sábado, 8 de enero de 2011
FIN DE FIESTAS
Esta foto, facilitada por J. A. Ramos, hubiera sido más oportuna su utilización para encabezar la entrada –Actividades Extraescolares- publicada hace un tiempo, concretamente, el 10 de diciembre pasado, y que a raíz de ella salieron a relucir algunos de los personajes que la integran, los cuales dieron pie a varios comentarios sobre temas cangueses. Pero nunca es tarde, y ahora que ya han finalizado las fechas de las cabalgatas y los desfiles, puede ser el momento oportuno.
El orondo animal al que acompañan estos señores de la foto, bien podría ser el mismo al que acudimos Matías y un servidor cuando fuimos nombrados para llevar a la cerda, con perdón, de los frailes desde el Colegio hasta la granja de Santa Catalina, donde la estaba esperando el afamado “borrón” para llevar a cabo entre los dos, cierta diligencia lúdica, con fines procreativos.
Por las pintas, el buen pelaje y la corpulencia que presenta este hermoso chancho, si no es el mismo de la granja, hermano o pariente muy cercano del otro seguro que sí lo era, ya que son del mismo estilo. El parecido entre ambos se aprecia, no solo por el saludable aspecto físico que éste presenta, sino también por la tranquilidad y la bondad de carácter, características también muy destacadas en el de Santa Catalina.
Los caballeros que acompañan y agasajan al hermoso cerdo, durante el relajado paseo por las inmediaciones de la Villa, se ve que lo hacían para rendirle un merecido homenaje por el éxito que éste cosechaba día a día, atendiendo como es debido y sin la menor protesta, a todas las parroquianas de su especie que a él acudían por diversos motivos, procedentes de todos los rincones de Cangas, y hasta de los concejos limítrofes. Es justo decir que este animal, jamás llegó a manifestar ni por una vez siquiera, el más mínimo cansancio o reparo, para llevar a cabo las numerosas solicitudes de las que era objeto.
La persona que va delante, parece mismamente que fuera hablando con el homenajeado y, como miembro de la banda municipal, seguro que le iba entonando el “Asturias Patria Querida”. En días atrás, este señor salió a colación en los comentarios del blog.
Aunque en aquellos tiempos de tanto agasajo y celebración para el cerdo, aún no existiera una ley que penalizara el conducir o conducirse, si se rebasaba determinada tasa de alcohol en sangre; en este grupo ya se notaba cierta sensibilidad para este problema pues, el que encabezaba el desfile, que era el cerdo, ya se mostraba respetuoso con el peligro y como jefe y conductor de la peña, vemos que era el único que, no solo no bebía, sino que tampoco portaba recipiente alguno, alusivo a la sed, que pudiera servir de incitación al consumo de bebidas alcohólicas o similares.
Además del ejemplar comportamiento que demostraba practicar este robusto gocho, también se nota la sensatez y prudencia que le caracterizaba pues, vemos claramente que les está llevando a los acompañantes por las calles menos transitadas y con poco tráfico rodado, para evitar posibles contratiempos. Así da gusto. Compañeros como éste, son los que hacen falta para salir de marcha.
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1 comentario:
Efectivamente amigo Benjamín,la persona que va en primer lugar es el famoso satre del que hablamos,también veo a otros muy conocidos,da gusto de veras ver estas fotografías que casi casi las tiene uno olvidadas,bueno la disertación que haces me encanta,es un tema menos taurino pero...a nosotros lo de los cerdos nos resulta como que más cercano,bueno con perdón eso es lo que yo creo,no pretendo molestar a nadie,ni hablar,Slds cariñosos.
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