PRESENTACIÓN. Husmeando en el Facebook he visto un artículo que era compartido por infinidad de los muchos amigos puertorriqueños que el Padre Basilio tiene en esas tierras caribeñas, y como me consta que muchos de los visitantes de este blog no son asiduos al Facebook, he considerado oportuno el insertarlo aquí.
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EL PÁRROCO DE CALERUEGA
Tal vez no muchos sepan que el pueblo natal de nuestro
fundador, santo Domingo de Caleruega, lleva muchos años, y hasta el día de hoy,
impregnado de recuerdos, experiencias y algo de sabor caribeño. Desde 1991, el
párroco de Caleruega, fr. Basilio Cosmen, O.P. natural de Cangas de Narcea,
Asturias, fue misionero por 19 años en Yauco, un pueblo de la costa suroeste de
la Isla de Puerto Rico. Fr. Basilio, que incluso tiene una calle del centro
del pueblo caribeño a su nombre, nos habla de sus orígenes: “Vengo de una
familia de arrieros, transportadores de mercancía y personas, desde Asturias a
Madrid, durante siglos. Mi Padre, ante lo incierto de aquel trabajo, se asentó
en Cangas del Narcea, Asturias y gran emprendedor, sacó adelante negocios y
familia. Primera mitad del siglo XX. Se casó allí y criaron siete hijos,
orientados al trabajo y al comercio. Uno siguió la orientación de transportes y
creó una gran empresa”.
Su vocación dominicana llegó hasta la vida de fr.
Basilio desde muy pequeño. El nos cuenta que, “Cuando el año 1936 hubo en
España la persecución religiosa, dos Monjas de Clausura Dominicas (que tuvieron
que abandonar el Monasterio que había en el pueblo pues eran perseguidas), se
refugiaron en mi casa. Yo tenía 4 años. Se rezaba mucho y cuando pudieron
volver al Convento, ya habían sembrado en mí la vocación religiosa dominicana.”
El Convento de San Juan Bautista de Corias, en ese tiempo casa de formación,
quedaba a dos kilómetros de la casa familiar de fr. Basilio. Allí ingresó para
los estudios de secundaria y, a apenas a los 15 años, vistió el hábito
dominicano. Su noviciado lo hizo, sin embargo, en el Convento San Esteban de
Salamanca. Luego de su ordenación presbiteral estuvo asignado al Colegio de los
dominicos en Oviedo y luego al Instituto Laboral de Corias.
En 1972, fr. Basilio llegó a Yauco, Puerto Rico junto
a un grupo de frailes de la Provincia de España a la que el Vicariato
Provincial de Holanda en la Isla dejó la Casa y Parroquia Nuestra Señora del
Rosario. Luego de las medidas de Mendizábal en España y sus colonias a mediados
del siglo XIX y la exclaustración de los religiosos españoles en América y El
Caribe, fue hasta 1904 que los frailes de la Provincia de Holanda, venidos de
la Isla de Curação, restauraron la presencia de la Orden de Predicadores en
Puerto Rico. Precisamente fue a la Parroquia de Yauco a la que fueron enviados
por primera vez. Fr. Basilio Cosmen llegó para ser párroco de esta parroquia
que, entonces, cubría todo el municipio cafetalero de 179 km² y 20 barrios,
casi todos rurales. Su misión como párroco del pueblo caribeño duró casi 20
años.
El actual párroco de la ciudad natal de Santo Domingo,
recuerda sus años caribeños como predicador: “Mi vida en Yauco y sobre todo mi
vida sacerdotal, fue totalmente satisfactoria. Éramos un grupo de dominicos en
juventud madura y nos entregamos totalmente al apostolado en el Pueblo y en los
Barrios, donde había ya capillas y en otros se fundaron. Nos ayudaban las
Hermanas Dominicas de Fátima, sobre todo con la catequesis, con muchos grupos
por el Pueblo y en los Barrios, y en las visitas familiares. La
preparación bautismal se atendió con esmero. Se dio la Campaña del P. Peyton y
aún continúan los grupos de Oración en Familia. Se crearon los Ministros
Extraordinarios de la Eucaristía con una entrega y vitalidad extraordinaria.
Los Cursillos de Cristiandad representaron un gran empujón espiritual en la
Parroquia. En los últimos años llegó el Movimiento Juan XXIII arrasando con su
influencia y aún está muy vivo. Había Retiros para Matrimonios y sobre todo
para jóvenes, que se llegaron a dar más de 200 y se creó una potente Juventud
Católica, que alimentó mucha vida espiritual en la juventud del pueblo,
saneando mucho las costumbres”.
Si bien la presencia de los frailes de la Provincia de
España duró hasta el año 2002 en Yauco, cuando la Casa y Parroquia de Nuestra
Señora del Rosario pasaron al Vicariato General de la Santa Cruz de Puerto
Rico, el paso misionero de fr. Basilio finalizó en 1991, cuando fue asignado al
Convento de Caleruega para desempeñarse como párroco del pueblo. Según fr.
Basilio, “Caleruega es un lugar emblemático para los Dominicos. Es donde nació
Santo Domingo de Guzmán, nuestro fundador y fundador del Rosario. Por esta
razón recibimos muchas visitas de Dominicas y Dominicos, que vienen a las
fuentes. Los noviciados de las distintas naciones de Europa nos visitan todos
los años, en ambiente encantador de juventud motivada y motivadora dominica. Todos
los veranos hay una gran Asamblea de Familia Dominicana. Actualmente se prepara
para septiembre una gran reunión de Cofradías del Rosario.”
En cuanto a la Parroquia, su párroco “medio caribeño”
señala que, “Caleruega es un pueblo castellano, con pocos habitantes durante el
año y mayoría de adultos avanzados, con una fe inconmovible los mayores y con
la triste influencia del laicismo, tan desgarradora en España, por contagio a
la juventud. A Santo Domingo lo tienen todas las familias como “de casa”, y sus
fiestas son muy celebradas, siendo la recién celebrada “Romería del Santito o
de Castro”, la que toca el corazón de todos los del Pueblo, que vienen a
celebrarla desde donde vivan. Ese día no hay vergüenza de rezar el Rosario o
cantar “Viva María…”, como alimento de la fe para que no se pierda.” De manera
muy simpática, entre los signos que adornan el altar de la pequeña iglesia
medieval en donde recibiese sus primeros sacramentos santo Domingo, está una
pequeña bandera del pueblo cafetalero al que fr. Basilio regresa cada año,
invitado por los grupos apostólicos que él acompañó por tanto tiempo.
De todos modos, fr. Basilio considera que la
gran columna de espiritualidad del pueblo de Caleruega, es el Monasterio de
Monjas Contemplativas Dominicas, fundado en el siglo XIII para que no se
perdiese el recuerdo del Santo, sobre los solares donde vivía la familia.
Afirma, convencido, el párroco de Caleruega, que “Su vida de clausura, su rezo
diario de alabanza a Dios, su austero ejemplo, su amorosa atención a la gente,
son las que dan categoría al Pueblo y tiene resonancia sobre todo en la
Provincia.”
Comparando el ministerio de predicación actual en
Caleruega, con el que tuvo en la costa y campos del Caribe, fr. Basilio
considera que “de Parroquia a Parroquia el cambio es enorme y los modos de
actuar bien distintos. El mismo frío del invierno, contrae un poco los ánimos
para mostrar entusiasmo y el carácter seco castellano les da un modo de actuar
bien diferente. Casi no hay matrimonios jóvenes y la mayoría de los niños (12
hay en la escuela), no son españoles, y son cristianos ortodoxos. Podrá haber
tres bautismos al año y lo mismo bodas, porque vienen de afuera, un poco por
tradición familiar. De todos modos, no falta el grupo de Señoras, que todos los
días acuden al Rosario y a la Eucaristía.” No es de extrañar que el cariño, la
dedicación atenta y pasión por la Verdad que dona fr. Basilio a la grey que
recuerda los inicios en la fe de nuestro santo fundador, tienen mucho sabor del
Caribe, ese que aprendió el párroco de Caleruega en sus queridos años en Yauco.
1 comentario:
Preciosa historia,mas o menos lo sabia,Caleruega, la conozco bien pero hace tiempo que no voy, pero tiene alli un jardin que te sentabas alli de noche,en verano claro, que paz
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