viernes, 29 de diciembre de 2017
Para todos los lectores del blog con mis mejores deseos para el Año Nuevo.
“Decálogo para la vida nueva”
Prometo
analfabetizarme seriamente.
Prometo no
sufrir cada mañana
por las
noticias de este fiero mundo
y dejarlas
pasar desde la cama.
Prometo ser
calculadora y fría,
prometo ser
más egoísta cada día,
ocuparme de mí
y de mis asuntos
y dejar a los
demás hundirse juntos.
Ser frívola,
mundana, veleidosa,
vender mi alma al diablo por un traje,
me hará ver la
vida color rosa.
Prometo no
acudir a librerías
(me acuso de lectora
y ser consciente),
prometo
doctorarme en tonterías
y ser banal,
alegre y ocurrente.
Prometo
contemplar escaparates,
prometo
frecuentar cafeterías
y no perder el
tiempo en disparates
como la
historia y la filosofía.
Prometo ser
perezosa e indolente,
huir del
nefasto vicio del trabajo
y dejar pasar
las horas dulcemente
como si fueran
agua río abajo.
Y cuando
llegue del año el día postrero
renovaré mis
promesas nuevamente
sin recordar
que una vez más
las habré de
olvidar al día siguiente.
MGM
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4 comentarios:
Gloria, lo primero darte las gracias por tu contribución al blog. A ver si es el principio del fin del letargo en el que se encuentra.
Por otra parte, decirte que me dan ganas de suscribir tu "Decálogo para la vida nueva". Pero creo que me pasará lo mismo que al final del mismo dice: que al día siguiente lo olvidaré.
Sea como sea, pasé un rato agradable leyéndolo.
Después de leer este actual e innegable decálogo, me viene a la memoria el chiste del conductor que iba circulando por la autovía en sentido contrario pues, en los tiempos que corren, da la sensación que el que no cumpla el decálogo que intenta prometer Gloria y al momento se le olvida, puede considerarse que también avanza en sentido no bien visto, lo que conllevaría el estar un poco fuera de onda y descatalogado. Por el contrario, si uno pretendiese ser “cool” y guay a tope, desde luego que el decálogo de promesas sería el pasaporte perfecto para poder pasar a formar parte de esos clubes de modernidad y de frescura. Pero no me extraña nada que a la autora del poema se le olviden tales cumplimientos al día siguiente. Está claro que el estar fuera del rebaño es como nadar contra corriente; no obstante, para los que procedemos de zonas trucheras, podemos usar el símil de las truchas: que las más sabrosas y sanas son las luchadoras, las que se desarrollan en cursos de aguas bravías, frías y caudalosas.
Maribel tiene razón; Gloria es un lujo para el blog. También acertado es el símil de Galán, no en vano la autora hunde sus raíces en las aguas transparentes y bravas del Narcea.
Cuando la mayoría de mortales, cada final de año, nos hacemos promesa de ser más buenos y abandonar hábitos perniciosos ella hace propósito de emprender una vida más disoluta. Pero mucho me temo como reconoce en los últimos versos que tampoco ella logrará cumplir esos diferentes y licenciosos deseos.
Su poema pone broche de oro a 2017 en las páginas del blog. Que 2018 sea magnánimo con todos.
Gratitud.
Maribel, Benjamín, Ulpiano...¡Gracias por vuestras palabras! Más de una vez he pensado que, entre vosotros, puedo morir de éxito pero la verdad es que resultará difícil dado lo poco que todos aparecemos por estos pagos. Lo que yo deseo, hoy especialmente que es la noche de los própositos, las promesas y los deseos, es que no dejemos morir de inanición el proyecto que levantaron, con tan extraordinario ingenio y dedicación, el Prior y Samuel y que ha dado días de gloria a Corias y todo cuanto del Monasterio forma parte, ahora y en el pasado.
¡Escribid, escribid, escribid, de lo que sea, pero escribid!
Con ese deseo y con el de un Año Nuevo benévolo y acogedor con todos, os abrazo.
MGM
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