Espero no acabes de rematarme con otra, ésta sobre manipulación en los árboles, porque entonces ya no podría seguir estando orgulloso con varias realizaciones "artístico"- arbóreas que tengo y de las que también presumo ante las visitas. Y son éstas: de las guías de un membrillero, avellano, etc. que fui tejiendo, al cabo de los años resultaron troncos en forma de coleta. ¿Que cómo se me ocurrió eso? Debe ser porque el pelo largo en una mujer para mí siempre tuvo algo de fetiche y una coleta sólo puede salir de una melena.
miércoles, 22 de octubre de 2014
Va por ti, Cubanín
Texto y foto: jrFRANCOS
¡Hola, a todos!
Me decía hace poco Ulpiano en un correo
personal que hacía tiempo que no aparecía por el Blog. Es cierto. De tarde en
tarde le echo un vistazo, sorprendiéndome la última vez que lo hice que en
aquel momento había dos personas en línea: una en ¡¡México!! y yo. Me llamó la
atención que allende las fronteras y los mares el Blog tuviera seguidores.
Pese a esta especie de "tiempo
sabático" que me tomé con respecto al Blog (la vida ya no es lo que era),
escribí tanto en otros tiempos que aún estoy en el cajón de la medalla de
bronce en cuanto a entradas. En primer lugar figura Galán, nuestro honorable y
respetado y nunca bien ponderado Padre Prior y Administrador del Blog con más
de doscientas entradas. En segundo lugar y por tanto medalla de plata, aparece
el fallecido Miguel Ángel con más de ciento cincuenta. Y en tercer lugar, yo,
con unas ciento veinticinco entradas. (Hablo de memoria).
Probablemente a ese centenar largo
habría que aplicarle el consejo que le dio un escritor consagrado a otro que
quería serlo: "Escribe mucho y rompe, quédate solo con la mitad de la
mitad". Con lo cual, en mi caso, serían solo una treintena las entradas
que merecerían la pena. Y entre esas sí recuerdo algunas que suscitaron más de
veinte comentarios. Y otras varias más de diez.
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Tras esa entradilla quiero decirle a
Cubanín, quien tuvo el detalle de dedicarme una (en la primera quincena de
septiembre, bajo el título Para nuestro amigo Francos), donde hablaba,
foto incluida, de un árbol que tenía cuarenta injertos, cada uno de una
variedad distinta, que con su aportación hirió mi presunción ante los
visitantes de mi campito (o finca, como decís por ahí a cualquier propiedad
rural), a quienes enseñaba un ciruelo y les decía: "una rama es de
las negrovioláceas y la otra las da amarillas" (como el del patio de la
casa donde vivió hasta los diez años Maribel Pérez, según dice en su
comentario) . Los desplazaba luego unos metros y les volvía a decir: "una
rama es de manzanas y la otra da peras". Y para sacar un poco más de pecho
remataba: "ambos los injerté yo".
Me has dejado empequeñecido con tu
entrada, Cubanín.
Espero no acabes de rematarme con otra, ésta sobre manipulación en los árboles, porque entonces ya no podría seguir estando orgulloso con varias realizaciones "artístico"- arbóreas que tengo y de las que también presumo ante las visitas. Y son éstas: de las guías de un membrillero, avellano, etc. que fui tejiendo, al cabo de los años resultaron troncos en forma de coleta. ¿Que cómo se me ocurrió eso? Debe ser porque el pelo largo en una mujer para mí siempre tuvo algo de fetiche y una coleta sólo puede salir de una melena.
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Como la entrada de Cubanín iba de
árboles, ser vivo que me gusta y respeto en sobremanera, la mía va ir también
por esos derroteros.
Quiero en concreto hablaros de un árbol
que hay en las afueras del pueblo que destaca por su longevidad. Para ello nada
mejor que transcribir lo que de él dicen Susana Domínguez y Ezequiel Martínez
en su interesante libro titulado Árboles, Leyendas Vivas editado en
2005 por la Obra Social de Caja Madrid y por SDL Ediciones.
"Al sur de la provincia de Badajoz,
se encuentra Los Santos de Maimona, una bonita población en donde se puede
contemplar una buena muestra de las típicas casas señoriales y blasonadas,
encaladas al típico estilo de los pueblos del sur. Su nombre alude a la gran
cantidad de ermitas que había antiguamente dedicadas a los santos de la zona.
En una de ellas y alejada del pueblo, destaca un olmo de considerable grosor
rodeado con una valla, que goza de gran popularidad y consideración; es el
Árbol Gordo de Maimona.
"El nombre de "gordo" se
lo dieron los lugareños de Los Santos con toda la razón, como siempre ocurre
con los motes o apelativos dados por los paisanos, pues de este árbol, entre
todas sus características la que más destaca es su gordura descomunal. Se dice
que en él se apareció la Virgen hace unos seiscientos años y a raíz de este
hecho se empezó la construcción de la ermita de Nuestra Señora de la Estrella,
a principios del siglos XVIII. Cuenta la leyenda que dos pastorcillos que
apacentaban el ganado cerca del olmo, se vieron sorprendidos por un fulgor
radiante en forma de estrella que emergía de él y en el centro del
resplandor los pastorcillos creyeron ver el rostro de la Virgen que les sonreía
dulcemente y que les transmitió el deseo de que se erigiera un santuario en ese
mismo lugar. Según otras variantes del relato se cuenta que, en realidad, los
pastorcillos descubrieron una imagen de la Virgen oculta en el árbol, donde fue
depositada por los cristianos para evitar su profanación por los musulmanes
durante la época de la dominación árabe.
Existe una cierta controversia acerca de
la autenticidad del relato y sobre todo acerca del árbol, pues algunos
consideran que éste no fue el verdadero protagonista de la historia. Se dice
que podría ser descendiente directo del árbol primitivo en donde se apareció la
Virgen. No obstante, todo indica que nuestro olmo es un ejemplar muy viejo que
perfectamente pudo haber vivido los acontecimientos relatados. La escasa copa,
de la que se han desgajado gran parte de sus ramas principales, el tronco hueco
y enorme y los abundantes agujeros (a modo de chimenea) rellenos con una
sustancia de poliespán, confirman su avanzada edad, probablemente muy cercana
al límite propio de la especie. Lo que es indudable es la singularidad de este
ejemplar, pues es uno de los pocos olmos vivos que quedan en España y en Europa
con estas dimensiones".
Cuando se escribió eso, antes del 2005
en que apareció el libro -que debió tener una larga gestación de trabajo de
campo, ya que muestra ejemplares de toda España- el árbol todavía tenía algo de
copa y así aparece en una fotografía a toda página. En la actualidad está
completamente seco, como podéis comprobar por la fotografía que hice hace unos
días. Hubo voces de alarma, y entre ellas había que destacar la de Luis Martín
Martín, santeño, proyectista de nuevos parques y jardines en el Ayuntamiento de
Madrid, autor de un libro de éxito (Árboles del Retiro, tres ediciones),
barítono de música lírica donde es conocido como Luis Maimona, que desde hace
por lo menos veinte años, me contó, ya dio la voz de alarma de que el Árbol
Gordo se moría. Hasta presentó un plan de saneamiento y mantenimiento que no
llegaba ni al medio millón de pesetas. Ni la Cofradía del Santuario ni el
Ayuntamiento le hicieron más caso que las buenas palabritas de entretenimiento.
Ahí en la foto están los resultados.
Ya que viene a cuento y os van a
resultar familiares los lugares, quiero deciros que a unos cinco kilómetros de
mi aldea natal y a menos de dos de Gera (concejo de Tineo), en cuyas
inmediaciones nació nuestro compañero y colaborador del Blog, está el Roble
Valentín, de quien el citado libro comienza hablando así: "Era allá por el
año 1.160 cuando el Roble Valentín vio sus primeros rayos de sol. Por aquellos
tiempos, los condes de Tineo eran de los más poderosos del reino astur".
(...)
O sea que, restando, sale que el
ejemplar tiene 954 años.
El día que fui a verlo fue un día de
ecologismo salvaje. Salí a media mañana de casa en bicicleta y cuando llegué a
Gera, después de cuestas arriba y abajo, sudaba como una esponja. Me adentré en
el río del mismo nombre, que pasa por allí, y me di un refrescante chapuzón en
una poza con el traje de baño más antiguo que ha usado el hombre. Después de
una buena cuesta de subida, llegué al imponente roble. Me senté, cogí aire...y
terminé tirando de la bota y del bocadillo. Luego me tumbé durante un buen rato
en el prado y a su sombra. Repuesto y bien descansado, me abracé al roble y lo
fui rodeando y besando... ¿Que por qué tanto rito? Pues porque solo de las
personas y seres alegres, vitales, con optimismo y ganas de vivir puedes
recibir buenas vibraciones. De alguien triste y pesimista y negativo o de un
árbol seco no te llegará nada, más que miseria espiritual.
También habla el libro de la Fayona de
Eiros y su primer párrafo dice así: "La gran Fayona se encuentra en Eiros,
pequeña aldea asturiana del Concejo de Tineo" (...). En concreto está en
la carretera Tineo-Pola de Allande, a unos diez kilómetros de ésta, población
que desde nuestro internado algunos visitamos en aquellos años. Según el libro
puede tener entre 300 y 400 años. Tras un temporal que azotó la cornisa
cantábrica hace unos años (5 ó 6 ?), según me han contado quedó bastante
tocada.
Para terminar, pienso que ya que
hablamos de árboles vendría bien poner el colofón con este poema de Antonio
Machado, una composición sencilla por su métrica de estrofas en cuarteta, que
tras hablar del árbol en cuatro de ellas, personaliza las dos
últimas de tal guisa, sin perder la línea, que es fácil identificarse con
su esencia (y mi felicitación para los que no: sois unos afortunados).
LA GRACIA DE LA RAMA VERDECIDA
(o Poema del Árbol)
Árbol, buen árbol, que tras la borrasca
te erguiste en desnudez y desaliento,
sobre una gran alfombra de hojarasca
que removía indiferente el viento...
Hoy he visto
en tus ramas la primera
hoja verde,
mojada de rocío,
como un regalo de la primavera,
buen árbol del estío.
Y en esa verde punta
que está brotando en ti de no sé donde,
hay algo que en silencio me pregunta
o silenciosamente me
responde.
Sí, buen árbol; ya he visto como truecas
el fango en flor, y sé lo que me dices;
ya sé que con tus propias hojas secas
se han nutrido de nuevo tus raíces.
Y así también un día,
este amor que murió calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y diferente.
No, tu augurio risueño,
tu instinto vegetal no se equivoca:
soñaré con otra almohada el mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra boca.
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1 comentario:
Francos, tal vez por afinidad con los centenarios árboles que nos muestra,hunde sus raíces en la tierra sin importarle que ésta, geográficamente, pueda ser diferente, y, a través de esas raíces, en el sólido punto de encuentro que él atesora, anuda sucesivas y diferentes etapas de la vida. Norte y sur… Corias-Cangas, Allande, Tineo con los Santos de Maimona, o tal vez otros lugares.
Por eso su esperanza -quizá la de algún otro aunque ésta ya solo mire al pasado- se abraza a estos versos de Machado. De la misma forma, pero con otra dimensión, que un día él mismo abrazó y besó al milenario, por unos pocos años no se le puede hurtar el título, roble Valentín.
Bienvenido de nuevo y un abrazo
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