PRESENTACIÓN

Anualmente cuando nos reunimos los antiguos alumnos de Corias, bien sea en grupos minoritarios por promociones en diferentes lugares del Principado y alrededores, o de forma general en el encuentro de Corias a finales de cada mes de septiembre, siempre solíamos comentar al sentir la alegría de juntarnos de nuevo que, era una pena el que hubieran pasado tantos años sin comunicarnos y sin saber unos de otros.

Afortunadamente, en estos tiempos eso está subsanado gracias a los medios informáticos disponibles que tenemos a nuestro alcance. Aprovechando la oportunidad que nos brinda BLOGGER para poder crear un espacio cibernético común, en la nube, donde se pueda participar y expresar los recuerdos que cada uno de nosotros guardamos celosamente de aquellos años, es cuando surge el Blog de los antiguos alumnos de Corias.

Esta elemental presentación lo único que pretende y persigue es reavivar la amistad y la armonía que hemos trabado entre todos nosotros durante los años de convivencia en el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias y, que a pesar del tiempo transcurrido, aún perviven frescas en nuestro recuerdo.

Otro de los objetivos del blog es recordar y compartir las peripecias vividas por aquellos jóvenes que coincidimos bajo las mismas enseñanzas, disciplinas, aulas, comedores, dormitorios, juegos, etc., durante varios años en el convento de Corias y que aún las tenemos muy presentes.

La mejor forma que tenemos para rememorarlo es ir contando en este blog todos los pasajes que cada uno de nosotros recuerde, expresados con la forma y estilo propios de cada uno pero, siempre supeditados a los principios del buen gusto, el respeto y a la correcta educación que nos han inculcado los padres dominicos. El temario en principio aún siendo libre, sí debiéramos procurar en general, que tengan preferencia los temas relacionados con el colegio y su entorno, ya que es el vínculo y denominador común entre todos nosotros.

Como es lógico, cada colaborador es el único responsable de sus opiniones vertidas aquí en el blog; las cuales pueden ser expresadas libremente sin condicionantes ni cortapisa alguna por parte de la dirección; tan solo debemos atenernos todos, a las premisas mencionadas anteriormente del respeto y el buen gusto.

Una vez hecha esta breve presentación, se pide la colaboración y aportación de todos los antiguos alumnos pues, seguro que todos tenemos algo ameno e interesante que contar. Unas veces serán relatos agradables y divertidos, y otras no tanto; pero así es la realidad de la vida.

Al blog le dan vida una serie de antiguos alumnos que colaboran de forma fehaciente y entusiasta con Benjamín Galán que es el bloguero administrador. A este galante caballero el cargo de administrador no le fue asignado por méritos propios, más bien por defecto, de forma automática; simplemente, por ser el titular del blog. Pero podría delegar el cargo en cualquier otro colaborador que así lo deseara.

De antemano, muchas gracias a todos los participantes y colaboradores. Tanto a los antiguos alumnos y profesores que deseen intervenir, como a todos nuestros amigos lectores.

¡A colaborar y a disfrutarlo!

(21 de noviembre de 2009)

B. G. G. (BLOGUERO PRIOR)

jueves, 27 de noviembre de 2014

SINDO, MEMORIAS DE UN CABALLO (III)




Todo el mundo sabe que hacer caminar a un cerdo cuando no quiere, es de las tareas rayanas en lo imposible. Es preferible llevar una vaca en brazos varios kilómetros que hacer caminar a un cerdo veinte metros. Cuando al fin se aproximó al carro, Ramón que oyó el estrépito del cerdo, no comprendía que hay muchas clases de tontos. Existe el tonto de la baba, el tonto del balcón, el tonto del culo, el tonto municipal, el tonto de la plaza, el tonto de los niños, el tonto del capirote y el tonto del regalo. Esta última subespecie está en peligro de extinción, pero algunos quedan, Perico era uno de ellos. Tienen la manía de regalar algo a alguien que consideran importante y disfrutan mucho cuando ese alguien les nombra grandes mandatarios de lo que sea. Perico ya tenía varios títulos pero estaba muy lejos del record establecido por un tonto gallego que llegó a regalar el mismo ternero al mismo señor, dieciocho veces. Esto ocurrió en un pueblo de Coruña. El tonto se presentaba cada poco ante el señor del pazo cercano y le entregaba el ternero. El señor aceptaba muy ceremonioso y le nombraba algún título rimbombante. Llegó un momento, en que se le acabaron los títulos y terminó nombrándole Mariscal del Sistema Métrico Decimal.

Ramón, tuvo la intuición de que lo que le procedía era aceptar el regalo y halagar al donante. Así tras agradecer a Perico el untuoso regalo, le comunicó que quedaba nombrado Arzobispo de Tineo y que haría gestiones al volver a casa para nombrarle Mariscal de los Picos de Europa. Allí quedaron las ocho arrobas de cerdo que Ramón tuvo que devolver a sus legítimos dueños, no sin gran esfuerzo para hacer al cerdo volver a recorrer el camino.

Al día siguiente se dirigió ya hacia La Alberca, que estaba a pocos kilómetros. A la entrada del pueblo vio una finca cercada con piedra que era un sitio ideal para pasar la noche. Preguntó en la primera casa habitada quien era el propietario de la finca, pues pretendía dejar al caballo allí. Los de la casa le dijeron que podría entrar sin problema alguno, pues era propiedad municipal. Así lo hizo y entró a recorrer las callejuelas del pueblo sintiendo la extraña sensación de que había entrado en un recinto del siglo XII, efectivamente, el pueblo conserva las hechuras medievales, el estilo inconfundible que se conservó en el pueblo durante cientos de años y que comenzó a tomar forma hacia mediados de la edad media. Por las calles apenas se veía gente. Preguntó por el alcalde y le dijeron que tal cargo lo ostentaba Don Catalino Dupont. El tal Catalino tenía una carnicería en la plaza mayor y allá fue Ramón a presentarse, le entregó una carta de recomendación del cura de Carisia y Don Catalino, tras quitarse el mandil, le invitó en el bar cercano, a un vino típico de la zona. Le documentó sobre la historia del pueblo y cómo allí dejaron sus huellas los visigodos, musulmanes, cristianos, judíos y franceses. De estos últimos procedía él personalmente. Parece ser que avanzada La Reconquista llegaron de Francia unos miles de personas al objeto de repoblar aquella zona de la sierra de Salamanca. Esta es la razón por la que existen en aquellos pueblos, mucha gente con apellido francés.

Ramón le comunicó que había aparcado en el terreno municipal a la entrada del pueblo, y el alcalde le indicó que era correcto. Luego le llevo a dar una vuelta por el pueblo. En una de las callejuelas se encontraron un cerdo como de sesenta kilos que andaba por ahí hozando. Le informó que aquel cerdo era de todo el pueblo y todos le daban de comer y llegado el momento, todos tenían derecho a una tajada del animal. Desde la plaza mayor se veía en lo alto de una montaña cercana lo que parecía una ermita o monasterio. El alcalde le explicó que allí arriba, a 1735 metros de altura había un monasterio dedicado a la virgen, llamada Virgen de la Peña de Francia.

-          Tu ¿A dónde vas?
Ramón le explicó que no iba a ninguna parte en concreto que rodaba por rodar, por ver.
-      Y ¿Por qué no te quedas aquí un par de días? Continuó el alcalde.
-      ¿Con qué fin? Preguntó Ramón.
-       Podrías subir al monasterio y ver el gracioso espectáculo que desde allí se divisa.
-       Creo que seguiré su consejo, dijo Ramón.

Al día siguiente por la mañana, muy temprano, inició la subida que una carretera en espiral le conducía hasta lo alto de la Peña de Francia. Sindo quedó el pobre extenuado pues, después de tantos kilómetros por carreteras llanas, tuvo que hacer un esfuerzo terrible para subir los doce kilómetros de ascenso al monasterio. Aquello estaba aparentemente solitario, pero cuando estaba en la balconada sobre el abismo, preguntándose cuales serían cada uno de los infinitos pueblos que veía, oyó la voz de alguien que le decía “Bienvenido a la peña”. Ramón se volvió a un monje dominico vestido con su hábito blanco.

                 -          ¿Cómo por aquí? Preguntó el fraile.
-          Pues me han recomendado que suba aquí. Dijo Ramón.
-          Y tú ¿Qué haces por esta zona? Siguió preguntando el monje.
-          Pues ando por aquí de turista, contestó Ramón.
El monje, un hombre joven, alto, moreno y elegante, creyó captar por la manera de hablar, cual era la procedencia del turista.
-          Yo creo que sé de dónde vienes. Le dijo a Ramón.
-          ¿De dónde? Inquirió éste con curiosidad.
De Asturias. Creo que los dos somos asturianos, dijo el monje y se presentó.
-          Padre Lasta, de Trubia, estoy a tu disposición, dijo.

Ramón le dio las gracias y quedó impresionado por la pose y la elegancia del monje. Este le dijo que sería buena idea que esperase ahí hasta la hora de comer, que la comida la  podía hacer con él allí y luego por la tarde bajar hacia La Alberca.

El padre Lastra, le explicó que desde aquella altura se ve tierra de seis provincias españolas y de Portugal. Le explicó que de noche cuando abajo en la llanura infinita empiezan a encender las luces de los pueblos, cree uno estar en una alucinación pues el cielo y la tierra parecen cuajados de luces.
Ramón pasó unas horas muy agradables con aquel fraile y paisano suyo. Volvió a La Alberca, casi ya anochecido y buscó al alcalde para él, a su vez invitarle a un vino. Como de costumbre, lió una tertulia muy sabrosa en uno de los tres bares del pueblo.

Bien de mañana inició el camino hacia el sur y, en La Alberca  le dijeron que en dos días alcanzaría a cruzar el río Alagón. Atravesó varios pueblos e hizo noche en uno de ellos. Durante la siguiente etapa ya cerca del susodicho río observó que en numerosas ocasiones atravesaban la carretera conejos o liebres en fugaz huida. Ramón llevaba incrustado en un falso techo del carro una escopeta y decidió cazar alguno de aquellos animales. En una recta de varios kilómetros organizó la caza sin prever la reacción de Sindo. Disparó  sobre un conejo, un cartucho del doce y el pobre bicho rodó por la carretera malherido hasta caer en la cuneta, Sindo, que jamás había dado un paso más largo que otro en su vida, se sobresaltó e inició algo parecido a un trote ¡Quieto, Sindo, quieto! Exclamó Ramón tirando de las riendas. Logró detenerlo a cien metros más allá del punto donde estaba el conejo. Se bajó, fue andando a recogerlo y lo echó en la trasera del carro. Cuando llegó al último pueblo antes del río Alagón, entró en un tienducho del Villorio y compró un litro de vino blanco, sal ajos y algo de pimienta. La tiendecita se llamaba “El Maíllo”, comestibles y ultramarinos.

El río, con un estimable caudal de agua limpia era un lugar muy sensato para hacer ciertas labores de higiene, metió el carro hasta la orilla del río, soltó al caballo y se dispuso a hacer la primera colada del viaje.

Lo primero que hizo fue desollar al conejo y colgarlo de un árbol para que se orease, luego exploró el terreno y llegó a la conclusión de que era un sitio ideal para pasar un par de días. Así que tras enganchar de nuevo a Sindo al carro, se internó en el vecino bosque de pinos, hasta quedar completamente oculto a cualquier mirada indiscreta. Luego hizo un ungüento a base del vino, sal, ajo machacado y orégano para asar el conejo. Se bañaron él y el Jass hasta quedar extenuados, Ramón, lavó la ropa y la tendió, creyéndose un personaje de novela de Zane Grey cuando describe a sus héroes deambulando por las montañas de Nevada. La tarde la pasó leyendo y por la noche decidió dormir a la intemperie como los héroes de sus novelas y caminar hacia el sueño arrullado por el hondo soplo serrano y el monótono ruido del río.

Admitió que pocas veces en su vida había sido tan feliz como a orillas de aquel río. Sindo, con ese indescifrable instinto de los caballos pasó una noche sobresaltado previniendo no sabía qué futuros y trágicos sucesos podían suceder.

El día siguiente lo pasaron entero a orillas del río y allí durmieron de nuevo. Tras el descanso higiénico y relajante siguieron rodando en los días sucesivos por la provincia de Cáceres, lo primero que llamó la atención de Ramón fue la exuberancia de la flora. Por doquier, pero más abundantes, descubrió en el haz de los otrora, riachuelos, la presencia de la más inimaginable colección de flores silvestres y de arbustos olorosos. Distinguió calicantos, celindas, coronillas, damas de noche, jaras, lentiscos, rosas, claveles y mil otras flores, sobre todo amapolas, muchas amapolas, todavía la flora de Extremadura era exuberante y de infinitos colores en aquel final de Mayo.

Pronto, el sol brutal aparece en el cielo y empieza a agostar todo ese mundo de verdor y colores.

Cuando quiso darse cuenta había entrado ya en el parque del Monfragüe junto al río Tajo, en unos parajes, donde, haciendo honor a su nombre, el río discurre entre dos murallas verticales donde anidan los buitres. Ramón estaba extasiado con tanta belleza. Encontró a unos labriegos que faenaban cerca de la carretera y se informó de que allí cerca había un pueblo de unos seis mil habitantes llamado Torrecilla, allá se fue Ramón y vio que a la entrada del pueblo había el cierre de una finca, muy adecuada, para meter allí el carro. Se acercó al pueblo y preguntó quién era el propietario de la finca. La respuesta fue muy típica de la zona “Los Señores”. Pero le indicaron que si quería algo podía hablar con el mayoral, que vivía en el pueblo. Ramón lo buscó y habló con él, le explicó quien era y lo que hacía y le pidió permiso para entrar en las fincas a lo que el mayoral accedió de buen grado. Así que introdujo el carro en la finca y quedó impresionado del rojizo color del campo, inclinándose un poco para verlo desde la altura de las rodillas, todo simulaba ser unánimemente rojo. Tal era la abundancia  de amapolas.

Tras permanecer allí un par de horas se fue al pueblo como tenía por costumbre, quiso comprar un periódico, pero, para su sorpresa le dijeron que allí no llegaba si no un solo ejemplar, para el casino. A Ramón le extrañó, pues en Carisia todo el mundo leía alguno de los tres periódicos provinciales, La voz de Asturias, La Nueva España y La Región. Además del Marca, claro.

Evidentemente aquello también era España. Pero una España muy diferente de lo que él conocía.

No tardó en enterarse de que el pueblo estaba inmerso en una crisis de difícil solución. Resulta que por cada chico joven que había en el pueblo, había no menos de siete muchachas. Los chicos se habían ido a la mili, a trabajar a Madrid, a Vascongadas, a Salamanca… las chicas estaban al borde de un ataque de nervios, pues la competencia era excesiva. A tal extremo había llegado esta situación que, un soltero de cuarenta años, hombre honrado y pacífico, fue víctima de los odios que generaba su estado. Todos consideraban que no había derecho a semejante soltería. Le levantaron diecisiete calumnias, y el pobre tuvo que irse a vivir a la cercana Plasencia, para escapar de las iras mujeriles.

La llegada de un forastero, joven, alto, agraciado y soltero tuvo el efecto de un disparo en una plaza abarrotada de palomas. Todos estaban interesados en verle, en saber quién era, en contactar con él y en hacerse ver. Fue patético. Pero la abstinencia de aquellas chicas era terrible. Hubo alguna que exigía al alcalde que declarara el pueblo zona catastrófica. E incluso dos o tres de ellas empezaron a insinuar que tampoco era absurda la poligamia.
                                                      [Continuará…]
Pepe Morán. Dominico ex

18 comentarios:

Benjamín Galán dijo...

Aquí el resignado y fiel Sindo, a pesar de su pelo cárdeno y de contar con alguna matadura que otra por los corvejones de tanto pujar por el carromato, se le ve ahora jovial, con buen pelaje y muy integrado en ese grupo de retozonas yeguas que pastan entre las amapolas, las cuales están todas rechonchas, muy lucidas y de muy buen ver, lo que denota que en Torrecilla, dentro del mundo equino, debe de pasar tres cuartos de lo mismo como entre las muchachas que están en la injusta proporción de 7 a 1; es decir, para cada grupo de seis o siete mozas solamente hay un rapaz casadero. Ojo al parche, que la ocasión la pintan calva y tanto para Ramón como para Sindo yo creo que ha llegado el momento, y están en el sitio idóneo, como para perder ambos la soltería. No olvidemos que de seguir así esta pareja de célibes, algunos de los peor pensados podríamos llegar a hacer conjeturas sobre si este par de trotamundos asturianos, debieran salir o no ya del armario de una dichosa vez….

ulpiano dijo...

No hay duda de que esta historia de Morán está bien documentada. Supongo que cuando coincidimos, durante la Semana Santa de 1980, en un restaurante de La Alberca estaba siguiendo las peripecias de Sindo para ahora relatarlas.
Lástima que al abandonar La Alberca no hicieran parada en el Santuario de las Batuecas, situado en las profundidades de ese remoto valle, y así pudiera Morán recrear aquí tan increíble lugar.
Tal vez les ocurrió como a nosotros; llamamos a la puerta y nos contestaron que no admitían visitas, y echando pestes tuvieron que proseguir su incierto camino al sur. Descubrir el Sur, para los asturianos, ha sido siempre un imán.

Benjamín Galán dijo...

Acabo de incluir una tercera foto con un espectacular campo de amapolas en honor de Sindo pues, creo que bien se lo merece por darnos a conocer que aparte de su amo, él como equino, también le gusta pastar y descansar rodeado de esta espléndida flora silvestre, espontánea y efímera. De todos modos, este campo de amapolas debo decir que no corresponde a las tierras por las que ellos deambulan en estos momentos. En realidad corresponde a tierras palentinas. Este campo lo he visto y fotografiado en mayo de 2009 en las inmediaciones de Becerril del Carpio en la provincia de Palencia.

JM Martinez dijo...

No existe ninguna duda
que a lo que el gurú aluda
sobre historias vividas
placenteras o sufridas,
tienen lectura de agrado
y siempre está sobrado.

Anécdotas de vivencias,
exposición de ocurrencias,
ascendencia de refranes
o la génesis de frases
de contenido o triviales,
lucen con él importantes.

Política y sus sistemas,
en más de un caso, dilemas,
gran opinante de historia
con sarpullidos y ampollas,
por eso y por mucho más
le alabo su claridad,
ingenio y amenidad.

********

Es pena para Ramón
que no así para Sindo,
que no hiciese la ascensión
desde La Alberca al Portillo.

Bajaría Las Batuecas
con sus sinuosas curvas
imbricadas y agudas
hasta la aldea Las Mestas.

Lo descendí alguna vez
y otras tantas encumbré
el puerto mini Alpe D’huez
de imposible estrechez.

En la alquería Las Mestas
en territorio extremeño,
se destacó un lugareño
por artesano de mezclas.

Descubrió el Ciripolen,
una amalgama de leche,
polen, cacao con miel,
jalea real y hierba agreste.

Energizante bebedizo
de afrodisíaco resultado,
transformó al pueblerino
en empresario afamado.

Quería un pareado sólo
¡y mira tú que embrollo!
¡Buf…!

Samuel dijo...

Compruebo, con agrado, que el blog sigue vivo y con Morán a pleno rendimiento.
Regreso, depués de una semana, de tierras del Cid, en su camino al destierro de Valencia.
Viaje cultural en Burgo de Osma; visitando:Medinaceli,Almazán, Soria,S.Esteban de Gormaz,Numancia,Vinuesa y Laguna Negra.
Mucho románico, muchas iglesias y, sin lugar a duda, tenemos unos pueblos, algunos perdidos, que no tienen nada que envidiar a otros con mucha más propaganda.

Maribel Pérez dijo...

¡Que entretenido resulta este relato! La mayoría de la zona que recorre la conocemos y ya veo que la mayoría de los habituales del blog estuvisteis por La Alberca. Nosotros, a pesar de estar a punto de ir en dos ocasiones, al final no fuimos. La primera vez fue hace unos veinte años e íbamos a ir con mi hermano y mi cuñada y otro destino que llevábamos en el mismo viaje era el Puente de Alcántara. Al final no pudimos ir y hasta hace cuatro años no nos lo volvimos a plantear, en este caso era La Alberca, y alrededores, fue en un viaje que íbamos al Parador de Ciudad Rodrigo, pero una vez allí, nos entró la pereza y preferimos quedarnos dos días en el mismo sitio. Lo dejamos para otra ocasión y pensando también en el Puente de Alcántara, pero todavía no llegó el momento.

Samuel, ya veo que seguís con vuestros viajes culturales. A nosotros toda Castilla nos gusta mucho. De esa zona de Soria conocemos bastante, El Burgo de Osma, Almazán, Soria y las ruinas de Numancia. El resto que nombras no, aunque por Medinaceli pasamos. Ya te echaba de menos por el blog, aunque por diversas circunstancias esta temporada no escribo mucho.

José Manuel, ya veo que el tiempo lluvioso te devuelve la inspiración. Eso está muy bien.

E.Villamil dijo...

Mis recorridos por Castilla , no són tan culturales como los de Samuel,"los mios son m´as montaraces", al pasar por Soria visitamos las Edades del Hombre, juntyo con el impresionante Santuario de S.Saturio. Continuando el viaje a Duruelo de la Sierra,Covaleda,y desde esta subir por la pista que te acerca
a Laguna negra para a continuación coronar el Pico Urbiom, fuente del Rio Duero;Para continuar viaje al monumental Albarracin, y finalizar en la preciosa Ciudad de Teruel.

JM Martinez dijo...

Estas fechas autumnales,
por pluviosas y glaciales,
son para mí hibernales
cabe cálidos cristales.

Imbuida con su encanto
en su línea Maribel,
impulsa como Samuel
a este Blog aletargado.

Se nota que está ausente
de su habitual morada,
el que a esta cuna mece
con comentario o entrada.

Samuel dijo...

Poco a poco vamos recorriendo la provincia de Soria y parte de Teruel, como es la zona de Albarracín.
Cuando yo estuve por esta parte, estaban empezando a su reconstrucción y ya se veía la gran obra que allí se estaba realizando.
Creo que ya está prácticamente terminado, por lo que habrá que volver y no olvidarse del museo del juguete, que es una pasada.
Pues si Maribel, seguimos con los viajes culturales y hay que aprovecharlos porque parece que se verán afectados por los recortes.
Como muestra diré que nos llevaron por Benavente, Tordesillas, Valladolid, Aranda y Burgo, supongo que la comida, en Benavente, sería más barata que por la zona de Sahagún, porque no encuentro justificación a semejante rodeo. Total 7 horas y media de viaje.
A Medinaceli lo compararía con Albarracín pero con otro estilo totalmante distinto.
Por supuesto que visitamos a San Saturio y a San Juan, en las orillas del Duero.
Por La Alberca pasamos hace bastantes años, con parada en Béjar, Peña de Francia, Ciudad Rodrigo y Villamayor para visitar las famosas canteras.
No suelo informar, con antelación, de mis correrías por consejo de la G.C., para evitar sorpresas a la vuelta.
Intentaré hacer una entrada con algunas fotos, pero leyendo la visita de Ulpiano a El Pardo y el detalle con que la describe, no me siento a su altura ni de puntillas.
Haremos lo que se pueda.

Maribel Pérez dijo...

Hoy parece que todo el mundo está de puente o fin de semana largo. No lo digo por no haber comentarios, sino por las pocas visitas al blog. Bueno, el que se quedara en casa tendrá visitas y estará entretenido.

Yo por aquí y en casita. Está el tiempo bastante desagradable, llueve y hace frío. Si voy a ser sincera los días que no tengo que ir a trabajar los prefiero así, pues descanso más.

Samuel, a mí también me gustaría hacer esos viajes, pero si va a haber recortes, ya no me van a tocar. Por poder podría ir porque Manolo tendría derecho al estar jubilado, pero claro, yo tengo que trabajar. Así que ahora es falta de tiempo. Bien que lo siento.

Espero que hagas la entrada del viaje. Seguro que será interesante –como la del Salto de Grandas-. Así que deja de disculparte con la comparación con Ulpiano, que ya sabemos que nació con un “don” y es una pena que no se dedicara a escribir; pero todas las aportaciones tienen su interés.

Gera dijo...

Cuenta la Historia, no la Universal de Paniceiros, no, otra menos sutil, más fría, que cuando Franco vino a inaugurar el Aeropuerto de Ranón, empezó el exordio así, más o menos:
—Queridos vecinos de Ranón: Os hablo con la mano puesta en el Corazón…
—Menos mal —dijo uno de la muchedumbre—menos mal, que no estás en Lugones…
Menos mal que mi tío Ramón, Sindo y el can, están, de camino a Extremadura, por el Sur de Salamanca, lugares, como muy bien dice Maribel, conocidos, que, si llegan a localizarse en la periferia del lago Leman, pongo por ejemplo, alguno lo iba tener —como diría Cela— jodido para presumir. Bueno más jorobado (sinónimo) lo tiene el pobre Morán cuyo exquisito relato queda…, olvidado de sus lectores, como el arpa de Bécquer, del salón, en el ángulo obscuro, cubierto no de polvo sino de “yoes” y “egos”. Y todo a pesar de la armonía, que diría Gión, que hay en la musicalidad de la narración. Bueno, menos mal que Galán, tan atinado como siempre “adorna”, enGALANa más bien, con fotos y/o glosas, exégesis, que lo corroboran como admor., del blog. Pues bien sentado dejó ya desde el “encabezonamiento del blog” que lo más valioso de un “sitio” así, son los comentarios y las críticas: ellos son la savia (que no sabía) que mantiene viva la planta y que invita a otros a participar y a ser parte del grupo.
Bueno amigos, que el consumismo, no nos secuestre la Navidad.
Salud!
Gera

JM Martinez dijo...

Don José Manuel, Gera,
tiene una foto en el Blog,
primigenia, de la aldea,
que me genera efusión.

Como adorno del retrato
a su vera un comentario,
a veces arduo, abstracto,
cultivado y ¿doctrinario?

Pocas veces, si bien culto,
con citas de gran lector,
permite acercarse al vulgo
con amenidad y humor.

Si es don Pepe Morán
el que las Entradas cuelga,
busca el choque con afán
y deja más de una perla.

Defiende con gran ardor
la excelencia del autor,
que como otros? del Blog
gozan del “don” superior.

Como amigo de la guasa,
si tú provocas me agrada,
bien sea en gongoriano,
en don Lope o asturiano.

Y como ya estuve largo,
cierro brusco este petardo
remitiéndote un abrazo
desde la costa, un serrano.

Gera dijo...

Por tocayo te tengo, buen rapaz.
Aunque, ¡caracoles! con tanto verso
más bien uno se profesa converso
no de Corias, sí por poco sagaz.

Y no es que por apodarse Gera
Tenga derecho de pernada, ¡no!
Sólo a la Mont Blanc se condenó
Por no estar a tu altura fuera.

Pero de catequista no me tildes
Busco sólo “amenidad, humor”,
-son tus palabras- las mías: humildes.

Y sí, que no causen ningún tumor
me digo: ¡Eh!, con JmM no rivalides.
¡Qué buen poeta! No es un rumor.

En cuanto a lo demás, si es que hay algún además más importante que compartir sentimientos y recuerdos —que convierten la historia en realidad—, me agrada que hayas entendido me escrito y su ánimo dinamizador de pseudo-polémica-cultural y darme pie para admirar, tal como decía Maribel, tu facilidad de versar de tal manera, si a mí este torpe soneto costome ¡una hora!
Con la esperanza de seguir leyendo tus ingeniosos octosílabos, o ¿son eneasílabos?, pues de todo hay en tu métrica y claro la cosa es importante pues de arte mayor o menor se trataría según qué.
Fíjate, lo he impreso con fuente de 17 puntos y lo colgué en mi despacho entre dibujos de mis nietos porque “Hay caricias como rosas en la lívida…”
Gracias, J.M.Martínez
Para todos, salud!
Gera

JM Martinez dijo...

Se quedaron tan campantes
estos fineses pensantes,
cuando a todos sus infantes
les suprimen por sobrante
la caligrafía de letras
por el raudo uso de teclas.

Con la noticia, por tanto,
se condena a la escritura
al olvido y al pasado,
mostrando meta futura
con móvil y ordenadores,
tabletas e innovaciones.

??????????

Maribel Pérez dijo...

José Manuel, yo no soy docente, pero me desconcertó también el que en Finlandia vayan a suprimir la escritura caligráfica. Para los de nuestra edad resulta casi incomprensible, por muchas razones. Hace muchos años que aprendimos a escribir, pero yo no recuerdo que me costara mucho trabajo aprender.

Por ejemplo, vamos a buscar una partida de nacimiento, o certificado de nacimiento como se suele decir ahora, y nos dan una literal escaneada. Si no se sabe escribir, probablemente tampoco se sepa leer. Claro que esos niños ya no las tendrán escritas como la nuestra. Estarán con ordenador. Pero para la Historia… hay muchas cosas manuscritas, por lo que necesitarán un intérprete. Bueno, igual que los que leen los jeroglíficos.

El mundo va a tanta velocidad… Casi no se imagina uno el mundo sin móviles y sin Internet y hace poco más de veinte años que empezaron a generalizarse.

Cuando todos los expertos dicen que el sistema educativo de Finlandia es el mejor, o uno de los mejores, seguro que es así.
Nosotros estuvimos en Helsinki en 1998, con motivo de un crucero que hicimos por el Báltico para celebrar las bodas de plata, y la verdad es que viendo la calle comercial principal, recordaba a uno la calle Uría de Oviedo de hace 50 años en lo que a establecimientos comerciales y de hostelería se refiere. Los que se podían llamar “grandes almacenes” eran muy parecidos a dos, asturianos, que había en la citada calle en aquellos tiempos. Absolutamente nada que ver con los que hay y había en aquel momento. También nos dijo la guía que la vivienda media de una familia tenía 35 metros. Otra cosa curiosa es que los días de sol los empleados de Oficinas podían salir, si querían, para aprovecharlo. También había un Ferry que salía todos los días a las siete de la tarde para Estocolmo, tenía muy buenos camarotes para que la gente pudiera dormir y así poder aprovechar el día siguiente para hacer las gestiones –estaba dirigido sobre todo a negocios-. Llegaba a primera hora de la mañana y luego al final del día el recorrido inverso.


Carlos Lobato dijo...



Yo más bien creo, en la historia Universal de Paniceiros escrita por Xuan Bello en asturiano, que la otra, esa oficial descrita por un Régimen desacreditado.
No creo que Franco se dirigiese a nadie con la palabra “ Queridos”. Su forma de hablar era la burda arenga cuartelaria. Era frío como un témpano de hielo y murió como inicio su siniestra singladura, firmando penas de muerte.

Andrea (Neverland1996) dijo...

Hola!hago una visita sin mucho tiempo para elogiar las preciosas fotografías del campo de amapolas. Un campo de amapolas me parece un lugar con mucho encanto, pocos he encontrado al rededor de mi pequeño pueblecito del sur de Leon que podeis conocer en www.1puebloconencanto.blogspot.com pero todos ellos preciosos!

Te dejo también mi otro blog (http://1000historiasparacontar.blogspot.com.es/ )que aun es un proyecto pero en el que ire subiendo información sobre manualidades, lugares, reflexiones... te animo a visitarlo

Olga dijo...

Esta entrada ha tenido un montón de comentarios y por si fuera poco, el último elogiando las fotografías del campo de amapolas de nuestro "prior" y no me extraña, pues las tres están genial. Me gusta mucho la del primer plano. Se ven las amapolas en todo su esplendor.