Anécdota

Sobre el comentario del Migue, y Alfredo Fernández, pues no, mis neuronas siguen resplandeciendo por su ausencia hasta tal punto que el echo de no amenizar tantas notas en el blog es porque se me había olvidado mi contraseña y como soy un mucho "CS" (computer stupid) no veía la manera de introducirme nuevamente. En fin, tuve últimamente un pedo cerebral y aquí andamos. Recuerdo vagamente la primera vez que palpité la nieve y es cierto que fué en Leitariegos camino hacia ... que importa ... Las sensaciones fueron maravillosas, tanto como la paliza que recibí de bolas de nieve de los compis, especialmente de Arturo; ya me las pagará. La anécdota que más gravada tengo de Corias fue en el primer año de Bachillerato, cuando nos presentamos unos a otros en clase y se nos pedía decir nuestro nombre y de donde veníamos. Rememorando los echos y considerando que en aquellos tiempos ninguno de uds. había conocido persona nativa del Caribe (Antonio Machín con sus Angelitos Negros aún no pertenecía a los Cuarenta Principales ni José Legra era campeón del mundo un pesos gallo) mi pronunciación de la "S" en lugar de la "C" o la "Z" , y la "J" y "G" sin el carraspeo gutural tan castellano, se me obligaba una y otra vez a repetir mi nombre entre las numerosas carcajadas de los presentes, incluído el profesor de turno. No tenía yo entonces mucha paciencia y siempre terminaba con "sendo" cabreo. No recuerdo si al final terminé aceptando tal trato pero eso lo dejaremos para la historia.