1812, LA CONSTITUCIÓN Y EXTREMADURA

                                         Texto y fotos: jrFRANCOS

   

         El pasado 19 de marzo se celebró el bicentenario de la Constitución de 1812 promulgada por las Cortes de Cádiz. Coincidió en su puesta de largo con el día de San José y popularmente fue conocida como La Pepa, expresión que por ejemplo a Santiago Carrillo, según le pude oír, no le gusta porque, decía, "da la sensación que se toma poco en serio algo que lo era". No sé, el pueblo, acostumbrado al yugo y a las cadenas, puede que no se la creyese y le diese ese sobrenombre; puede también que el gracejo andaluz la bautizase así, como también bautiza otras cosas serias y que se toma en serio.

     No es objetivo de este trabajo hablar de aquella constitución (si acaso, lo haré otro día), sino de resaltar la contribución  extremeña a la elaboración de aquella Carta.

     En la Plaza de los Escudos de Zafra hay un monolito, debido al escultor Gila (1),  que rememora la contribución de esta tierra a tan singular acontecimiento. El monolito es un prisma, con una base de hierro, sobre la que descansan cuatro filas de tres "sillares" cada una de piedra artificial. En algunos hay un ojo, que yo quiero interpretar como la nueva visión que se les ofrecía a los ciudadanos en su relación con el Estado,   y en otros está escrito el nombre de los doce políticos liberales y extremeños que participaron en la redacción de la misma. Está grabado también el Artículo 13 de la misma, que dice así: "El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen".

     El monumento levantó algunas críticas, porque requiere dedicarle tiempo y atención, e ir girando alrededor suyo para leerlo y entenderlo, "esfuerzo" a lo que algunos, acostumbrados al abre fácil en botes de cerveza y, lo peor, en lecturas y televisiones, no están dispuestos. A mi en cambio me gusta y me parece un acierto, porque es interactiva, requiere de la colaboración del que la ve.

     De los doce nombres, a mi me sonaban dos: Diego Muñoz-Torreo, que da nombre a una Residencia Universitaria en Cáceres y a una calle en Badajoz, y Bartolomé José Gallardo, con cuyo nombre se conoce a la Biblioteca Pública del Estado. Es decir, que la tierra los honra y reconoce su gran labor, perpetuando su nombre en edificios oficiales o calles.

     Del primero, Diego Muñoz-Torrero, nacido en la pacense Cabeza del Buey, decir que fue sacerdote, catedrático y político, y según las crónicas de la época, buen orador. La wikipedia, entre otras muchas cosas meritorias, dice de él: "Como diputado en las Cortes de Cádiz fue el principal artífice del fin de la Inquisición española y uno de los máximos defensores de la libertad de imprenta".

     También dice: "Fue el primer diputado en intervenir en la jornada inaugural de las Cortes, el 24 de septiembre de 1810, haciendo varias proposiciones revolucionarias de tipo liberal:

          -La soberanía de la nación reside en el pueblo

          -Separación de poderes

          -Abolición de la Inquisición.

          -Libertad de prensa

          -Inviolabilidad de los diputados". 

      Y consiguió también la aprobación de dos decretos fundamentales: sobre la libertad de imprenta (sin censura previa) y sobre la soberanía nacional. 

     Como otros muchos diputados liberales, al retornar Fernando VII fue encarcelado, liberado durante el Trienio Liberal (1820-23) que propició el militar y político Rafael del Riego (Tuña, Tineo, Asturias), sublevándose en Cabezas de San Juan (Cádiz) con las tropas que debían ir a combatir a las colonias, y finalmente al volver el poder al rey absolutista, huyó a Portugal, donde también fue perseguido por sus idea liberales,  hecho prisionero y torturado, muriendo en 1829.

                                   -------------------------------------- 

        Del segundo, Bartolomé José Gallardo, nacido en la localidad pacense de Campanario,  hijo de humildes labradores, decir que estudió filosofía en Salamanca. Arengó a los extremeños por distintas poblaciones contra los franceses. Fue bibliotecario de las Cortes de Cádiz, erudito, bibliófilo y político liberal republicano. En 1811 publicó  el célebre "Diccionario crítico-burlesco", que es la sátira anticlerical más dura y difundida de la época, obra clave e influyente del anticlericalismo español de la primera mitad del siglo XIX.

     

     Tuvo que huir también de España en 1814, con el retorno del Antiguo Régimen y el absolutismo al recuperar Fernando VII el trono.

     En 1834 fue elegido diputado por la provincia de Badajoz.

     Pasó sus últimos años en La Alberquilla (Toledo), entre libros y estudios eruditos.

                                  -------------------------------------

 NOTA.-Esto con respecto a Extremadura. ¿Y Asturias? ¿Qué capital humano aportó a dicho acontecimiento histórico? En las crónicas de la época se lee que el "Conde de Toreno era un buen orador". Ahí, en Oviedo, creo que hay un edificio que se llama el Palacio del Conde Toreno,  próximo a la Universidad. Lo que no sé es si era su casa natal o una de sus propiedades, como tantas otras tendría. Pero si eran 300 y pico diputados, naturalmente que debe haber una amplia representación asturiana. ¿Alguien quiere aportar algún dato?

                                  ------------------------------------

  (1) Juan Gila, 43 años, nacido en Zafra y residente en Plasencia desde 1987. Artista y profesor de la Escuela de Bellas Artes "Rodrigo Alemán". Actualmente, además de sus clases y exposiciones particulares, está preparando un museo para ciegos, que será el primero de Extremadura, que constará de quince piezas y que representarán los principales monumentos de la ciudad.