En esta fría, lluviosa y
nublada mañana de diciembre, he tenido una gran alegría al abrir el buzón de
correos y comprobar que entre la maraña de publicidad, había una felicitación navideña de un antiguo amigo
que todos los años me la envía, a pesar
de que hace tiempo que no nos vemos, pero debo anticipar que este amigo es una persona muy cumplida, refinada, culta y autodidacta, porque no tiene titulación oficial de ningún tipo, aunque
sus modales y su vocabulario bien podían ser fiel reflejo de poseer las cualificaciones más
altas que pueda expedir el Ministerio de Educación de este país. El léxico, desenvoltura,
conocimiento, claridad, prolijidad,
caligrafía y amabilidad de este hombre a
la hora de expresarse sobre el papel es de una finura exquisita; de lo que hoy
día, salvo raras excepciones, apenas se ve.
En mi caso concretamente, hasta hace unos años, ahora ya
no lo hago, llegadas estas fechas me daba cierta pereza el pensar en que tenía que felicitar
por escrito a las personas más cercanas a mí: bien por amistad, por relaciones
laborales o por ser familia. Hoy día ya son
muy pocos los que en vísperas de Navidad tienen el desparpajo y amabilidad de tomar una
pluma o bolígrafo y ponerse a escribir de forma manuscrita una dedicatoria en un
grupo de postales. Incluso los que antes lo hacían, solían utilizar siempre frases
hechas y estandarizadas que, salvo el
nombre, valía el mismo texto para todos
los destinatarios. Actualmente, los whatsapp, SMS, e-mail y demás adelantos electrónicos han
desplazado por completo la bonita y elegante costumbre de escribir a mano.
El recibir una postal como
ésta que he recibido yo hoy, y que a continuación incluiré en este escrito, es como
recibir un gran regalo: por la atención de la persona hacia uno, por el esfuerzo realizado y por lo poco usual
que resulta. Podríamos decir que es como el que ve un mirlo blanco. Por lo tanto, con el permiso del autor, me permito el atrevimiento de compartirla con
todos los amigos y lectores del blog. Creo que merece la pena. Espero que os
guste.
B. G. G. bloguero “Prior”
TEXTO DE LA FELICITACIÓN
1 comentario:
Desgraciadamente, en estos tiempos entramos en una dinámica donde los ordenadores, teléfonos móviles y demás inventos electrónicos han venido sustituyendo sin darnos cuenta a las viejas tradiciones como esta tan sencilla que nos relata el Prior de escribir cartas o enviar una felicitación navideña.
Publicar un comentario