lunes, 4 de julio de 2011
"La casa del Médico"
Leo con sorpresa en el Diario el Comercio de hoy que otro emblemático negocio echa el cierre en Cangas. Desde el pasado día 1 ya no se puede ir a comprar una cerradura, una sartén o unos clavos a la "Ferretería del Médico". Viene a unirse a otros que a lo largo de estos últimos años tomaron el mismo rumbo. Uno de las más recientes Casa Sandalio, centro de reunión para muchos de los internos de Corias, cuando subían a Cangas. La gente se hace mayor y no hay relevo cuando les llega la hora de la jubilación.
Haciendo memoria me vienen al recuerdo, la Confitería Milagros, Confitería Rey, Casa Silvino, Silvela, Casa César, la Astorgana, Secundino Cosmen, la tienda de Manolo Gurdiel, el Siglo, Carchuelas, Casa Quina, Fanía, Casa Pachín. El Café Chacón, el Madrid donde íbamos a jugar al futbolín o al billar, el Carmen; ¡quién no recuerda las compuestas que preparaba Pepe el Habanero!; el Guay, Bar Chispas, el Bodegón, la Mina, el Raposu, el viejo Royalty o el Club frente a mi casa, algunos de los cuales volvieron a abrir incluso con los mismos nombres, pero ya no es lo mismo. Las Barberías de Firo o Barberán. Tiendas como Casa Quina o Fanía. O la vieja librería de “Pol”, que a mi me llamaba especialmente la atención la facilidad con la que contaba los folios o cuartillas sueltas.
Repasando esta relación, que estoy seguro se irá incrementando con los comentarios de los demás colaboradores del Blog, me doy cuenta de que también nosotros:
¡Nos estamos haciendo mayores!.
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5 comentarios:
Alfredo, has hecho una buena recopilación de los establecimientos desaparecidos del comercio de Cangas. No creas que faltarán muchos, al menos de los más emblemáticos y populares. Los que somos de regadío y más tasqueros, echamos también de menos los bares como, el Castil, el de Cándido (el padre de Ángel Luis), el que estaba en los bajos del Truita, los dos Pénjamos, el Metro, Caniecho, el Bodegón, La Mina, El Narcea…, etc.
Yo de niño tengo acompañado a mi padre bastante cuando bajaba a la Villa para hacer sus compras, pero siempre eran relacionadas con su oficio de sastre, es decir, con las telas. Tengo pasado muchos ratos, que se me hacían eternos, esperando que él escogiera los géneros en los comercios de Armando Aumente, en el comercio de Manolo el trapero (padre del Morocho), en casa de Baratura, en El Siglo, en los de Olalde, la Veterinaria…etc., pero siempre relacionados con los géneros y las fornituras.
Me era mucho más placentero el viaje cuando bajaba con mi madre que me llevaba a cortarme el pelo y después hacíamos una visita a la Confitería Milagros, pues era amiga de la dueña y de paso siempre degustábamos unos excelentes pasteles, media docena, tres para cada uno, y regados con algo dulce como mistela, según decíamos entonces: vino de misa. Todos los productos de aquella casa estaban riquísimos, pero los Carbayones, eran como para relamerse como hacen los gatos. Si yo pillara uno ahora mismo, sería visto y no visto ¡Qué tiempos tan buenos! ¡Ojalá volvieran!
Continuando con los chambeos de La Confitería Milagros, recuerdo que los días de mercado era una estampa muy frecuente ver a madres que venían de los pueblos, sentadas en una mesa tomando unos pasteles con toda la “jaramandía” pequeña, como cosa extraordinaria o premio, cada vez que se iba a Cangas, como hacía la mía conmigo.
Al escribir el comentario anterior me vino a la mente que el Pelgar también contó algo parecido y, revisando sus entradas, efectivamente; he visto que el “Jesusín” de marras dice en una de ellas que también tenía la fortuna de que su madre le convidaba, de vez en cuando, a estas finuras y en el mismo sitio. Igual coincidimos más de una vez, atracándonos ambos de Chambeos, sin saber el uno del otro, aunque creo yo que él lo tenía bastante más a mano que los de los pueblos. Ahora, es probable que siga siendo lo mismo de chambión que de pequeño, pero no sé porque me da que, le deben de atraer más los encantos de la Gúmer que los dulces. O las dos cosas. Y por qué no.
Alfredo ,veo que tienes,buena memoria,pero te falto,Casa Valentin que tambien era muy popular y la tienda de los padres de Olga,enfrente de Valentin,casa el Cuco,mas antiguos ,Pepenitos ,La puerta del Sol, donde despues se ubico, Libreria Treito,de bares creo que queda El Boni, en el paseo,todavia quedan,Casa Camposin y casa Carbajal,que era de mi abuelo, luego fuè, de mi tio Chichi,(Casa Chichi).Y de casa el medico que os voy a decir alli, en el segundo piso naci yo,vivi 43 años de mi vida,hasta que cambie, para El Corral,asi que mira que salto peguè,tenia la entrada por aquella calleja del Paseo, que seguro que os acordareis alguno de ella, que por alli, tambien salias a la Calle Mayor.Se me olvidaba, Casa Ibo,detras de la capilla del Carmen, todavia quedara alguno por ahi.Mamen
Tienes razón Mamen, hay algunos omitidos que son imperdonables, como puede ser casa Carbajal, habiendo sido Luis uno de mis mejores amigos en Cangas. Y los que faltarán, pero todavía nos quedan los recuerdos de Olga que estoy seguro añadirá.
La ventaja que tenías al poder acceder a tu casa desde el Paseo y desde la Calle Mayor era que, cuando todavía no te dejaban llegar muy tarde a casa, podías escuchar la música, lo hicieran desde el Paseo con los conciertos de la Banda o las orquestas desde la Plaza del Pénjamo.
¡Qué tiempos aquéllos!
Mi casa, estaba en un sitio emblematico,alli tenia todo cerca, por las fiestas no te digo,aquellas sesiones de vermut, que asi llamaban,con aquellas orquestas que traian, daba gusto oirlas,desde los balcones, observaba todo lo que queria, voy a dejarlo, que me pongo sentimental acordandome de aquellos tiempos.Referente a los establecimientos, np puedes olvidarte de La Cantina, que alguno ya hizo aqui referencia,alguna vez,Casa Serafo, como llamabamos, que tambien hablasteis en una ocasion de él, alli habia de todo,alli tambien estaba,Rosina, que no se , si era hermana o cuñada, que estaba casada con Graciano, que era repartidor de cestas de carbon,a los dos les gustaba "el tatarrete" como decimos por aqui,iban a merendar a casa del Nenin,ella le decia Graciano no bebas que te va a hacer daño,entonces ella echaba un traguin, la que se enfilaba era ella, bueno los dos, eran una pareja muy singular y muy buena gente.Se me olvidaba,quedan La Jaula de Oro, Bar Correa, Bar El Aldeano en la vega, luego hay otros, que cambiaron de nombre, per siempre nos acordamos del primero,como El Moncó, Salustiano y Casa don Marcial.Otro dia seguimos.Saludos Mamen
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