-- por jrFrancos y B. Galán --
(Foto: B. G. G. )
Fue hace tiempo. Allá por enero. Comenté que me gustaría hablar un día del "Ideario Educativo del Instituto Laboral del convento de Corias" y eso es lo que voy a hacer.
Nunca mejor que aquí se podría traer aquello de "donde dije digo, digo Diego", porque si bien en su día manifesté que
iba a hablar, ahora digo
vamos a hablar.
Efectivamente, tres personas vamos a dar nuestra opinión sobre el tema que encabeza la entrada. El proceso fue como sigue: tras sopesar que ven más doce ojos que dos, elaboré una sencilla encuesta, de tipo abierto, y se la remití a cinco ex-alumnos de Corias, incluido a mi mismo, claro. Contestaron dos, alumnos significados que lo fueron en su día y que por orden de recepción son Ulpiano y Galán, y naturalmente yo.
Con el fin de no hacer muy pesado este interesante mosaico de opiniones, se irán colgando gradualmente y por orden de recepción. Con lo cual, y sin más dilaciones, a renglón seguido es Galán quien da su parecer sobre el Ideario de aquel centro educativo que fue el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias. Así, pues, adelante, Galán.
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RESPUESTAS AL CUESTIONARIO SOLICITADO POR EL SEÑOR FRANCOS.
Bueno, voy a intentar contestarte a esta batería de preguntas que me haces, de la forma más objetiva y sincera posible. Vamos allá.
Disciplina. Para mí creo que era férrea y hasta excesiva, pero muy eficiente. Probablemente para la mayoría de los alumnos no fuera necesario un sistema tan duro e inflexible y se hubieran obtenido también resultados satisfactorios siendo algo más laxo, pero al no establecer diferentes tipos de alumnos, con una normativa general para todo el colegio, pienso que era la forma más eficaz y exitosa para la doma de potros monteses. Lo bueno o malo del sistema conviene recordar que estaba basado, única y exclusivamente en el miedo. Pero a base de ese miedo, lo que sí han logrado inculcarnos a la mayoría de nosotros, fueron buenas dosis de: responsabilidad, austeridad, abnegación, solidaridad y de poder ser hasta un tanto sacrificados, llegado el caso.
Pedagogía. La forma de enseñar creo que era la correcta para aquellos tiempos. El profesorado religioso, en temas de letras era bastante competente en general. No pasaba lo mismo con las asignaturas de ciencias, para las cuales, salvo raras excepciones, tenían que depender de profesorado seglar de la calle, y éste a veces era poco cualificado. En cuanto a que el profesorado fuese mixto, es decir: religioso y seglar, pienso que era acertada la medida.
Instrucción. Teniendo en cuenta las circunstancias de la zona en aquellos tiempos, el Ministerio de Educación pensó que lo mejor para el desarrollo de una comarca atrasada, pero con importantes recursos mineros como era el occidente asturiano, era implantar un centro de enseñanza laboral cara al desarrollo industrial y, probablemente fuese lo correcto, pero la enseñanza laboral en sí, yo creo que dejaba mucho que desear como bachillerato cultural; sobre todo, en cuanto a la formación humanística de los alumnos.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de nosotros fuimos a Corias a cursar bachillerato, como trampolín para continuar estudios superiores o medios, pero no fuimos al bachiller laboral pensando en abrir un taller al finalizar el último curso.
Yo estoy convencido que los temas de talleres ocupaban excesivo tiempo dentro de nuestro programa académico; lo mismo que los actos religiosos. Probablemente aquella enseñanza adoleciera de tener una diversificación para que el alumno tuviera diferentes opciones según fueran sus aspiraciones y aptitudes. Si un muchacho pensaba en hacerse tornero, carpintero o electricista cualificado, debería tener la opción de cursar el bachillerato laboral a modo de una Formación Profesional, y ahí los talleres sí serían fundamentales. Pero si el joven sus deseos eran de hacerse médico, profesor o ingeniero, no le veo yo mucha aplicación, a que el alumno se pasase horas y horas desbastando pletinas de hierro o cepillando y encajando piezas de madera ¡Cuánto mejor hubiera sido potenciar los idiomas de forma seria y eficaz! Para mí el fallo de Corias estaba en esto de hacer las veces de bachillerato común para todas las salidas que buscase el alumno. Debería de tener dos alternativas: como Formación Profesional y como bachillerato puente para continuar estudios; tanto de ciencias como de letras.
Educación. En general buena. Los religiosos, independientemente de la orden a la que pertenezcan, para el tema educativo y disciplinar suelen ser bastante eficientes y certeros en los modos, exceptuando la repugnante afición que tenían algunos religiosos de andar manoseando y toqueteando a menudo a determinados alumnos. Pero este repelente y despreciable vicio es inherente a todo internado regido por personas que vivan en celibato y aisladas del mundo exterior. Da igual la orden a la que pertenezcan y que sean hombres o mujeres.
Yo en cuanto a la educación, la verdad es que no estoy descontento, salvo las excepciones mencionadas. Sí creo que era excesivo y un tanto alienante el tiempo dedicado a los actos religiosos; sobre todo, en los primeros años. Luego esa práctica ya se fue atenuando con los nuevos tiempos, gracias a las avanzadas ideas de Carmelo. No conviene olvidar de que cada cual barre para sí; y si uno está en contra de esto, nunca debería de ir a un colegio de religiosos. En nuestro caso no teníamos otra alternativa, pero creo que afortunadamente, nosotros, tuvimos un grupo de frailes dominicos, que eran personas íntegras en su mayoría, y que sí procuraron desarrollar y potenciar en nosotros, aparte de la formación académica, ciertas cualidades humanas como: la amistad, los buenos modales, la cortesía, el compañerismo…etc. Y, en general, pienso que el esfuerzo realizado por estos señores, no ha sido en vano y ha dado sus buenos frutos.
B. G. G., marzo de 2011
1 comentario:
La foto que ilustra esta entrada, corresponde a la portada del libro de texto oficial, que teníamos para la asignatura de F. E. N. en primer curso, año 1959. El interior de este librejo es mucho más "jugoso" que la carátula.
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