martes, 21 de febrero de 2012
LAS CANDELAS, fiesta pagana del fuego
Texto:jrFRANCOS
Foto: Elena del Arco
Recientemente se ha celebrado la Fiesta de Las Candelas. Fiesta del fuego, fiesta pagana. Sin recurrir a la "güikipedia", ese salva ignorancias e inculteces -por copiar de la 2- al cual hemos recurrido todos alguna vez para quedar como Dios, pero cual alumno que copia de la "chuleta" en el examen no deja poso, voy a exponer brevemente, de lo leído, visto y observado, los aspectos de la presencia del fuego en la persona humana.
1. De niño, te quemas al arrimarte a una estufa o cocina económica, de las que tanto abundan por el norte. (En la escuela de la vida, el aprendizaje con ampollas entra).
2. De niño ya no cagón, juegas con el fuego y a veces la armas (no sé si con cerillas o mechero un sobrino mío, jugando a quemar papeles casi deja a los padres en la ruina).
3. Cuando vas a la escuela o eres un "guilopo", como decían en mi pueblo, y te mandan con los cochinos al monte en época de castañas o con las vacas al monte en tiempo libre, ves la utilidad de cuatro palos ardiendo para asar castañas o pinchar un trozo de chorizo en un palo y calentarlo para comerlo de merienda (empiezas a parecerte al hombre primitivo de las cavernas y al adulto, ya civilizado, cuando hace el guiso).
4. Vas viendo cómo los mayores son prácticos con el fuego, bien para cocinar o para calentar el agua con que chamuscar al cerdo en la matanza. (Ésta quizás debía ir en el número tres y aquí, a imagen y semejanza de los mayores, la que puse en ese lugar).
5. De adolescente e incluso ya con la primera comunión, te cagas por los pantalones viendo que puedes ir a infierno, ese del fuego eterno que, como nos decía un fraile en Corias -el muy canalla- "si una hormiga dando vueltas a la tierra y siendo esta de acero lograse rebajar un milímetro por su senda, eso sería un segundo de la eternidad". Como has estudiado con el padre Jaime lo de la Inquisición y el calentón de pies que les daban a los condenados en la hoguera, la diarrea pasa a ser crónica.
6. Cuando podas tus árboles o los ves podar y el compost ya no admite más madera triturada y el leñero lo tienes hasta los topes, con el fuego quemas lo que te sobra. Es lo que hacían y hacen todavía en algunos lugares en su agricultura de quema y siembra, esquilmando la tierra. (Este apartado algunos se lo toman a pecho, pero eso ya es una cuestión de psiquiatra: son los pirómanos).
7. Cuando vas entrando en años -y ya de antes-, te aproximas al fuego con los familiares o amigos en plan gastronómico mediante barbacoas y pitanzas de chuletas, chorizos y etc. (esto ya lo habías aprendido en el punto 3 y 4, pero ahora es para alimentar "la curva de la felicidad" y de la sana convivencia).
8. Poniéndose serio, el fuego se utiliza como elemento purificador (la incineración de cadáveres nuestra en hornos o la pira de leña que arde con el finado encima en algunas culturas, como hemos visto en documentales).
9. Y poniéndose mucho mas serio -y si no que se lo pregunten a los habitantes de Pompeya-, el fuego como vómito de las fuerzas telúricas (la lava de los volcanes).
10. Ya por último, en esta recapitulación, así sobre la marcha, del contacto del ser humano con el fuego, tenemos al fuego como "dios" que creo haber visto o leído que adoraban en algunas culturas o tribus y que hoy día, al menos aquí, y en concreto en la cercana Villafranca de los Barros, se vive a principios de febrero con la Fiesta de las Candelas.
La tradición se remonta a no se sabe cuántos años, pues gente mayor recuerda haberla visto celebrar ya de niño a sus padres.
Eran esos mismos niños los que jugaban a robar leña de otras piras, que se iban haciendo en días anteriores al de la quema, a base de sarmientos y ramas de la poda de viñas y olivos. Esos mismos niños, iban por las casas preguntando a la gente si tenían algún mueble o enser viejo de madera del cual quisieran deshacerse para llevarlo al montón.
Hay candelas particulares, de asociaciones y la oficial del Ayuntamiento. (En total, más de cincuenta).
Para poder hacer una candela, hay que inscribirse en el Ayuntamiento, a fin de que éste tenga un control de la situación y dé unas normas, que son así de sencillas: una de sentido común, cual es no hacerla bajo cables del tendido ni cerca de cornisas de tejados de madera; y otra, que hay que echar una capa como de diez centímetros de escombro o tierra para no dañar el asfalto. Con ese mismo registro de ubicación de las candelas, al día siguiente los servicios municipales recogen los restos y limpian.
Yo acudí a la candela de la Plataforma Ciudadana Refinería NO, donde un centenar largo de personas celebraba un doble motivo: la tradicional fiesta en sí, y la exculpación de los acusados de agredir al alcalde de la localidad. Entre brindis, chuletas, pestorejos, chorizos ibéricos, queso, migas, vaso vino va y vaso vino viene, con dulces caseros y café de postre, nos pusimos píos y nos dieron la horas en una nave inmensa, en cuya puerta -cuales hombres de las cavernas para ahuyentar al tigre sable y otros depredadores, que haberlos haylos todavía- ardía una hermosa candela.
Foto: Elena del Arco
Recientemente se ha celebrado la Fiesta de Las Candelas. Fiesta del fuego, fiesta pagana. Sin recurrir a la "güikipedia", ese salva ignorancias e inculteces -por copiar de la 2- al cual hemos recurrido todos alguna vez para quedar como Dios, pero cual alumno que copia de la "chuleta" en el examen no deja poso, voy a exponer brevemente, de lo leído, visto y observado, los aspectos de la presencia del fuego en la persona humana.
1. De niño, te quemas al arrimarte a una estufa o cocina económica, de las que tanto abundan por el norte. (En la escuela de la vida, el aprendizaje con ampollas entra).
2. De niño ya no cagón, juegas con el fuego y a veces la armas (no sé si con cerillas o mechero un sobrino mío, jugando a quemar papeles casi deja a los padres en la ruina).
3. Cuando vas a la escuela o eres un "guilopo", como decían en mi pueblo, y te mandan con los cochinos al monte en época de castañas o con las vacas al monte en tiempo libre, ves la utilidad de cuatro palos ardiendo para asar castañas o pinchar un trozo de chorizo en un palo y calentarlo para comerlo de merienda (empiezas a parecerte al hombre primitivo de las cavernas y al adulto, ya civilizado, cuando hace el guiso).
4. Vas viendo cómo los mayores son prácticos con el fuego, bien para cocinar o para calentar el agua con que chamuscar al cerdo en la matanza. (Ésta quizás debía ir en el número tres y aquí, a imagen y semejanza de los mayores, la que puse en ese lugar).
5. De adolescente e incluso ya con la primera comunión, te cagas por los pantalones viendo que puedes ir a infierno, ese del fuego eterno que, como nos decía un fraile en Corias -el muy canalla- "si una hormiga dando vueltas a la tierra y siendo esta de acero lograse rebajar un milímetro por su senda, eso sería un segundo de la eternidad". Como has estudiado con el padre Jaime lo de la Inquisición y el calentón de pies que les daban a los condenados en la hoguera, la diarrea pasa a ser crónica.
6. Cuando podas tus árboles o los ves podar y el compost ya no admite más madera triturada y el leñero lo tienes hasta los topes, con el fuego quemas lo que te sobra. Es lo que hacían y hacen todavía en algunos lugares en su agricultura de quema y siembra, esquilmando la tierra. (Este apartado algunos se lo toman a pecho, pero eso ya es una cuestión de psiquiatra: son los pirómanos).
7. Cuando vas entrando en años -y ya de antes-, te aproximas al fuego con los familiares o amigos en plan gastronómico mediante barbacoas y pitanzas de chuletas, chorizos y etc. (esto ya lo habías aprendido en el punto 3 y 4, pero ahora es para alimentar "la curva de la felicidad" y de la sana convivencia).
8. Poniéndose serio, el fuego se utiliza como elemento purificador (la incineración de cadáveres nuestra en hornos o la pira de leña que arde con el finado encima en algunas culturas, como hemos visto en documentales).
9. Y poniéndose mucho mas serio -y si no que se lo pregunten a los habitantes de Pompeya-, el fuego como vómito de las fuerzas telúricas (la lava de los volcanes).
10. Ya por último, en esta recapitulación, así sobre la marcha, del contacto del ser humano con el fuego, tenemos al fuego como "dios" que creo haber visto o leído que adoraban en algunas culturas o tribus y que hoy día, al menos aquí, y en concreto en la cercana Villafranca de los Barros, se vive a principios de febrero con la Fiesta de las Candelas.
La tradición se remonta a no se sabe cuántos años, pues gente mayor recuerda haberla visto celebrar ya de niño a sus padres.
Eran esos mismos niños los que jugaban a robar leña de otras piras, que se iban haciendo en días anteriores al de la quema, a base de sarmientos y ramas de la poda de viñas y olivos. Esos mismos niños, iban por las casas preguntando a la gente si tenían algún mueble o enser viejo de madera del cual quisieran deshacerse para llevarlo al montón.
Hay candelas particulares, de asociaciones y la oficial del Ayuntamiento. (En total, más de cincuenta).
Para poder hacer una candela, hay que inscribirse en el Ayuntamiento, a fin de que éste tenga un control de la situación y dé unas normas, que son así de sencillas: una de sentido común, cual es no hacerla bajo cables del tendido ni cerca de cornisas de tejados de madera; y otra, que hay que echar una capa como de diez centímetros de escombro o tierra para no dañar el asfalto. Con ese mismo registro de ubicación de las candelas, al día siguiente los servicios municipales recogen los restos y limpian.
Yo acudí a la candela de la Plataforma Ciudadana Refinería NO, donde un centenar largo de personas celebraba un doble motivo: la tradicional fiesta en sí, y la exculpación de los acusados de agredir al alcalde de la localidad. Entre brindis, chuletas, pestorejos, chorizos ibéricos, queso, migas, vaso vino va y vaso vino viene, con dulces caseros y café de postre, nos pusimos píos y nos dieron la horas en una nave inmensa, en cuya puerta -cuales hombres de las cavernas para ahuyentar al tigre sable y otros depredadores, que haberlos haylos todavía- ardía una hermosa candela.
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