lunes, 12 de marzo de 2012
CORIAS Y OTRAS EXPERIENCIAS
No recuerdo quién, ni cuando me preguntaba en este blog a cuantos ex alumnos recordaba de Corias, a razón de cien nuevos cada año. Ahí le duele. Muchas veces me he preguntado y he comentado este tema. Por supuesto no tengo respuesta exacta. Lo que sí sé con certeza es lo siguiente. Cuando me salí de la Orden, como he dicho en muchas ocasiones, entré a trabajar en la Biblioteca Nacional, pero, simultáneamente, me vi obligado, en cuenta a mi retraso en integrarme en la vida civil, a trabajar por las tardes en un Centro de Estudios llamado Teide dando clase de inglés comercial. El Centro tenía unos mil quinientos alumnos. Allí estuve 24 años. Sumados a los años de Corias, a razón de cien nuevos cada año resultan varios miles. ¿Cuántos puedo recordar a estas alturas de la vida? Ahí está la diferencia. De Teide no me sería posible más allá de 30 o 40. De Corias puedo recordar cientos. Podría alegarse para explicarlo que los de Corias eran internos, pero ocurre que en Corias había también muchos externos y me acuerdo de la mayoría. Es un fenómeno que no tiene fácil explicación. Tras 24 años en Teide, mi corazón como profe está en Corias donde sólo estuve 11 y no completos pues dos estuve en el Ejército y uno en Londres. Está visto que aquel caserón debía tener algún efecto mágico pues, con solo citarlo, pone en guardia nuestras más entrañables añoranzas
El otro día me llamaron al teléfono y una voz me pregunta: ¿José Morán, dominico? Ignoraba quien era pero respondí: Si, soy José Morán. En cuanto a dominico lo fui y, de corazón, lo sigo siendo. Soy dominico ex. Y tú ¿Quién eres? Y me explica: soy el director de la sucursal de BBV aquí en POLA DE LENA..Yo no te conozco personalmente, pero quiero conocerte pues yo estuve en Corias de alumno y, aunque no llegaste a darme clase, te conozco de oídas y me gustaría que nos viésemos. En fin de cuentas tenemos un pasado común: Corias. Ahora raro es el día que no nos vemos para tomar algo y, de paso, sacar el eterno recuerdo.
Esto de Corias, si no es una enfermedad, se le parece. Bendita enfermedad
Pepe Morán. Dominico ex
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3 comentarios:
En muchas ocasiones se trató de buscar explicación a este fenómeno de Corias y no fue posible llegar a alguna conclusión. Incluso alumnos y profesores que estuvieron poco mas que de paso guardan un recuerdo inigualable de aquel viejo caserón.
Los fines de semana, de los primeros años, eran interminables. Nos reuníamos en la recreación, del primer piso que daba a la carretera, a pasar el tiempo con cualquier cosa: unos cantaban, otros bailaban y alguno lloraba añorando su casa. Siempre se me viene a la memoria la imagen de Cachito bailando encima de la mesa de ping-pong, un grupo cantando el elefante que se balanceaba sobre la tela de una araña o, yo se la manera de dar la lata a cualquiera.
Posiblemente todo esto, unido al frío que entraba por aquellas ventanas con los cristales rotos y el obligado silencio que se imponía en todos los lugares (pasillos, comedor, dormitorios) sea el eslabón perdido que andamos buscando.
Como noticia reciente de esta tarde, parece que el ansiado parador tendrá que esperar una larga temporada para su inauguración. Por recorte en los presupuestos, se suspenden las obras y lo que sería inaugurado a principios del 13 no se sabe a ciencia cierta para cuando será.
Y, si cierran las minas de carbón de la zona, cómo demonios piensan calentar aquellos muros?.
En cuanto a la inauguración del Parador de Corias, según se está poniendo el tema, me parece que cuando queramos ir los antiguos alumnos a estrenarlo, la mayoría de nosotros necesitaremos ya camas ortopédicas con barandillas y correas de sujeción, pues al paso que vamos, pueden pasar varios años sin que se rematen las obras y se ultime el equipamiento. Eso, si llega algún día a utilizarse como parador, pues a la vista de los retrasos que está sufriendo, da la impresión de que no debe de estar muy clara todavía su rentabilidad. Nosotros tranquilos. Si el Parador no llega a funcionar para cuando lo necesitemos, hay alojamientos hoteleros rurales suficientes y de la calidad adecuada para unos ilustres visitantes como son los antiguos alumnos del Convento de Corias.
Si el admirado profesor
censuraba en su palabra
de que en vez de andador
en parador se tornara,
nadie era aun consciente
de que antes del veinte
no mutará a ser "parado",
se trocará en congelado.
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