miércoles, 20 de enero de 2016
POLÍTICA O ESPECTÁCULO
Es un tema muy manido, incluso puede torcer
algún gesto por inapropiado o aburrido. A pesar de ello traeré unas breves y parciales impresiones personales aquí. Ningún problema debe haber, alguien, aproximándose a la
verdad, escribió
que todos sabemos ya del pie que cojea cada cual.
La XI Legislatura, de futuro incierto, da
estos días los primeros titubeantes pasos de su andadura. Después de ingentes, tensas y subterráneas
negociaciones han elegido la mesa que la debe regir. Las disputas sobre la composición de los grupos parlamentarios se solventarán hoy.
Quienes resultaron elegidos el pasado veinte
de diciembre tienen ante sí importantes responsabilidades; dar la
mayoría suficiente a un nuevo presidente que dote de gobierno al país -cometido que muchos analistas pronostican difícil de alcanzar- y legislar
nuevas leyes que articulen nuevos derechos y deberes. La orientación de esos votos influirá en nuestro futuro.
La fortuna es esquiva y caprichosa y, como
acostumbra, en estas últimas elecciones pudieron resultar
premiados quienes, según qué opinión, menos se lo merecen. Aunque afortunados, si se tienen en cuenta
expectativas y resultados no hubo ninguno.
Ninguno alcanzó mayoría suficiente para imponer sus propuestas. Pero conociendo el uso
que de la mayoría absoluta hizo el gobierno saliente: recortes en los derechos
sociales y restricciones en el ejercicio de las libertades, los afortunados
deberíamos ser la gran mayoría de españoles.
Ante la problemática
social -ayer una reputada y poco
sospechosa ONG informaba que el 27% de la población está en peligro de exclusión y 2,5 millones de parados no reciben prestación- y las
tensiones separatistas instaladas en el país, quienes
recibieron mandato y apoyo suficiente para pactar deberían centrar sus esfuerzos en lograr acuerdos con el objetivo de
revertir la actual situación. No parece admisible en esta tesitura
dar cancha al juego de líneas rojas de quita
y pon. De la capacidad para alcanzar acuerdos y
ofrecer soluciones depende el éxito de la
legislatura. De la falta de acuerdos, su fracaso, el final de esta oportunidad
política, y la convocatoria de nuevas elecciones ¿indeseadas? por la mayoría.
Cierto que lograr acuerdos de gobierno se
presenta difícil. Una evidencia de la última campaña electoral, y en cierta medida de su resultado, es que estamos
ante nuevas formas de hacer política (si no son nuevas han adquirido
mayor intensidad) convirtiéndola en un espectáculo más. Los medios, sin exclusión, ofrecen hasta el aburrimiento debates excluyentes, actuaciones
y entrevistas banales que cultivan lo
anecdótico en detrimento del análisis de los
distintos programas. Tal vez es éste el más recién descubrimiento de quienes manejan los hilos del poder. Ni los más ingenuos deberían pensar que los poderes económicos propietarios de los medios ceden sus platós para promocionar a un partido sin pasarle factura cuando llegue la ocasión.
Imaginar una realidad en la cual la política sea sustituida por el espectáculo y que esté en manos de
los telepredicadores de turno
resulta una pesadilla.
No debe extrañar por eso
la tentación a convertir al Parlamento en un plató de televisión. Su Sesión de
Constitución no estuvo exenta, más bien caracterizada, de actuaciones
pintorescas; desde las declaraciones y gestos de mal gusto por parte de
representantes elegidos en las listas del partido del gobierno saliente sobre formas de vestir
o rastas de algún nuevo diputado, hasta los fuegos de artificio verbales
pronunciados al prometer su cargo por parte de no pocos de los recién llegados. Éstos tratando quizá de la labrarse una épica de la que aún carecen o de iniciar su
próxima campaña electoral. Incluso una diputada apareció con su bebé. No seré yo quien
discuta el derecho de una madre a no separarse de su hijo, menos a quien luche por la conciliación familiar.
Pero, aunque pueda parecer poco moderno y a riesgo de ser tachado de algo que
no soy, mi opinión es que el lugar de un bebé está en su casa o en la guardería, no en el
Congreso de los Diputados. Una cosa es reivindicación y otra
espectáculo. El derecho de apego al que se acoge la madre ¿está
de acuerdo con la legislación vigente de
protección al menor?
Al
parecer en esa sesión inaugural espectáculo y política se
cruzaron en la puerta, uno entraba mientras la otra salía.
No
resulta extraño que, en la práctica, quedaran eclipsados otros
comportamientos peligrosos y no menos llamativos; los cambios en el tono de
voz, de arrogante a suplicante, del portavoz del partido que gobernó durante los últimos cuatro años para
reclamar pactos sin avenirse a cambiar de política. La
misma que, desde su mayoría absoluta, despreció cualquier
tipo de diálogo con los demás dando alas al incremento de la
desigualdad -hoy se publica que los 20 españoles más ricos tienen tanto como el 30% más pobre- y
al auge del preocupante anacronismo separatista.
En
paralelo los llamados barones del segundo partido más votado se
afanaban, se afanan, en poner palos en
las ruedas y mover la silla de quien detenta la dirección de ese partido con la cada vez menos secreta intención de tomar ellos los mandos con un no declarado pero sospechoso
propósito.
Pero lo más grave fue
que centrados en el espectáculo casi pasó desapercibido
por el hemiciclo, y pudo emitir su indigno voto, un reelegido diputado
segoviano imputado por corrupto.
Éste puede ser un parlamento florido. Pero sabido es que las flores
se marchitan, desaparecen, y quedan en la nada si no dan fruto.
ulpiano rodríguez calvo
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3 comentarios:
Ulpiano, como siempre, muy acertado en sus comentarios.
Yo diría que es mas bien espectáculo y no se libra ninguna de las compañías que intervienen en el ruedo.
A la hora de la verdad, todos enseñan sus intenciones por mucho que se empeñen en hacernos ver que sólo defienden nuestros intereses.
Sabes sobradamente que "a río revuelto" siempre hay ganadores y perdedores. Lo malo es que, ganadores y perdedores, siempre son los mismos.
Hasta los más profanos en el tema vemos la situación muy complicada.
Pues ya ves Samuél, a medida que pasan los días, nos dan nuevas sorpresas y las cosas se complican mas. Veremos hasta donde llegan.
No se si os habéis enterado que "nuestro" Convento-Parador fue elegido como el mejor de 2015. Esta sí fue una buena noticia.
Si Olga y, contra todo pronóstico, está teniendo muy buena acogida.
Yo era uno de los más pesimistas y me alegro de equivocarme.
Lo malo es que siempre hay algo negativo y es que algún establecimiento de los alrededores ha visto mermada su facturación por culpa del parador de Corias.
Esperemos que continúe así por mucho tiempo.
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