PRESENTACIÓN

Anualmente cuando nos reunimos los antiguos alumnos de Corias, bien sea en grupos minoritarios por promociones en diferentes lugares del Principado y alrededores, o de forma general en el encuentro de Corias a finales de cada mes de septiembre, siempre solíamos comentar al sentir la alegría de juntarnos de nuevo que, era una pena el que hubieran pasado tantos años sin comunicarnos y sin saber unos de otros.

Afortunadamente, en estos tiempos eso está subsanado gracias a los medios informáticos disponibles que tenemos a nuestro alcance. Aprovechando la oportunidad que nos brinda BLOGGER para poder crear un espacio cibernético común, en la nube, donde se pueda participar y expresar los recuerdos que cada uno de nosotros guardamos celosamente de aquellos años, es cuando surge el Blog de los antiguos alumnos de Corias.

Esta elemental presentación lo único que pretende y persigue es reavivar la amistad y la armonía que hemos trabado entre todos nosotros durante los años de convivencia en el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias y, que a pesar del tiempo transcurrido, aún perviven frescas en nuestro recuerdo.

Otro de los objetivos del blog es recordar y compartir las peripecias vividas por aquellos jóvenes que coincidimos bajo las mismas enseñanzas, disciplinas, aulas, comedores, dormitorios, juegos, etc., durante varios años en el convento de Corias y que aún las tenemos muy presentes.

La mejor forma que tenemos para rememorarlo es ir contando en este blog todos los pasajes que cada uno de nosotros recuerde, expresados con la forma y estilo propios de cada uno pero, siempre supeditados a los principios del buen gusto, el respeto y a la correcta educación que nos han inculcado los padres dominicos. El temario en principio aún siendo libre, sí debiéramos procurar en general, que tengan preferencia los temas relacionados con el colegio y su entorno, ya que es el vínculo y denominador común entre todos nosotros.

Como es lógico, cada colaborador es el único responsable de sus opiniones vertidas aquí en el blog; las cuales pueden ser expresadas libremente sin condicionantes ni cortapisa alguna por parte de la dirección; tan solo debemos atenernos todos, a las premisas mencionadas anteriormente del respeto y el buen gusto.

Una vez hecha esta breve presentación, se pide la colaboración y aportación de todos los antiguos alumnos pues, seguro que todos tenemos algo ameno e interesante que contar. Unas veces serán relatos agradables y divertidos, y otras no tanto; pero así es la realidad de la vida.

Al blog le dan vida una serie de antiguos alumnos que colaboran de forma fehaciente y entusiasta con Benjamín Galán que es el bloguero administrador. A este galante caballero el cargo de administrador no le fue asignado por méritos propios, más bien por defecto, de forma automática; simplemente, por ser el titular del blog. Pero podría delegar el cargo en cualquier otro colaborador que así lo deseara.

De antemano, muchas gracias a todos los participantes y colaboradores. Tanto a los antiguos alumnos y profesores que deseen intervenir, como a todos nuestros amigos lectores.

¡A colaborar y a disfrutarlo!

(21 de noviembre de 2009)

B. G. G. (BLOGUERO PRIOR)

martes, 30 de octubre de 2012

CRÓNICA DE UN VIAJE POR FRANCIA. ETAPAS 1 Y 2




+ I - CRÓNICA (CASI TELEGRÁFICA) DE UN VIAJE POR  FRANCIA.

Al finalizar cada viaje, consciente que el tiempo es una goma implacable y todo lo borra, sentía la necesidad de escribir algo sobre él, para  desafiar el olvido al  que estaba condenado. Otras ocupaciones, y la pereza, siempre lo impidieron. Hasta este último viaje  viniendo hacia aquí, cuando, después de tomar algunas notas durante el recorrido, al llegar me puse a escribir. La intención inicial era dejar un recuerdo escueto, telegráfico, pero las palabras, como plomo derretido se derramaron, resultando más pesadas que la primera intención. Y esto solo contando una parte del viaje; y ya se sabe que, en este tipo de recorridos fugaces, solo se conoce y percibe una mínima parte de lo visitado
Al menos cumplí un deseo, mi hija siempre me animaba a que lo hiciese, para después ella leerlo, como una forma de viajar juntos. Este viaje ya lo hemos hecho a través de estos folios.
Hace unas semanas comenté a Galán, como prior de este blog, la existencia del relato. Él me animó a enviarlo a pesar de que no pudiera ir acompañado, por falta de medios y práctica, de alguna de las fotografías que había tomado. De ese capítulo, como hace en todas las entradas que le envío, ya se encargaría él. Dudé,  pensando que por extensión y tema tenía difícil encaje en el blog, hasta  llegar a la conclusión que el blog es como una librería: entras, ojeas, tomas para leer aquello que interesa, y lo que no, se queda en la estantería. Así pues, ahí va.


1ª ETAPA.---DE HENDAYA A  NANTES

Era una mañana temprana de finales de agosto. La fina lluvia azotaba los pinares crecidos sobre los arenales de Las Landas mientras la caravana de vehículos cargados hasta los topes, con bultos y bicicletas, se dirigía hacia el norte como lentas tortugas anunciando el final de las vacaciones.
 Autopista de dos carriles por sentido, tramos en obras, velocidad autorizada 110 respetada escrupulosamente por los franceses, todos por la derecha hasta alcanzar 115 para adelantar provocando la desesperación de quienes, casi siempre extranjeros, circulan por la izquierda a velocidad superior conscientes o no del pago inmediato, o inmovilización del vehículo, si los gendarmes detectan la infracción. Pasado Burdeos y sus famosas comarcas vinícolas - este año anuncian mala cosecha en la zona-, la autopista mejora, velocidad autorizada 130, y el sol comienza tímidamente a despuntar. Al atravesar Cognac el sol resplandece ya sobre los cuidados viñedos, festoneados por rosales, productores de ese líquido dorado que, si es auténtico, entra como la seda. Más al norte, a la altura de la llamada Venecia Verde, la vista se pierde por infinitos verdes maizales cruzados por brochazos gruesos de amarillos girasoles.

Nantes recibe patas arriba. Las obras, como se descubrirá más adelante, se extienden por gran parte de Francia trayendo a la memoria el Madrid de Gallardón con crédito fácil y ansia de dar negocio a sus amigos constructores. Pero a pesar de las obras Nantes tiene cosas interesantes. La catedral gótica puede resultar un tanto fría, hasta artificial; fue reconstruida hace unas decenas de años, después de un pavoroso incendio, pero su  interior alberga la magnífica tumba renacentista de Francisco II. Al lado de la catedral se encuentra una puerta románica de apariencia más auténtica. Por ella, dicen, entró Enrique IV antes de pronunciar la frase que le hizo famoso: “París bien vale una misa” y firmar el “Edicto de Nantes” para acabar con las guerras religiosas entre católicos y protestantes. Cerca se encuentra el Jardin des Plantes, el Jardín Botánico, abierto al público, muy cuidado, con abundantes plantas exóticas, también estanques, fuentes y patos, y una agradable terraza para sentarse a tomar algo. Próximo está el rehabilitado Castillo de los Duques de Bretaña, del siglo XIII, al que antiguamente el Loira lamía los pies de su muralla.
 Nantes, como tantas ciudades de España, ha sufrido la reconversión industrial. Actualmente en el lugar que ocupaban los antiguos astilleros se levanta una especie de parque temático con creaciones mecánicas fantásticas, entre ellas un elefante de 12 metros de alto y 45 toneladas de acero y madera que se desplaza por la zona, entre el crujido de sus articulaciones, llevando en el vientre y lomo hasta 50 personas. Imaginación no falta en esta ciudad cuna de Julio Verne cuya casa está convertida en museo. Existen varios museos, algunos curiosos, como el de la antigua fábrica de galletas Lu. Esta tierra es también afamada productora de galletas.
El centro tiene zonas tranquilas para pasear y disfrutar de terrazas, y un lugar, La Cigale, para comer y deleitarse con el marco sin arruinarse. Este restaurante, fundado en el siglo XIX, es una institución en la ciudad, con maderas talladas, dorados, azulejos art déco, frescos en el techo; puro francés de la Belle Epoque, y encima se come bien. Eso si, conviene reservar. Para los amantes del chocolate otro local precioso y chocolates espectaculares, hasta “chocolates de verano” ofrecen en esta época: el Gautier Débotté.
La impresión es que los habitantes de esta ciudad son especialmente amables: basta detenerse en una calle a consultar un plano para que alguien se acerque, solícito, a facilitar información del destino buscado.

2ª ETAPA.---DE NANTES A ST-MALO  
 Un cielo plomizo cubre la autopista y se tiende sobre las suaves colinas cubiertas de prados y maizales, también de espesos bosques de robles y abedules, camino de St-Malo. El conjunto de edificaciones y murallas formando una ciudadela sobre el mar, la  ciudad intra-muros, resulta muy armonioso; pasear por sus calles es como hacerlo siglos atrás. A ambos lados se extienden playas kilométricas, largas y anchas cuando baja la marea, y que desaparecen cuando está alta y el mar golpea con fuerza el muro. Por toda esta costa las mareas son muy vivas, llegando a variar hasta quince metros el nivel del mar. Ignoro que hay de cierto, pero alguien asegura que las aguas de ciertas mareas suben por la playa a la velocidad del galope de caballo A lo largo de esas playas se suceden paseos que invitan a caminar y contemplar las variadas pero armoniosas construcciones, muchas de ellas hoteles, que obligan a recordar, con pena, el desastre urbanístico de casi toda la costa española.
Cerca, al este de St. Malo, se encuentra Cancale, el paraíso de las ostras, al que se puede acceder en barco aunque más práctico resulta hacerlo en coche. A este pintoresco pueblecito se va a comer ostras, también otros mariscos y pescados, a unos precios muy razonables. En el caso de las ostras, las hay de todo tipo y tamaño, mucho más baratas que en España, especialmente si se compran en los puestos de venta del muelle y se consumen en las gradas del dique. En las rampas de bajada a nivel del mar hay auténticas montañas de conchas de ostras ya consumidas que se van llevando las mareas. Pero más cómodo resulta degustarlas en alguno de los múltiples restaurantes que rodean el puerto. Uno con una relación calidad- precio muy conveniente es el Au Pied de Cheval. Para los rumbosos hay hasta un tres estrellas Michelin.
Desde Cancale se divisa, como una pequeña pirámide emergiendo del mar al fondo de la bahía, el Mont-St.-Michel, otro de los puntos imprescindibles del viaje.
Al oeste de St. Malo, a pocos minutos en barco, está Dinard una pequeña ciudad enclavada en un alto sobre el mar famosa por ser lugar de veraneo de la aristocracia europea a comienzos del pasado siglo. Testigos de la época son las mansiones que aún hoy lucen su esplendor. En estas playas, Hitchcock, asiduo visitante, y, dicen, enamorado de la ciudad, rodó secuencias escalofriantes de su película Los Pájaros, que a buen seguro algunos recordamos. Acorde con la grandeza del lugar, los precios también lo son, en alguna terraza pueden soplar seis euros por una triste caña (pequeña) de cerveza como en la mismísima Plaza Navona de Roma o cualquier otro reputado lugar de asaltar el bolsillo. Dejando de lado estas menudencias, merece la pena la visita, aunque solo sea para pasear por la Promenade du Clair de Lune que discurre a mitad de la pendiente ladera sobre el mar y tiene el ribazo cubierto de gran variedad de plantas vigorosas y multicolores. Desde este paseo se ofrecen estupendas vistas del estuario hasta St. Malo.
Un plato muy típico en toda la zona son las crêpes. En versión salada, rellenas de jamón, tomate, queso, champiñón etc. etc. se llaman galettes, una cena socorrida y barata como en Italia la pizza. Por todas partes abundan las crêperies, en St. Malo una muy recomendable es Le Corps de Garde; además de hacer bien las galettes, al estar enclavada en la muralla, ofrece unos atardeceres sobre el mar memorables. Los bancos y mesas de tablones de madera toscamente trabajados crean un ambiente rústico y agradable.

Ulpiano Rodríguez Calvo

lunes, 29 de octubre de 2012

TIEMPU DE MAGÜESTU


Agora que tamus nu tiempu las castañas vienme al ricuerdo cuandu de nenacus nu mes d'outubre, bien ceu tous lus días,  na más risca´l día, sacaban-nus del cubil ya cuchíamus el cestu ya las pañaderas, ya pal soutu a cucher  castañas pur debaixu las castañales. Si taban ruzadas tuvía s'apañaban bien, peru había outras que debaixu detsas  taba aquetsu feitu un mestedal entre: fulguera, artus, xiñestas, ya la propia fuecha del castañal, que nun se vía ni una castaña ya cuandu atoupabas alguna arrabuñábaste lus didus tous pa puder apañá-las.

Naquetsus anus alcuerdu-me que aiquí n’ucidente chuvía muitu más que agora durante tou’l utuenu ya gracias a que tsevábamus madreñas peru asina ya tou, turnábamos pa casa cunus pias pingandu de muchaus, ya cunus didus de las manus tous escarnizaus, atacaus de pinchus ya espinus clavaus. Ya  pa encima de chuver, sempre faía el airón  aquel que lus viechus chamaban: "l'aire las castañas"; lus surrutus aquetsus yeran lus que xiringaban  bien las canas de lus árbules ya lus  arizus que taban regañaus pa que arruxaran al suelu las castañas que chamábamus de dibuchu. Nos, lus rapacinus, en cuanto chenábamus lus cestacus aquetsus u las fardelas que nus aviaban lus pais, chapinábamus a tou miter pa casa pa sentá-nus a la vera‘l fou a secá-nus  purque aparte de tiner muchaus lus  pias chegábamus arrecius de fríu tous tsarizudus. Cuandu chuvía abondu mitiamus-nus nun calaborno  grandón  que taba tou furau ya fradau de caetse encima muitus  rayus  cunas tormentas ya las tonas  del branu,  aquetsu nun yera muitu risguardu, peru   pu lu  menus tábamus atsí acurrucaus a suteitu un ratucu, hasta que estenara un poucu.

Espués al chegar a casa puniamus-tses las castañas a sicar ya sulechar un poucu nu curredor del hórreu. Las castañas naquetsus tiempos faian-nus muitu arreglu nas casas purque pa xantar u pa cinar cumíamus el caldu de castañas que taba bonu,  anque sabía un poucu dulzón, peru pa lus tsambiones yera muitu mexor, ya espués las castañas cucidas pilongas cun tseite na escudietsa, que taban muito bonas, subre tou pa cinar; purque noutras ficias nun pudías puné-te munín. Nun había outru rumediu que papar lu que te punían delantre’l fucicu, ya catsar la bouca.

Mia mai las castañas asábalas nu fornu la cucina de carbón ya tamién turrábalas entre las brasas de la tseña na ciniza la tsariega. Nos, lus esculinus, cuandu fuxíamus pa la escuela tsevábamus lus bulsucus del pantalón atacaus de castañas bien calentinas. Las nenacas cumu nun tinian bolsus nus faragachus detsas  tinían que tsevá-las nas manus y’astoncianas nos quitábamustse-las casi siempre. Pur eso vulvían desti xeitu, todas esnalazadas, glachandu ya fayendu axagüeirus pa casa a pur más castañas. Lus esculinus naquetsus tiempos yera lu que tsevábamus pa cumer nu ricreu: una muzada de castañas asadas u cucidas cun paraza ya tou. Ya gracias. Astoncias nun había “Tigretones” ni mierdas desas d’agora. Miánicas nun faian falta pa nada. You tsevaba lus bolsus tan chenus que mía mai falába-me a veces: Jasusín, ou vas cun esus bulsaus de castañas;  mi alma paeme que  toi agüechandu a tou güelu cuandu taba herniau de lus dos tsaus que paecía que tsevaba pigadas dous fardelas  a las ingles. You cuntestábatse que taba asina muitu bien purque al tar tan calentinas adientru’l bolsu chegábame la calore hasta la muruquina. Mia mai al uyir estu salía itrás mía pa arreame cunu bascachu de xiñestas que tinía pa barré’l fornu de amasar, peru nun pudía cuché-me, you chapinaba muitu más que etsa.

Destu que toi falandu del tiempu las castañas tengu you ricuerdus imburrables que cuandu me vienen a la chola fainme casi churar de l’alcurdanza ya milanculía que m'entra pur dientru.  Cumu dixe anantias  al vulver de las castañas lus rapacinus chegaba-mus cunus pías tous muchaus chenus d’augua y’anque nus arrimáramus bien al pia del fou, cumu parábamos pouco pul fumu que nus faia churar lus güechus, nun tses dábamos tiempu a sicar, pur esu punianse-nus frius ya ribichius cumu si foran figus pasus. You pu la nueti cumu yera el piquenu de tous lus hirmanus, mía mai ya las hirmanas afalagaban-me cumu a un curdeirín, muitu  más que a lus outrus que yeran más rapazones que you.

Yera virdá, you taba algu más meimau que lus outrus, ya cuandu pu las nueites tse farfuchaba a mia mai, pu lu baixu al uyíu, que tinía fríu a lus pías, etsa  sintábase nun tayuelu piquenu que había na cucina ya puníase delantre'l fornu: abría-tse la puerta, sacaba la tseña que hubiera adientru sicandu ya mandábame sintame nu sou rigazu pa que espurriera lus pías pa dientru’l  fornu. Aquetsu pa mí yera una dilicia. En cuantu pasaba un ratadín ya taba durmiu cumu un cepu. You cu nus pías bien calentinus y’al caretsón afitau nas tetas tan bonas que tinía mía mai de xoven, yera el nenu más feliz de la tierra; aquetsu yera la mixor almuhada de tsana del mundu. Ni la mixor que haiga agora, desas  de plumas u mierdas mudernas, la pudría mixorar; ou va parar.

Muitu m’alcuerdu de aquetsus ratadinus de suenu que pasei you nu rigazu de la probe de mia mai cunus pías bien espurrius ya mitíus nu  fornu. Tsástima que nun turnaran de nuevu aquetsos tiempus pa vulver a faer lu mesmu agora. Un día cunteitse-lu a la Gúmer ya la gran xustrona detsa espatarrábase de risa  cuandu tse dixe que quiría faer cun etsa lu mesmu que faia cun mia mai. Pa esu  tinía que sintame nu sou rigazu ya miter lus pias nu fornu. Nese mumentu dixu-me que etsa nun pudía faeme tal cousa, que nun tse petaba purque etsa nun me pariera. Ya tindría razón la cundenada, riniegu lus dimonius. Tamus apañaus. Ya cun esu alon muninus.

“Jesusín”, el pelgar

Recordando

Desde una perspectiva meramente observadora, pero dado los vínculos que me unen a la Madre Patria y ante los recientes acontecimientos con los que los "expertos" nos bombardean un día sí y otro también sobre la actualidad, no puedo menos o más que recordar algo que un ilustre nos legó en su momento, lo cual me tomo la libertad de incluir en este Blog.

Nuestro querido editor y Bloguero Mayor tiene mi más absoluta confianza para, si considera que pueda generar desavenencias o cualquier otra situación desagradable, eliminarlo

Sin más preámbulos ahí va:


Don Santiago Ramón y Cajal,  gloria de la ciencia española y Premio Nobel de Medicina en 1906:


"...No soy adversario, en principio, de la concesión de privilegios regionales, pero a condición de que no rocen en lo más mínimo el sagrado principio de la Unidad Nacional..."


Palabras de Don Santiago Ramón y Cajal
(El Mundo a los Ochenta Años. Parte II». Madrid 1934)
«Deprime y entristece el ánimo, el considerar la ingratitud de los vascos, cuya gran mayoría desea separarse de la Patria común. Hasta en la noble Navarra existe un partido separatista o nacionalista, robusto y bien organizado, junto con el Tradicionalista que enarbola todavía la vieja bandera de Dios, Patria y Rey.
En la Facultad de Medicina de Barcelona, todos los profesores, menos dos, son catalanes nacionalistas; por donde se explica la emigración de catedráticos y de estudiantes, que no llega hoy, según mis informes, al tercio de los matriculados en años anteriores. Casi todos los maestros dan la enseñanza en catalán con acuerdo y consejo tácitos del consabido Patronato, empeñado en catalanizar a todo trance una institución costeada por el Estado.
A guisa de explicaciones del desvío actual de las regiones periféricas, se han imaginado varias hipótesis, algunas con ínfulas filosóficas. No nos hagamos ilusiones. La causa real carece de idealidad y es puramente económica. El movimiento desintegrador surgió en 1900, y tuvo por causa principal, aunque no exclusiva, con relación a Cataluña, la pérdida irreparable del espléndido mercado colonial. En cuanto a los vascos, proceden por imitación gregaria. Resignémonos los idealistas impenitentes a soslayar raíces raciales o incompatibilidades ideológicas profundas, para contraernos a motivos prosaicos y circunstanciales. «
¡Pobre Madrid, la supuesta aborrecida sede del imperialismo castellano! ¡Y pobre Castilla, la eterna abandonada por reyes y gobiernos! Ella, despojada primeramente de sus libertades, bajo el odioso despotismo de Carlos V, ayudado por los vascos, sufre ahora la amargura de ver cómo las provincias más vivas, mimadas y privilegiadas por el Estado, le echan en cara su centralismo avasallador.
No me explico este desafecto a España de Cataluña y Vasconia. Si recordaran la Historia y juzgaran imparcialmente a los castellanos, caerían en la cuenta de que su despego carece de fundamento moral, ni cabe explicarlo por móviles utilitarios. A este respecto, la amnesia de los vizcaitarras es algo incomprensible. Los cacareados Fueros, cuyo fundamento histórico es harto problemático, fueron ratificados por Carlos V en pago de la ayuda que le habían prestado los vizcaínos en Villalar, ¡estrangulando las libertades castellanas! ¡Cuánta ingratitud tendenciosa alberga el alma primitiva y sugestionable de los secuaces del vacuo y jactancioso Sabino Arana y del descomedido hermano que lo representa!.
La lista interminable de subvenciones generosamente otorgadas a las provincias vascas constituye algo indignante. Las cifras globales son aterradoras. Y todo para congraciarse con una raza (sic) que corresponde a la magnanimidad castellana (los despreciables «maketos») con la más negra ingratitud.
A pesar de todo lo dicho, esperamos que en las regiones favorecidas por los Estatutos, prevalezca el buen sentido, sin llegar a situaciones de violencia y desmembraciones fatales para todos. Estamos convencidos de la sensatez catalana, aunque no se nos oculte que en los pueblos envenenados sistemáticamente durante más de tres decenios por la pasión o prejuicios seculares, son difíciles las actitudes ecuánimes y serenas.
No soy adversario, en principio, de la concesión de privilegios regionales, pero a condición de que no rocen en lo más mínimo el sagrado principio de la Unidad Nacional. Sean autónomas las regiones, mas sin comprometer la Hacienda del Estado. Sufráguese el costo de los servicios cedidos, sin menoscabo de un excedente razonable para los inexcusables gastos de soberanía.
La sinceridad me obliga a confesar que este movimiento centrífugo es peligroso, más que en sí mismo, en relación con la especial psicología de los pueblos hispanos. Preciso es recordar –así lo proclama toda nuestra Historia– que somos incoherentes, indisciplinados, apasionadamente localistas, amén de tornadizos e imprevisores. El todo o nada es nuestra divisa. Nos falta el culto de la Patria Grande. Si España estuviera poblada de franceses e italianos, alemanes o británicos, mis alarmas por el futuro de España se disiparían. Porque estos pueblos sensatos saben sacrificar sus pequeñas querellas de campanario en aras de la concordia y del provecho común.
Santiago Ramón y Cajal. El Mundo a los Ochenta Años. Parte II». Madrid 1934.

Un saludo.

domingo, 28 de octubre de 2012

EL FRAILE MISTERIOSO


Nuestro fraile misterioso de hoy va especialmente dedicado a Mamen. Al tratarse de un dominico normal, es la única persona que considero puede acertarlo...con los pocos datos que aporto. Nacido en una aldea asturiana (ver foto) y fallecido hace unos años. Algo en común con el hijo de Mamen la Música. Fue misionero, recorrió muchos conventos de la orden en España, entre otros el de Oviedo, donde paso varios años. Ahora ofrecemos la pista más interesante: Hijo de una monja dominica de clausura, prima carnal de mi abuela Josefa.
                                  
                                                ¿DE QUÉ FRAILE HABLAMOS?


Miguel Ángel Vázquez Vega


Volando Sobre América

El siguiente Documental va dedicado a todos y en especial para Olga así vaya planeando su próximo viaje al otro lado del charco.  No tenemos la riqueza histórica que posee la madre patria, pero podemos ofrecer otros intereses que harían la estancia muy atractiva.  Que lo disfruten



Un saludo

sábado, 27 de octubre de 2012

Un juego para el nieto de Alfredo

      Texto:  jrFRANCOS
       Fotos: Félix RINCÓN
   

      Hace unas fechas, Alfredo, colgaste una entrada contando las  vivencias de un viaje en tren con tu nieto.
Yo no soy abuelo aún, aunque mis tres hijas pasan todas de los treinta años (no sé quien piensan que va a pagar sus pensiones). Pero me imagino que, en el plano educativo, ser abuelo es como ir a tu antiguo colegio a dar una clase emérita: llegas, derrochas simpatía y buen humor, les haces algo novedoso y guay, y te los metes en el bolsillo. Otra cosa es el día a día durante un curso escolar de nueve meses.
      El abuelo, con sus nietos, como está un rato con ellos, pues hace como el maestro de una clase aislada y  voluntaria:  les da un cariño, unas atenciones y hasta unos caprichos que los maestros titulares (léase padres) no  pueden hacer porque es un día y otro y así los trescientos sesenta y cinco del año.

      Pues, tras ese preámbulo, Alfredo, paso a describirte cómo es el juego ¿Has visto a Pepe?, que un día de primavera,  del curso 2010-11, les hice a los alumnos de 5º, con la presencia del maestro titular Félix Rincón, que ocupó mi cargo cuando me jubilé y que es quien hizo las fotos (es, además de profesor de E.F., cineasta, y el pasado verano estrenó en Zafra un corto, con gran éxito de público y medios de comunicación, sobre un hecho histórico de la Guerra de Independencia, donde alumnos suyos hicieron de extra. Si entra en los comentarios, que lo cuente él. Y ahora preparando otro del oeste. Se nota, por las fotos que veréis a continuación, y otras varias que borré, pues había hecho una auténtica película  de fotogramas estáticos, que tiene claro lo de la secuenciación). 

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Foto 1:  Se colocan en hilera. Y deben mirar siempre al frente. Incluso se les puede "asustar" con que queda eliminado quien mire para los lados (se ve que a algunos les entró por un oído y les salió por otro).
Foto 2:  El animador del juego se coloca al comienzo de la hilera y mirando al frente pregunta al que está a su derecha: "¿Has visto a Pepe?" Éste, sin  mirarte, contesta preguntando: "¿Qué Pepe?". Y el animador dice: "El que tiene los brazos así", y los extiende al frente. Y así se va repitiendo la pregunta y la respuesta hasta que todos están con los brazos estirados al frente.


Foto 3:  El animador pregunta al que tiene a la derecha: "¿Has visto a Pepe?". Y éste contesta preguntando: "¿Qué Pepe?". Y tú le respondes: "El que se agacha así", y te pones en cuclillas con los brazos al frente. Y siguen las preguntas y las respuestas hasta que toda la hilera está en cuclillas.


Foto 4 y 5:  Cuando ya están todos en cuclillas, preguntas al que está inmediatamente a tu lado: "¿Has visto a Pepe?". Y este contesta preguntando: "¿Qué pepe?". Y entonces, la gran traca final, tú le respondes: "El que arrima el hombro así", y le das un empujón, produciéndose el efecto dominó, cayendo todos al suelo en medio de regocijo general .




Foto 6 y 7:  Se les dice que no se muevan y se queden como están. Una vez calmados los ánimos, se les dice que vamos a hacer relajación: "Cierra los ojos". "No sientes los brazos". "Tus piernas se relajan y no las sientes". "Respira hondo y despacio". "No pienses en nada"... Algunos, sobre todo los de infantil y primero, llegan a dormirse.

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     Bueno, Alfredo, pues  espero nos cuelgues las fotos con los resultados de tu aplicación del juego. Ah, no lo dije, pero es evidente que cuantos más sean, mejor, de modo que reúne a todos tus nietos, a sus amiguitos y si hace falta a los hijos de la vecindad, para juntar por lo menos decena.
   
     ("¿Has visto a Pepe?" se puede aplicar también a gente adulta. ¿Qué tal si para el año que viene, después del pote cangués y el vinín Pesgos lo hacemos? ¿Os imagináis a Gión relajándose teniendo como almohada  la pierna de Cuervo y a Mamen haciendo lo propio en la de Marta y ésta en la de Maribel y ésta  apoyando su cabeza en la de...?

HUELE MAL AQUÍ


Todavía estaba yo en activo cuando allá por mediados de los 90, un mes de julio, fui invitado a pasar tres días en un pueblecito de la provincia de Segovia llamado Fuente Pelayo. Cerca estaba Cantimpalos famoso por sus chorizos. No me habían advertido de algo tan llamativo y oloroso como que el pueblo entero día y noche olía a pocilga de cerdo. Claro. Como que en las afueras del pueblo había unas inmensas naves donde engordaban pacíficamente unos 4.000 cerdos.
Yo quedé anonadado. ¿Y tenía que soportar aquella peste durante tres días, o sea, 72 horas, es decir, 4.320 minutos con la impresión de estar alojado en una cochiquera? Mi condición de invitado me impedía protestar de semejante martirio. No obstante, alguna insinuación dejé caer sobre el asunto. Me informaron de dos cosas pretendidamente consoladoras: Primero, que ellos allí no olían lo mismo que yo olía. Vamos, que ellos ya tenían la pituitaria atrofiada y no percibían el maldito olor a cerdo. Y, segundo, que con un poco de suerte si se levantaba un aire del oeste hacia el este, cesaba en gran medida aquel pestazo. Y una tercera información consoladora: Que ese problema lo tenían muchos pueblos vecinos donde vivían miles y miles de ejemplares de la raza porcina. Total, que tomando ejemplo de los enormes bosques de pinos que hay en la comarca, decidí RESIgNArme. Perdón por chiste tan fácil. Y, en efecto, pasados tres días, cuando de regreso a Madrid me alejé varios kilómetros del pueblo, dejé de sufrir la agresión que los sabrosos animales me infligían.
Creo que no quedé mal. En fin de cuentas la educación tiene estas servidumbres. No es de recibo presentarte en casa ajena a criticar lo que en ella no te gusta. Quien convive con una deficiencia, termina por no tener conciencia de ello y se incomoda si tú, ajeno a su entorno, les echas en cara algo que, por evidente que sea, ellos no perciben en su vida diaria. Hay que ser prudente. La propia experiencia aconseja ser cauto.
Yo mismo me vi en situación incómoda en cierta ocasión en que invitado por un amigo a su pueblo palentino le dije que me llamaba la atención la baja calidad de las bragas de sus convecinas.
Le sentó mal. Lo noté.
“Hablas como si tú fueras un técnico en bragas. Llevas aquí tres horas y ya presumes de conocer la ropa interior de las mujeres del pueblo”, me dijo.
“No, me defendí. Si lo digo solo  porque el pueblo entero está lleno de tendederos a la calle donde ellas exhiben sus bragas como trofeos flotantes. Y, ¿eso qué tiene que ver? Las mujeres de aquí usan las mismas bragas que en todas partes. Se ve que viste pocas bragas”. La situación se puso tensa y yo traté de arreglarlo.
“Bueno, tu mujer por lo menos tiene mejores bragas que las otras”.
Se detuvo. Me miró alucinado. Yo creo que estaba a punto de agredirme. Tuve que aclarar: “Lo digo por la ropa que tu mujer tiende en el jardín que tenéis detrás de casa. Supongo que no estarías pensando que yo…”. No fue mi día afortunado. Perdí a un amigo por elogiar las bragas de su mujer. Los hay desagradecidos.
Quienes me hacen el honor de leer mis artículos (los tres o cuatro que lo hacen) ya estarán pensando de qué diablos pretendo hablar. Tienen razón. Reconozco mi vicio incorregible de ponerme a escribir y dejarme llevar sin control y sin ir al grano. Quizás sea debido al influjo de Ortega que decía que no hay asunto, por minúsculo que sea, sobre el que no se puedan escribir una docena de folios.
Pues bien, a donde quería llegar es al trauma personal para lo cual los ejemplos anteriores me vienen como anillo al dedo. Resulta que, dos años después de jubilarme, dejé mis compromisos de Madrid (la Biblioteca de Caritas española) y me vine a vivir a mi pueblo, Pola de Lena. Lo que aquí me encontré fue algo muy parecido a lo acontecido en el pueblo de los cerdos. Mis oídos llevaban 35 años acostumbrados a Madrid y, de repente, me encuentro sumergido en una cochiquera verbal que me hiere a todas horas como los cerdos del pueblo segoviano. Día a día, minuto a minuto, mis oídos están inundados de un lenguaje fétido del que, por lo que parece, soy yo la única víctima. Vamos, que los demás oyen lo mismo que yo y ya no se enteran y les parece tan normal y aburrido como oír caer la lluvia. En todas partes, a todas horas, con una pertinacia digna de mejor causa, mis oídos son abatidos por un unánime colectivo y aplastante lenguaje donde como un “leitmotiv” horrible suenan repetidas mil veces las palabras: puta, madre, Dios, me cago, me cago…
Cuando oí por primera vez a un sobrino mío exclamar en una cafetería: “Me cago en mi puta madre…” Quedé alucinado porque yo conozco a mi prima, su madre, y es tan buena y delicada que me pareció bestial que su propio hijo la calificara públicamente de puta y digna de excrementar sobre ella. Yo no estaba en el grupo, pero me acerqué y le dije que ignoraba que mi prima fuera una fulana. Creo que todavía no me lo ha perdonado. Aquí huele mal. Y como a los segovianos, hemos perdido la sensibilidad, no de la nariz, sino del alma. Se necesita tener atrofiada la más elemental delicadeza para llamar a tu propia madre puta y no percatarse de la bestialidad de hacerlo.
Cuando hago constar esto me miran como si yo fuera un ser cursi y absurdo. Aseguran que así se habla en todas partes. Los del pueblo segoviano creían que el mundo entero olía a cerdo y aquí no se creen cuando afirmo que en 24 años en Madrid dando clase a chicos entre 18-20 y pico años, solamente oí una blasfemia. Nada, soy un finolis con residuos de cura. En fin, no merezco ser tratado con la mínima consideración. Si oigo esta peste de lenguaje porcino, la culpa es mía.
Hablan así y están orgullosos de ello, como las palentinas de Saldaña estaban orgullosas de colgar en las fachadas de su preciosa plaza mayor toda una colección de bragas cara al viento y con la cabeza muy alta al exhibir su ropa interior.
Cuando aquel árbitro asturiano se dirigió al linier y le dijo: “Me cagon mi madre, Rafa”. Los micros de la televisión fueron notarios de esta realidad asturiana. Que esta gente no respeta ni a su propia madre.
Y se quedan tan anchos. Perdón, se sienten hasta orgullosos de esta peculiaridad regional.
Así nos va… En todo.

Pepe Morán, Dominico ex.