lunes, 14 de junio de 2010
BATALLAS DEL ABUELO
En un puente, de esos que se nos permitia ir a nuestros hogares, creo recordar que fue un uno de mayo. Un compañero, natural de Villallana, concejo de Pola de Lena, del curso de Pepón el de Navelgas, y un servidor, creo recordar que este compañero se llamaba Fidel. Coincidimos en la estación del ALSA en Oviedo, para sacar el billete de regreso a nuestro querido colegio. La salida del autobús se demoraba mucho, creo que salía después de las nueve de la noche, y eran las cuatro de la tarde; después de realizar una serie de visitas culturales, como diría Galán, por la ciudad de Oviedo. Se nos ilumina el cerebro y recordamos que en Ujo, pueblo a una distancia similar de Villallana y Turón, son las fiestas patronales...con grandes bailes.
Ni cortos ni perezosos, desde Oviedo raudos y veloces, en Ujo nos plantamos. El problema vino luego, a las cuatro de la mañana aún estábamos en UJO, y teníamos que estar en Corias a las nueve. Comienza nuestra odisea: un amable camionero de la ruta, nos lleva a Oviedo, nos deja a la entrada, cruzamos todo Oviedo y a la altura de la Gruta, milagro, aparece el furgón de reparto de La Nueva España , se apiada de nosotros y llegamos por este medio hasta El Crucero, ya quedaba menos. Obras Publicas, son unos fenómenos, un camión con su cuadrilla de trabajadores que pasaba hacia Cangas, los paramos y, como dos operarios más, terminamos el viaje en la caja del camión. A las nueve en punto, hicimos la entrada triunfal en Corias. Donde nos dio tiempo a ir al comedor y desayunar copiosamente. Evidentemente de esto, nadie se enteró... ¡qué falta de juicio!
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