viernes, 3 de julio de 2015
El amor y los grafiteros
Texto y fotos: jrFRANCOS
Creo que ya existe ese libro, pero aún así, como la
producción es tan abundante como mies tiene Castilla, se podía ir uno de viaje
por ahí en moto, cámara en ristre y fotografiar pintadas de las que tanto
abundan. Clasificarlas por temas, después, y hacer unos comentarios sobre las
mismas o sobre el conjunto, lo que sería ya un ensayo. Quedaría un libro ameno
de leer con ribetes sociológicos. Y sería un trabajo de campo placentero, si
con ausencia de reloj y calendario, pero con un buen estómago para comer de
todos esos platos buenos y buenos vinos beber que hay por ahí. Alguna visita a
monumentos o asistencia a conciertos o fiestas, de las que tan prolija es esta
España nuestra, y las vacaciones serían perfectas. Bueno, siempre que a la
grupa de tu caballo de hierro fuese una chica. Viajar, comer, beber, visitar
lugares, escuchar música al aire libre, fiestas, amor... ¿Hace falta algo
más para sentirse a gusto?
Sin moto y sin viajar es lo que he
hecho yo yendo a la Estación de Autobuses, que la tengo aquí mismo al lado.
Está hecha una penita. A ver si mi antiguo compañero de trabajo, el
popular Manuel Lavado Barroso -que renovó mandato-, cuando lea esto (porque le
avisaré de su publicación) manda una cuadrilla y que limpien un poco, por
favor, que es una vergüenza que algo que es escaparate de tantos viajeros esté
como la cara de un indio pero sin arte ni gracia.
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Las pintadas que yo recopilé/fotografié
versan sobre el amor. Sin más dilaciones, paso a presentároslas, añadiendo
algún comentario breve. En todas ellas se transcribe el texto, pues en
algunas está tan enmarañado que se hace preciso.
1. "Te quiero a rabiar". Debe ser la versión
canina de "Te quiero con locura". Nunca entendí que se dijese
"me gusta a rabiar" y el caso es que se dice.
2. "Ponte una vacuna". Oportuno consejo médico que
le da el comentarista, que sabe que hay que vacunarse para prevenir la rabia.
3. "Te digo que puedo parar el mundo con solo
mirarnos". Pobre hombre, está tan perdidamente enamorado que tiene ella
que advertirle que él podrá mirarla, pero ella no, porque es ciega.
4. "Mirémonos hasta llegar a nuestro límite, el
cielo". Estoy en la gloria (que está en el cielo), de Madrid al cielo...
El cielo, lo máximo o como dice el galán, el límite máximo de felicidad a
que puede aspirar una persona.
5. "Algo más que una atracción". El romeo que
escribió esto cree aún en los Reyes Magos y en que los niños vienen de París.
Considera atracción a la pasión carnal, que separa del sentimiento puro, que
parece es lo que siente por ella. ¿Puede ser? ¿No son dos cosas inseparables,
que se retroalimentan? El joven y casi seguro que adolescente, probablemente no
vio la película "¿Por qué le dicen amor cuando en realidad es sexo?"
6. "Quiero formar un país contigo y llamarlo Estamos
Unidos". Ésta me ha hecho sonreír por lo bien que conjuga amor con
geografía.
7. "No solía creer en nada, después te conocí". El
milagro del amor, que cura hasta el escepticismo, esa postura ante la vida que
indica que acumulas muchas experiencias desagradables y/o arrugas y canas.
8. "Yo tu yonki, tú mi dosis". Auténtica
declaración de amor en versión drogata o para que suene mejor, psicotrópica.
Eso es todo, lectores del Blog. Una
entrada sin profundidades, ligera de contenido, como el tinto de verano: de
buen beber. Y es que el verano no da para más. Hasta los periódicos traen menos
páginas. Como para ponerse uno a pensar en temas serios y escribir luego aquí.
Que os vaya bonito.
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2 comentarios:
Ante el vandalismo perpetrado contra muros, edificios y mobiliario urbano, Francos, buen aliado del medioambiente, busca la raíz y el sentido que empuja a desconocidos a pintarrajear, con trazos de dudoso gusto, sus emociones en una indefensa pared.
Al ser el “amor” el pretendido impulsor de las “pintadas” expuestas, tema en el que Francos se suele mostrar experto, le permite extraer con humor, tinto de verano dice, algunas de las “profundas” razones que guiaron a la mano que manejó el spray.
Frases pintadas que además de ensuciar paredes, como muestran las fotografías, y que tan acostumbrados estamos de ver, ponen de manifiesto la cobardía del ignoto pintor, incapaz de decírselo, mirando a los ojos, a quién de verdad van dirigidas. Cierto que no siempre resulta fácil, incluso imposible, expresar los sentimientos de forma directa. Pero para estos casos existe una forma mucho más cívica que la de emborronar fachadas, la de callar.
Es mi opinión por estar radicalmente en contra de la actividad grafitera, excepto en dos casos:
Uno, cuando se utiliza como medio de expresión al ser negado éste por una dictadura - “Libertad”- “Democracia” -“Amnistía” y otras palabras reivindicativas, trazadas con premura y temor, no ensuciaban las paredes, las dignificaban, en tiempos del franquismo.
Dos, cuando el graffiti es arte y realza el soporte sobre el que ha sido creado. Éstos, entre el maremágnum de los abominables, son escasos. A bote pronto recuerdo a Muelle, en los pasados ochenta, prematuramente fallecido, y al tan celebrado Banksy que, por desgracia, opera fuera de nuestras fronteras.
Yo no calificaría estas pintadas como grafitis. Diría que son borrones y no de muy buen gusto.
Hay que reconocer que existen verdaderas obras de arte y, bajo mi punto de vista, prefiero ver algunas paredes llenas con estos detalles que con carteles anunciando este o aquel producto.
Aqui, en Gijón, donde antes estaba la escuela de peritos y ahora un gran aparcamiento público de pago, poco a poco han llenado una fachada de grafitis que merece la pena pararse a contemplarlos.
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