el siguiente título:
“El recto regio de los egipcios”. Y decía que ya en el siglo XIII a. C., esta
civilización daba mucha importancia a la función intestinal pues, cuando ésta funcionaba mal, eso ya suponía motivo suficiente como para
desencadenar el malestar general del cuerpo. Por eso en la corte del faraón
había un médico que se encargaba única y exclusivamente del “recto regio” y,
aunque el nombrecito se las traía, bien mirado y dada la situación del punto a
vigilar, resultaba bastante más acertado
llamarle así, que médico de cabecera. De todos modos, según las señoras de
Granada, parece obvio que, si los egipcios le dedicaban tanta atención a
semejante parte del cuerpo, eso quiere decir que en aquellos tiempos aún no habían
descubierto las excepcionales propiedades que posee la alcaparra para prevenir los
retortijones de vientre.
B. G. G. bloguero “Prior”
jueves, 5 de junio de 2014
domingo, 1 de junio de 2014
DIVAGANDO POR CABO DE GATA
Nubes y lluvia en el Norte mientras sol y viento se enseñoreaban del Sur. Entre los dos
extremos, ni para ti ni para mí: variable, decía la mujer del tiempo desde la
pantalla de televisión un día cercano de mayo.
Por el Cabo de Gata el mar era un campo de intenso azul que
el arado del viento había labrado con surcos blancos.
Dicen, y salta a la
vista, que la sequía azota esta tierra con una impiedad no vista hace más de
cien años. Las escasas hierbas son solo crujientes briznas semienterradas en el
polvo y las matas de esparto se han despojado hace tiempo de su siempre dudoso
verdor. Resulta casi vano el esfuerzo de las espaciadas retamas y adelfas por
pintar de algún otro color los cerros pelados y las quebradas resecas. Solo
escasos algarrobos y algunas palmeras sobrevivientes al picudo rojo, junto a los
grandes matojos formados por los azufaifos, espinosos ovnis depositados sobre
los pedregales, aportan algo de verde contraste.
Pero estas abruptas montañas del cabo, nacidas de antiguos
volcanes, que parecen arrojarse al mar, huyendo del otro mar, el de los
plásticos de los invernaderos, tienen su momento de esplendor cuando el sol,
antes de irse a dormir tras las cimas
que dan cobijo a La Alhambra
de Granada, deposita sobre las desoladas laderas un baño de oro bruñido por sus
rayos.
Cierto es que abunda
más color, sobre todo rojo y verde. Pero son colores ocultos bajo la cubierta
de invernaderos cercanos. En ellos se multiplican tomates, pimientos, berenjenas
y otras plantaciones alimentadas por el agua subterránea que, donante
vergonzosa, les brinda la cercana Sierra Nevada. También bajo el azul del mar
predomina el color verde; las praderas de posidonia, por ellas, además de peces
y el tan preciado manjar que es la gamba roja, aún se pasea alguna tortuga
boba. Menos probable es, está en peligro de extinción, que les haga compañía la
casi desaparecida foca monje.
Ésta es sin duda una tierra hermosa que, honesta, no oculta
su pasado y presente trágico. Si difícil y dura fue la vida de quienes la
habitaron durante generaciones- Juan Goytisolo, a mediados del pasado siglo, lo
relató con magistral realismo en “Campos de Níjar”- ahora, con cadencia cruel,
sus playas acogen los cuerpos de aquellos que buscando una vida mejor se confían
a un mar que les recibe con el abrazo de la muerte. La culpa, por todos conocida,
no la tiene el mar, sino aquellos que desde lujosos y lejanos despachos
gobiernan el mundo como si fuera su cortijo privado.
Esta construcción, que por desgracia abunda, es icono de los
desmanes urbanísticos cometidos en España. Se ha erigido en símbolo de incuria
y codicia, de la connivencia entre
promotores inmobiliarios y Administración. A todos los niveles: central,
autonómica, municipal y judicial.
Se dejó, se autorizó, construir este monstruo en un espacio
protegido, El Parque Natural de Cabo de Gata. Al ser denunciada la ilegalidad
un tribunal de justicia dio la razón a los denunciantes ordenando su derribo.
Desde entonces, hace ya años, comenzó un baile de recursos que aún perdura y el
bochornoso juego de pasarse la pelota entre las distintas administraciones y la
empresa constructora. Ésta reclama, en caso de derribo, una jugosa
indemnización de muchos millones de euros que, es evidente, debieran salir de
nosotros, los contribuyentes.
Ni en la vergonzosa
Ley de Costas aprobada recientemente por el gobierno actual parece tener cabida
tan anómala construcción, y, hasta la fecha, ningún funcionario o político
asumió su responsabilidad por la licencia concedida. Por supuesto, nadie ha
dimitido.
Una parte importante de los vecinos de Carboneras, en
paralelo a este devaneo político-especulativo, viene reclamando la finalización de las obras
y la apertura del complejo hotelero. Nada extraño si se tiene en cuenta que el
paro en la zona afecta a más del 50% y
que desde hace muchos años son víctimas de otras herencias más envenenadas. A
la entrada en la población, por la carretera que viene desde de la Playa de los Muertos-
preciosa y agreste playa de aguas cristalinas y arenas blancas- surgen
monstruosas instalaciones industriales legadas por el desarrollismo de mediados
del pasado siglo. Una térmica y una cementera compiten, cuando no se encuentran
paralizadas por la crisis, echando espesos penachos de humo por sus gigantescas
chimeneas.
La actitud de los vecinos a favor de la legalización del proyectado
hotel trae a la memoria el antiguo dicho, tan corriente entre los trabajadores
de la construcción arremolinados en torno a la humeante fogata en las mañanas
de recia helada: “más vale humo que escarcha” Pero también lleva a preguntarse
¿por qué tantas personas están siempre
condenadas a elegir entre el humo y la escarcha o cosas aún peores?
Unos kilómetros más arriba, en una planicie entre montañas,
se encuentra semiderruído
y acosado por el
abandono, la maleza y las alimañas el Cortijo del Fraile. Un lugar de
cautivante belleza donde ocurrieron los
hechos sangrientos que inspiraron a García Lorca sus Bodas de Sangre.
Solitario y aislado por la indolencia y desinterés de la
propiedad y la administración pende sobre él la amenaza convertirse en un montón
de escombro y barro. Cierto que no tiene acceso fácil y que el mar no muere a
sus mismos pies como ocurre con el engendro levantado en el Algarrobico. Pero
bien se podía acondicionar y asfaltar el camino de herradura que lleva a
Rodalquilar al tiempo de reconstruir el histórico cortijo. Si no tienen ideas
sobre qué hacer con el recuperado edificio que viajen a Asturias, a Corias en
concreto. Aunque el punto de partida sea muy dispar y poco tenga que ver ya que
en Corias se partió de un antiguo, pero aún robusto, monasterio para conseguir
un magnífico parador, mientras en El Fraile se partiría de las ruinas de un
antiguo cortijo, el resultado final, encomendada la obra a un arquitecto, como
el que intervino en Corias, con sensibilidad para unir lo histórico con lo
funcional, no cabe duda que el resultado sería igual de maravilloso.
Así se recuperaría un edificio y un paraje histórico al
tiempo de generar puestos de trabajo.
Más pequeño,
respetando su estructura actual y sin añadidos de nuevas edificaciones ni de
esos campos de golf tan queridos por los especuladores, resultaría mucho más
acogedor que el merengue agujereado levantado en lugar prohibido sobre la playa
del Algarrobico - De éstos hay cientos, vacíos gran parte del año, por toda la
costa-. El Cortijo de Fraile sería un lugar ideal para disfrutar, dar, y
recibir amor, cuyo único vínculo con odios y sangres sería el recuerdo de los versos de Federico.
Los afortunados huéspedes estarían un poco más alejados del
mar pero un poco más cerca de la luna…En fin, divagaciones, tal vez
disparatadas y, quizá, no muy del gusto de ambientalistas y puristas lorquianos,
surgidas al recorrer este rincón extremo de la maltratada pero insumisa
península ibérica.
Ulpiano Rodríguez Calvo
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