viernes, 12 de febrero de 2016
¡OYE, TÚ!
No tengo ninguna intención de alimentar nuevas polémicas.
Menos de ofrecer blanco a los emboscados que tras el anonimato disparan ráfagas de su peculiar partidismo. (Aunque en ocasiones
resulte difícil, soy el primero en reconocerlo, asumir a cara
descubierta afinidades políticas o comportamientos personales; el único autorizado a hurtarnos su personalidad real en el blog
debiera ser el anónimo apodado Jesusín
o Pelgar -hace tiempo misteriosamente desaparecido- por habérselo ganado con sus ocurrentes, raciales y mágicas historietas recreadas bajo las luces y sombras de
Cangas).
Después
de este, tal vez innecesario, preámbulo intentaré ir al motivo de estas líneas que no es
otro que la carta de la señora Báñez, ministra(-ex que diría
Morán) de Empleo y Seguridad Social. La misma que hace algún tiempo aseguraba que estábamos
saliendo de la crisis gracias al capote que nos había
echado la Virgen del Rocío.
Esa carta la hemos recibido todos los que ya “disfrutamos” de
la jubilación, en ella se nos comunicaba el “generoso” incremento de un 0,25% en la pensión.
La medida, anunciada con antelación y padecida en años
anteriores, a nadie debió coger por sorpresa. Personalmente debo
confesar que, incluso más que la birriosa subida, me ha molestado el tono de
recochineo que desprende la carta.
Entre la hojarasca de alabanzas a la
gestión del Gobierno y justificaciones de la decisión que se comunica figura la siguiente frase: “El protagonista de esta mejora eres tú”.
Dejando de lado que la señora ministra sitúe ahora el protagonismo de la
recuperación en nosotros, también se podría decir que a la fuerza ahorcan, y no en el capote de
ninguna virgen, sorprende el tuteo a que nos somete.
El tuteo es una forma de trato entre
iguales, entre personas próximas y de confianza, algo que no creo exista entre la
ministra y la inmensa mayoría de los receptores de esa carta. No se me ocurriría, en caso que esto fuera posible, pasar un día por La Castellana y subir al despacho que ocupa en su
ministerio para decirle: “oye, ministra,…”
Ese tuteo de la carta, también el usado por muchos otros políticos
con los que ninguna afinidad une, tiene claras reminiscencias con el “¡Oye, tú!” proferido
al camarero por el prepotente de turno acodado en la barra del bar o por el señorito terrateniente montado a caballo para dirigirse al
bracero que trabaja la tierra; cuando, por respeto y educación, el camarero y el bracero están
obligados a responder de usted. Tal vez sean reminiscencias que aún perviven del falso tuteo, tan del gusto de antiguos
jerarcas vestidos de camisa azul bordada con yugo y flechas.
Se dirá con toda razón que esto del tuteo es una nimiedad
comparado con la situación a la que están conduciendo la Seguridad Social.
Por mucho que en la carta se diga “La Seguridad Social es, sin duda, nuestro principal
proyecto de solidaridad”, el Gobierno saliente no ha escatimado medidas para
arruinarla, con el no confesado, por impopular, propósito
de favorecer los planes privados de pensiones.
Así, alardean en esa carta de creación puestos de trabajo al tiempo de ocultar que la inmensa
mayoría de éstos son en precario, de meses, días,
o incluso horas, con salarios que toman por referencia el SMI ya fijado, “generosamente” por el Gobierno en funciones, en
655,20 e/mes para 2016. Unos contratos laborales que aportan cotizaciones írrisorias a la Seguridad Social mientras las grandes
corporaciones, con beneficios de miles de millones anuales, tributan, cuando
tributan, a tipos mínimos.
Las subvenciones concedidas a las empresas por
crear puestos de trabajo cierra el círculo ruinoso al que está sometida la Seguridad Social. Se está invitando con el dinero de los demás, en este caso con los depósitos
del Fondo de Pensiones. No puede resultar extraño
que durante el mandato del Gobierno saliente ese Fondo de Pensiones se haya
reducido a la mitad, de más de 60.000 millones de euros en 2011 a unos 30. 000 en
2015.
De continuar con la política económica del Gobierno ahora en funciones dentro de cuatro años, quienes vivan o vivamos, verán
o veremos que las pensiones ya no se incrementarán,
ni en este miserable 0,25%, se reducirán drásticamente.
Pero nada de esto, me parece, dice la
carta.
ulpiano rodríguez calvo
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5 comentarios:
Hombre Ulpiano, tampoco es para ponerse así. Ya sabes que en época de campaña se suelen perder los buenos modales.
Tampoco te hagas muchas ilusiones, ya sabes que estos comportamientos no gozan de la propiedad conmutativa por lo que te aconsejo no pases por Los Nuevos Ministerios para comprobar los resultados.
Yo me mosqueo un tanto cuando me tratan de Vd., pues entiendo que me ven menos joven de lo que me gustaría.
Hay otro detalle que me llamó más la atención que ese que comentas y es la carta que envió el presidente del gobierno en la que aseguraba que el partido estaba libre de corrupción. Aquí habría que repetir la famosa frase de Trillo en el Congreso.
También me llamó la atención ver algún político, en la entrega de Los Goya, vestidos de pingüino (supongo de alquiler) cuando generalmente andan descamisados y con pantalón vaquero.
Estos detalles, de cambio de indumentaria, según el evento, es demasiado frecuente, supongo será aconsejados por los asesores de imagen, aunque en muchas ocasiones se les vea el plumero.
Mi consejo es que no te arriesgues a pasar por La Castellana para no cabrearte inútilmente.
Ya sabes lo que dicen que dijo Bernard Shaw: ”Los políticos y los pañales han de cambiarse a menudo... y por los mismos motivos”.
Lo peor de todo, desde mi modesto punto de vista, es que no hay solución a la vista.
Yo creo que lo que pasó en Grecia es el indiscutible triunfo del capitalismo más extremo. Quisieron revelarse contra la injusticia de los "mercados" tratando de vivir un poco mejor y lo que les hicieron fué lo que, en términos coloquiales se llama, "pisarles la cabeza".
Declararon al pueblo llano culpable de los dispendios que habian hecho sus políticos de profesión y, por tanto, responsables de todos los males que les aquejan y aún deben de estar agradecidos de que les dejen respirar. Por supuesto ninguno de los políticos que los llevaron a esta situación asumió la mínima responsabilidad.
Eso mismo nos puede ocurrir aquí. Ni se nos pase por la imaginación el "sacar los pies del tiesto" porque los que manejan el "cotarro", que, en definitiva, es el Capital con mayúsculas no lo va a permitir.
Pero los seguimos votando. Tenemos que estar agradecidos a los mastines que nos conducen a los pastos y al redil cuando lo consideran oportuno.
Recomiendo la lectura del "Ensayo sobre la lucidez" de José Saramago.
Lúcido también es tu comentario, Felipe. Estamos en una etapa de retroceso, tienes toda la razón. Pero no nos conviene olvidar, aunque ahora nos resulte de escaso consuelo, que la historia, con sus avances y retrocesos, avanza en una sola dirección, no por propia inercia, empujada por la mayoría cuando se agrupa en busca progreso.
Ya sabes que Saramago, años antes de escribir Ensayo sobre la lucidez, escribió, no por casualidad, Ensayo sobre la ceguera, y entre la ceguera y la lucidez estamos.
Saludos
Podría hacer varias reflexiones sobre estos comentarios, pero como no tengo ganas de que algunos me echen los "perros", me las guardaré para mejor ocasión. Saludos.
Julio, en mi opinión es un error que renuncies a expresar tus reflexiones por temor “a que te echen los perros”. Si hasta yo, insensato de mí, me atrevo a polemizar con el profesor Morán. Tengo la ventaja de que él renuncia a la polémica pública, pero ya verás cuando me coja en persona.
Al releer mi comentario de ayer tengo que pedir perdón por, entre otras cosas, asignar al señor Olozaga unas erres que no le correspondían y birlar las diéresis al señor Argüelles.
Cosas de la edad.
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