lunes, 10 de mayo de 2010
Nuevo álbum de fotos, Corias 2
Hola amigos: Gracias a la generosa y eficiente colaboración de Miguel Ángel Vázquez y de José Antonio Ramos, os presento otra serie de fotos tan entrañables como las anteriores; espero que cunda el ejemplo para el resto de compañeros que tienen conocimiento de la existencia del blog, y que tienen fotografías de entonces en casa; que piensen que la mejor forma de disfrutarlas, es ponerlas a disposición de todos los antiguos alumnos de Corias que son asiduos al blog.
Veréis que en algunos pies de foto no se mencionan a todos los miembros. Aunque Miguel Ángel me envió bastantes nombres, me ha sido imposible completar algunos de los que faltaban. Pido disculpas a estos amigos y, aunque me haya olvidado de su nombre, no me he olvidado de ellos.
En algunas de las fotos he hecho algún comentario en tono un tanto humorístico, como podría hacerlo en aquellos tiempos, pero sin el menor ánimo de ofender a nadie.
viernes, 7 de mayo de 2010
ENCUENTROS EN “PETIT COMITÉ”
Viendo las fechas en que estamos y aprovechando la entrada de hoy, quiero hacer un llamamiento a mis compañeros de promoción para recordarles, que se nos está echando el tiempo encima y aún no hemos hablado nada sobre la “folixa” de este año.
El año pasado por estas fechas estábamos un tanto atareados todos los miembros de la primera promoción que concluyó bachiller superior en el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias, con los preparativos para la celebración del encuentro anual que solemos tener desde hace unos años.
Aunque somos un grupo reducido, ocho en total, la dispersión geográfica de nuestras ciudades de acogida nos supone una dificultad añadida a los compromisos propios de cada uno para llegar a un acuerdo en cuanto a la fecha idónea para todos. Nuestros domicilios están repartidos por la geografía nacional de esta forma: En Asturias viven cuatro, en Extremadura uno, en León uno, en Barcelona uno y en Madrid uno. Hasta ahora las celebraciones las hemos hecho cada año, en lugares diferentes: dos en Asturias y uno en León.
Tengamos en cuenta que, aparte de los quehaceres diarios de cada cual, algunos miembros de esta reducida promoción son “güelos”, o “yayos” como dicen en Cataluña; es decir, abuelos; y se deben a sus obligaciones familiares, principalmente a la custodia y cuidado de los nuevos herederos. De ahí que todos los años nos cueste lo nuestro para llegar a un consenso en cuanto a la elección de la fecha; pero al final, siempre llegamos a un acuerdo y todos celebramos de verdad el juntarnos para recordar nuestros años de Corias. Tanto en estos encuentros de la promoción, como en los generales de Corias, todos coincidimos en afirmar que, entre todos nosotros, está muy presente el vínculo de afecto que se creó, hace muchos años, durante la convivencia en el escorialín asturiano.
Afortunadamente, todos los años lo pasamos muy bien y siempre concluimos la fiesta a gusto y en paz, sin excesivas broncas y sin tener que llegar a las manos. Aunque bien mirado, no siempre es fácil. Yo, concretamente, tengo que lidiar todos los años los envites que me lanza mi amigo Balsera para obtener la revancha por unos cachetes (merecidos) que le propiné de joven, estando de camping en Llanes, y al muy cabrito (no debiera de quitarle años, pero bueno) aún no se le han olvidado; menos mal que el desquite, se va aplazando año tras año, sine die, y voy librando. En el fondo, yo supongo que mi amigo lo irá olvidando y dejando pasar, porque comprende que yo soy una persona ya mayor con pocas ganas de pelea.
El año 2007 celebramos la reunión en Oviedo; el 2008 en Baselgas (concejo de Grado) y el 2009 en Valdevimbre (León). Todos estos encuentros resultaron muy amenos y entrañables y, cada año, quedamos con verdaderas ganas de volver a juntarnos en el próximo. Normalmente solemos asistir seis de los ocho que quedamos, salvo el año pasado que fuimos siete. A ver si este año llegamos al pleno y nos juntamos los ocho.
Sé de otras promociones que también hacen lo propio cada año, como es la de José Antonio Ramos. Además esta promoción, tiene la suerte de contar con un cronista tan bueno y prolijo como es el amigo José Antonio que prepara unos estupendos y detallados reportajes del acontecimiento. De nuestros encuentros solemos hacer una pequeña crónica ilustrada con fotos del evento, pero ni comparable con las del amigo Ramos.
En cabecera presento unas fotos de dichos encuentros, para que veáis lo mozos (hatajo de castrones) que estamos.
miércoles, 5 de mayo de 2010
INVERNADA DEL VAQUEIRO
Con la reaparición del invierno en estos primeros días del mes de mayo, después de haber disfrutado de un pequeño veranillo, me vienen a la memoria las fiestas rectorales del colegio, y también recuerdo de un año, curso 1963-64, que aprovechando el buen tiempo que hacía, nos fuimos a bañar un grupo de tres, o cuatro, al Chandeo. Aunque hacía tiempo engañoso, sofocante de tormenta, el agua estaba muy fría, casi gélida; supongo que no superaría los catorce grados centígrados. En un arranque de euforia, animados por los primeros calores, nos retamos entre los amigos a ver quién era capaz de bañarse, y al menos la machada de sumergirse una vez en el agua, la llevamos a cabo. Lo peor fueron las consecuencias. En los días siguientes, concretamente a mí, me entró una bronquitis aguda que casi no podía ni hablar. Gracias al doctor Don Jesús Urlé que era un gran médico y, con varias inyecciones de antibiótico, me la fue corrigiendo.
Del resto de los intrépidos e insensatos bañistas, creo que alguno más acusó el chapuzón, pero el más afectado fui yo. ¡Cuántas tonterías se cometen de joven!
Esta invernada de ahora, no falla cada año. Mi padre le llama “La invernada del vaqueiro” y es por lo siguiente. Antaño cuando los ganaderos de La Marina, zona de Luarca, llevaban el ganado a pasar el verano a la Veiga del Palo que son los montes vecinales de Caboalles de Arriba en la provincia de León, lo solían hacer a primeros de mayo. Los vaqueiros confiados por el buen tiempo que comenzaba a hacer a últimos de abril y primeros de mayo, se ponían en marcha con la caravana de vacas y, era raro el año que, ya en el trayecto, pues tardaban varios días en llegar debido a que el desplazamiento se hacía a pie, no padecían una fuerte invernada. Según iban ganando altitud la lluvia se iba convirtiendo en nieve. Hubo años que tuvieron que hacer un descanso en el trayecto de varios días, debido al fuerte temporal reinante. Aunque las condiciones meteorológicas se repetían, año tras año, los itinerantes ganaderos no espabilaban. De ahí que hayan dado título, a este empeoramiento del tiempo en los primeros días de mayo.
CAMARILLA DORMITORIO
En el artículo del “Maletín despensa”, se habla de las camarillas del dormitorio de los mayores y por si alguno se le ha olvidado cómo eran aquellos cubículos compartimentados, aquí tenéis una foto que, a buen seguro, será la única que exista de aquellos años. La foto en cuestión es una aportación de Samuel que, este buen mozo, por aquellas fechas, ya disponía de cámara fotográfica, lo cual era todo un lujo.
Esta celdilla tan reducida y austera que tenemos delante, perteneció al dueño de la foto durante al menos cuatro años. Este dormitorio de estructura geométrica, tipo panal, era donde pernoctábamos los alumnos internos de sexto y séptimo curso los últimos años de estancia en el internado de Corias. El símil apícola lo hago porque, me da la sensación de que, a través de los años, esta sala sirvió de lugar de descanso para muchos zánganos; mejorando lo presente.
La verdad es que, la celdilla en cuestión vista ahora, así desnuda, despojada de cortina y de ropas, el aspecto es demoledor; parece más propia de una institución penitenciaria que de un internado; y pensar que, en aquellos tiempos, era todo un lujo el llegar a ser titular de un nido de estos.
Voy a describir cómo era la sala dormitorio, sobre todo, pensando en los compañeros externos que no lo hayan visto. Esta especie de panal-dormitorio, llamado también “de la Diputación ”, estaba montado sobre una sala de planta rectangular dividida longitudinalmente en dos filas de celdas simétricas, con pasillos laterales. Estos compartimentos se habían obtenido mediante la colocación de un panel longitudinal vertical central de aglomerado de madera, de unos dos metros de altura, cruzado por varios paneles transversales. Estos separadores proporcionaban dos series de habitáculos parejos de forma cúbica, abiertos por arriba y con una cortina de tela roja al frente que los individualizaba del pasillo, dándoles algo de intimidad.
En total creo que formaban veinte camarillas. El mobiliario, como se puede apreciar, era funcional y preciso: estaba formado por un cuarto de armario con cerradura y llave, dos baldas horizontales, una con flexo, y una cama. Aunque ahora parezca una simpleza, para nosotros entonces, el poder llegar a habitar uno de estos huecos, era todo un éxito y suponía cierto orgullo personal, simplemente por el reconocimiento de la mayoría de edad.
martes, 4 de mayo de 2010
EL MALETÍN DESPENSA
Recordando ciertas pillerías que se practicaban por parte de algunos alumnos en el colegio, me viene a la memoria una que afectaba únicamente a los internos, principalmente a los mayores, y que se hacía entre compañeros y amigos. La cosa consistía en que había que ingeniárselas para poder poner a buen recaudo los “lambeos“, que nos solían traer nuestras familias cuando nos visitaban. El buen apetito reinante entre nosotros también iba acompañado de la existencia de cierta rapiña que solía actuar en el entorno, nada más saber que fulano o mengano, habían tenido visita de alguien de su casa. Esta costumbre estaba bastante extendida entre los alumnos mayores de los últimos cursos, cuando ya estábamos en el dormitorio de las camarillas, el que denominábamos de la Diputación; al menos en mi promoción, así fue.
Las camarillas dormitorio, como sabéis, disponían de un armario individual con cerradura, pero ésta, era fácilmente vulnerable, sobre todo, para los expertos sabuesos que olisqueaban los recintos cerrados del dormitorio, nada más que se iban las visitas.
A casi todos nos pasó alguna vez y después de sufrir desengaños y decepciones, por haber guardado los manjares caseros en el armario de la camarilla-dormitorio, hemos tenido que espabilar para evitar estas desagradables situaciones, y para ello fue necesario ponérselo más difícil a los saqueadores, por eso se implantó la moda del maletín de madera con cierre de candado. En estas cajas con cerradura, tamaño cabás, inicialmente hechas a prueba de roedores, solíamos tener productos caseros muy golosos como: dulces, chorizo, salchichón, jamón…, etc.
A la hora de tomar el bocadillo, es decir a media mañana, con el bollo que cogíamos en el desayuno, íbamos al dormitorio y cada cual sacaba su maletín y se preparaba un suculento bocata. Por circunstancias diversas, no todos disponían de esta pequeña despensa, lo que las hacía aún más valiosas y codiciadas. En un principio, el sistema parecía que funcionaba y los rateros no podían con las nuevas medidas de seguridad, pero al cabo de poco tiempo, fueron progresando de tal forma que, ya no se les resistía ni el más hermético arcón. Tal que, si te abrían el tuyo, la única solución era hacer lo mismo con el del vecino que te resultaba sospechoso. Al poco tiempo de imponerse esta costumbre, los misteriosos eran siempre los mismos.
No hace mucho, el amigo Alfredo Balsera me reclamaba a mí la desaparición, en aquellos años, de un preciado obsequio que había recibido de su casa y que consistía en un “tuco” de jamón muy bueno que apenas pudo probar. En otra ocasión yo recibí un paquete con truchas, recién pescadas y fritas, que estaban exquisitas, y solamente pude degustar una. Como vemos, la risa andaba por barrios. No obstante, a pesar de ser paños prestados, yo he reconocido mi participación en el delito y le di las disculpas y explicaciones oportunas, mediante un artículo que, a continuación, reproduzco.
Como desagravio hacia el sableado Alfredito y tantos otros, voy a tratar de aclarar un poco más el porqué y el origen de las fechorías que se practicaban en el colegio, en cuanto a hurto de goloseos o lambeos. Me consta que era costumbre bastante común y extendida entre los alumnos más pícaros de todos los internados, incluidos también los de las féminas. No obstante, me ha dejado muy preocupado la acusación que ha hecho el de La Borra (apenas he probado el tinto por el impacto emocional) y quiero aliviar un poco mi culpa, si la hubiere, aportando explicaciones sobre esta deshonrosa y condenable conducta.
En el colegio de Corias me parece que se daban ciertas condiciones especiales que facilitaban aún más, si cabe, la práctica del "choriceo" pues, en la mayoría de los casos, era llevada a cabo sin rubor, como si fuera un juego o entretenimiento. Una característica que propiciaba esta viciosa práctica, era la diferencia de edad entre el alumnado. En nuestro primer curso había chavales desde diez, hasta quince o más años. Hoy día, apenas hay un año de diferencia de edad entre los alumnos de un mismo curso.
Esta heterogeneidad de edad facilitaba que se produjeran grupos de pícaros avispados que utilizaban a los pardillos más pequeños como víctimas. Algunos ya éramos un poco más gandules, simplemente, por edad. Yo tenía 13 años al comenzar primero. Acordaros de Higinio Álvarez Fernández, de Trúebano (Tineo), que tenía por lo menos, dieciséis o diecisiete años cuando llegó a Corias; este mozo estaba más en condiciones de alistarse al Tercio, que de ir a cursar primero de bachiller. Como caso singular y opuesto; creo que único, estaba el sobrino del padre Basilio, “Beto”, que el lugar adecuado para su edad debiera ser la guardería y no el colegio, pues casi necesitaba que le dieran el biberón.
Otro atenuante muy importante que le restaba importancia al deplorable acto en sí, de hurtar, era la procedencia rural de la mayoría de nosotros y no olvidemos que, en nuestros pueblos, una de las diversiones o juegos más comunes de la chavalería, era el ir a coger fruta ajena, de forma clandestina.
Entre los mozalbetes pueblerinos se tenía a gala la práctica de esta vergonzosa acción llegando a suponer cierta presunción u orgullo personal ante los más mayores, como demostración de astucia y de que ya eran también mayores. Si a esto le añadimos que, en el colegio, los productos delicatessen, eran más bien escasos, pues, para que más.
Yo, reconozco que no era de los más lanzados pero, tampoco era de los más retraídos. No digamos nada del amigo Miyares. A mí lo que más me admiraba de él, era la pasividad y tranquilidad con que afrontaba las posibles consecuencias que nos podían caer encima, si nos cogían cometiendo cualquier acto poco lícito. Daba la impresión de que, a este mozo, le importaba un comino todo, y también era becario. Todos sabemos muy bien que, nuestro mayor miedo y espada de Damocles era el perder la beca; pues a este ovetense, un tanto montaraz, ni eso le intimidaba. A veces, después de ser amenazados con fuertes castigos, el impasible Miyares estaba tan pancho; al menos, eso aparentaba. Yo, me preguntaba a mi mismo, si a éste no le preocupa nada, ¿por qué yo estaré tan asustado?
Recuerdo que llegó un tiempo en que, los armarios de marras de la foto de Samuel, eran totalmente vulnerables. Para abrirlos no hacía falta ni hacer palanca sobre la puerta pues, había llaves, de los mismos armarios, que habrían varias cerraduras y allí, ya no se podía guardar nada que fuera comestible y que quisieras conservar para momentos de "gusa o zapera". No obstante, siempre había algún despistado que no se enteraba mucho del tema, hoy día diríamos que no estaba al loro, y seguía depositando buenas y codiciables piezas en el falso armario.
Pero según fue avanzando la técnica de los predadores para abrir las despensas, también fue mejorando la protección por parte de los timados, que al final, éramos todos, y algunos tomaron cartas en el asunto y pusieron nuevas y eficaces dificultades a los rateros hambrientos. Recordaréis que se impusieron unos maletines de madera para conservar los "maquelos" traídos de casa, de forma segura. Era como un cabás de madera pero de mayor tamaño y provisto de candado. El mío me lo hicieron en la carpintería Lin de Cangas, sita entonces en la calle de Correos y del Club.
La próxima vez que vaya a Posada le haré una foto al mío pues, aún se conserva en perfectas condiciones después de sufrir furibundos ataques por parte de alimañas hambrientas, pero gracias a su robustez y buena cerradura se mantuvo inviolable hasta finalizar la campaña. Una vez concluido el período de Corias, esta maleta fue dedicada a un uso más noble sin necesidad de candado, como caja de limpiabotas, y allí guardábamos todos los utensilios para la limpieza del calzado.
Esta seudo caja fuerte, a veces, era de uso multipropiedad. En el mío, sé, que guardábamos "la mandanga", Juanma y yo. Francos, también tenía otro baúl similar, pero de uso individual. Estas arcas hacían las veces de hórreo sin pegollos, ante la invasión de los roedores bípedos. El difunto Julio Martínez Legazpi, también se había protegido con otro mini arcón de estos. Del resto de vosotros, no recuerdo si lo teníais, o no.
Sin duda alguna, el gran atenuante que debe indultar por completo, este tipo de delito, en aquellas circunstancias, era el buen apetito del que disfrutábamos o padecíamos, según se mire. Por eso, no desperdiciábamos la mínima ocasión en la que se nos brindara la posibilidad de llevarnos algo extra y apetitoso a
Los más pequeños guardaban estas cosas delante de su asiento, bajo la mesa, en una especie de repisa junto con la servilleta de cada uno. Esta novedosa modalidad de envase de la leche condensada en tubo, fue un gran avance para los chupones libadores nocturnos pues el bote resultaba muy incómodo. En cambio el tubo era facilísimo de succionar. Metías el pitorro en la boca y apretabas por la parte trasera hasta que no daba más de sí. ¡Qué rica estaba!
Las tabletas aquellas del Tulipán, envueltas en papel de color verde y cenefa plateada, también sabían muy bien. Yo alguna vez, simplemente por comprobación, he vuelto a probar el Tulipán y no le encontré atractivo alguno, ni punto de comparación con aquel de Corias. Sería la abundancia de apetito de entonces, o la calidad del producto. No lo sé. Pero me parece, sin duda alguna que, la diferencia está en el deterioro del paladar del catador.
CONCLUSIÓN. Espero que después de esta exhaustiva y concienzuda exposición sobre las desviaciones cleptómano-alimenticias de juventud y, afortunadamente superadas hoy día, haya sido suficientemente concluyente y el señor Alfredito se le quite de la cabeza, de una puñetera vez, el dichoso tuco de jamón. ¡Ah!, se me olvidaba, el tocino lo dejamos porque estaba rancio.
Ojalá esta publicación no reverdezca de nuevo los sentimientos del amigo Balsera, y vuelva a recriminarme lo del tuco. Aunque él sabe muy bien que: “deuda publicada, deuda saldada.
"VIEJAS VIVENCIAS EN CORIAS"
Comentaba yo hace un tiempo que algún día contaría alguna anécdota de mis tiempos ya lejanos en el Instituto Laboral "San Juan Bautista de Corias", del que tengo el honor de haber sido uno de los fundadores como Instituto una vez que los Frailes Dominicos trasladaron la Escuela Apostólica a la Virgen del Camino en León.
El día 4 de noviembre de 1957 comenzaba una etapa para la enseñanza en Cangas del Narcea, donde solamente podías estudiar el Bachillerato, salvo que fueras a clases particulares y te examinaras en Oviedo como se decía entonces "libre". Si las posibilidades económicas de tus padres se lo permitían entonces ibas a Oviedo o Gijón interno. Como esa posibilidad era escasa para la mayoría de los chavales, la opción de ir a estudiar con los Frailes nos vino de perlas a los que las apreturas económicas familiares de la época impedían el internado en la Capital.
Cuando iniciamos nuestra andadura en Corias, solamente éramos unos 80 aproximadamente. Dos clases de primero de 30 alumnos y el resto cursando Ingreso ya que no alcanzaban los diez años, edad necesaria para poder iniciar el Bachillerato entonces denominado modalidad "Agrícola - Ganadera".
Como podéis imaginaros el frío que se pasaba entre aquellos muros de piedra era de los que hacía época. Los sabañones estaban a la orden del día, aunque los externos teníamos el consuelo de poder dormir en casa al calor del hogar. De todos modos como lo que queríamos era estudiar tratábamos de llevarlo de la mejor manera posible. Entre clase y clase no faltaban los partidos de fútbol, deporte que imperó durante los dos primeros cursos, porque al profesor que teníamos de Gimnasia Gil Arce le gustaba el fútbol, y como también nos daba la asignatura de FEN (Formación del Espíritu Nacional) a veces cambiábamos las clases, sobre todo cuando llovía y tocaba gimnasia cambiábamos la clase y cuando tocaba FEN recuperábamos la gimnasia que consistía principalmente en cuatro tablas y luego el correspondiente partido.
Como alumnos éramos pocos, pues profesores también. Estaban el P. Jesús Martín que era el Rector y nos daba Lengua y Literatura; P. Luis impartía Matemáticas; P. José García, Religión; P. Jaime, Geografía e Historia; P. José Fernández, hermano de Jaime nos daba Ciencias; P. Eutimio daba Dibujo y luego había un Perito joven recién licenciado, Jesús que nos daba Agronomía.
Anécdotas las hay en cantidad. Recuerdo que Jesús tenía una moto pequeña que pasó (la moto) mil penalidades. Desde quitarle el macarrón de la gasolina para que cuando el profe fuera a arrancarla el depósito estuviera seco con lo que tenía que subir andando como el resto que íbamos a comer a casa. O cuando le echamos arena en el deposito que le provocó la correspondiente avería. El P. José García se cogía unos cabreos monumentales cuando hablábamos en clase. Tenía un reloj de bolsillo, el denominado Roscof que colocaba encima de la mesa cuando llegaba a clase. Cuando se enfadaba daba un puñetazo en la mesa y el reloj saltaba medio metro por el aire a la vez que gritaba y nos llamaba "ladrones de vuestros padres, que se están sacrificando para que estudiéis y sólo hacéis el vago".
Eso fue durante el primer curso que todavía no teníamos "confianza" con el sistema y éramos dóciles. A medida que los cursos iban pasando la veteranía iba haciendo de las suyas. Pero eso quedará para otro día porque creo que por hoy ya está bien. Además voy a ver si el Sporting por fin nos da una alegría y se salva, bien porque saque algún puntín de Getafe o porque los rivales por el Descenso pinchen, que todo vale.
ALFREDO FERNÁNDEZ
ALFREDO FERNÁNDEZ
domingo, 2 de mayo de 2010
"GLOSAS EMILIANENSES" y "EL CHANDEU"
¡Hola!
Si hay una persona que sea crítica con algunos aspectos de aquel periodo educativo del internado de Corias, esa persona es Galán; pero a reglón seguido y paradógicamente, tengo que decir que si alguno de los que pasamos por aquel convento-instituto le tiene verdadero apego al lugar y a lo que significó en nuestras vidas, ese es también él, Galán. La prueba más evidente es que ha sido y es el alma "mater" de este blog, sin cuyo empeño no existiría.
Desde que lo creó, de un modo u otro a mi me invitó en al menos tres ocasiones a que participase. Me lo tomé con "largas", entre otras razones porque acababa de salirme de un foro que fue muy bonito e interesante mientras duró, pero que para mí, por el momento, se acabó; por eso, a su invitación respondí abriéndolo en un par de ocasiones y hasta el otro día, que escribí "sobre bicicletas y pista de patinaje", no fui colaborador activo.
Sin minusvalorar a nadie -entre otras razones porque no tengo elementos de juicio, ya que hasta septiembre del año pasado yo nunca había asistido a la convicencia de exalumnos y solo en un par de ocasioes, en cuarenta años largos, visité el convento-, pues sin minusvalorar a nadie, repito, si un día hubiese que votar o proponer a alguien para la presidencia de ADEACO, no dudaría un momento en apostar por él: Benjamín GALÁN García.
----------------------------------
La semana pasada anduve por Logroño. visité Berceo, donde nació el primer poeta en lengua Castellana (Gonzalo de Berceo) y los monasterios de San Millán de la Cogolla. Cuando estuve ante los manuscritos, donde un monje anónimo plasmó las "glosas emilianenses", que son los primeros escritos en Castellano con sentido, y pensé que de aquellos trazos plasmados en los márgenes había salido el idioma con el cual por ejemplo me estoy comunicando con quienes me leáis, que es el mismo que hablan 400 millones de personas, sentí lo mismo que cuando fui a las fuentes del Guadiana, del Ardila o del Alcarrache, ríos en cuyos nacimientos estuve y que eran nada, p. e. el del Ardila (importante afluente del Guadiana a quien se incorpora por tierras de Portugal) un chorrito, una fuete donde había que beber unos cuantos segundos para sacir la sed; y luego, tras casi cien kilómetros por el sur de Badajoz, desemboca pletórico de caudal -salvando el estío-, como pletórica es la lengua de Cervantes que un monje balbuceó (léase, garabateó hace siglos).
A mi todo aquello de Berceo y las "glosas " me era familiar; de hecho, de la casi decena de personas que formábamos el grupo era el que más "fresco" tenía aquellas cosas. ¿Y dónde las había aprendido yo? Pues en clase de Lengua y Literatura con el Padre Morán o con el Padre Lastra, no recuerdo bien cual de los dos. Es decir, en el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias.
(Como esto se me ha ido de las manos en cuanto a extensión y todavía no he podido ni ojear la prensa del día, pese a que está casi anocheciendo,, dejo para otro día lo de "El chandeu").
Saludos.-jrFRANCOS
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Si hay una persona que sea crítica con algunos aspectos de aquel periodo educativo del internado de Corias, esa persona es Galán; pero a reglón seguido y paradógicamente, tengo que decir que si alguno de los que pasamos por aquel convento-instituto le tiene verdadero apego al lugar y a lo que significó en nuestras vidas, ese es también él, Galán. La prueba más evidente es que ha sido y es el alma "mater" de este blog, sin cuyo empeño no existiría.
Desde que lo creó, de un modo u otro a mi me invitó en al menos tres ocasiones a que participase. Me lo tomé con "largas", entre otras razones porque acababa de salirme de un foro que fue muy bonito e interesante mientras duró, pero que para mí, por el momento, se acabó; por eso, a su invitación respondí abriéndolo en un par de ocasiones y hasta el otro día, que escribí "sobre bicicletas y pista de patinaje", no fui colaborador activo.
Sin minusvalorar a nadie -entre otras razones porque no tengo elementos de juicio, ya que hasta septiembre del año pasado yo nunca había asistido a la convicencia de exalumnos y solo en un par de ocasioes, en cuarenta años largos, visité el convento-, pues sin minusvalorar a nadie, repito, si un día hubiese que votar o proponer a alguien para la presidencia de ADEACO, no dudaría un momento en apostar por él: Benjamín GALÁN García.
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La semana pasada anduve por Logroño. visité Berceo, donde nació el primer poeta en lengua Castellana (Gonzalo de Berceo) y los monasterios de San Millán de la Cogolla. Cuando estuve ante los manuscritos, donde un monje anónimo plasmó las "glosas emilianenses", que son los primeros escritos en Castellano con sentido, y pensé que de aquellos trazos plasmados en los márgenes había salido el idioma con el cual por ejemplo me estoy comunicando con quienes me leáis, que es el mismo que hablan 400 millones de personas, sentí lo mismo que cuando fui a las fuentes del Guadiana, del Ardila o del Alcarrache, ríos en cuyos nacimientos estuve y que eran nada, p. e. el del Ardila (importante afluente del Guadiana a quien se incorpora por tierras de Portugal) un chorrito, una fuete donde había que beber unos cuantos segundos para sacir la sed; y luego, tras casi cien kilómetros por el sur de Badajoz, desemboca pletórico de caudal -salvando el estío-, como pletórica es la lengua de Cervantes que un monje balbuceó (léase, garabateó hace siglos).
A mi todo aquello de Berceo y las "glosas " me era familiar; de hecho, de la casi decena de personas que formábamos el grupo era el que más "fresco" tenía aquellas cosas. ¿Y dónde las había aprendido yo? Pues en clase de Lengua y Literatura con el Padre Morán o con el Padre Lastra, no recuerdo bien cual de los dos. Es decir, en el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias.
(Como esto se me ha ido de las manos en cuanto a extensión y todavía no he podido ni ojear la prensa del día, pese a que está casi anocheciendo,, dejo para otro día lo de "El chandeu").
Saludos.-jrFRANCOS
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