COSAS DE LA MILI

Dicen que después de la tempestad viene la calma, y en este caso después de unos días en cama con un trancazo de agárrate y no te muevas, ya estamos otra vez sino en plena forma, casi.

Como quiera que los ex-alumnos que fuimos externos ya tenemos pocas aventuras que contar y dado que por parte del resto de Blogeros se da pie a que se narre alguna historia que nos haya podido ocurrir fuera de lo que es estrictamente la vida en Corias, y dado que Víctor nos relató alguna anécdota de la mili, voy a tratar de seguir con el tema abriendo este nuevo apartado para que no vaya en el de opiniones de otros temas.

Yo estaba en la cuenta que Víctor había coincidido conmigo en el Ferral, como el Majo o David "Garabata", pues somos todos de la misma quinta, 66/3º y nuestros apellidos son seguidos por lo que nos tocó ir en Setiembre, pero no del 66 sino del 67. ¡Repasa las fechas Vitorín! Concretamente este menda hubo de presentarse en la Caja de reclutas de Oviedo el 21 de setiembre, para más señas San Mateo, día grande en la Capital. De Cangas solamente íbamos tres reclutas. Uno era Pin Marina que lo habían destinado a Ceuta, el segundo era yo y el tercero, un chaval llamado José Fernández García, de un pueblo alejado de Cangas que ahora no recuerdo y que daba la sensación que aparte de bajar alguna vez al mercao los sábados, no había viajado fuera del Concejo en su vida, pues nada más vernos en el ALSA antes de salir se "agarró" a mí como una lapa y no me soltó hasta que llegamos al Ferral. Como no era muy rentable volver a Cangas a dormir y tener que volver al día siguiente a Oviedo para coger el tren a las 4:30 de la tarde para León, ahí nos veis con el macuto al hombro desde Rubín al centro de la ciudad, tratando de buscar una pensión. Encontramos una en la Calle Llano Ponte frente a la entrada de los autobuses a la estación. Dejamos el petate y salimos a dar una vuelta por la City y José sin despegarse mi. Eso sí, antes me había preguntado que si no me importaba que fuera conmigo porque él no sabía andar por Oviedo.

Al día siguiente nos subieron al "Tren 5504 procedente de Gijón y con destino León" anunciaban por la megafonía. Debo confesar que en mi caso, y pese a que ya habíamos estado viviendo en varios lugares de Asturias, motivado por la profesión de minero de mi padre, era la primera vez que salía de la Provincia. En la estación leonesa nos esperaba varias camionetas con unos bancos de madera laterales, ya que éramos unos 100, y de ahí al Campamento. Como ya era de noche nos asignaron la litera de cada uno, en el mio estaba en el tercer piso y la ropa la repartieron en los siguientes días. En la compañía había un cabo 1º ya entrado en años, pequeño y despejado de frente. ¡Aspirante a calvo vamos! que debía tener como unos 30 años ya. Había ido tarde a la mili porque había estudiado Minas. Cuando al día siguiente de llegar nos estaban tomando la filiación y escuchar que yo era de Cangas, me dijo ¡chaval habla luego conmigo!. Cuando acabaron de tomar nota voy y le digo que soy el de Cangas. Entonces me pregunta si conozco a Turrones, a Gilberto, a Zampa, a Emilio Morocho..... No le dejé seguir. Le dije: Por los nombres que dices me da que no debe gustarte el vino. Riéndose a carcajadas me preguntó el motivo. Y claro le contesté más o menos: Es que con los ejemplares que me acabas de nombrar..... ¡Cómo no voy a conocerlos si soy de Villablino y alterno mucho por Cangas! me contestó. A partir de ese día tenía algún favor con él, como el no barrer cuando salías entre los tres ultimos por las mañanas, etc. Al otro chaval que también se entero que era de Cangas, le tiraba de la lengua y como le contó que tenía una hermana, le tomaba el pelo y le decía que iba a ir a Cangas para cortejarla. Pero también tenía un enchufin con él. La verdad es que era un buen chaval, pese al grado que tenía, que eran los que más mandaban junto con los veteranos. Si te llevabas bien con ellos tenías la cosa media enfocada. Tuve la suerte de que la instrucción se me dio muy bien, con lo cual ya no te mandaban al pelotón de los torpes que eran los que luego quedaban señalados.

El día que juramos bandera, domingo 12 de diciembre, empezó a nevar en torno a las 7 de la mañana y a las 11 que era el acto el aspecto del Regimiento era el que se ve en una de las fotos que encabezan el artículo. Ya habían tenido problemas los familiares que acudían a vernos, entre ellos mis padres a los que no dejaron pasar ya de Pola de Laviana. Como quiera que en uno de los que pudieron pasar iban unos tíos míos, a la vuelta volví con ellos, pero nuestro gozo en un pozo, porque al llegar a Pajares la G. Civil nos prohibió continuar porque el puerto estaba cerrado. Hubo algunos "valientes" de la zona de Campomanes y Pola de Lena, que bajaron andando. Los autobuses volvieron a la estación de Busdongo para allí esperar al tren que tenía salida de León sobre las 6 de la tarde, pero había tal nevada que no apareció hasta pasadas las 2 de la mañana. La nieve me llegaba a mi a la altura de la cadera.

La segunda fotografía corresponde al día que a nuestra Compañía le tocó "Zafarrancho de Limpieza" y a mi me tocó ir a cocina. Como podéis contemplar no fue malo el destino. Ayudante del ranchero. Además ese día fue el que mejor comí en todo el periodo de Instrucción.

De mi paso por El Ferral y el posterior destino a Gijón, tendría para escribir un libro. De eso y alguna anécdota más os contaré otro día, según vayan saliendo los comentarios.