jueves, 2 de junio de 2011
VIAJE A LA HISTORIA. CATALINA DE ERAUSO
En el año 1635 encontrándome en la ciudad de Cuitlaxtla localidad cercana a Puebla-México, me encontré con un personaje peculiar, un tanto desconocido…pero de muchísimo interés, se trataba de Catalina de Erauso, enseguida, ella muy locuaz me comento: Quizá me conozca más por la monja Alférez, le cuento: Nací en San Sebastian en una familia acomodada, mí padre Miguel de Erauso, era militar, mí madre María Pérez de Galláraga y Arce. Muy jovencita me metieron en el convento de monjas de San Sebastian el Antiguo, del que era superiora una tía mía.
¿Pero abandono el colegio?
Si, tras una pelea con otra novicia, entendí que la vida monacal no era mí futuro, aquella vida de intramuros no iba con mí carácter rebelde y me escape vestida de labriego.
¿Lo pasaría muy mal?
Pase penurias y calamidades, deambule por bosques y pueblos vestida de hombre, mí apariencia física…era muy alta para mujer, más bien fea y mis atributos femeninos pasaban desapercibidos, utilice muchos nombres: Pedro de Orive, Francisco de Loyola, Antonio de Erauso y otros más.
¿Se fue a las Américas?
Logre llegar a Sanlucar de Barrameda donde embarque llegando a Perú donde me aliste como soldado, siempre haciéndome pasar por hombre. Era valiente y hábil con las armas, metiéndome en todas las peleas y disputas, me gane a pulso el grado de Alférez.
¿Es verdad que no se lavaba?
Tenia que comportarme como un soldado…pendenciero, jugador, mujeriego…Le voy a contar un episodio duro de mí vida, Fui como padrino en un duelo, cayeron heridos los dos contrincantes, yo me enfrente al padrino del rival y lo herí de gravedad, moribundo me confeso que era mí hermano Miguel.
¿Volvió a España?
En 1623 fui detenida por causa de una disputa para evitar el ajusticiamiento pedí clemencia al Obispo Agustín de Carbajal, le conté que era mujer y mí vida en el convento. Varias Matronas me reconocieron confirmando que era mujer y virgen. Me envió a España donde fui recibida con todos los honores el Rey Felipe IV me mantuvo la graduación militar y me llamo La Monja Alférez consintiéndome que continuase con mí nombre masculino.
¿Estuvo también en Roma?
En Roma me recibió el Papa Urbano VII, quien me permitió seguir vistiendo de hombre.
¿Volvió a las Américas?
Si, llevando una vida más tranquila, fui en el año 1.630 a la ciudad de Orizaba, en el estado de Veracruz (México) llevando una vida dedicada al transporte de mercancías, en esta época escribí y dicte mis memorias, todavía no están publicadas.
Me despedí de ella y me pareció una vida apasionante, digna de ser contada, años después pregunte por ella, me dijeron que los últimos años de su vida poco se sabía, que había muerto, unos que en un naufragio, otros que asesinada y los de más fantasía, que la había llevado el diablo. Sus memorias se publicaron en Paris en el año 1.829.-
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2 comentarios:
Vaya con la monja alférez. Cuenta esta pendenciera mujer que una vez que ella misma alertó de su falsa identidad, fue reconocida por una matrona la cual atestiguó que, efectivamente, el personaje en cuestión era mujer y virgen, No me extraña nada. A ver dónde estaba el guapo, euskaldún o no euskaldún, que se atreviera a tirarle los tejos a esta donostiarra de armas tomar, un tanto hombruna y más seria, por no decir otra cosa, que un “nublao”.
Gracias por la lección en historia. No tenía ni idea de la famosa Monja Alférez. Inmediatamente de leer el artículo me adentré en el Google para leer algo más y me ha sorprendido la citada señora. Sobre todo cómo pudo hacerse pasar por hombre en tan complicada sociedad.
P.S. Por fin logré encontrar la forma de acentuar las vocales y escribir las eñes en este condenado teclado.
Un saludo.
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