BARRIENDO/10... y no precisamente con escoba

     ¡Hola, gran familia del Blog!

 --por jrFRANCOS-----

                1. El concurso del perro
                2. Comentario a los comentarios
                3. La huelga de las lentejas
                4. Morán y el bucle melancólico
                5. Gera y aquel petróleo de los XXV años de PAZ
                6. La Presidencia de Honor de ADEACO

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1. El concurso del perro. No ha habido ningún acierto pleno. Sólo parciales. Cubanín el 7 de marzo contestó a dos de las tres preguntas y Gión al día siguiente completó la quiniela, con lo que demostraron hacer un buen tándem. 
     Se preguntaba: 1) El nombre 2) Raza  3) Una característica en su fisonomía -fruto de la intervención humana- una vez nacido.
     Veamos las contestaciones, siguiendo esta leyenda: en negrita, los aciertos y en mayúscula los aciertos pero que no se preguntaban.
     Cubanín: León, COLOR CANELA, pastor alano canario, con oreja y rabo cortados.
     Gión: raza mastín, COLOR CANELA A PINTAS y de nombre León.
      Pues eso, se llamaba León, de raza mastín (color canela a pintas marrones: berrendo en colorado que se diría si fuese  vacuno, pero esto no se preguntaba) y tenía las orejas y el rabo cortados.
    Lo dicho, formáis el tándem perfecto, solo que aunque no se dijo, no se contempla la complementariedad, máxime cuando tú Víctor lo hiciste 24 horas después. Pero como la Casa de Juegos y Apuestas "Trescientas sesenta y cinco ventanas tiene el convento" va viento en popa en su cuenta de resultados y pronto saldrá a bolsa, codo con codo con Repsol y el Banco Santander, entre otros, quedáis los dos invitados a un vino y una tapa de lacón cocido en el bar que se dijo en Corias el último domingo de septiembre, con posibilidad de repique si se nos calienta la boca.

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2. Comentario a los comentarios. Decías, Olga, que la cesta era "como las que hacían en Besullo". La compramos en Hervás, donde como ya comenté en otra ocasión abunda el castaño. Yo creo que donde quiera que se da ese árbol se hacen o hicieron ese tipo de cestas y maniegas, en sus diferentes tamaños, como enser para las tareas domésticas y agrícolas. Así sucedía en  mi casa, cuyo proceso recuerdo perfectamente: se cortaba la madera cuando "la savia estaba baja" (madera de paganos nacidos de pie, no chupones salidos del tronco o ramas). Se tostaba después de la hornada del pan, aprovechando el rescoldo y el calor retenido por los ladrillos del revestimiento. Luego, con una fouz sin mango, la abrían en una especie de tablas bastas de medio centímetro más o menos. A continuación, con el raseiro y sobre una "mesa" especial se iban afinando hasta dejarlas convertidas en "blingas", con una finura y elasticidad adecuada para tejer la cesta, la maniega o el manegón, que era de grandes dimensiones y se empleaba para llevar los erizos de las castañas a la "txotxa", donde "cocían". También vi hacer una especie de txerones rígidos para ponerlos sobre la caballería, donde un palo de lado a lado impedían que comprimiesen al animal por los costados. En esa "canasta doble" se metían los "gurinos" o cerditos para llevarlos al mercado.
     Toda esa artesanía doméstica se realizaba en los días invernales, donde la lluvia, frío o nieve no daban para otra cosa.

     Noto, por segunda vez, Víctor Gión, que eres muy observador. La primera fue cuando la foto del posado en moto, momentos antes de ir en busca de los versos de Lord Byron. Te fijaste en algo que no se fijó nadie. Y ahora vuelves a hacer lo mismo, al posar tu mirada en el mantel de ganchillo. Mide 2,70x1,5 y cuando me quiero "quedar" con la gente digo que lo hice yo. Pero se trata de un regalo de mi cuñada a mi mujer. Efectivamente, no se ven muchos en el comercio, así, hechos pacientemente a mano y además valen un dineral, pues requiere muchas horas de laborar e infinita paciencia.

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3. La huelga de las lentejas. Me viene a la memoria este "motín" tras leer el que contó Ulpiano contra la pretensión de hacer ir a los externos los sábados a actividades culturales.
     Las lentejas, que parece no gustaban a mucha gente y debían ponerlas con harta frecuencia, fue motivo de una huelga de platos vueltos por parte de mi curso (año 1965 arriba o abajo), quien una noche, durante la cena, cuando fueron a servirnos las susodichas, pusimos los platos boca abajo. El padre Vicente, que era el vigilante aquel día, nos mandó de pie (¿o tal vez de rodillas?) al claustro de la bodega. Allí, en fila y en silencio, fueron pasando las horas. Y nos dieron las diez y las once y las doce y la una... que diría Joaquín Sabina, cuando Juan Pedro hizo una gracieta y Galán, que estaba delante, se rio. El vigilante que va hacia allá y sin preguntar nada le arrea una bofetada o dos. Nos quedamos todos de piedra y más aún cuando el abofeteado se levanta y se marcha de la fila. "¿A dónde vas?", preguntó el padre Vicente. "A limpiarme" (supongo que la sangre). Y me parece que no volvió a la fila. Al poco, nos mandaron a  acostar... y sin cena, claro. Aunque a nivel estudiantil, el sacrificio de una persona salva a una colectividad, como en otros órdenes de la vida hemos visto desde Jesucristo al vendedor que se quemó a lo bonzo en Egipto y dio origen a la revuelta que derrocó al tirano. (Galán, tú podías redondear  lo que cuento, dado que alguna vez que lo hemos recordado en tertulia de sobremesa, lo tenías más fresco que yo. ¡Cómo no!).

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4. Morán y el bucle melancólico. No llegué a leer "El bucle melancólico" de Yon Juaristi, aunque sabía de su existencia y contenido por una reseña periodista que leí cuando se publicó. Ni que decir tiene que no es obra ni autor de devoción entre un determinado sector de población de Euskadi. (Yo, sobre el tema, compré un día y leí "El nacionalismo vasco (1876-1975)" de José Luis de la Granja Sainz. Y mantengo entre "los a leer" el que citas).).
     Utilizas la temática subyacente del libro (la existencia de un  pasado cuasi paradisíaco) para trasladarte a Corias y conceder un valor en alza a tus diez años pasados en el convento de Corias. Es la retroalimentación, que tantos beneficios nos proporciona; así, por ejemplo, cuando hacemos un viaje, mediante un "bucle melancólico" o pirueta en el tiempo seguimos disfrutando de él al recordarlo, al mirar las fotos que hicimos o al contárselo a nuestras amistades.  Sin renunciar a ello, ¡ todos somos humanos!, yo más bien estoy en la línea de la proyección hacia adelante, por eso no te extrañe si digo que tardé más de veinte años el volver al lugar, del que decía que nada se me había perdido allí, y que hago mía la frase de Jhon Lennon: "La vida es lo que nos sucede mientras llega el futuro" (o ..."mientras pensamos en el futuro", que no recuerdo bien, pero el espíritu es el mismo: hacerle un quiebro al presente, como lo hace también el contrario cuando dora el pasado). En realidad, ambas posturas son  dos caras de una misma moneda (una que mira hacia atrás y otra que se proyecta hacia adelante, buscando las dos escapar u oxigenar el presente, como acabo de decir dos líneas más atrás), caras que no adoptan los enamorados, pues para ellos, el estar uno al lado del otro, el presente, es lo mejor (el que piensen en un piso para en el futuro vivir juntos, es algo prosaico, otra cosa, que no tiene nada que ver con lo que estamos hablando).
     De ti, Morán, tengo tres recuerdos muy nítidos. El primero hace referencia a las lecturas que nos hacías en clase de Lenguaje, que nos diste en los primeros cursos. Las que más recuerdo son las de Alejandro Casona ("La dama del alba", "La barca sin pescador", "La sirena varada"...), entonces de actualidad por haber regresado del exilio. Otro recuerdo es una anécdota que nos contaste en una ocasión y de cuyas enseñanzas he procurado tomar nota, con la debida adaptación. Hace referencia a que cuando eras estudiante un compañero tuyo  se dijo que él tenía que ser internacional en algún deporte. Y con calculada elección, se fue fijando donde había menos practicantes, resultando ser en hockey sobre hierba. Se aplicó a su práctica y contabas que con los años, efectivamente, formó parte de la selección española. ¿Que qué consecuencia saqué yo de ese hecho? Pues primero, la importancia de la buena elección y segundo y sobre todo, la perseverancia; cuando le pones el ojo a algo y te centras y peleas y peleas por conseguirlo, salvo que seas un matao, terminas culminando con éxito o al menos dándole buenos mordiscos al mismo.
     Y ya por último, el tercer recuerdo tuyo data de cuando iba en sexto o séptimo, donde nos daba clase de Literatura el padre Lastra. En una ocasión nos mandó hacer una redacción sobre la hipocresía y yo no sabía por donde meterle mano. En un estudio, del que eras vigilante, me dirigí abiertamente a tu mesa, sobre tarima, como era lo usual entonces y no sé qué te conté, el caso es que me diste algunas ideas, que incluso me escribiste en un papel borrador. La redacción finalmente me quedó así: "La hipocresía es una manifestación viciosa que lleva al hombre a comportarse ante los demás, no como es, sino con una apariencia de rectitud que no tiene. (...) La palabra hipócrita proviene del griego, ellos la usaban para llamar así al actor de comedia que en ella aparentaba ser una cosa sin serla ni tener vocación de la misma, desde entonces se utilizó esta palabra para designar a quien aparenta lo que no es. (...)
    La hipocresía se opone a la sinceridad, es sincero quien dice la verdad, no solo con palabras sino con hechos"...
    El padre Lastra me puso/nos puso un 8 en redacción, un 8 en ortografía y un 8 en presentación.
     
    Para terminar decirte que ese libro que le estás entregando a Galán en una de las fotos que ilustraba tu escrito, como premio por una redacción que había hecho para un concurso, me lo estás en cierto modo entregando a mí también. Me explico: el premiado lo guardaba en su armario, en el dormitorio, armario que estaba casi a los pies de la cama donde yo dormía. Entonces, por las noches, una vez hecho el silencio y apagada la luz, yo me levantaba y con todo el sigilo del mundo abría su armario, cogía el libro y me podía a leerlo a la tenue luz de una lámpara de situación que quedaba prendida.  Así varias noches, hasta que lo leí al completo
                                                                          
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5. Gera y aquel petróleo de los XXV años de Paz. Cuando después de más de cuarenta años te saludé en la última comida convivencia  de septiembre, no me reconociste. Normal, cuando el que te habla es varios cursos por detrás del tuyo. Sin embargo, yo tuve contigo un contacto más allá del que por diferencia de edad y nivel académico nos correspondería. No sé si recuerdas, cuando terminaste quinto te fuiste a hacer delineación y al cabo de un tiempo regresaste al convento para trabajar en lo que te habías formado. Tenías un despacho contiguo a donde estaba la tienda y allí, sobre unas mesas grandes y regulables en la inclinación, hechas por Lisardo el armazón y por Coque la plataforma, desplegabas tus planos de papel vegetal y hacías trazos y más trazos. Como a mí me gustaba el dibujo y se me daba bien, subía a veces a verte trabajar y charlar contigo. Un día tenías un periódico en el cual  con grandes titulares, que yo me puse a leer en voz alta, se daba cuenta de que  habían hallado petróleo en un lugar de Ciudad Real, creo que esa era la provincia. Cuando terminé de leer titulares y subtítulos, tú apostillaste: "Eso es propaganda para llamar la atención por los XXV años de Paz". No debías de andar muy desencaminado pues de aquel petróleo -ni de ningún otro producido en España- jamás se vio un barril.

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6. La presidencia de honor de ADEACO. Falta poco más de un mes para las elecciones municipales y, tal y como se comentó en estas páginas, el presidente de nuestra Asociación, José Manuel Cuervo, opta a la alcaldía de Cangas del Narcea. Si los ciudadanos le diesen su confianza, volvería a ser alcalde y además seguiría siendo presidente de ADEACO. Y es sobre esto sobre lo que quiero llamar la atención.
    Como en toda asociación, debieran contemplar los estatutos de la nuestra la figura de la  Presidencia de Honor, que por razones de ubicación recaería en la figura de el Alcalde de Corias, lugar donde se hallaba el convento-Instituto y en la de el Alcalde de Cangas de Narcea, población de nuestra querencia en tiempo libre. Fuesen quienes fuesen y representasen a las siglas que representasen. Y después estaría el Presidente ejecutivo, que debería ser una persona sin significación política conocida. Y esto lo digo porque hay que pensar en las distintas sensibilidades políticas de los socios. Probablemente no todos vean bien que el político Tal (en el caso que nos ocupa, el senador socialista Cuervo) o el político Cual (del PP, IU o UPyD) estén al frente de la Asociación si no comulgan con las mismas ideas políticas que él.  "Ese está ahí para salir en la foto y promocionarse"  o "ese es un trepa y está ahí para medrar" son los comentarios más frecuentes que se han oído en situaciones similares.
    Para evitar interpretaciones torticeras, decir que con el señor Cuervo he hablado en dos ocasiones unas muy breves palabras. No tengo nada a favor ni en contra de él, es más, como creo que fue uno de los impulsores de la Asociación -la cual me parece bien que exista- y como cuando ha puesto el cargo a disposición de la asamblea de socios nadie quiso tomar el relevo, agradecerle que lo siga desempeñando. Pero eso no invalida lo que he dicho sobre no dar ocasión "de herir las distintas sensibilidades políticas" que como en todo grupo humano hay en la Asociación.
 
                 Desde el suroeste, no guardéis aún el refajo que a este veranillo anticipado le seguirán algunos fríos todavía. ("Hasta el treinta de mayo, no te quites el sayo").

-jrFRANCOS