domingo, 9 de marzo de 2014
Astronauta de Lepe
La agencia
espacial española va a llevar a cabo un proyecto para el que necesita un
astronauta.
Inician un proceso de
selección, que tras una primera tentativa tienen que declarar desierto.
Desolados, los
científicos están comentando lo infructuoso de la búsqueda de un candidato
adecuado cuando el conserje, oriundo de Lepe, afirma tener un paisano que
seguro que podría servirles.
Escépticos, los
científicos ignoran al pobre hombre, que continúa con sus faenas.
Tras un segundo
proceso de selección, los científicos continúan fracasando en su intento de
conseguir el perfil adecuado.
El conserje, vuelve a
insistir que en Lepe, su tierra natal existe alguien que les serviría a las mil
maravillas.
“Mire usted, José”, le
dicen procurando no herir sus sentimientos, “es dudoso que pueda usted conocer
en su tierra alguien que pueda dar el perfil que requerimos, dado el carácter
agrícola de su población, pero le agradecemos su intento de colaboración”.
El pobre conserje,
continúa con sus faenas y los científicos a las suyas iniciando un nuevo
proceso de selección, que también resulta estéril.
El conserje vuelve a insistir y los
científicos, en su desesperación, consienten en realizarle las pruebas su
paisano.
Realizadas las
pruebas, se encuentran sorprendidos porque el perfil psicológico y físico del
sujeto resultan perfectamente aptos para la naturaleza de la misión.
Tras un periodo de
entrenamiento, lo envían a a misión.
Al poco tiempo fallan
los sistemas y reciben desde la nave por medio de un fax el siguiente
mensaje encriptado:
Los científicos,
desconcertados, no entienden nada. Contratan diversos expertos en criptografía
que tras una investigación exhaustiva se declaran incapaces de descifrar el
misterioso mensaje.
A uno de los
científicos se le ocurre como último intento consultar al conserje, pues quizá
él supiera encontrarle algún sentido al mensaje o darles alguna pista que les
permitiera iniciar otra línea de investigación para dar con su significado.
Llaman al conserje, le
explican la situación y le presentan el mensaje.
El conserje, al ver el
mensaje, se queda atónito y exclama:
“Pero si está dirigido
a mí”.
Todos los científicos
se quedan asombrados por la afirmación. Cuando son capaces de reaccionar, le
preguntan cómo puede saberlo, a lo que el conserje responde:
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2 comentarios:
Cubanín, muy bueno el chiste. Además, aunque a los de Lepe no les guste que se hable de ellos por sus chistes, son así.
Recuerdo hace unos 17 ó 18 años, que pasamos por allí, en un viaje que hicimos, estando en la Playa de Matalascañas, a Portugal y vimos una especie de comercio en la carretera que en las paredes laterales de la edificación ponía unos letreros: “Se venden fruta y similare”. Al menos en aquél sitio escribían igual que hablaban. Se comían las “eses” de “frutas” y “similares”.
amigos toy haciendo pruebas
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