jueves, 9 de abril de 2015
LA TRONCA Y YO
Treinta
y tres años dando clase supone bastantes cientos de alumnos, miles de horas de
clase y no pocos incidentes. Agradables casi siempre y enojosos a veces.
Existen
antologías que recogen disparates que alumnos escribieron o dijeron de palabra
en los exámenes.
Por
mi parte quiero hacer un recuento de anécdotas simpáticas que viví en tan
largos años.
1 1.
Un
año, en Madrid, tuve un alumno de 1º de FPA que además de muy atildadito y
modosito. Era tartamudo. Yo, un día preguntaba, sucesivamente a cada uno de su
clase que qué querían ser el día de mañana. El tal tartaja me contestó muy
serio: Lololo locutor de rararadio.
2 2. Abel No sé
cuantos, era un alumno que no daba golpe, pero era muy simpático. Un día
interrumpió mi explicación en su clase. “¿Puedo decir una cosa?”. Por supuesto,
dije. “Que mi abuela es virgen”.
3. Tuve una
alumna que tenía un novio en el pueblo de sus padres, otro en Madrid, en su
barrio y un tercero en el Colegio. Además se le declaró, al profesor de
Educación Física, que estaba muy cachas.
4 4. Un día se me
presentó una madre. Venía nerviosa y muy seria. Me pidió que le aclarara que
pretendía yo de su hija. Le rogué que se explicara. La nena volvía con frecuencia
a casa tarde y algo alegre. Siempre daba la misma explicación “Estuve por ahí
con el profesor de inglés”. Señora, dígale a su
hija que le dé una explicación más creíble.
5 5.
Un
día estaba vigilando mientras hacían un examen. Eran todos de un grupo que yo
no daba clase. Se examinaban de contabilidad. Yo paseaba entre los pupitres. Me
aburría muchísimo. De esa tarea deberían encargarse unos policías municipales.
Me dio por pararme al lado de una chica que parecía estar un tanto apurada. Me
incliné levemente y le pregunté con voz queda. ¿Qué tal va eso? Contestación:
“Pues ya ves, tronco, aquí pilotando”. Solté una carcajada irreprimible. Vi su
nombre en el examen y unos días más tarde, pregunté quién era. “Bueno, me
informaron, vaya joya. No aprueba ni la Educación Física”.
Hablé
con su tutor y le pedí permiso para tomar cartas en aquel caso. Empecé a
acosarla un día sí y otro también. Un día no aguantó más y me dijo:
¡Joder,
tronco, estás más interesado en mí, que mi padre ¿Por qué no me olvidas?
Tranquila
nena, cuando apruebes, tres o cuatro asignaturas, te dejo en paz. Pero si tanto
te molesta no vuelvo a ocuparme de ti.
Bueno,
vale. Tú sigue. Pero no vas a conseguir nada.
Lo
conseguí. Terminó la FP. Al cabo de tres años me la encontré por casualidad en
la recepción de la clínica Nuestra Señora del Rosario, en Príncipe de Vergara.
Salió del cubículo acristalado donde estaba con
otra señora algo mayor y vino hacia mí.
- - Hola
tronco ¿Qué tal? Exclamó.
- - Muy
bien, tronca. Me alegro de verte. ¿Trabajas aquí?
- - Sí,
tronco, muchas horas.
- - ¿Por
qué muchas? Pregunté.
- - Porque
estoy pagando la hipoteca del piso. Que me voy a casar…
- - Ay,
tronca, tronca, siempre me pareció que tu valías mucho…
Pepe Morán. Dominico-ex
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6 comentarios:
Al leer las peripecias de Pepe Morán con sus alumnos madrileños y, concretamente, refiriéndome al título del artículo, recuerdo que hace ya bastantes años, un domingo por la mañana iba yo con unos amigos por el Barrio Húmedo de León y nos encontramos con un grupo de chavales que, nada más vernos uno de ellos exclamó: ¡Pero Galán ¡ ¿qué haces tú por aquí? A lo que yo le contesté: hombre Tronco hace que no nos vemos un montón de años. Te diré que yo estoy afincado aquí en León pero el trabajo lo tengo en Madrid. Mis compañeros se quedaron un tanto extrañados al oír la jerga tan moderna que yo había utilizado para saludar a aquel amigo y me dijeron: no, si tú desde que andas por "los madriles" ya hablas como los jóvenes quinceañeros. A todo esto les tuve que aclarar que aquel muchacho al que yo le había dicho Tronco, no era tratamiento de tribu, no, era su propio apellido. Recordaréis que este muchacho es de Cangas y bastante más joven que yo pero estudió en Corias y también está casado con una leonesa. El amigo Tronco en aquellos tiempos estaba en la Academia Básica del Aire (ABA) de la Virgen del Camino.
El referido Tronco,vivía en el Corral y hijo de Un Sereno de Cangas.
¿Era Tronco o Troncoso el apellido?.
Me suena Abel Troncoso.
No, el de Cangas es Tronco y los datos, tal como dice Villamil
En el concejo de Cangas, en la zona de Sierra, pueblos de la parroquia de Santiago de Sierra sobre todo, hay unas cuantas personas que se apellidan "Tronco", incluso los dos apellidos.También hay alguno por otras zonas, pero ya menos.
Samuel estas un poco despistado, el compañero TROCO, SU NOMBRE ,es José Antonio, y el apellido con un 90% de acierto procede de Llamas del Mouro.
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