Abundaron en vida muchos mujeriegos profesionales. Juaco, el pobre, añoraba los restaurantes, mesones y similares. Según parece los fantasmas de quienes vivieron y hablaron por las Cuencas Mineras penan en el más allá de un modo muy singular. Llevan, a perpetuidad, es decir, de por muerte, dodotis de uralita, por haber tenido en vida el asqueroso vicio de…… en su madre. Aunque los fantasmas son, de por sí, asexuados dice el profesor que si ves fantasma rondando por los cubos de la basura es indicio de que en vida fue una señora adicta a los programas de Tele 5.
lunes, 11 de julio de 2011
EL SINDICALISTA
Ya os lo conté. Me refiero a la primera vez que vi un fantasma de verdad. Fue allá en mi lejana preadolescencia y, desde entonces, las poquísimas veces que he vuelto a ver uno me ha resultado muy traumático. Es algo a lo que no te acostumbras jamás. Sobre todo a la espantosa voz de ultratumba que te deja paralizado de pavor.
Así es que, con estos antecedentes, imaginaros lo que fue para mí la última experiencia al respecto. Fue hace unos cinco meses en la zona de Langreo. Había ido yo con mi sobrino Víctor a cenar en CASA X cuando, al ir a recoger el coche para regresar a casa, vimos un fantasma sentado en el asiento del copiloto. Fue horrible. Retrocedimos, caminando hacia atrás, sin perderle de vista hasta que traspasamos de nuevo la puerta del restaurante. Yo no me repuse hasta el tercer chupito de orujo. Mi sobrino, más impresionable, hasta el cuarto. Nadie pareció alarmarse en el restaurante cuando lo contamos. Solamente el dueño exclamó con tono de hartazgo: “Vaya, hombre, ya anda otra vez por ahí Juaco el de la Rasa”. Entonces nos contaron la historia. El tal Juaco había fallecido hacía unos meses y ahora se aparecía su fantasma, preferentemente en los alrededores de algún restaurante, mesón o sidrería. Parece ser que era un sindicalista liberado en una importante empresa de la comarca. Era hipertenso, diabético y con los triglicéridos por las nubes. Y no se cuidaba nada. Siempre con la disculpa de una comida de trabajo aquí, una cena de trabajo allá. Dejándose la vida por los compañeros, vamos. Su médico del seguro, D. ISAIAS LOSA CARCEDO se lo había advertido de forma reiterada “Juaco, que no puedes seguir así….que tienes que comer y cenar en casa seis días a la semana, y de régimen…..que te vas a matar por la empresa…..que ya no eres un chaval….que cualquier día…..” Así que cuando el OCASO llenó el concejo de sus esquelas a nadie cogió por sorpresa la noticia del su fallecimiento. En varios restaurantes y mesones se guardó un minuto de silencio.
Estas apariciones fueron tomadas a broma al principio, pero cuando la gente empezó a retraerse de acudir por las noches a restaurantes y mesones localizados en parajes un tanto solitarios los hosteleros empezaron a reclamar de forma airada al Ayuntamiento para que tomase alguna medida. Pero el alcalde alegó que no podía hacer nada, que el asunto iba en contra sus principios laicos, que sería como reconocer las existencia del más allá y que qué iba a decir la ejecutiva provincial si se enteraban de que andaban persiguiendo fantasmas. Así que no se podía contar con los municipales. Además adujeron que, en todo caso, sería competencia del cura. Pero el cura dijo que bueno estaba él con 77 años y una ciática severa como para andar por las noches a la caza de fantasmas. A parte de que habría que ir con cruz alta, calderillo del agua bendita e hisopo y, claro, los monaguillos se negarían a ir. Alguien sugirió que tomase cartas en el asunto el máximo jefe de los sindicatos, el gran caudillo, el gran pastor de los sindicalistas (cuando digo pastor lo digo en el sentido evangélico del término “yo soy el buen pastor y vosotros los oveyas”
San Mateo cap, 14). Pero el gran jefe se exculpó diciendo que conocía al difunto cuando estaba vivo y recordaba que no era hombre de muchas entendederas y el jefe sindical no quería ni ver al fantasma.
El caso es que media docena de restaurantes, dos mesones y un lagar de la Cuenca del Nalón están hartos y no saben a que recurrir. En un mesón cerca de La Felguera un cliente salió en la obscuridad de la noche a fumar un pitillo detrás del mesón y tropezó con una cadena y, a poco, choca contra una sábana. Tuvieron que ingresarle. En resumen que ahí tienen el problema enquistado y entre la crisis económica, el paro y el fantasma corren serio peligro varios puestos de trabajo en la hostelería.
El tema ha trascendido del ámbito comarcal y ya se ha hecho eco de él la prensa provincial. Un profesor de psicología, gallego y jubilado, especialista en el tema, como buen gallego, publicó un documentado articulo en una periódico explicando que, cuando un aparecido había tenido en vida un fuerte instinto vocacional, era muy difícil que pierda sus manías en el más allá. Por eso se aparecen más a mujeres que a hombres.
Abundaron en vida muchos mujeriegos profesionales. Juaco, el pobre, añoraba los restaurantes, mesones y similares. Según parece los fantasmas de quienes vivieron y hablaron por las Cuencas Mineras penan en el más allá de un modo muy singular. Llevan, a perpetuidad, es decir, de por muerte, dodotis de uralita, por haber tenido en vida el asqueroso vicio de…… en su madre. Aunque los fantasmas son, de por sí, asexuados dice el profesor que si ves fantasma rondando por los cubos de la basura es indicio de que en vida fue una señora adicta a los programas de Tele 5.
Abundaron en vida muchos mujeriegos profesionales. Juaco, el pobre, añoraba los restaurantes, mesones y similares. Según parece los fantasmas de quienes vivieron y hablaron por las Cuencas Mineras penan en el más allá de un modo muy singular. Llevan, a perpetuidad, es decir, de por muerte, dodotis de uralita, por haber tenido en vida el asqueroso vicio de…… en su madre. Aunque los fantasmas son, de por sí, asexuados dice el profesor que si ves fantasma rondando por los cubos de la basura es indicio de que en vida fue una señora adicta a los programas de Tele 5.
El problema tiene más importancia que este hecho puntual que aquí narro. Tengamos en cuenta que en España hay más de 300.000 sindicalistas liberados .Simplemente con que el 10% se vaya al otro mundo acostumbrados al buen comer y mejor beber ya tenemos un riesgo potencial de que empiecen a proliferar por doquier tipos como Juaco que darían un golpe mortal a la hostelería con su fantasmal querencia por los restaurantes. Yo aviso. Sé que es tiempo perdido, porque nadie me va a hacer caso. Pero yo aviso.
De momento, yo he hablado con el dueño de un restaurante y le he aconsejado que recurran al Padre Lobo, un dominico del convento de la Felguera. Es un hombre con un curriculum que proclama su valentía. Se enfrentó a todos los dictadores centroamericanos uno por uno, incluso derrotó al fantasma de Somoza por amedrentarle. Hasta que un día, Lobo le echó encima un cubo de 5 litros de orujo de sidra que fabricaba un paisano suyo de Nembra. El fantasma quedó con la sábana pingando y dando un pestazo que cuando llegó al otro mundo le expulsaron y, ahora está en el otro mundo del otro mundo, o sea, en el más allá del más allá.
Si Juaco se entera de que el padre Lobo toma cartas en el asunto, no volverá a aparecerse y se conformará con el menú del día que le sirvan en el más allá.
Ya bastante tarde, mi sobrino y yo salimos de Casa X. Estuvimos dándole al mando a distancia desde dentro del coche hasta que aburrimos al fantasma y le vimos marcharse.
Ya camino de casa, nos paró un control de alcoholemia y yo di positivo. Le quise explicar al guardia que todo ocurrió por un fantasma. Por el susto que me dio. Pero yo creo que no me creyó.
Yo tarde una semana en recobrarme del trago, pero mi sobrino sigue fatal. Todavía dice preveer por prever, diabetis por diabetes, conducí por conduje, y, lo que es peor, a nivel de en vez de respecto a. El pobre teme no servir más que para locutor deportivo o, como mucho para Concejal de Cultura en alguna de estas villas.
Pepe Morán Fernández
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Me pasé un rato muy entretenido leyendo tu comentario,como siempre excelente,podríamos sacar conclusiones del fantasma en cuestión pero esto lo dejaremos para cuando tengamos la oportunidad de vernos y con más pausa trataremos a fondo este y otros temas de actualidad,no estoy en Oviedo y sé que me llamaste para contactar,hablaremos y nos veremos tan pronto me sea posible,un fuerte abrazo y slds muy cariñosos a todos.PD El sindicalista...Fantasmas?????menudo enunciado le pusiste al comentario.
La presencia del pellejero leonés, Genaro, como ilustración de la entrada de Pepe Morán está hasta cierto punto justificada pues creo que este personaje puramente tabernario tenía en común varias facetas con el fantasma que da pie al artículo. En primer lugar parece que ambos compartían la debilidad por el orujo; tanto en tragos cortos como en inmersión. En cuanto al amigo Genaro, la verdad es que aspecto de fantasma no tiene mucho, pero se puede decir que también lo es aunque no suela aparecerse a nadie, ya que aún siendo buen negociador, cuenta con muchos más ”milagros“ (reconocidos), de los que en realidad hizo. La diferencia principal que tiene con el fantasma, es que Genaro es bastante menos pródigo en asustar a las gentes, ya que solamente recorre las calles del casco antiguo leonés, y en compañía de multitud, una vez por año: la noche del Jueves Santo.
Publicar un comentario