domingo, 15 de septiembre de 2013
EL “PRIOR” SE NOS MALTRECHA
La Sobarriba leonesa
Bueno amigos, después de los
ánimos, los buenos deseos y también las peticiones que me habéis hecho algunos
de vosotros para que cuente aquí cómo fue el percance, no me queda otro remedio
que aceptar, sobre todo, después del panegírico
tan elogioso y simpático que me dedicó el amigo Gera, escrito con la exquisitez
y maestría que le caracteriza, y que me ha gustado mucho; por lo tanto, no tengo más remedio que contaros como me caí de la dichosa
bici, de esta forma tan mala y con efectos tan traumáticos que no detallaré, para
no resultar escabroso; así como tampoco
mostraré una foto que me hicieron y aunque ya habían transcurrido cuatro días, aún presento un aspecto
en cara y manos, como si me hubiera enfrentado al Potro de Vallecas.
El recorrido que normalmente hago
con la bicicleta, discurre en un 95 por ciento de su longitud por carreteras locales y estrechas, de diputación,
que no tienen arcén debido a la
angostura de la calzada, pero sí cuentan
al menos, con la raya central como única señalización horizontal. Estas ajustadas vías
son peligrosas sin duda por su estrechez,
pero cuentan con la ventaja que, muchos días durante todo el recorrido, que me suele
llevar del orden de dos horas y cuarto, puedo tener la suerte de haberme cruzado
solamente con tres o cuatro vehículos como mucho. Pero desde mi casa hasta que
conecto con estas ceñidas carreteras debo ir por un carril bici cómodamente unos tres
kilómetros y una vez agotado éste, ya
tengo que salir y puedo meterme en la carretera N-601, León-Valladolid, para
recorrer como un kilómetro por ella que
es de doble carril y que dispone de un amplio arcén, pero tiene mucho tráfico. Yo
procuro eludir en lo posible estas vías rápidas para transitar con la bici, pero
para poder acceder sin excesiva dificultad, desde mi punto de partida hasta la conexión con la carretera de poco tráfico, sin pasar por la general, cuento
solamente con una senda de tierra que tiene excesivas piedras sueltas.
Este tramo de la carretera
nacional que resulta más arriesgado para los ciclistas, como he dicho, tiene
una variante alternativa que es una senda de tierra con fuerte pendiente, hecha
para el tránsito de los peregrinos y que no resulta muy accesible para una bicicleta de paseo como es la mía. A
pesar de esto, la ida sí la hago por ella aunque eche los chinchulines pues me
libro del tráfico de la carretera. Esto lo hago principalmente porque la senda al final
desemboca en una pasarela peatonal sobre
la N-601 que me evita el tener que cruzar la carretera a nivel, mediante una
glorieta de reparto que en principio, no
debiera presentar mayor dificultad, si no fuera por el mal uso que normalmente hacen
de las normas de tráfico muchos de los conductores en las rotondas. Y al regreso
no me suele gustar volver por aquí debido a que ya no tengo que cruzar la
carretera, pues me incorporo directamente al arcén derecho de mi sentido de
marcha. La senda también resulta incómoda porque está repleta de peregrinos y
como es muy estrecha tienes que ir constantemente tocando el timbre para que
los caminantes se aparten y el ciclista pueda pasar. Para evitar este engorro
de tener que ir sorteando a la gente lo que hago es bajar por la nacional desde
el Alto del Portillo hasta la salida de Puente Castro. En el primer tramo de
esta bajada es donde me caí.
Este tramo de carretera nacional que
yo utilizo, es todo de bajada y con una pendiente descendente importante, con
lo cual la bicicleta si lleva encima un pedaleador de unos 82 kilos, como es mi
caso, casi sin apenas pedalear en pocos decámetros puede alcanzar una velocidad cercana a los 40
km/h, y si pedaleas un poco con ganas, a medio recorrido de la cuesta has superado los 50 km/h, fácilmente.
En el momento de caerme yo podría circular a unos 45 km/h aproximadamente, y el
motivo fue el siguiente: Aprovechando que la máquina al comenzar a descender la
cuesta avanza sola, te relajas un tanto después de llevar hechos unos 45 kilómetros y aminoras la atención a lo que
estás haciendo y esa fue mi perdición. Me
despisté y la rueda delantera se me
salió del arcén asfaltado y se pasó hacia la plataforma de su parte derecha que
está unos diez centímetros más baja y aquí el piso ya no está asfaltado, si no que es de tierra y gravilla suelta. Yo en el momento que me
percato que la rueda delantera se me había salido de lo asfaltado, procuro corregir
el desvío e intento remontar el resalto para
volverla al arcén, pero la máquina no acepta esta maniobra y se me cruza por completo debido a que la
rueda trasera estaba apoyada sobre la gravilla suelta, por lo que la bici se
posiciona transversal al sentido de la marcha. En ese momento, debido a la
inercia, yo salí despedido por encima del arcén y mi cuerpo fue a impactar con el asfalto en la
parte derecha de la calzada. Una vez sufrido aquel tremendo porrazo intenté levantarme al instante, porque yo dentro del atontonamiento y dolor
que sentía, sabía que si venía un coche detrás me pasaría por encima, pero no
era capaz de incorporarme hasta que poco a poco lo fui logrando y pude mantenerme en pie gracias a la coincidencia de
una baliza vertical que había allí mismo y
pude apoyarme sobre ella con un mano y con el otro brazo hacer señales en alto para pedir auxilio a los conductores que
pasaban. En esos momentos estaba sangrando a chorro por la frente, por la nariz,
por la cabeza y por las manos; pero aparentemente,
todos estos signos tan alarmantes y escandalosos que produce la presencia de la
sangre, no fueron lo suficientemente
graves como para llamar la atención de los muchos conductores de vehículos que pasaron de largo
junto a mí. Es más, se dio el caso de dos por lo menos, que aminoraron la velocidad bastante, hasta
poder aproximarse a mí para verme bien y al comprobar mi lamentable estado
salieron zumbando. Menos mal que entre todo este tropel de insensibles y faltos
de humanidad, que no me hicieron caso, llegó una persona como es debido con su
hijo en un coche grande y el chaval que iba de copiloto fue el que me vio y avisó al padre de lo que estaba viendo. En ese
instante este buen hombre aparcó su coche y acudió junto a su hijo a la carrera para socorrerme, tranquilizarme y
reconfortarme de forma muy eficaz y cariñosa, por lo que les estaré eternamente
agradecido.
Además se dio el caso que de estas
dos buenas personas, el padre trabajaba en el Hospital de León, y no solo
me atendió y asistió en todo, sino que esperó para lo que hiciese falta, y no se
fue de allí hasta que me dejó acostado en
la camilla de la ambulancia del Servicio 112. Una vez ya en Urgencias en el
hospital, estando en manos de los médicos, todo fue muy bien. El único pequeño pero que se le puede poner a esto, es que el servicio de Urgencias es muy lento,
hay que esperar mucho, pero también hay que comprender que somos muchos en
espera de que nos atiendan y en esos momentos
cada uno piensa que lo suyo es lo más grave e importante y que debe ser atendido
el primero.
Yo como resumen de este
contratiempo sufrido, diré que de los cuatro días que pasé en el complejo
hospitalario de León, dos días en Urgencias y dos en el hospital internado
con reposo absoluto, solo puedo decir cosas buenas, tales como: que me atendieron perfectamente en todo, que
no escatimaron pruebas hasta poder llegar a diagnosticar correctamente todas mis
dolencias y no solo eso, también fui atendido de forma cercana, eficiente,
cariñosa y amable. Les estoy muy agradecido.
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13 comentarios:
Como ya se por tu información personal cuando hablamos el viernes, que la cosa va mejor y que las marcas irán desapareciendo, esperamos vuestra asistencia el próximo día 28 a la reunión anual en Corias.
Una vez comprobado el estado de mejora, si no fuera tal podríamos hacerle caso a Samuel y "escotar" para el Sansón, los huevos de aldea para el ponche y la gallina para los caldinos.
A partir de ahora creo que será mucho más efectivo y seguro dedicarse a la sobrealimentación de "Romualdín" que emular a los esforzados de la ruta.
Alfredo, esperemos que no haga falta hacer el escote para el Sansón, aunque pensándolo bien, qué rico sabe. Si todo va normal, que no tiene por qué ser de otra manera, allí estaremos como clavos para ese día pues, el 21 también tenemos una boda, cuya ceremonia religiosa se celebrará en Posada y el convite en La Casilla de Limés. Lo único que sería pertinente es un poco de maquillaje para camuflar las huellas de la cara del hipotético encuentro con el Potro.
La foto que ilustra esta entrada de la “sapada”, aparentemente parece no tener nada de particular pero sí lo tiene pues, aparte de la variedad cromática que presenta, también pertenece a una pequeña comarca leonesa muy cercana a la capital, donde afortunadamente, todavía se cultiva bastante cereal: cebada, trigo y centeno. Otra particularidad de estas tierras es que aún se pueden ver en ellas algunos garbanzales a punto de recolectar, que son de los pequeños que tienen una cochura excelente y un sabor riquísimo. También hay otro cultivo que apenas se ve por los campos, que es la almorta. Una leguminosa que hoy solo se emplea como componente de los piensos para el ganado. En los tiempos de la posguerra española se molían y se amasaba una especie de pan con su harina. El sabor debía de ser poco agradable pero lo del dicho del torero: “más cornás da el hambre”. Lo curioso de este fruto es que en esta zona se les denomina titos y se dan muy bien. Cómo será, que existe una canción popular que se canta en la mayoría de las fiestas y que dice: “Los titos de Corbillos son duros de cocer, con agua de goteras se suelen cocer bien. Airecito, aire, aire de León, aire que ...”.
Benjamín, por varias razones, creo que te estás recuperando muy bien de la tremenda caída de la bicicleta. Me parece que no va a hacer falta, enviarte el Sanson y demás “chambericos”, ni como dice Alfredo hacer un escote el día de la comida, para obsequiarte, si te vemos desmejorado.
Una de las razones es que, además de atender el blog, preparas una entrada muy bien elaborada, relatando cómo ocurrió. Si te encontraras mal no te podrías concentrar, para hacer una entrada así.
Otra es que ya te lo tomas con esa dosis de “gracia” que tú tienes. Lo digo por lo de la “sapada”. Eso me recuerda a mis años jóvenes. Siempre decíamos eso, cuando caíamos. Y para terminar con eso, hasta emulas a Gión, poniéndonos la letra de una canción.
Ahora, cambiando de “tercio”, viendo la actitud de los conductores que te vieron en esa circunstancia y no pararon, se da uno cuenta de que vivimos en un mundo deshumanizado. Aunque afortunadamente, siempre queda alguna “persona” en todo el sentido de la palabra. Quizá en los sitios más pequeños, como Cangas, al conocerse casi todo el mundo aunque sólo sea de vista, en ese sentido estamos mejor.
Esos garbanzos pequeños que dices se recolectan por esa zona, los conozco. Teníamos nosotros unos vecinos, que él era de Astorga -el del almacén donde cambiaba Ulpiano las novelas-, y todos los años, le mandaba una hermana un saco de garbanzos. En aquella casa se comían muchos garbanzos, preparados de varias maneras, sobre todo potaje, y cuando les llegaban, siempre nos daban un kilo o así para que los probáramos. Como en mi casa sólo se comían cuando se hacía “cocido” y estábamos acostumbrados a que fueran más grandes, no nos gustaban mucho porque nos parecían muy pequeños. En aquellos tiempos, venían unos de Méjico que eran muy grandes, y aunque fueran menos sabrosos, ya sabes que con la vista se come. Ahora ya hace mucho tiempo que no suele haber de aquellos tan grandes. La almorta, ni idea, aunque la palabra me suena. Como a mí la única legumbre que me gusta, son los garbanzos, no conozco mucho.
Esos escalones en los lados de la carretera son criminales, más cuando vas sobre dos ruedas. Me alegra saber que te estás recuperando bien. Tu escrito denota ánimo, y que eres duro como un peneo.
Dices que tienes previsto asistir a la celebración de una boda en La Casilla; si vas dale recuerdos a Pepín. Es una gozada, con buen tiempo, tomar una copa en lo que antes era un huerto con tempranas peras y abundantes fresas, las robábamos al cura, y ahora es un cuidado prao.
Eso sí, no tiréis voladores a horas altas de la noche. Despertaríais a mi familia y demás vecinos de Limés.
Benjamín ya leo que estás recuperando y eso es lo más importante,pienso que quizás te pases un poco de frenada y a nuestros años... con una hora pedaleando sería casi suficiente,no te parece?tal vez al ir algo forzado y ver la posibilidad de darte un descanso en el descenso te desconcentraste y ahí vino el fatal porrazo,está visto que no podemos tener descuidos,esas cunetas con escalones laterales,como bien dice Ulpiano,son muy peligrosas incluso para circular con el coche y al menor descuido zas!!!el leñazo,menos mal que tú eres duro y estás fuerte y el servicio Sanitario de León en el área de Urgencias aunque lento como en todos los sitios,pero eficaz, te solucionó el problema,supongo que la bici quedaría siniestro total...dada la velocidad y el mozo que la llevaba con un buen tamaño y peso,la dejarías para el desguace...antes seguro que llamaste al servicio de asistencia en carretera para retirarla,con lo previsor que tú eres...son humoradas cariñosas,ya lo sabes.Bueno amigo Galán,como no se me ocurre una canción para terminar,desearte rápida recu y buena boda y feliz encuentro el 28 próximo,allí nos veremos,dale un abrazo a Elena que será la mejor enfermera que puedes tener,sin menospreciar el buen Servicio sanitario de León.un abrazo,Víctor Gión.
Contestando al amigo Gión diré que la bicicleta, aunque parezca extraño, no ha sufrido grandes daños pues, al atravesarse y salir yo despedido ella se fue arrastrando sola unos cuantos metros por el asfalto pero no ha impactado contra nada, con lo cual, solamente se ha hecho trizas el puño izquierdo, que es de goma, y el manillar que se ha desviado unos cuantos grados del centro hacia un lado, perdiendo por completo la alineación con la rueda delantera; pero eso es cosa de aflojar, alinear y apretar de nuevo. En el manillar llevaba el teléfono móvil dentro de una funda que iba sujeta con velcro y no se salió. También llevaba un aparatito electrónico con una pequeña pantalla donde se puede leer en todo momento: velocidad, distancia recorrida, tiempo empleado, velocidad máxima, velocidad mínima, velocidad media, hora y fecha. Pues bien, este diminuto “ordenador” que va situado en el centro del manillar sujeto con una brida, tampoco sufrió daños y siguió funcionando correctamente; sólo necesita una buena limpieza de la pantalla. La bici, una vez subsanadas estas pequeñas pegas es prioritario hacerle un lavado a conciencia pues está toda manchada de sangre. Cuando me encuentre recuperado del todo quiero darle un repaso general, porque igual no necesito ni llevarla al componedor. De momento, mi señora no me deja ni acercarme a la dichosa bici, aunque una vez restablecido del todo ha dicho que no se “opondrá”… del todo, a que continúe de vez en cuando subiéndome a esta indómita burra de dos patas. Solamente pone como condición que le ate más corto el ramal a este montaraz bicho. Y en eso estoy yo también completamente de acuerdo. No solo le ataré más corto el ramal, sino que también intentaré que el jinete aminore el brío en las bajadas de carretera.
Me alegro que la bici no haya sufrido grandes desperfectos,por lo que cuentas,son detalles que seguro tú mismo lo vas a solucionar tan pronto estés recuperado,que es lo más importante,la verdad,la tienes tuneada con todo lujo de detalles,incluso con ordenador de abordo,parez un avión,en vez de una simple bici de paseo,seguro que será la envidia del barrio,pero ya sabes pa la próxima vez,que las bicis también hacen la tijera,como los grandes remolques.Hay otro plan B,sería más cómodo y seguro,la estática,también tienen velocidades y mayor o menor esfuerzo,yo tengo una y casi todos los días me pego 4-5 kmts,la verdad me viene muy bién y evito el tráfico que me da pavor,de manera especial en ciudad,son sugerencias que no consejos,pero a veces ayudan,recuerdas aquella canción del grupo asturiano Zapato Veloz?!tengo un tractor amarillo...cuidado con estos, que también son peligrosos,un abrazo.
Menos mal que todo quedó en el susto y algo mas que unas magulladuras, pero todo recuperable. Nuestro"PRIOR" demuestra ser fuerte tanto física como como mentalmente. Claro que detrás tiene una mujer que lo va a tener que atar un poco mas corto para que no se nos desmadre.
¡Pobre Elena!!. Ten paciencia y cuídalo, al fin y al cabo es como un niño, pero vaya con el niño, que verano dio!!!. Bromas aparte, el porrazo fue morrocotudo y me alegro que todo vaya por buen camino.
Ya veo que todos estáis preparando el viaje para la comida anual, que este año será por fin en el Parador. Yo creo que lo pasaréis muy bien y que vuestra antigua casa-convento os gustará mucho. Así os lo deseo a todos y aunque yo no podré ir en esta ocasión, me acordaré y me consolaré con vuestros comentarios y fotos.
A Jesusín, decirle que últimamente anda muy activo por el blog pero que no se despiste, no sea que le pase lo que al "prior" y tenga cualquier accidente, que últimamente lo noto yo un poco atolondrao. Por cierto creo que no escribiste nada interesándote por la recuperación del "jefe", claro que también puede ser que hayas hablado directamente con él. A ver si te haces visible por Corias, que Maribel y Mamen van a estar en un ¡ay! para reconocerate.
Miánicas que, nun falei nada axeitau aiquí del carneirazu que tsevou este rapaz, que vos chamais el prior, purque tsievu una timpurada que nun andu esqueirandu nada nu blog. Ya fixi-lu agora purque taba fartu d’escaxinar fabas ya pa escansar un pouquinín púxe-me a amerar pal blog. Muitas veces nun soi quien a faer que furrule esti dimoniu d'urdenador. La cousa ía qu’estus días la tsangurdia de la Rulindes nun ta aiquí. Foi unus días pa Sutrondiu a faer un cursu desus que las mucheres amañan subrecamas ya sabanietsus cun rumiendus, creu que tses tsaman patchwork, u algu asina, nun lu sei bien; purque si tuviera etsa aiquí avisaba-me escapau. Y'astoncianas al esqueirar aiquí nu blog, foi cuandu m’enterei de que se esfucinara esti home na carretera al alventá-lu la bici pul aire ya estrapatsa-se na brea de la carritera. Esus xustrazus nun sientan bien a lus güesus, non. You de piquenu tamién tsevei un turniscazu bonu cuna bici que manquei-me muitu nuna rudicha ya quedou-me esfutsada del tou cumu si fora un tarucu de maiz, ya tuvía ía el día de güei, que cuandu tal tiempu murgazón cuna nublina arrastru ya chueve muitu, duel-me que dios nus tsibre.
La cousa ía qu'esti rapazón se mexore prontu ya que nun tse duelan muitu las mancaduras. Outru amiente tamién direi que fai muitu tiempu que nun lu agüechu pur Cangas, nun sei ou s’atoupará.
You tous estus días andu pula currada recuchiendu las caxinas de las fabas a tou miter anantias de que chueva. Ya espueis hasta la nueite, toi escaxinandu nu escanu del cucinu. Quedan-me de'escaxinar tres u cuatru goxus grandones tuvía.
Jesusin,tu no seras, hipocondriaco,porque en cuanto alguien habla de cualquier cosa de enfermedades o golpes,tieneslo todo neno,pues ahora dices que tienes una rodilla escacharrada desde que diste un golpe cuando eras neno,que cuando ta el tiempo de nortada,duelte,conocer nun te conocemos,pero debes de dar pena ,nun te falta de nada,tienes de todo,¿acabaste de poner la ferramienta con la dentista esa potente a la que ibas,o sigues comiendo papas,neno a ver si te animas a ir a la comida de Corias,aunque seguro que iras escondido en tu anonimato,pillin,ya veo que andas muy ocupado con las fabas,a ver cuando nos invitas a una fabada,porque compango pa echale debes tenelo bueno,con tanta matanza que haces pero no te estiras ni pa dormir,ya nun vayas a caete del burro y te pase lo que al Prior,porque tu bicicleta nun creo que tengas, ye mas seguro el burro,pero a veces tambien dan alguna que otra coz, asi que cuidadin
Después de la minuciosa descripción del accidente de circulación del “Prior”, con una exposición de hechos digna de un profesor de la Escuela de Tráfico, y reconociendo las causas del mismo: “ distracción en la conducción”, solo me queda desearte Benjamín un restablecimiento rápido , pues ¡yes duro como un penedo!.
Entiendo tu preocupación al quedar inerte en la calzada y que otro vehículo te arrollase. Lo sufrí en mis carnes en la N-634, en las curvas del cementerio de los moros, en Barcia (Valdés), al caerme de la moto de la forma más tonta y quedar tendido en la calzada, con el consiguiente peligro de ser atropellado.
Por las fotos que publicas del encuentro en Baselgas, se deduce que la recuperación va por buen camino; me alegro un montón
Ahora mismo voime pa Asturias a pasar 10 días de descanso.
Carlos, muchas gracias. Te diré que ya va la cosa bastante bien. Dentro de lo malo, debo dar las gracias pues pudo ser mucho peor. En cuanto a lo de ser duro, sí es verdad que debo serlo pues, ya me lo habéis dicho muchos de vosotros y rebobinando un poco en mi vida diré que he tenido cuatro contratiempos traumáticos, los cuatro bastante graves, y de todos he salido airoso, al menos por no haber sufrido roturas importantes. No obstante, de ahora en adelante habrá que tomarse el deporte con más calma, o dedicarse exclusivamente a los paseos con visitas a los posibles “romualdos” desamparados que pueda haber por los caminos. Que lo paséis muy bien estos días de asueto por la costa occidental asturiana, como preámbulo para el día 28.
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