PRESENTACIÓN

Anualmente cuando nos reunimos los antiguos alumnos de Corias, bien sea en grupos minoritarios por promociones en diferentes lugares del Principado y alrededores, o de forma general en el encuentro de Corias a finales de cada mes de septiembre, siempre solíamos comentar al sentir la alegría de juntarnos de nuevo que, era una pena el que hubieran pasado tantos años sin comunicarnos y sin saber unos de otros.

Afortunadamente, en estos tiempos eso está subsanado gracias a los medios informáticos disponibles que tenemos a nuestro alcance. Aprovechando la oportunidad que nos brinda BLOGGER para poder crear un espacio cibernético común, en la nube, donde se pueda participar y expresar los recuerdos que cada uno de nosotros guardamos celosamente de aquellos años, es cuando surge el Blog de los antiguos alumnos de Corias.

Esta elemental presentación lo único que pretende y persigue es reavivar la amistad y la armonía que hemos trabado entre todos nosotros durante los años de convivencia en el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias y, que a pesar del tiempo transcurrido, aún perviven frescas en nuestro recuerdo.

Otro de los objetivos del blog es recordar y compartir las peripecias vividas por aquellos jóvenes que coincidimos bajo las mismas enseñanzas, disciplinas, aulas, comedores, dormitorios, juegos, etc., durante varios años en el convento de Corias y que aún las tenemos muy presentes.

La mejor forma que tenemos para rememorarlo es ir contando en este blog todos los pasajes que cada uno de nosotros recuerde, expresados con la forma y estilo propios de cada uno pero, siempre supeditados a los principios del buen gusto, el respeto y a la correcta educación que nos han inculcado los padres dominicos. El temario en principio aún siendo libre, sí debiéramos procurar en general, que tengan preferencia los temas relacionados con el colegio y su entorno, ya que es el vínculo y denominador común entre todos nosotros.

Como es lógico, cada colaborador es el único responsable de sus opiniones vertidas aquí en el blog; las cuales pueden ser expresadas libremente sin condicionantes ni cortapisa alguna por parte de la dirección; tan solo debemos atenernos todos, a las premisas mencionadas anteriormente del respeto y el buen gusto.

Una vez hecha esta breve presentación, se pide la colaboración y aportación de todos los antiguos alumnos pues, seguro que todos tenemos algo ameno e interesante que contar. Unas veces serán relatos agradables y divertidos, y otras no tanto; pero así es la realidad de la vida.

Al blog le dan vida una serie de antiguos alumnos que colaboran de forma fehaciente y entusiasta con Benjamín Galán que es el bloguero administrador. A este galante caballero el cargo de administrador no le fue asignado por méritos propios, más bien por defecto, de forma automática; simplemente, por ser el titular del blog. Pero podría delegar el cargo en cualquier otro colaborador que así lo deseara.

De antemano, muchas gracias a todos los participantes y colaboradores. Tanto a los antiguos alumnos y profesores que deseen intervenir, como a todos nuestros amigos lectores.

¡A colaborar y a disfrutarlo!

(21 de noviembre de 2009)

B. G. G. (BLOGUERO PRIOR)

viernes, 17 de agosto de 2012

VIAJE A LA COCA COLA


Existen pasajes aislados en la lejanía, casi en la raíz de esa enredadera que es el discurrir de la vida, recordados con nitidez, otros, igual de lejanos apenas se pueden apresar.
De uno de estos últimos, compartido con vosotros, quería escribir, mejor dicho recordar confiando con la ayuda de la privilegiada memoria que algunos habéis demostrado atesorar. Se trata de una excursión a Oviedo fijada en tres fotogramas, pero como estos son borrosos tal vez fueran dos, cada una a distinto lugar, y yo las asocio convirtiéndolas en unidad.

PRIMER FOTOGRAMA: EL VIAJE.- Con claridad retengo la imagen de cuando varios externos llegamos, en hora, a la puerta del convento y el autocar, con el resto de excursionistas, había tomado las de Villadiego dejándonos en tierra. Momentos de desconcierto que no nos arredraron, tras   recontar el dinero disponible entre todos localizamos a Linera y en su taxi salimos persiguiendo a los huidizos y felices, teóricos, compañeros de excursión.

Del viaje de persecución recuerdo poco, si de lo apretujados que íbamos en la parte posterior y de la fragancia del bocadillo de tortilla con jamón que mi madre me había preparado, no resistía más y pasado Tebongo,- a pesar de las advertencias de los compañeros “no comas ahora, te vas a marear” mientras Linera decía “este no se marea ni dentro en un odre de ferir la manteca”-, ataqué el bocadillo. No sé si por el bocadillo, por las apreturas o las curvas, o todo a la vez, pero algo de sudor frío, posteriormente, si me entró.

Cuando, entre el jolgorio general, dimos caza al autocar que llevaba al grueso de la expedición, alguno, al vernos descender del taxi nos miraba, o nosotros nos sentíamos, como si fuésemos  mismísimos Onassis.

SEGUNDO FOTOGRAMA: EN LA COCA COLA.-Aquí surge la duda de si realmente el destino de ese viaje era Oviedo, más concretamente, visitar la fábrica de Coca Cola, donde, además, algunos teníamos que participar en un concurso de redacción que organizaba esta marca de bebidas, para hacerse publicidad evidentemente. Me parece recordar que por Asturias había llegado antes la Pepsi haciéndose más popular. Nos mostraron un carrusel, al cual, desde un contenedor, las botellas acudían solas en matemática formación al lavado (usar y tirar quedaba lejano) previo a recibir “los polvos” de la fórmula secreta  guardada bajo cien llaves en USA y rellenarse de agua de Oviedo bajo la atenta mirada de una mujer, que retiraba las rebosantes o faltas de agua, para después ser coronadas con el correspondiente tapón y buscar ya el embalaje de rigor. Una cadena simple, con posterioridad tuve que devanar los sesos con otras más complejas para aumentar productividad. Finalizada la visita nos invitaron a una Coca Cola, tomada aún con prevención a causa de su sabor “a medicina”.

Yo era la primera vez que iba a Oviedo, y me habían cogido para participar en el concurso cuando realmente mi interés era empezar a ver mundo. Así es que cuando  encerrados en una sala nos facilitaron el tema de redacción: EL FUEGO, rápidamente, echando mano de algo que, prendido con alfileres, había leído sobre la divinidad del fuego en algunas civilizaciones, intenté, de forma me parece recordar un tanto irreverente, establecer un paralelismo entre el fuego y Dios en menos de medio folio. Ante la sorpresa del jurado o controladores del concurso, ¿Ya?-supongo que mayor sorpresa se llevarían con el contenido de lo escrito.- entregué la hoja y salí corriendo, intentando, ahora si, ver mundo.
                                                                                                                                                                 TERCER FOTOGRAMA: OVIEDO.- Mundo, en aquella ocasión, no recuerdo haber visto mucho. Las imágenes portadas por los recuerdos son como las percibidas a través de una ventana con cristales densamente empañados: 
Muchos coches en circulación cuando en Limés todavía jugábamos al fútbol y se hacía el baile del Cristo en mitad de la carretera apartándonos cuando pasaba algún camión cargado de carbón. Paredes ocres y renegridas, regias, formando parte de una ciudad antigua, descrita con minucioso bisturí, lo descubrí años después, la Vetusta de Clarín; por cierto, ¿nos hablaban, más allá de citar el nombre, de Clarín y tantos otros en las clases de literatura en Corias?... Difuminada en tono gris aparece, imponente, la fachada de la catedral con la aguja amenazando al plomizo cielo… ¡Vaya!... El vaho de uno de los cristales parece haberse evaporado, a través de él veo una estrecha calle a la que llego conducido por alguien más avispado que yo. En ella unas mujeres profusamente pintadas, de rojo las uñas de manos y pies, de rojo y negro la cara, se ríen mientras exhiben partes del cuerpo nunca vistas hasta entonces, si imaginadas bajo los vestidos de alguna, inalcanzable, quizá casada, mujer soñada. Estoy en mitad de la calle, atenazado por fuerzas opuestas; la vergüenza empuja a correr y marchar, la curiosidad a permanecer y mirar. Mirar aquellos cuerpos voluptuosos cargados de misterioso morbo sensual, tan diferentes a otros, someramente descubiertos hace ya algún tiempo, más sutiles y tempranos, de formas recién amanecidas, ofrecidos con inocente descaro en el juego iniciático de la  niñez  pero ocultados con recato al  avanzar su despuntar… ¡Eh!... ¿En qué vergeles me estoy metiendo? Gracias por avisar, ni puedo, ni debo continuar…Digamos que el tiempo transcurrido ha velado de nuevo el cristal.    

Nunca más me seleccionaron para un concurso, y menos de redacción.

ulpiano rodríguez  calvo 

13 comentarios:

Maribel Pérez dijo...

Ulpiano, como le dije a Jesusín hoy no tengo tiempo nada más que para saludar, y a ti hacerte una recomendación, que dejes de visitar esos restaurantes de lujo que tanto te gustan, y vayas haciendo sitio para estar en forma y hacerle los honores a la fiesta de Limés. Ya está Cangas lleno de carteles con el anuncio de la misma para el próximo fin de semana.

Aprovecho desde aquí para decirle al del “Cuarto de los Valles” que se vaya preparando para “La Caridad” también.

Y a Olga, que ya me fijé por la calle y no la vi. Le iba a preguntar a Mari G. por élla, pero luego ya vi el mensaje de que no pudo venir.
Maribel

Samuel dijo...

Gracias por recordarme La Caridad.
Hace la tira que no asisto a esa fiesta ni a otras muchas que no me perdía en verano.
Muchas veces recuerdo cuando regresamos de los Sanfermines en el 64 y nos quedamos, algunos, al Carmen. El problema era el alojamiento y la manutención que no teníamos incluidos en el paquete.
Lo curioso es que nos colábamos en el dormitorio del convento por los rincones más raros y allí, sobre un colchón o sobre el somier, pasábamos la noche. A la mañana siguiente había que acercarse al comedor de los criados, que siempre sobraba algo, para poder aguantar otro día de juerga.
Lo más difícil era burlar a los del ábito blanco que ya nos habían sentenciado varias veces por la utilización de su propiedad como posada fuera del tiempo escolar.
Posiblemente Olga pueda aportar alguna anécdota sobre este tema.
Maribel, ¿sabes quién escribió "El Cuarto de los Valles, un habla del occidente Asturiano?.

cubanín dijo...

Ulpiano, veo que a tí te sucede algo similar, las memorias de Corias son mas bien fotogramas que vuelven a tomar vida a medida que los blogueros hacen sus comentarios y plasman las anécdotas de sus vivencias entre aquellos "cuatro muros". Al contemplar las fotos que ambientan tu artículo, fotos que ya había disfrutado durante una de mis muchas visitas a los álbunes que posee el Blog, me vinieron a la memoria, no precisamente las visitas que detallas o las excursiones, si no la "clase" de vehículos que utilizabamos en aquella época. Y hablando de "clase" recuerdo que tenían billetes para "primera" (las 3/4 partes del frente del llamesmosle autobus); "segunda" (las cuatro últimas filas); y "tercera" (asientos en forma de bancos colocados en el techo, acompañando el equipaje de los viajeros). Sobre la "tercera clase" me viene a la memoria una anécdota que escuché antaño la cual trataba de un pasajero que subió en tercera a la altura de Salas o Cornellana. Iba solo acompañado por el equipaje y un féretro que se enviaba a Tineo. Decían que comenzó a llover durante parte del trayecto y nuestro viajero ni corto ni perezoso se introdujo en la caja fúnebre para evitar mojerse. He aquí que se quedó dormido y al despestar por escuchar voces de otros pasajeros en "tercera" no se le ocurre otra cosa que sacar el brazo de la caja y espetar la pregunta "¿LLUEVE?", a lo que alguno de los pasajeros en el techo saltaron "en marcha" en un ataque de pánico.
No puedo asegurar si estos sucesos son ciertos o no; quizás alguien recuerde algo similar y es muy posible que pueda ser parte de otra historia. Al menos yo la recuerdo de entonces.
Al igual que "el burro cargado de oro" de Fray Pepín, es una muestra de lo que van dejando las neuronas con el paso del tiempo.
Un abrazo.

Alfredo Fernández dijo...

Vigil, la historia que cuentas del "afortunado pasajero" que viajaba en tercera clase del autobús cuando comenzó a llover no dudo de que sea verdad. ÇCualquiera en su lugar habría hecho lo mismo.
Personalmente tengo alguna anécdota con los atúdes. En mis tiempos de actividad laboral, una de ellas era visitar las fábricas de ataúdes (ellos lo llamaban arcas)para venderles barniz. En Grado en la recta de Peñaflor tenía un cliente, quizas el más importante de Asturias. Había varios trabajadores que eran de pueblos cercanos pero que con la hora y media de que disponían para comer, no podían ir a sus casas con lo que debían tirar de tartera para tal menester. Como luego sobraba tiempo llegaba la hora de echar una cabezada, no de las que conoce Jesusín el Pelgar, sino una siestina. ¡Y qué mejor lugar que introducirse dentro de los ataúdes, forradinos y todo para dormitar 15 o 20 minutinos! No quiero ni acordarme del susto que me llevé la primera vez que contemplé tal acontecimiento. Luego con el paso de la costumbre lo veía ya todo normal.

ulpiano dijo...

Maribel, la culpa es mía por citar los sitios que cito, pero debo aclarar que no me gustan los restaurantes de lujo sino aquellos en que se coma bien. Ya se sabe que el lujo y el buen comer no siempre van unidos. De hecho muchos de los recuerdos más gratos relacionados con la comida, fuera de la casa materna y Asturias, corresponden a pequeñas tascas desperdigadas por España. Si me permitís, aunque hace bastantes años que no las visito e ignoro si aún existen, voy a recordar solo tres de ellas; las primeras que me asaltan la memoria: La Kika en Haro, un minúsculo bar con apenas tres mesas, pero unos guisos inolvidables. Más pequeño aún, en un cubículo empotrado en un muro del Puerto de Santa María, está o estaba Echaté Payá que como su nombre indica apenas cabían dos en la barra pero con unas tortillas de camarones exquisitas. En Tarifa, la primera vez que pasé unos días allí, descubrí, lamento no recordar el nombre, un populoso bar donde de tapa ponían unas tiras de tocino blanco de esos cerdos pelirrojos que son los del Lentiscal, estaba riquísimo y siempre pedía más. Debí de dar un poco la nota porque volví por allí dos o tres años después, al regreso de un viaje a Marruecos, y el tabernero al verme en la barra exclamó:”Hombre, el del tocino”.
Claro que en la comida siempre vas descubriendo cosas nuevas. La última vez que fui a Cangas paramos a comer en El Crucero, en Casa Emburria, la comida estaba buena, y el arroz con leche como no lo había tomado nunca, espectacular.
Lo siento, de nuevo me pasé de frenada con las cosas del comer. Debe ser que, con el paso de los años, mientras unas pasiones se van mitigando otras se van acentuando.
Bien que lamento no poder ir al Cristo este año tampoco, pero a la semana siguiente nos vamos fuera. Si a primeros de septiembre al entrar en el blog veis una banderita de Francia y después, hasta noviembre, una de Suiza, es muy probable que sea yo el que esté cotilleando lo que escribís en el blog.
Saludos

Alfredo Fernández dijo...

En esto del "papeo" coicidimos totalmente amigo Ulpiano. De los Restarantes de lujo, generalmente sueles salir con la cartera vacia y la sensaciónb de que apenas tomaste el aperitivo. En cambio en esas tascas como las que citas, sales satisfecho, que para mi es más importante a que estén durante la velada dos o tres camareros detrás de tí para servir el vino en tu copa, algo que detesto porque generalmente suelen echar demasiada cantidad y a mi me gusta catarlo en pequeñas cantidades. Así logras que los olores y sabores del vino te lleguen frescos. También cuando viajo suelo investigar en done se puede comer bien con el gusto y no con los ojos.
Como ya sabíamos que ahora pasarás dos o tres meses por esas zonas alpinas, esperamos que las bajas temperaturas que se avecinar para esa época no te impida comentarnos tus andanzas.

Maribel Pérez dijo...

Samuel, por los comentarios que hacéis, observo que los Sanfermines de 1964 fueron muy importantes para los de Corias. No me extraña, pues me imagino que para la mayoría sería la primera vez, que hacían un viaje tan largo y a una fiesta tan multitudinaria (A lo largo de la vida el viaje largo lo hace más gente, pero la fiesta los menos). Todavía creo que es la fiesta más famosa en el extranjero, y también en España. Nosotros hace tres o cuatro años veníamos en el tren de Barcelona a Oviedo (no recuerdo exactamente el año porque voy todos, al menos una vez, a revisión al cardiólogo) y desde Barcelona hasta Pamplona venía el tren lleno, de extranjeros sobre todo. La estación de Pamplona estaba llena de gente de blanco y rojo, unos durmiendo en el suelo, otros en los bancos, jóvenes y no tan jóvenes; y eso que ya estábamos a nueve o diez de julio y pasamos por allí a mediodía.
En cuanto a lo que me preguntas sobre si sé quien escribió el libro, ahora lo sé porque lo miré pero no lo sabía, y ahora sólo sé el nombre.
En el centro que yo trabajo había uno, si mal no recuerdo, que se llamaba “La fala del Cuarto de los Valles”, escrito por Ana Cano. Este otro no lo recuerdo, pero claro no voy a tener la Biblioteca en la cabeza. Este lo recuerdo porque lo pidieran en préstamo, hace tiempo ya, no recuerdo si del CPEB de Navelgas, o el CRA Cuarto de los Valles, (Ahora Gera-Cuarto de los Valles).

MANUEL MENÉNDEZ GARCÍA
El Cuarto de los Valles (Un habla del occidente asturiano) T I y II. (Reedición)
Oviedo, 2009, 254 y 421 p. 21 cm
D.L.AS-6.012-2009
ISBN 978-84-87212-77-2
PVP 30 €
Lo publicó el RIDEA
Estos datos los copié de la Librería Ojanguren donde pone que está disponible. En Cervantes pone que sobre pedido puede haber la primera edición. Y ésta también.
La primera edición creo que fue en 1963 (Como ves arriba es reedición)
En la dirección que pongo a continuación hay 28 páginas que deben de ser de ese libro:
http://www.ridea.org/biblioteca/bidea/PDFs/014-02.pdf
Ya veo que las fiestas no son tu especialidad, no me extraña, pues a Manolo y a mi nos pasa igual.
Hoy estuvimos con Olga, y quedamos para mañana, así que hablaremos sobre los Sanfermines de 1964 y de muchas más cosas.




Maribel Pérez dijo...

Galán, últimamente nos controlas desde la oscuridad. Estás muy callado.
Me quedé intrigada el otro día con el comentario de la maleta en el tren que hizo Gión, y ya vi también que le contestaste. Pero yo no sé esa historia, así que si hiciste alguna entrada con élla, recuérdanos en qué fecha. Y si no, pues a trabajar y hacerla, que seguro todos los blogueros pasaremos un buen rato.
También te voy a decir que Manolo y yo no la atamos, pero siempre la ponemos donde la podamos ver, aunque suene un poco a “paleto”.
El verano pasado viniendo de Barcelona, llegando a Palencia, estaba el revisor en el vagón que veníamos nosotros y se presentó allí una chica de veintitantos años con los cascos, (quitados de los oídos en aquel momento) y con un libro en la mano, y le dijo que le faltaba la maleta y le habían dicho otros viajeros que se la había llevado una señora mayor, vestida de negro, que se había bajado en la estación de Burgos. Como ya había pasado más de media hora, el revisor le dijo que iba a llamar a la estación, pero que después de tanto tiempo, aunque es la estación nueva y está fuera de la ciudad, lo más fácil es que ya no pudieran hacer nada. Entonces la chica se puso a llorar, dijo que era una maleta muy grande y llevaba muchas cosas, y él le dijo que menos llorar y que había que preocuparse de las pertenencias; y la música y los libros, en otro momento. Total que se apeó en León y sin maleta.
Así que los de Posada de Rengos saben muy bien por donde andan.
Hablando de maletas, aprovecho para decirle a Gión que las maletas aquellas que me facturó llegaron todas a su destino. Por cierto Víctor, observo que estás en todas partes, según se ve en las fotografías.
Alfredo, me imagino que ya estarás en forma después de La Semana Grande. Y también decirte que el Prior y tú no estáis desmemoriados, y como hablo de trenes, viene al caso “El trenecito azul”.
Como le dije a Samuel, hoy vimos a Olga y quedamos para mañana.
Saludos a todos,
Maribel



Benjamín Galán dijo...

Maribel, claro que el “Prior” os controla y vigila desde la trastienda. Pero estos días hemos tenido visitas de amigos que viven fuera de León y apenas he tenido tiempo libre para atender las obligaciones blogueras. De todos modos, sobre la “Samsonite” que apuntaba Gión y que yo he descrito así un poco por encima, no tiene mayor importancia que la de haber sido adquirida en la antigua y famosa tienda de “Los Nenones” que estaba ubicada en la calle Mayor. El que seguro tendrá alguna historia que contar referente a su "maleta" será “Jesusín”, que si mal no recuerdo, apuntó una vez aquí en el blog que cuando se presentó en la Caja de Reclutas de Pravia para ser destinado a cumplir el servicio militar, llevaba algunas pertenencias en una caja de cartón de aquellas del Veterano o del Terry, no recuerdo bien cuál era, y según él, la caja iba hasta los topes, repleta de chinguanizas, chosco y sobre todo, toucín del barco. Para que estuvieran a salvo estos tesoros había atado la caja con las cornales de "suñir" las vacas al carro para que nadie pudiera meter la mano donde no se debe. Esa, sí que sería una buena historia. Ojalá este mozo quisiera ampliar un poco aquella anécdota. A ver si le sirve de reto este comentario para que no tarde mucho en volver a participar en el blog.

Samuel dijo...

Contestando a Maribel sobre los Sanfermines del 64, claro que fueron muy importantes para la mayoría de nosotros. Por mi parte creo que era la primera vez que subía a un tren y el viaje nos parecía larguísimo. Creo que tardamos dos días en llegar, sin contar las paradas.
El destino final era el convento de los dominicos en Villalba desde donde nos desplazábamos, todos los días, para ver el encierro. No recuerdo bien la hora de levantarse pero sería sobre las 6 de la mañana para ir andando hasta Pamplona y regresar a las tantas de la noche. Los detalles del alojamiento, mejor se los dejo a Galán que tiene muy buena memoria.
Gracias por la información sobre "El Cuarto de los Valles", tengo la primera edicción y la segunda y está próximo a salir un tercer libro sobre toponimia de la zona.

Maribel Pérez dijo...

Ulpiano, como estos días tengo un poco más de tiempo, releí la entrada “Viaje a la Coca Cola” y me recordó los “años mozos” cuando dices que se hacía el baile del Cristo en la carretera y que había que apartarse cuando pasaba algún camión cargado de carbón. Creo que todos, los que somos de la zona de Cangas sobre todo, recordamos esas fiestas de los pueblos en la carretera y también la verbena del Carmen que se hacía en el Paseo, que cada poco había que apartarse por el paso de cualquier vehículo. También lo que llamábamos “música” que tocaba la banda municipal los jueves en verano en el mismo sitio, pero como el horario era de diez a doce de la noche, las chicas teníamos que contar con que las madres estuvieran de buen humor y nos acompañaran.
En invierno era los domingos a las siete de la tarde, en la Plaza del Chacón, y ahí era donde se bailaba con los corienses. Supongo que alguno se acuerde.
En cuanto a lo de los restaurantes, tienes razón que los mejores recuerdos, no suelen coincidir con los más famosos. Yo creo que hay sitios que siempre se recuerdan, y, que además de la buena comida, influye el hambre que tengas, el estado de ánimo y otras muchas circunstancias.
Te deseo que tengas buen viaje y buena estancia en Francia y Suiza, pero ya que vas a entrar a cotillear el blog, por lo menos saluda. Así que si vemos las banderas esperamos que alguna vez digas ¡Hola!

Alfredo Fernández dijo...

¡Qué recuerdos nos evoca Maribel! Aquellas verbenas del Carmen en el Paseo, que si no rcuerdo mal eran las del dia 17 y el 18 las de las Plazoletas. Los bailes con la Banda. Tres piezas, descanso y así hasta las nueve de rigor. Cada vez que pasaba un vehiculo ¡a apartarse toca!

Además de estas que citáis, yo recuerdo la Fiesta de Santullano en Tineo que tambien se hacía en plena carretera, un poco antes del cruce de Pola o de Navelgas. El tráfico no era tan intenso como en el Paseo pero también habia que "despertar durante el baile", sobre todo cuando tocaban alguna lenta. Samuel seguro que lo tendrá un poco más claro que yo.

En cuanto a lo que dices sobre Pepe la Boina, yo tengo una que me contaron cuando fui para Cangas pero no se si será la cierta. Debería ser él quien la cuente, pero lo veo un poco difícil. Conociendolo, creo que más bien será imposible, aunque igual me deja mal y nos lo aclara de una vez.

Creo que fue ayer haber visto en unmomento en que entré, dos mirones desde México. ¿Estará por allí el Sr. Vigil?

ulpiano dijo...

hablando de la verbena del paseo. que' ha sido, igual que de tantos otros recuerdos, de los hermosos a'rboles bajo los cuales se hacia el baile y daban a cangas aquel aire refinado y elegante ?