jueves, 29 de junio de 2017
A VUELTAS CON LA MEMORIA
El paso del tiempo y la pérdida de memoria suelen ser circunstancias propicias para que el
olvido tienda sus mortales emboscadas.
Esta semana se celebraron los 40 años de la legislatura constituyente con actos en los que fueron
homenajeados, y condecorados, algunos de los miembros que formaron parte de
ella. Éstos, junto a otros hombres y mujeres ya fallecidos, son
reconocidos, unos con más justicia que otros, como protagonistas
de la Transición democrática en nuestro país.
Sin embargo son muchos más los protagonistas olvidados, o solo recordados en esta ocasión por algunos de los actuales diputados en un acto celebrado al
margen del boato oficial. Duele que tantos sacrificios personales y colectivos
por una sociedad más justa hayan sido, y sean hoy, aprovechados por quienes detentan
el poder político y económico para perpetrar el saqueo del bienestar de todos.
Al seguir estas celebraciones a través de los medios de comunicación experimenté la misma sensación que había
experimentado hace más de dos décadas,
cuando, al cumplirse los 20 años de la muerte de Franco y del inicio de
la Transición, se prodigaron fastos parecidos.
Entonces sentí la
necesidad de rescatar la memoria de uno, de uno al menos entre los miles de
olvidados. De un compañero y amigo. Era noviembre - diciembre de
1995 y escribí
una carta al director de El País con el título “La otra
Transición” La carta fue publicada (algo que
dudo hubiera hecho hoy el actual Director teniendo en cuenta la deriva
informativa y editorial mantenida por este periódico durante
los últimos tiempos)
Ahora, igual que entonces, para que el paso
del tiempo y la pérdida de memoria no nos lleve a olvidar, he sentido la necesidad de
recuperar ese recuerdo, y después de bucear en los archivos de Cartas al
Director de la edición impresa de El País recuperé aquella
carta. Hoy la transcribo aquí:
-La
otra Transición - (El País -15 de diciembre 1995)
Un tema de moda: la Transición. ¿Quién, quiénes fueron sus artífices, sus
protagonistas? Unos se ponen medallas, otros las ponen a señores importantes ahora, algunos también lo eran entonces. Pero de los otros protagonistas ¿quién se acuerda? Yo recuerdo uno, uno más entre miles.
Comenzó a luchar
por la libertad y la democracia y muy joven se hizo comunista. Muy joven también un tribunal militar, año 1962, le
encarceló
en el penal de Burgos. Cuando salió, día a día, mes a
mes, año a año, se dedicó tenazmente a continuar esa lucha visitando periódicamente nuevas cárceles.
Los trabajadores de Madrid, especialmente
los metalúrgicos, recordamos una empresa, Taybesa, donde entonces (años 70) trabajaba, y una zona, Ventas, en la cual desarrollaba su
actividad sindical y política. Después años de trabajo agridulce para crear la
estructura capaz de transformar lo que era un movimiento obrero en un sindicato
democrático y de clase.
Una vez cumplida esa etapa, y ya en los años 80, retomó su oficio de siempre, mecánico de automóviles. Pero ya había cumplido 40 años. Su edad y militancia sindical y política no eran buena compañía para
encontrar nuevos empleos: La Transición permanece
detenida ante la puerta de muchas empresas.
Transcurre entre el paro y contratos
temporales (antecedentes de los hoy oficializados contratos basura) ese periodo
de su vida. Hasta una mañana de principios de agosto de 1988.
Muchos partíamos de vacaciones, él se dirigía a un nuevo empleo (temporal, por supuesto). Su vehículo se salió de la carretera y dejó de existir. Aún no tenía 50 años. Este protagonista de la Transición se llamaba Emilio Alcaraz.
Fdo. ulpiano rodríguez calvo.
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2 comentarios:
A propósito de la oportuna entrada de Ulpiano, he estado recordando las primeras elecciones democráticas que vivimos los que nacimos después de la guerra civil española, que se celebraron el 15 de junio de 1977, y la ilusión que nos causó a toda la población votante aquel acontecimiento, y sobre todo, a los que lo hacíamos por primera vez. Yo vivía en Vitoria en aquellos años, y junto a un compañero de León, recuerdo que pedimos la mañana de ese día de permiso en la empresa y nos trasladamos desde la capital alavesa, por la carretera N-I hasta Burgos y después por la N-120 (Camino de Santiago) que entonces era casi una vereda de cabras, pues no disponía de arcenes y muy poca señalización, hasta León. Del orden de 330 km, simplemente para poder ejercer el derecho a voto y, una vez que votamos regresamos a Vitoria a toda mecha. Hoy el desplazarse entre Vitoria y León es casi un paseo, todo por autovía, pero en aquellos años era un infierno el transitar por aquellas carreteruchas de miseria, por no decir de otra cosa. Y esto lo digo con conocimiento de causa, porque ese recorrido, ida y vuelta, lo hice todos los fines de semana durante cuatro años y la mayoría de las veces con densa niebla. Sin embargo, a fecha de hoy, 40 años después de aquella ilusionante y esperanzadora fecha, 15 J, dudo bastante que repitiera la misma hazaña si tuviera que hacerlo. Es el mismo caso de cuando de joven ibas a las romerías y al partir del pueblo los mayores nos preguntaban ¿adónde vais rapaces? y todos contestábamos a una y muy eufóricos: ¡a la fiestaaaa! Pero si al regreso te repetían la pregunta, respondías sin apenas voz y sin ganas: … de-la -fi-es-ta … En esto de la política, pasa exactamente lo mismo, lo mismo.
Ulpiano, te admiro por lo consecuente que eres con tus ideas. Seguro que tu amigo-compañero estaría agradecidísimo por los recuerdos que le dedicas.
Por otra parte, lo de publicar los periódicos las Cartas al Director, mi experiencia me dice que a pesar de que no suelen ser a favor de nadie, -en mi caso más de una eran quejas sobre las listas de espera en la Sanidad Pública; y otra criticando una institución- y para sorpresa mía, me las publicaron.
Ahora, como diría Samuel, cambio de tercio.
Estamos en el primer día de novena del Carmen y al coincidir en viernes está Cangas lleno de gente. Los establecimientos de hostelería llenos y las cenas de peñas tirando “voladores” sin parar. Visto esto, la próxima semana en que caen los principales días de fiesta en viernes sábado y domingo, me imagino que va a haber muchísima gente, y ruido… ¡no digamos! Esperemos que el tiempo acompañe como hoy.
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