LOS SANTOS DE MAIMONA, cuna de artistas/3

                                      Texto y fotos:  jrFRANCOS

     Cuando llegas a casa de Luis Follarat -levantada por él ladrillo a ladrillo-, el artista con quien me he citado hoy, te das cuenta al contemplar la sola fachada que ahí vive alguien que además de maestro albañil tiene sentido artístico. Arcos de medio punto lobulados -los únicos en una construcción local-, barandillas con rejas  como torneadas pero de cemento hechas con molde de diseño suyo, etc. Me cuenta, cuando le hablo de ello, que le dijo al arquitecto que le hizo el proyecto que, respetando la estructura y cálculos, del diseño de la fachada quería encargarse personalmente él. Se nota, sin grandes alardes, que ahí puso su toque una persona que tiene gusto.

         FICHA
     Nombre: Luis Follarat Guillén
     Fecha de nacimiento: 1-3-1957
     Formación: hasta 1º de Bachiller; en pintura, autodidacta.
     Profesión: maestro albañil con empresa propia
     Exposiciones: una colectiva en Zafra, organizada por la Universidad Popular, tres colectivas en Los Santos de Maimona (una de ellas con Pepe Gómez, Pepe Castilla y Luis Blanco, de quienes ya hablaremos en su día) y otra, el pasado enero, con Mª Ángeles Corchado, de quien hablamos en la entrega anterior, donde aportó quince cuadros.
     Obra vendida: de la colectiva de Zafra, Caja Badajoz se quedó con su cuadro, que ahora cuelga en su oficina principal de allí; tiene otro, que donó porque le gustó mucho al cura, colgado en la Casa Parroquial; vendió dos cuadros en la última exposición, uno de ellos para Mérida, y otros dos no los vendió "porque la gente se cree que esto es Marruecos o un tenderete de los moros, donde hay que regatear. Para eso los tengo en mi casa o los regalo a familiares y amigos.

     Me cuenta que de niño de escuela, cuando había clases los sábados para dar gimnasia, religión y otras "marías", como se las conocía, uno de los hermanos López de Lerma, a falta de láminas, diapositivas, proyector o pizarra digital, (la escuela a palo seco de entonces, tan eficaz), que daba religión, lo llevaba de clase en clase para que en la pizarra dibujase el motivo religioso que ilustrase la lección del día. Ese maestro, puede decirse, fue su descubridor.

     Luis Follarat, pese a sus pocos estudios -poco más que la escuela primaria como puede verse en su FICHA-, es un hombre que está en el día de hoy: maneja el ordenador para sus presupuestos y facturas de obra, para consultar, para leer la prensa -que es lo que está haciendo cuando llego- y hasta incluso tiene su empresa y su arte en un a página (ver Luis Follarat artelista, donde cuelga sus cuadros). También visitas centros del arte, como el Museo de Bellas Artes de Badajoz, a donde fue expresamente a ver una retrospectiva de Eduardo Naranjo (el cotizado pintor de Monesterio, muy cerca de Fuente de Cantos, donde nación Zurbarán), cuyo libro catálogo compró y me presta para que lo vea, ya que es un pintor que me gusta y del que vi tres exposiciones, dos en Badajoz y la última en Zafra, sobre las distintas suertes en los toros a lápiz/carboncillo con poemas de...(no recuerdo) con motivo de las Jornadas del Toro de Lidia (de hecho, estaban quitando sus cuadros y yo colocando los míos -mis fotos- de la exposición fotoliteraria "Yo fui árbol" el pasado noviembre). También ha visitado los museos de el Louvre, el Dorsay (no sé si se escribe así), el Pompidou y otros de París.

     A Luis Follarat yo lo descubrí como pintor hace ya años, en una de esas colectivas a las que hacíamos referencia, cuando me llamó la atención un cuadro donde se veía a una mujer de perfil, con hermoso pelo negro y una manzana en la mano.
     -¿Quién es este hombre? -pregunto al encargado de la vigilancia, un jubilado del andamio amante de la pintura y del coleccionismo de antigüedades y que hoy sí, medio recuerdo el nombre: se llama José "el Fijo".
     -Es Luis Follarat, el albañil.
     Cuando luego me lo encontré por la calle y le dije que me había gustado mucho su cuadro, me contestó: "Es una copia, de uno de Julio Romero de Torres".  Efectivamente, cuando años después visité por vez primera Córdoba, ahora ya en varias ocasiones, y fui a la Judería y de allí a la Plaza del Potro, en cuyas inmediaciones está el museo dedicado al pintor de "la mujer morena", pude contemplar el original y comprobar lo bien que lo había copiado.

     A mi, particularmente, me llama mucho la atención en este hombre que teniendo un oficio duro (al frío, al sol o la lluvia) y hasta sucio (siempre manchadas ropa y manos de cemento, yeso, manejando materiales ásperos como ladrillos, bovedillas, etc.) sea luego capaz de pintar esas transparencias de cristal o porcelana que son todo delicadeza y buen gusto. Y me ha sorprendido el dominio que tiene de la luz, dándome sugerencias de que si fotografiaba desde aquí o desde allá iba a tener mucha luz, poca luz y sombras... En fin, que de dedicarse a la fotografía, cuyos cuatro pies del taburete serían, para mí, encuadre, enfoque, luz y vista de fotógrafo (una mezcla de imaginación y ver lo que no ve nadie),
el tercero lo tiene garantizado. Estoy seguro que sería un estimable fotógrafo.

    Y la saga continúa, pues su hijo José Luis, quien hace muchos años fue alumno mío -y de quien tengo en mi archivo algunas láminas suyas-, era de los de sobresaliente. Esperemos que una vez pasada esa edad en la que estás haciéndote hueco en todo (en pagar la casa y el coche para que sea tuyo, en tener y criar a los hijos, en  afianzarte en la profesión -albañil, con su padre-), tenga el tiempo y reposo para seguir los pasos de su progenitor.

NOTA.-Como siempre, la mitad de las fotos las seleccioné yo (la mujer con la manzana y las dos más luminosas), las otras dos, él; la del posado, entre los dos.