domingo, 24 de marzo de 2013
RECUERDOS DE LA SEMANA SANTA
Como estos días no hay mucha
actividad en el Blog, voy a intentar recordar y comentar con los blogueros esos
recuerdos de la Semana Santa de mi infancia-adolescencia. Algunas cosas, serán
parecidas a las vuestras. Sobre todo, los de esta zona.
Aunque no formaba, ni forma,
parte de la Semana Santa como tal, el sábado de ramos, ya se consideraba el comienzo.
Aquí en Cangas, al ser feria, había todas las particularidades de las ferias, y
además alguna especial. Yo recuerdo a mi madrina, una tía, terminando de
hacerme una falda azul marino y jersey blanco, de los llamados de “ochos”. Ese
día era la prueba final, para estrenar al día siguiente al ir a la misa de la
bendición de ramos. ”. –Como yo crecía bastante, al año siguiente había que
volver a renovar, aunque lo del año anterior se aprovechaba, pero ya más para
“diario”.
El domingo ya con las “galas”
nuevas, íbamos a la misa llamada de “Ramos”. Provistos de nuestro
correspondiente ramo, que alguna vecina que tenía un laurel, nos regalaba. –Las
palmas tardaron todavía en aparecer por aquí. -Alguna había, pero no era mi
caso-. Solía ir con mi hermano, que es cuatro años más joven. Estaban “los
chavales mayores” que en vez de ramos casi se podía llamar árboles a lo que
llevaban, por lo que, como dice Ulpiano en un comentario de estos días pasados,
terminaban en auténticas batallas y D. Dositeo, el párroco de Cangas, con una
vara “kilométrica” que tenía, dando varadas al que pillaba. Eso sí, no eran muy
fuertes, pero cuando tienes ocho o nueve años…
Luego, hasta el jueves, ya no
recuerdo nada fuera de lo normal. Sólo la compra de velas de color blanco, lisas
o decoradas, que se llevaban, en mi caso a las Dominicas, para el “monumento”
que se prepara en las iglesias el Jueves
Santo. Ayer sábado estaban expuestas en
el comercio de Morodo, así que deben de seguir llevándose.
El Jueves Santo, en aquel momento,
era festivo sólo por la tarde. La mañana era la de un día laborable normal. Por
la tarde el principal acto era visitar los “monumentos” en las distintas
iglesias, en el caso de Cangas son tres: Dominicas, Basílica y Asilo. La gente
solía poner su mejor ropa para eso. Había, y todavía hay aunque menos, mucha
gente, de una iglesia para otra.
El Viernes Santo, era el día
más importante. No se podía cantar, -decían que era pecado- la radio, y después
la TV, no emitían ni informativos, sólo música clásica y sacra, y aunque todos
los viernes de cuaresma era vigilia, la del Viernes Santo era muy estricta.
Volviendo a Cangas, por la tarde, en las primeras horas, había un acto que se
llamaban “las tinieblas” que ponían la iglesia a oscuras y se hacía ruido con carracas,
y los chavales mayores –otra vez a su manera- llevaban hasta lo que aquí
llamamos “parazas” –corteza de los árboles- que les daban en las serrerías y
que utilizaban para hacer el ruido, golpeándolas contra el suelo. Después, -o
antes, esto lo tengo un poco difuso- había una procesión que ya hace muchos
años que se suprimió: “El Encuentro”. Tenía un recorrido corto. Después ya, a
las ocho de la tarde, la procesión que sigue ahora y con multitud, “El Santo
Entierro” y después el Sermón de las Siete Palabras.
Aquí voy a hacer un paréntesis y contar una anécdota de una persona conocida
por los blogueros relacionada con el Convento de Corias: No sé si en el año
1958 ó 1959, en la procesión del Santo Entierro, recién venido para Corias el
entonces Padre Carmelo, pronunció un sermón, al paso de la procesión, desde
distintos balcones, y como era un gran predicador, causó sensación. Sobre todo
en las mujeres. –No sé si su físico, creo que agraciado, pudo influir también
en la buena impresión- (Yo tenía 7 años si era en 1958, y 8 si era en 1959, así
que sólo puedo comentar lo que se hablaba después, porque, aunque yo estaba en
la Procesión, no sabía valorar todavía). Fue una cosa que creo que fue nueva y
no se repitió, aunque yo de mayor marché muchas veces, pero nunca oí nada. Lo
que sí contaba mi madre, es que un año un guardia civil andaluz, cantó saetas,
pero eso fue varios años antes.
El sábado era el día que
bajaban a Cangas casi todos los niños-chavales de los pueblos. El motivo eran
las “Bollas”. Se veían pasar las familias enteras. Era un día de muchas
compras. Estaban los comercios llenos, y, sobre todo, las confiterías. Por la
noche, se celebraba y celebra, La vigilia Pascual.
El domingo de Pascua era el día
de comer la bolla y también se hacía comida especial, pero a los que les gusta
el dulce como a mí, la bolla era un acontecimiento.
Esto no es más que un recuerdo
lejano, un tanto borroso y poco estructurado, sobre la Semana Santa. Había y
hay, otros actos como Via Crucis, Hora Santa, etc, que no menciono, porque yo
nunca asistí.
MARÍA
ISABEL PÉREZ FERNÁNDEZ
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
44 comentarios:
Todos los detalles que da Maribel en su entrada respecto de la Semana Santa de Cangas coinciden con lo que hacíamos en los pueblos. Sobre todo lo del aporreo de los chavales con las “parazas” para simular las tribulaciones del crucificado en la tarde del Viernes Santo. Yo en Posada recuerdo siendo muy niño que el día de Viernes Santo se hacía un vía crucis con un recorrido que iba desde la iglesia hasta una capilla que hay no muy distante y a la gente le gustaba mucho esto porque, al haber cuartel de la Guardia Civil en Ventanueva, todos sus miembros siempre participaban en los actos religiosos y como ese día iban vestidos con el uniforme de gala y el arma reglamentaria a la funerala, es decir, con el cañón hacia abajo, le daba más vistosidad y empaque a la escena. Además, este vía crucis se hacía ya entrada la noche y el ver la imagen del Cristo yacente a hombros de varios porteadores por los caminos del pueblo a oscuras, solo con la luz de las velas, constituía algo poco usual y causaba cierta impresión en las gentes. Pasados los años, unos por otros, aquello se dejó de hacer y todo el vecindario lo echó mucho de menos.
También recuerdo que la tarde del Viernes Santo los vecinos, principalmente las mujeres, se dedicaban a visitar los monumentos. En mi pueblo teníamos dos: la iglesia y la capilla. Cada vecino el Jueves Santo dejaba en la iglesia una palmatoria con una vela grande encendida que se recogía una vez finalizada la misa del sábado de Gloria. Al finalizar esta misa también se repartía el agua bendita que cada vecino llevaba par su casa en un recipiente cualquiera para luego cada uno rociar la casa y las cuadras. Otra particularidad de entonces es que había que velar el Santísimo durante toda la noche del Viernes Santo y los vecinos se turnaban haciendo cada uno periodos de tiempo de una hora o poco más, hasta la madrugada del sábado de Gloria.
Un detalle curioso de aquellos tiempos, era que durante la Cuaresma las imágenes de los altares permanecían tapadas con un paño negro. Sobre todo los cristos y las vírgenes. El Sábado de Gloria, después de salir de misa, se tocaban las campanas durante largo rato y se hacía una hoguera en la plaza del pueblo, dondese consumía abundante “fervidillo”. Una vez que comenzaba a actuar el vino caliente con azúcar, los rapaces se dedicaban a hacer “las trastadas” que consistían en colgar algunas cancillas de los árboles, sacar los portones de su sitio, o cambiar los carros del país de su lugar. En fin, que más que trastadas, a veces, eran cafradas.
En cuanto a la famosa “bolla” que daban los padrinos a sus ahijados en el día de Pascua de Resurrección que yo sepa, había dos modalidades al menos: una que consistía en darte una propina un poco más generosa que de costumbre y la otra era la bolla de dulce. Ahora bien, en el caso de que los padrinos optasen por obsequiarte con la segunda opción, también había dos posibilidades. Si tenías una madrina que fuese algo repostera entonces te la hacía ella misma en casa y a veces, como pasaba en mi caso, la dichosa bolla no pasaba de ser una hogaza de pan un pelín más adornada y bañada de huevo por encima, pero que no te hacía excesiva gracia porque llevaba poco dulce, y para los buenos chambiones se nos quedaba un tanto desaborida y llevábamos una gran decepción al verla. Por el contrario, si tenías la fortuna de contar con unos padrinos rumbosos, entonces estabas salvado pues la bolla te la compraban en Cangas en las confiterías que las había muy buenas. A mí la que más me gustaba era la de la Confitería Milagros que era una delicia (como los pasteles de Avelinín, o más). Dicha bolla consistía en un hojaldre grueso, de casi diez centímetros de espesor, del tamaño de una empanada, bien de forma redonda o rectangular, cubierta de azúcar escarchado y aquello sabía que era como para relamerse hasta los codos, del mismo modo que lo hace Romualdo, el gato amigo mío, cuando le doy las tarrinas preparadas para mininos, repletas de una masa muy compacta con olor bastante agradable y con sabores a: salmón, pollo, conejo, trucha…etc. Así el tío tiene el pelo tan fino y reluciente que más que gato parece un visón.
Últimamente, he visto estas apetecibles bollas de dulce, exactamente iguales a las de los años cincuenta, en el escaparate de la Confitería Silvela en el Corral en Cangas. Un día que me interesé por una que tenían expuesta me dijeron que no solo las hacían por Pascua, sino también de vez en cuando por encargo. Si no fuera porque resultaba muy grande para mí solo, pues mi señora en estas lobadas extras no suele colaborar mucho, hubiera arreado para Posada con una, pero tuve que resignarme y quedarme con las ganas. Bien que lo sentí, de verdad. De todos modos, me fui contento de allí con solo haberla visto exactamente igual a como yo la recordaba. En ese momento me dije: tú tranquilo, que hay más días que longanizas. Y acto seguido me puse en marcha camino del Chicote, para aliviar la pena sufrida, con unos buenos carlampios de tinto.
Maribel,buen comentario de Semana Santa nos insertaste y das datos que uno ya casi tenía olvidados,pero tengo que decirte que lo de la bolla era algo sorprendente,yo lo recuerdo muy bién,mis padrinos fueron mi tío Modesto y Teresa Obanca,(ya fallecidos desgraciadamente los dos)me ponían una bolla de Carlos el del Formentor...que era inigualable,Ojaldre cabello de angel y algo de almendra,la forma era como una pista de escalestrix de los niños pero bién grande,teníamos para postre dos o tres días y la verdad,nunca más comí otra igual.ahora ya no se lleva eso,ahora dicen la mona de pascua que es un a figura de chocolate,un hórreo,una bota de fútbol,un piano o una zapatilla dentro de una madreña y al final cuesta un dineral y queda sin comer,por decir que regalas y cumples como padrino,pero son los tiempos presentes.Lo de las procesiones y los sermones en Cangas siempre fueron muy bien valorados por los Cangueses y muchas de las personas que nos visitaban,Carmelo como todos los dominicos subían a veces a dar sermones que todo el mundo quedaba encantado,daba gusto oirlos,la verdad y hacían la Semana Santa muy atractiva tanto para los de Cangas como para los visitantes,que eran muchos,ahora voy muy poco y no sé si tienen tanto interés pero me da que la gente la Semana Santa se lo toma de Vacaciones más bién profanas y de relax y si encuentra alguna procesión interesante la ven,pero nada más,bueno hasta luego que hace un día tan malo como ayer y es una lata,lo siento por toda esa cantidad de gentes que preparan esas procesiones con tanto devoción y esmero y no las pueden sacar por culpa del tiempo invernal que estamos teniendo y si no estoy mal informado la previsión para España en general no es buena,a ver si se equivocan y alguna se libra de la lluvia y pueden pasearla por esas ciudades y pueblos de nuestra geografía,un abrazo y feliz Semana Santa para todos.Víctor Gión
Maribel,buen comentario de Semana Santa nos insertaste y das datos que uno ya casi tenía olvidados,pero tengo que decirte que lo de la bolla era algo sorprendente,yo lo recuerdo muy bién,mis padrinos fueron mi tío Modesto y Teresa Obanca,(ya fallecidos desgraciadamente los dos)me ponían una bolla de Carlos el del Formentor...que era inigualable,Ojaldre cabello de angel y algo de almendra,la forma era como una pista de escalestrix de los niños pero bién grande,teníamos para postre dos o tres días y la verdad,nunca más comí otra igual.ahora ya no se lleva eso,ahora dicen la mona de pascua que es un a figura de chocolate,un hórreo,una bota de fútbol,un piano o una zapatilla dentro de una madreña y al final cuesta un dineral y queda sin comer,por decir que regalas y cumples como padrino,pero son los tiempos presentes.Lo de las procesiones y los sermones en Cangas siempre fueron muy bien valorados por los Cangueses y muchas de las personas que nos visitaban,Carmelo como todos los dominicos subían a veces a dar sermones que todo el mundo quedaba encantado,daba gusto oirlos,la verdad y hacían la Semana Santa muy atractiva tanto para los de Cangas como para los visitantes,que eran muchos,ahora voy muy poco y no sé si tienen tanto interés pero me da que la gente la Semana Santa se lo toma de Vacaciones más bién profanas y de relax y si encuentra alguna procesión interesante la ven,pero nada más,bueno hasta luego que hace un día tan malo como ayer y es una lata,lo siento por toda esa cantidad de gentes que preparan esas procesiones con tanto devoción y esmero y no las pueden sacar por culpa del tiempo invernal que estamos teniendo y si no estoy mal informado la previsión para España en general no es buena,a ver si se equivocan y alguna se libra de la lluvia y pueden pasearla por esas ciudades y pueblos de nuestra geografía,un abrazo y feliz Semana Santa para todos.Víctor Gión
Seguimos con las “bollas”.
El gran cambio que se produjo en general, en la costumbre de regalar dulces típicos con motivo de la festividad de Pascua de Resurrección, ha sido tremendo y es verdad que gran parte de los dulces tradicionales de la zona han sido desplazados y casi reemplazados por otros foráneos muy diferentes que no tienen arraigo local alguno. Hay que tener en cuenta que ahora hay de todo en todos los sitios y durante todo el año. La globalización ha sido tan brutal que lo ha uniformado y mimetizado todo. Lo mismo te pueden obsequiar con una mona de Pascua en Cornellá de Llobregat que en la Veiga’l Tachu. De todos modos, estos dulces hechos a base de chocolate, como son los huevos de Pascua y las famosas “monas de Pascua”, provienen exclusivamente del Mediterráneo y principalmente de Cataluña. Yo, de niño, sí recuerdo ver que algunas de las bollas que se hacían en las casas, aquí en la zona de Cangas, que también se les solía poner encima un huevo, pero era un huevo de verdad cocido, como símbolo de esperanza, de algo que renace, que recobra vida, simbolizando la Resurrección de Cristo.
Pero a pesar de la invasión sufrida por la expansión tan grande de estos productos foráneos, lo que sí hay que decir a su favor es que, tanto los huevos como las monas de Pascua, suelen ser verdaderas obras de arte. Los maestros chocolateros de Cataluña y de muchas otras ciudades, cada año por estas fechas, reproducen fielmente, valiéndose del chocolate como materia prima, los monumentos más emblemáticos de la región, de forma fidedigna y con una exactitud pasmosa. A mí se me ha dado el caso, viviendo en Tarrasa, de tener que repartir una de estas maravillas que representaba una iglesia románica local y me daba verdadero apuro el meterle mano con el cuchillo. Me parecía casi hasta de mal gusto el tener que estropear aquella preciosidad, pero no quedaba otro remedio. La verdad es que con esos postres no solo se disfruta con el paladar, sino también con el resto de los sentidos.
Con su entrada, cercana, ágil y concisa, Maribel alimenta recuerdos. Cercanos también son esos recuerdos porque ni los años logran distanciarnos de ellos.
Dicen que el que tiene padrino se bautiza, y, habría que añadir, también debiera tener “bolla”. Pero algunos de mis mejores amigos de Limés, ignoro si tenían padrinos, nunca tuvieron bolla. La penuria, incluso el hambre, eran huéspedes comunes de muchos de aquellos hogares y este tipo de cosas estaban fuera de su alcance.
Yo si la tuve, hojaldrada o adinerada, hasta los ocho o nueve años, cuando la disputa por una herencia, algo habitual de los pueblos, me dejó compuesto y sin bolla.
Para quienes abandonamos Cangas a edad temprana y solo hemos vuelto de Pascuas a Ramos, como es mi caso, muchas de estas cosas quedan irremediablemente arrinconadas, mas indelebles, en algún lugar de la memoria. Cualquier percepción sensorial puede traerlas, de nuevo, a un primer plano.
Algo así, mediante el olor, percibí hace pocos años. Estaba en Cangas por Pascua, salía del Chicote y al pasar por Muñiz una fragancia me despertó recuerdos de muchos años atrás. Poco tardé en identificar el origen; había que encargar y encargué dos tentadoras bollas. Una la comimos en Limés, el reencuentro con el potente sabor de la mantequilla hojaldrada, sin ningún relleno que lo distorsionara, justificó con creces todas las expectativas. La otra viajó a Madrid recibiendo los máximos elogios de los madrileños que la cataron, extrañados de que tan delicado manjar no figurara en las guías de gourmets.
Digo esto sin intención de hacer propaganda, tampoco de desmerecer otras. Cada cual tiene sus gustos y preferencias.
Por lo que cuenta Benjamín, en Posada de Rengos, había casi más celebraciones de la Semana Santa que en Cangas. También recuerda lo de estar las imágenes tapadas. Lo de tocar las campanas por la noche el Sábado de Gloria, y llevar el agua bendita para casa, además de unas pequeñas velas que solían dar en esa ceremonia, también se hacía, y creo que se sigue haciendo, en Cangas. Las velas dicen que son buenas para las tormentas, y del agua bendita creo que comenté yo en una entrada de Jesusín una historia con mi abuela y unos cerdos.
No sé qué tienen los dulces que a todo el mundo gustan. Lo digo por las bollas, pues veo a Gión y a Galán muy entusiasmados. Yo de mí no digo nada, porque cada dos meses, más o menos, encargo una. La última hace menos de un mes, y ya estamos pensando qué día de los festivos vamos a comerla, seguro que al domingo no esperamos. Luego vienen los problemas con la báscula y la ropa… pero yo soy de las que piensan que los dulces “endulzan” mucho la vida. La madre de Avelinín era sabia, además de bien parecida, según cuenta el Prior. Por cierto, quién le iba a decir a ella que aquellos pasteles que compró iban a pasar a la historia. Parecerá una exageración, pero yo muchas veces soñé con que volvía a estar la Confitería Milagros, sobre todo en épocas que me privaba, un poco de los dulces, para adelgazar algo. También habla Víctor de las bollas de Formentor, y eran muy buenas también. Las de Silvela, aunque un poco diferentes, se les parecen bastante.
Mis padrinos eran una hermana de mi madre y un hermano de mi padre, que no vivía aquí. Como ya dije mi tía me adelantaba la bolla al día de Ramos y consistía en ropa, y mi tío nada. Sólo un año que vino a Cangas unos días antes, le recordé que aquí se daba la bolla y me dejó encargada y pagada una en la Confitería Milagros, la más grande, y con una tortuga de chocolate encima de la parte abierta. Así que la que comíamos en mi casa era la que le daban a mi hermana, que era muy buena y grande. También comíamos alguna de las que dice Galán, se llamaban de pan, y eran hechas con harina, huevo, leche y azúcar, pero no en cantidad suficiente para satisfacernos a los “chambiones”. Se solían hacer en los pueblos, y a nosotros nos la solía regalar la lechera. Se siguen haciendo en algunas panaderías-confiterías, y en las casas, por descontado.
Acabo de ver el comentario de Ulpiano, y tiene razón, las bollas de Muñiz son muy buenas también, al menos hace unos años, tienen un hojaldre muy bueno, crujiente. Hubo un tiempo que empezaron a abrir cuando la gente volvía de la Procesión del Viernes Santo, y cerca ya de la hora de cenar, salía aquel olor tan apetitoso, que nosotros siempre comprábamos una. Nosotros y mucha más gente. Había que esperar cola. Ahí ya perdimos la costumbre de comerla sólo el día de Pascua.
Como veo aqui todos recordamos mas lo de la bolla,que de los actos religiosos,mi madrina que es mi hermana, que nos llevamos unos cuantos años,pues yo creo que conmigo ya no contaban,siempre decia mi madre que tenia grandes amigas, dispuestas a apadrinarme,pero mi hermana armo tal perreta que queria ser ella que accedió a ello,y claro mi madre siempre le obligo a darme la bolla,pues ella tenia buenos padrinos,que siempre eran explendidosy siempre le hizo compartirla conmigo, parte de lo que ella recibia;yo me acuerdo de los ahijaos que tenia mi padre,me acuerdo siempre que iban por casa a buscar la bolla, el dia de Pascua,uno era Sixto hijo de Manolin que le llamaban los del cazador, del Cascarin,pues trabajaba en el matadero municipal y cuando iba a nacer el hijo le pidio a mi padre si queria ser su padrino,mi padre le dijo que no habia incoveniente ninguno,le puso como él,y otro era un primo de Benjamin,que murio joven, que tambien llevaba mi padre gran amistad con esa familia,pero no me acuerdo como se llamaba,Sixto tambien murio joven en un accidente de coche, yo me acuerdo que les daba dinero,en aquellos tiempos, lo querrian mas que bollas. Hablando de bollas, las mas ricas, son las de casa Muñiz,aunque yo las hago, pues el hojaldre me sale muy bien aunque es un poco trabajoso,las autenticas bollas de los pueblos de aqui, son las hechas con azucar huevos y mantequilla,en mi casa cuando vivia mi padre nos juntabamos, con muchas,pero las mas ricas, que nunca se me olvidaran, eran una que nos bajaban de Mieldes, aquello era un manjar,que rica era nunca se me olvido aquel sabor,ahora aprendi yo a hacerlas,pues me enseño una de un pueblo,pero aqui somos poco chambiones y pocass veces las hago.
Válgame la Macarena, ¡¡rediós
que “chambiones” sois!!
Al hoy abrir esta ventana
ví de nuevo dos Entradas,
the first la de Maribel
y después la de Samuel.
Siempre da esta muchacha
la pincelada de entraña;
próxima, cálida y clara,
huyendo de “vacilada”.
Además de “memorión”,
como pocos de este Blog,
relata en párrafo corto,
que a mí me recuerda al fin
a mi “tocayo” Azorín.
Hoy los tiempos cambian que es una barbaridad. Ni bolla, ni Semana Santa, ni santos tapaos, ni nada de nada.
A pesar de lo misterioso que era todo aquello y el que no lo creyera se le aplicaba lo de "misterio de fe", creo que tenía cierto encanto.
Era un cambio radical, durante cuatro días, en la vida diaria.
Lo que comenta Maribel de las carracas, en la iglesia, se denominaba "matar a Pilatos", aunque, ahora, parece que no era tan malo como nos hicieron creer.
En Navelgas había una carraca de tamaño desproporcinado. Había que ponerla en el suelo, sujetarla con el pie y se hacía girar el engraje con una manivela como la de arrancar un coche. El ruido era infernal.
También existían las matracas que, con uno o más porros, golpeaban sobre una tabla de madera.
Lo de tapar los santos, desconozco el sentido. No sé si era para no verlos o para que no nos vieran ellos a nosotros.
No os olvidéis de los ramos que llevaban las niñas, adornados con lazos de papel de todos los colores y con las rosquillas de una peseta el paquete.
No digamos el "monumento" que se colocaba el jueves, todo cubierto de velas y rodeado de penitentes rezando en voz baja, o no tan baja.
Rosario tras rosario y letanía tras letanía, unas en castellano y otras en latín que casi nadie entendía pero que todos contestábamos:"Ora pro nobis".
En mi caso y el de mis hermanos también recibiamos el bollo, como así se denomina en la zona central. Los padrinos de los tres hermanos eran hermanos de mi padre que vivían en la Cuenca del Nalon. Pero todos los años el sábado de Ramos iban a Oviedo y en la famosa Confitería las Dueñas, que me parece ya no existe (Gion nos lo puede confirmar) compraban una tarta como de unos 30 centímetros diámetro y por Melchor que era el conductor de Automóviles Álvarez González cuando vivíamos en Quirós y luego estando en Cangasa por el ALSA a través de Mino o de Celso, nos lo hacían llegar bien fresco para comerlo el día de Pascua. Al menos en la zona de donde nosotros proveníamos los padrinos "estaba obligados" a dar el bollo hasta que uno se casara.
José Manuel, gracias. Lo que cuento, son cosas que vivimos, más o menos, los de nuestra época, y mi manera de contarlo refleja mi trabajo diario. Suelo hacer escritos y tienen que ser claros y concisos. Pero el estilo es muy simple. El que tiene mérito eres tú.
Deduzco, no sé si bien, que a ti los pasteles y demás dulces no te gustan demasiado, pues ya ves, la “bolla”, aquí, es la estrella de la Semana Santa.
Samuel, veo que por Navelgas, también la Semana Santa era igual que aquí. Lo único que los ramos esos que dices que llevaban las niñas con lazos de papel y rosquillas, aquí no recuerdo que fuera así. Llevábamos el laurel. Lo que tu llamas “matar a Pilatos”, aquí ya comenté que se llamaba “las tinieblas”. A mi casi me daba miedo, pero claro, yo era bastante pequeña. Creo que se terminó cuando yo tenía diez años o menos. En cuanto a la bolla, parece que no te entusiasma demasiado. Bueno en tu zona igual los padrinos tenían otros detalles en vez del dulce. Aquí en aquellos tiempos, daban bollas o ropa, dinero, etc. Otros, sobre todo si vivían en un sitio distante y con otras costumbres, nada.
Alfredo, con solo ver el Blog, se deduce que te encuentras en Japón como en tu propia casa. Al conocerte se nota que eres un gran relaciones públicas, y con mucho mundo, pero “ese mundo ta muy lejos” y es muy distinto. Tú anota para contarnos cuando vuelvas.
Ya veo que también el dulce en la Semana Santa, era costumbre en tu casa. Si se piensa bien, después de tanta vigilia y penitencia, había que endulzar un poco la vida. Bueno, los días de vigilia, como el viernes santo también se hacían por aquí otros dulces. Unos llamados “florones” y también las “torrijas”. Debía de ser, para animar el estómago triste que queda cuando no comes carne.
¿Quién dijo que por mi tierra no había bollas?. De todos los colores.
Unos las llamaban bollas, otros rosquilla y otros, enfilada. El día de Pascua, fiesta grande en Navelgas, bajaban los de los pueblos, incluidos los vaqueiros, cargados de enfiladas para venderlas en el mercao. Tenían una miga de color amarillento como de huevos de esos de todo terreno, cubiertas de una capa rojiza brillante que abrían el apetito a cualquiera.
Mi padrino solía regalarme alguna, junto con la navajina de Taramundi dibujada y con una cuerda para colgarla del tirante del pantalón.
Aquello era el no va más, mejor que un móvil de los de última generación. No había palo que se resistiera, para hacer una flauta o un molino y colocarlo en la primera presa, de agua, que se pusiera delante. Como cuando en Corias caía en nuestras manos una revista de Paris Mach. Aquello nos parecía pornografía pura y dura.
¡Qué tiempos aquellos!.
Alfredo, la vida en Japón es demasiado rápida para tu motorín. Tómalo con calma y como Asturias no hay.
Como dice Maribel, creo que la Semana Santa de Posada era de postín, en comparanza con otras parroquias.
De Corias, la Semana Santa, que recuerdo, es el día de Jueves Santo ( día del amor fraterno, a ser bueninos), al Padre José lavando los pies a 12 guajes ( entre otros al que suscribe).El Sábado de Gloria, la Vigilia Pascual se celebraba en el Convento, estaban las luces apagadas y entraba el oficiante desde fuera de la Iglesia, con el cirio Pascual encendido, entonces se prendían las velas de los fieles.
En 1969 recuerdo con agrado el acompañamiento con la banda de tambores y cornetas al Cristo de la Expiación el Miércoles Santo en Málaga, Jueves Santo en Antequera, Viernes Santo en Archidona y domingo de Pascua otra vez en Málaga.Aquí tenían un vino dulce que bajaba solo por "a gorxa", le llamaban Pedrito.
Acabada la Semana Santa, estuvimos una semana en las fiestas de primavera en Murcia, batalla de las flores y desfile por el centro de la ciudad, con las marionette de Montpellier. Cervezas el Águila nos llevó a visitar la fábrica y luego nos dieron un pincho junto a las francesas, el desmadre fue total y a más de uno hubo que ponerlo firmes.
Ni a mí ni a mis hermanos los padrinos nunca nos dejaron la bolla, pero mi madre hacía una casera de chuparse los dedos, por eso nunca la eché en falta
Samuel, en tu comentario aclaras que en tu tierra sí que había bollas. Además por lo que se ve tenías un padrino generoso. Pues sí que debía de “darte juego” a ti la navaja de Taramundi para hacer cosas. No deja de tener un cierto parecido con la restauración de muebles y esas cosas que haces ahora. Se ve que lo de ser “manitas” te viene de siempre.
Para más bochorno mío, por dudarlo, hoy al leer La Nueva España digital, en la sección de Occidente, viene lo siguiente: “La localidad de Navelgas celebra este fin de semana sus tradicionales fiestas de la Pascua con degustación de rosquillas, el tradicional pan dulce de Pascua…” A mí al decirlo tú no me quedaba ninguna duda, pero mira que ir a coincidir que lo ponen hoy en el periódico.
Un día de estos pasados venía en la revista “La Maniega”, un artículo sobre el Parador, y decían que incluso intentarían adelantar la apertura a las fiestas del Carmen. A mí me parece imposible, pero…
Cierto es que lo de manitas lo tengo desde hace mucho tiempo y no tardó mucho Coque en descubrirlo.
Como los ejercicios, de ensambles, los tenía bastante superados, me puso con una panera que creo había empezado Santamarta y luego con una escalera de caracol cuyo pasamanos me dio mucha lata. Las herramientas, de toda clase, las manejo bastante bien.
Veremos lo del parador si llega a buen puerto. Esperemos no tener que mantenerlo con los fondos mineros.
¿Habéis visto hoy, en la TPA, la Nueva Allandesa? ¡Vaya propaganda que le hicieron!.
Según información, de buena tinta, la Bodega del Narcea quedó en poder de Cajastur, posiblemente nadie acudió a la subasta, con lo cual otro producto más para el banco malo.
Carlos, no me extraña que recuerdes con agrado la Semana Santa que pasaste por Andalucía. Yo solo la veo en la televisión, pero me gusta mucho. La veo, sobre todo, en Canal Sur por satélite, la que se llama Andalucía TV. Soy una experta en “Levantás” “Chicotás” y todas esas cosas que por aquí ni se oyen. En cuanto al vino dulce que dices que llamaban “Pedrito” me imagino que será el “Pedro Ximénez”. Hace muchos años, cuando se asaban castañas, al comerlas calientes decían que había que “cocerlas” con alguna bebida alcohólica, para no tener indigestión, y ponían unos “vasinos” muy pequeños –poco más que dedales- con esa bebida, o moscatel también, que no sé si será lo mismo, pero es muy parecido. Yo creo que es la única bebida alcohólica que tomé alguna vez. Me gustaba, aunque sólo lo tomaba en esas ocasiones. Ahora tomo “cóctel” de medicamentos, para el corazón y otros achaques, así que aunque la bebida sea dulce, nada.
Hablo de la Semana Santa de Andalucía, y por unas cosas u otras, nunca fui. Ahora tengo que tener vacaciones más tranquilas y allí hay demasiada gente, y son muchas horas. Donde sí estuve varias veces fue en Zamora, Valladolid, León… que son totalmente distintas, pero a mí me gustan.
Por lo que cuentas el acompañamiento con la banda de tambores y cornetas, era muy interesante. Además muy variado.
Samuel, no vi en la TPA el programa que hablaba de La Allandesa. ¿Qué programa era? Porque probablemente se pueda ver en la Web de la TPA. Nosotros hoy tuvimos que ir a Oviedo y no vimos ningún programa.
Si se te daba bien el trabajar la madera, y además tenías a Coque de maestro, no me extraña que hagas casi obras de arte. Cuando estaba la Oficina de Agricultura en el convento, los días que teníamos que ir por la tarde, otra compañera y yo, cuando salíamos y estaba Coque por allí entrábamos a ver qué trabajos estaba haciendo y los que tenía hechos. Tenía sobre todo “Santos y vírgenes” que hacía por encargo. Además nos contaba para qué pueblo eran y nos explicaba cosas.
Carlos, referente a los vinos de Málaga, diré que, a pesar de ser excesivamente dulces, son vinos para la ocasión solamente, no para consumo diario. Pero están buenísimos. El tema de los nombres es muy variado, sobre todo como se les dice popularmente. En la cadena de tabernas La Campana, que en Málaga capital existen varias, dentro de la gran variedad que tienen de vinos dulces uno de los más populares es el “Pajarete” que está de miedo. Hasta el nombre es sugestivo e incitante. En cuanto tomas uno, se te endulza la boca y para qué hablar… Si te guiaras del paladar podrías terminar andando a gatas.
De un cielo plomizo cae lluvia fina sobre este Madrid semivacío. Semivacío de habituales, a los que se supone, unos, en sus casas refugiados de lluvias y crisis, otros, en una playa o viaje exótico quemando los cartuchos que aún les permita la situación económica; o bien en el pueblo, los que tienen pueblo, al calor y cobijo del lar materno. Porque el centro de la ciudad, aparenta, como siempre, estar a rebosar. La ausencia de habituales está compensada por turistas, visitantes y personas que no suelen frecuentar la calle pero acuden estos días a distintos actos religiosos. Solo religiosos, la manifestación atea convocada para la tarde de ayer fue prohibida por la autoridad competente.
Estos días de inusual tranquilidad son buenos para mirar atrás y hacer recuento de semanas santas anteriores.
Pero hacer eso excede con creces este simple comentario. Solo recordaré aquí y de forma telegráfica, -el día invita a contraponer la luminosidad de otra Semana Santa- una transcurrida en Sicilia hace más de veinte años.
Era 1992, conseguí vacaciones, la semana entera, en la fábrica de Madrid donde trabajaba entonces y alquilamos una casa rural (agriturismo dicen los italianos) en el sur de Sicilia.
Viajamos desde Roma en coche, el tramo de autopista de peaje que recorre el espinazo de Calabria estaba, con obras paralizadas hacía años, infernal. La travesía del estrecho de Messina, con poca demora, fue agradable y, después de ver de refilón el magnífico, aunque reciente, campanile del Duomo de la ciudad que da nombre al estrecho, llegamos a Taormina. Allí teníamos previsto pasar la primera noche (la casa la teníamos alquilada para el día siguiente). Esta ciudad, enclavada sobre un alto acantilado, nos sorprendió con sus maravillosas vistas y el anfiteatro grecorromano desde el cual se divisa, majestuoso, el Etna, aquellos días en plena actividad, con gigantescas columnas de humo elevándose al cielo azul y la candente lava derramándose sobre la blanca nieve que lo cubría hasta media ladera.
Al día siguiente bordeamos Catania, lástima no poder visitar su anfiteatro, S. Ágata, el Teatro Bellini y otras obras de arte que encierra, si vimos, al pie de la carretera, en la circunvalación, lava solidificada de alguna antigua erupción. Visitamos Siracusa y su espectacular anfiteatro (dicen que tenía capacidad para 15.000 espectadores sentados) excavado en roca. Tallada en piedra también, gigantesca, la llamada “Oreja de Dionisios” que da entrada a una gruta con excelente acústica. La parte antigua de la ciudad, aquella que da al mar, es armoniosa, sus construcciones recuerdan al norte de África, aunque semi-abandonadas.
Con mucho camino por delante, las llaves de la casa debíamos recogerlas en un pueblo llamado Menfi, reanudamos el camino. Al llegar a ese lugar percibimos, por primera vez, la Sicilia profunda. El bar donde debíamos preguntar por el dueño de la casa, estaba abarrotado de hombres - sombrero calado, chaqueta y camisa abotonada hasta el último botón- y ninguna mujer, notamos que nos miraban con suspicacia, pero pronto apareció quien andábamos buscando y muy amable nos dio las llaves, indicó el camino de la casa y dijo quedar a nuestra disposición.
(Continuación)
La casa estaba en mitad del campo, a varios kilómetros de cualquier núcleo habitado, era amplia, desde la planta superior se veía la cercanía del mar, rodeada por una extensa finca cultivada, con limoneros, olivos y abundancia de habas. Los dueños, además de haber dejado de obsequio conservas vegetales, alcachofas, aceitunas etc. nos dieron la recomendación de recoger y consumir todas las habas que quisiéramos. Así pues las cenas, las comidas las hacíamos durante los recorridos por la isla, las teníamos casi siempre resueltas: Habas con jamón, estofadas, en revueltos, en tortilla etc. etc. La comida siciliana, más allá de los tópicos, es rica y variada. Abunda el pescado y hacen pastas exquisitas.
Sicilia, en esta época del año, con sus suaves montañas cubiertas de intensos verdes, es una auténtica maravilla. Si a estos paisajes incorporamos los tesoros, las reliquias de las antiguas y distintas civilizaciones que alberga, la convierten en una tierra a la cual siempre apetece volver y recordar.
Recordar los extensos campos cubiertos de tupidas matas floridas, altas más allá de la cintura, que era preciso atravesar para llegar hasta las milenarias columnas de Selinunte erguidas frente al mar. Subir hasta Segesta, a lo más alto de la montaña, y sentarse en las gradas del anfiteatro para imaginar que sentirían los espectadores viendo una representación más de dos mil años atrás. Recorrer el Valle de los Templos, en Agrigento, cuya belleza, a pesar del deterioro sufrido a través de los siglos, resulta más evidente cuando levantamos la vista y vemos la monstruosa fealdad de las construcciones modernas levantadas sobre la ladera, la nueva ciudad de Agrigento. Piazza Armerina con sus maravillosos mosaicos y tantos otros lugares, imposibles de recordar en esto que pretende ser un escueto comentario.
Pero no puedo dejar de citar obras más recientes, de hace “solo” unos 900 años, como la Basílica de Monreale con un ábside bizantino que produce asombro, o Palermo que, además de su tipismo, atesora el Palacio de los Normandos, la Catedral y muchas otras maravillas.
Me resisto a no recordar Cefalú, asomada al borde mismo del mar, y sus tiendas de artesanía, con ventanales abiertos al Mediterráneo asemejando marinas, inalcanzables pinturas para el mejor pintor.
Por la parquedad de las citas se nota que tengo prisa, y quiero acabar el comentario, pero no puedo hacerlo, tratándose de estas fechas, sin recordar algo de la Semana Santa siciliana. Vimos una procesión en Trápani, su puesta en escena, emoción, desgarro y vistosidad no tenían nada que envidiar a otras vistas en capitales andaluzas, quizá con el toque sobrio de las procesiones castellanas. La tradición siciliana, estos días que tanto hablamos de bollas, es degustar por estas fechas figuras de cordero pascual. Las venden de todos los tamaños y son de un tipo de mazapán.
Tampoco puedo terminar sin referirme al trato recibido por aquellas gentes, que debo calificar de excelente, durante todo el viaje. La temida mafia, que existe y está latente, entonces aún con mayor virulencia, no suele meterse con quienes estamos de paso. Sí me causó impresión cuando unos días o semanas después de regresar a Madrid llegó la noticia del brutal atentado con la voladura de la autopista que provocó la muerte del juez anti-mafia Falcone. Por ese lugar habíamos pasado casi todos los días para ir a Palermo.
En el comentario anterior me fui a Sicilia dejando lo cercano y olvidé decir que hoy, en el suplemento El Viajero de El País, una página entera de publicidad, canta las excelencias del vino de la Tierra de Cangas, incorpora fotografías de Corias, de los viñedos y ensalza otros tesoros de la zona.
Solo puedo felicitar, a quienes promovieron y financiaron esta magnífica iniciativa.
Después del comentario de Ulpiano, uno se queda diciendo:"¿Ande vas?".
Maribel, lo de Pola salió en el programa:"La guía michigrín". No la veo nunca pero, paseaba por las cadenas en busca de algo que mereciera la pena y, me sonó lo de La Allandesa.
Empieza Ulpiano diciendo que cae en Madrid una lluvia fina, pues por aquí lo que cae es lluvia a cántaros. Esta tarde volvimos a Oviedo, salimos de aquí a las dos y media y llegamos de vuelta a Cangas a las nueve y cuarto. El viaje hacia Oviedo fue tremendo, había tramos en los que no se veían los coches que iban cien metros delante y con las luces puestas. Yo recuerdo ver llover así en alguna tormenta, pero todo el camino nunca lo vimos. La vuelta, hasta Pilotuerto fue buena, pero ahí empezó a llover de tal manera que tardamos casi media hora hasta Cangas. Cuando termine este mes, a ver que nos cuenta el amigo Samuel de los litros caídos en el mes de marzo, creo que van a ser muchos, pues si mal no recuerdo, sólo hubo dos días con medio sol. Este año el sol de marzo no hizo mal a nadie. Supongo que recordareis que cuando éramos jóvenes decían que el sol de marzo era malo.
El relato que hace de Sicilia, como siempre, muy bueno e interesante. Siempre se agradecen sus entradas, (A mí esto de hoy me parece una entrada, y es una pena que no lo hubiera puesto como tal, pues se vería más), pero estos días, que la mayoría de la gente está ausente del Blog, todavía más. Además su manera de escribir da paz y serenidad, y yo que estos días tengo un poco de ajetreo me viene muy bien.
Por otra parte me recuerda mi estancia en Palermo –de sólo un día- en una escala de un crucero que hicimos en el año 1993, para celebrar los veinte años de matrimonio. Puede decirse que estuvimos por la misma época, pues para esas ciudades tan antiguas, un año no es nada. Seguro que estaba igual. Nos gustó, tiene cosas muy interesantes, pero también nos pareció que necesitaba bastante restauración, tanto los monumentos, como el resto de los edificios. Una cosa que nos llamó la atención, fue ver por las calles la ropa tendida. Además no como se veía por aquí antes. Allí los tendederos son de una casa a la de enfrente. Recuerdo también que había muchas mujeres vestidas de negro, y que para entrar a las iglesias había que ir con faldas y mangas largas.
En cuanto a la puesta en escena, emoción y vistosidad de la Semana Santa me la imagino –nosotros estuvimos en julio- Porque cuando el barco iba a zarpar, se presentaron en el puerto muchísimas personas, y decían adiós con los pañuelos y cantaban, y como el barco era italiano, ponía música italiana por los altavoces, y hacía sonar la sirena, y cada vez que sonaba, vuelta a mover los pañuelos, bueno, que tenían un teatro organizado, que no vimos en ningún otro sitio. Cuando vi lo que pasó el año pasado con un barco, y que decían que se había acercado mucho por saludar a la gente de la isla, no me extrañó nada, recordando lo de Palermo.
En nuestra casa estuvo cuatro días una chica de Catania, Antonela, que estaba haciendo un curso de doctorado en la Universidad de Oviedo, y vino con nuestra hija, en un puente. Era una chica muy inteligente y educada. Le llamó mucho la atención la vitrocerámica. Dijo que nunca había visto ninguna. No recuerdo los años que hace, calculo que unos catorce, pero aquí ya proliferaban bastante.
Maribel, en cuanto a los dichos de cuándo se debe tomar el sol y cuando no, tengo entendido, según los viejos del lugar, que no es recomendable la exposición al astro rey durante los meses que su nombre contenga la letra erre. Con lo cual, solamente se debe uno despelotar en: mayo, junio, julio y agosto. Durante el resto del año bien tapaditos todos y todas y a poder ser, tocados con amplio sombrero de paja.
Samuel, tienes unos “golpes” buenísimos y oportunos. El ¿Ande vas? Está genial.
Acabo de mirar en la Web de RTPA y ya localicé en “RTPA a la carta” La guía michigrín” dedicada a la Nueva Allandesa y el Yantar de Toni, pero dura cincuenta minutos, así que lo dejaré para verlo mañana o pasado.
Hoy, Sábado de Pascua, al igual que desde hace muchos años, estaba Cangas por la mañana, casi como el día del Carmen. Había muchísima gente. Por cualquier sitio, en las calles, en los comercios, en los establecimientos de hostelería… Los sitios que venden bollas, tenían cola hasta en la calle. El Chicote, que tanto frecuentáis los blogueros, tenía más de treinta personas de pie en la calle, y así sucesivamente. Creo que a pesar del mal tiempo que hubo en los días anteriores, la gente no dejó de venir. Hoy estuvo el día bastante bueno. Sin estar el sol, y cayendo alguna gota de vez en cuando, que te obligaba a salir con paraguas, pero no a usarlo.
Por cierto, el que seguro que andaba por ahí camuflado, es Jesusín, yo miré, pero con tanta gente no soy capaz a localizarlo. Además, como él me conoce a mí, seguro que si me ve se esconde para que no lo descubra.
Nosotros salimos para Oviedo a las dos y media, y ya no había casi nadie. Ahora por la noche me imagino que habrá bastante gente otra vez, pues aquí, tal día como hoy, desde hace unos años, las cafeterías incluso, suelen hacer baile con acordeonistas, o grupos musicales de la zona de Cangas que hay unos cuantos. A las diez y media ya repicaban las campanas, con motivo de la Vigilia Pascual.
El viaje a Oviedo de hoy, fue mejor que el de ayer, no nos llovió ni a la ida, ni a la vuelta.
Esta mañana vi a Luis Queipo y le comenté lo de la fotografía. No sabía que existía el Blog, quedó en mirarlo cuando fuera para casa. Iba con su mujer, Ana, que también se interesó, así que si no pudieron hoy, lo mirarán cualquier día. Suelo verlos con más frecuencia, pero desde el tema de la fotografía no los había visto.
Samuel, hace un rato que vi el programa “La guía chigritín”. Bueno vi la primera parte que es donde sale La Allandesa.
Hoy me parece que en el Blog hay huelga de “bolígrafos caídos”. El Prior me imagino que estará por León tomando “Limonada”.
Maribel, bueno es que busquemos nuevos contertulios porque cada vez somos menos en la palestra.
Veremos si se apuntan todos a la comida o quedamos en cuadro.
Yo tenía intención de proponer al Prior la formación de un partido político: ADEACO (con algunos cambios sustanciales) pero visto lo visto vamos dejarlo para mejor momento.
Vete tomando nota de los platos de la Allandesa, para la reunión de este verano. Tampoco veo yo mucho interés en el tema éste.
¿Cuántos hay apuntados, contando a Ulpiano por supuesto?.
Después de pasar la Semana Santa en Cangas, bien pasada por agua, estoy de nuevo en Madrid.
Veo que no os habéis aburrido y que estuvisteis al pie del cañón, pues tanto la entrada de Maribel como la de Samuél dieron mucho de sí, sin olvidarnos de Ulpiano que como siempre nos deleita con sus viajes y vivencias.
Maribel, tienes un memorión que me asombra. Gracias a ti vuelven a mi memoria un monton de vivencias que tengo en algún rincon de mi memoria y tu me las vas sacando a pasear de nuevo. Es posible que esto nos pase a muchos, que en el momento en que alguien rememora alguna historia, empiezan a fluir los recuedos. Lo de la carraca me hizo mucha gracia. Lo recuerdo como el juguete de S.S., aunque para los que teníamos al lado, fuera lo suficientemente molesto como para que te estuvieran riñendo cada dos por tres.
La procesión del Santo Encuentro como dice Maribél ya no se hace, pero a mi me parecía preciosa y procurábamos estar lo mas cerca posible del cruce de calles donde se producía ese encuentro entre la Virgen y jesucristo. He de decir que las tallas de "nuestra" Dolorosa y del Cristo crucificado son muy bonitas. No se el motivo por el cuál ya no hacen esa procesión, pero me parece que es una pena que la hayan suprimido. Este año ni siquiera el Santo Entierro se pudo hacer. Hubo un momento en el cuál la lluvia cesó y estuvo a punto de salir, pero nuevamente empezó a llover y se suspendió definitivamente.
Las bollas que yo recuerdo son muy similares a las de Silvela, pero en este momento, en cuanto a sabor, las que se llevan la palma (nunca mejor dicho)creo que son las de Muñiz, aunque en apariencia son un poco mas bajitas.
Cuando nosotros en el año 1974 nos fuimos a vivir a Tarragona, vi por primera vez las monas de chocolate y me quedé alucinada con aquellas obras de arte en chocolate
Samuél, yo creo que sí, que hay interés el la comida de Pola. A mi me apetece un montón y salvo males mayores espero estar.
Veo que Alfredo, aunque durmiendo en colchón sobre suelo, está disfrutando de lo lindo. Me alegro.
Samuel, tambien me apunto a esa comida en Pola de Allande,es conveniente fijar fecha, para tenerlo previsto de antemano. Lita trabaja a turnos y puede que en la fecha prevista no esté libre, en este caso usaría de los dós días que la empresa les da por asuntos propios.
Samuel, yo creo que la gente de por aquí, incluidos los que viven fuera, estamos en la idea de la comida en Pola de Allande. Me imagino que hasta que no se empiece a perfilar la fecha, todos tenemos la comida “in mente” pero no surge el comentario.
Como verás, Carlos ya habla de poner fecha. Por nuestra parte, al estar aquí, cualquier fecha nos viene bien. Cuando los que tenéis que venir de fuera decidáis, para nosotros está bien.
Yo los platos ya los tengo en la cabeza. De todos los que salieron en el programa lo único que no me gusta son las fabas, pero no es porque sean las de allí, es que no me gustan nunca. De todas maneras te puedo decir que a mí lo que más me gusta es el repollo relleno, y el pudin de verduras.
Creí que no ibas a tener que medir más lluvia en lo que queda de este mes de marzo, pero aquí, desde las nueve, no para de llover. El resto del día estuvo bueno.
A la anunciada reunión de confraternización que tenemos previsto celebrar todos los participantes y simpatizantes de este blog junto con sus correspondientes consortes, con la sana finalidad de reafirmar nuestra amistad y de paso poder degustar la buena cocina que ofrece la Nueva Fonda Allandesa, de Pola de Allande, es muy importante ir pensando en ponerle fecha. Tenéis que perdonar, pero en este mismo momento me vino a la memoria una tontería que decíamos de niños, y como el Padre Jaime no la va a leer, la voy a soltar aquí: De chavalucos en la escuela de mi pueblo nos partíamos de risa cada vez que debíamos decir de carrerilla los concejos del occidente asturiano, pues al tener que pronunciar Pola de Allande, por lo bajini sin que el maestro se diera cuenta, siempre decíamos “Polla de alambre”. El señor maestro al oír las risas contenidas se mosqueaba bastante y comenzaba a repartir varazos entre los gansos, a diestro y siniestro. Más de uno fue para casa con un buen “lobanillo“ en la testa, por hacerse el gracioso deformando el topónimo de Pola de Allande. Como venía diciendo, claro que hay que ir poniéndole fecha y cuánto antes mejor, pues de no ser así, irá pasando el tiempo y ya sabemos todos lo que suele suceder en estos casos; al final, unos por otros, la casa sin barrer. Sobre todo debieran tener prioridad en la elección, los que están más lejanos pues, pienso que tanto los asturianos como algún leonés consorte que hay, salvo imprevistos, lo tenemos bastante más fácil y más a mano que el resto. Me refiero a: Olga, Ulpiano, Carlos, Francos, … Yo creo que, a estas alturas que estamos entrando de la primavera, ya no tardará mucho en llegar el tiempo aceptable y entonces sería buen momento sin tener que esperar a los calores de los meses de mayo y junio. Tened en cuenta que llegadas las fiestas de La Ascensión y el Corpus muchos de estos blogueros son abueletes y estarán comprometidos con las comuniones de los nietos, con lo cual, tendrán poco tiempo para andar de folixa. Y los que no tengan nietos en edad de hacer la primera comunión, como son muy trabajadores, seguro que estarán igual de liados o más, con la recogida de la yerba en sus respectivos caseríos de origen. Por lo tanto, no conviene echar en saco roto la posible fecha para esta reunión.
En cualquier Semana Santa,
Navidad o mes de Agosto,
se transforma esta morada
en “ludoteca” de rorros
y en gran acopio de juegos.
Pasamos de dos personas
a multiplicar por seis,
lo mismo en las pernoctas
que en la mesa y mantel.
Nos relata don Ulpiano,
de amenidad sobrado,
su periplo siciliano.
Asociándome a la isla,
recuerdo que una amiga
dijo con sorna e ironía
al ver junta tanta prole
en reunión de familia:
“parecéis los Corleone”.
José Manuel, buenísimo y más oportuno no puede ser. Pero anda, que no se encuentra a gusto que digamos el patriarca cuando está rodeado de toda su prole. ¡Chocho perdido!
José Manuel, tiene razón Galán cuando dice que te debes de encontrar muy a gusto rodeado de toda la familia, estarás como un rey. No sabía que erais tantos.
El maestro de Posada en tiempos del Prior, tuvo que ser una gran enseñante,aparte de Geografía Nacional,( con sus ríos, cordilleras,cabos,golfos( algo golfillos eran con lo de Pola de Allande)...., había que recitar de memoria los municipios del Suroccidente, !menudo nivelazo!. De la escuela de Corias, me acuerdo de recitar de carretilla la interminables lista de Reyes Godos, pues al ser electivos cada poco ! quítate tú nenín que me toca a mí!.
Cuando empezé a conocer el Blog, en una entrada hace tiempo de José Antonio Ramos, me llamó la atención una parte de la grámatica. Ramos, puso la "regla" de las palabras que se escriben con "b", después de las sílabas: tri-tur-nu....... que las tenía casi olvidadas. Por eso me gustaría que completase la regla de la "v", pues no la recuerdo bien, creo que empezaba: di-jo-le-en-cla-con-mo-fa.............
Samuel, me acaba de dar un ataque de risa, cuando vi el gazapo que puse el sábado, al decir que había visto el programa “La guía chigritín” en vez de “La guía michigrín”, y tú tan discreto no me dijiste nada. Y el Prior, que seguro que lo vio también, tampoco.
Manolo, como habla poco, siempre dice, “quién mucho habla, mucho hierra”, y creo que me lo tengo que aplicar a mí, en este caso sería “quién mucho escribe…” Ahora digo esto y que no voy a escribir cuando esté cansada, pero seguro que no lo cumplo.
Estos días, tenemos una circunstancia por la que vamos a Oviedo casi todos los días, y claro eso, como en el caso de hoy, después de trabajar. Así que los gazapos irán en aumento. Porque a mí el Blog me entretiene mucho y no lo pienso dejar.
Hablando de Manolo, el otro día cuando pusiste en un comentario lo que decía tu hijo pequeño para arreglar la situación general, dijo que él también pensaba así.
Maribel, estábamos aviados el resto de colaboradores, si un día las blogueras se os ocurriera mermar vuestra participación aquí en el blog. Eso nunca, todo lo contrario. Dices que te entretiene y que no lo piensas dejar y haces muy bien, eso es lo que debemos hacer todos los demás. Solo con vuestra presencia y vuestra capacidad de observación para describir todo lo que veis y observáis ya se enriquece el blog, menudas sois. Seríais capaces de mantenerlo en pie y actualizado vosotras solas y sin mucho esfuerzo.Todo sería que os lo propusiérais.
Parece que la lista se va completando, poco a poco.
Pregunta: ¿A la comida van los blogueros o pueden llevar compañía?.
Creo que un sábado sería buena fecha y si alguno necesita pernoctar en la villa, los sábados no suele haber mucho problema.
Podemos ir centrando en los meses de julio y agosto. ¿Algún problema?. Yo, en junio me es imposible. También puede ser en mayo o setiembre.
Maribel, no hables de gazapos que ahí te gano por goleada. Y Camposín que ponga algo de vez en cuando y menos censura.
Yo no tuve que recitar los concejos limítrofes pero sí me hicieron aprender una poesía, bastante larga, que empezaba así:
España la patria mía
patria mía eres España
la vida que tu me diste
por ti quisiera yo darla.
Etc, etc, etc.
A esa futura comida en La Allandesa, me apunto desde ya. Ahora que soy PRE puedo permitirme ciertos lujos....
Felipe
El Felipe que se apunta a la comilona ¿quién es; se trata del hermano de Caco o es José Ramón, alias Felipe?.
Los habitantes de extramuros (fuera de Cangas) no aportan muchas fechas, para la celebración, lo que hace suponer que les da igual una fecha que otra. Después, cuando se ponga una, vendrán los problemas.
CAMBIO DE TERCIO.
Como es noticia la meteorología, últimamente, paso a dar los últimos datos que poseo y los no tan últimos.
Lluvia caída en enero 227
Lluvia caída en febrero 207
Lluvia caída en marzo 196´5
Creo que el mes de marzo, de este año, es el más lluvioso desde que se tienen datos. El de 1947 me parece que ostentaba el record.
Abril, si se cumplen los refranes : “en abril aguas mil”,o “marzo ventoso y abril lluvioso, traen a mayo florido y hermoso”, creo que no vamos por mal camino pues ya se recogieron 38 litros en los 4 días que llevamos.
Para los interesados en el tema les informo que, desde que controlo estos datos, hace más de 20 años, el año más lluvioso fue 2008 con 1371 litros.
El menos lluvioso fue 2011 con 735 litros.
Mes con más precipitación: octubre 1992 con 403 litros.
Mes con menos precipitación: abril 1997 con 0 litros.
Día más lluvioso: 8 de agosto de 1992 y 10 de junio de 2010 con 116 litros.
Hay que puntualizar que existe mucha diferencia entre la zona central y la occidental. Se puede afirmar que en la occidental llueve entre un 20 y un 25 % más.
Como el de Los Santos también controla estos datos, él nos dirá cómo va la meteorología por su zona. Estos días me parece que se están pasando un pelín.
En principio los días que yo NO podría estar en la comida de pola sería entre el 17 al 21 de Mayo. Nos vamos a Disneyland París toda la Familia.Yo me quedo unos días mas con mi hijo Jorge y no regreso hasta el día 28. De momento esa es mi salida mas reciente.
Muy detallados y sorprendentes los datos de las lluvias de los últimos años, bueno y no tan últimos, ya que te remontas hasta 1947.
Publicar un comentario