jueves, 21 de abril de 2011
Un Sí muy grande, para “Jesusín”. Con seudónimo, sin seudónimo, o como a él le dé la gana.
Estoy comprobando últimamente que las colaboraciones en el blog del tal “Jesusín” cada día que pasa son mucho más frecuentes que antes; a veces, casi diarias, y con bastante chispa la mayoría de ellas. Sin embargo no veo respuesta ni reconocimiento por parte de los lectores, salvo raras excepciones. Este comportamiento me tiene un tanto confundido y desorientado pues, yo considero que la mayoría de estas inocentes historietas aportadas por este amigo, bien debieran ser del gusto de casi todos nosotros pues con esa intención seguro que son pensadas y escritas. Sin embargo, la respuesta es totalmente indiferente y la mayoría de la veces ni eso, nula.
No comprendo bien esta apatía y desprecio por parte de los lectores hacia el trabajo de alguien que, de forma aficionada, como lo hacemos todos, lo único que intenta es divertir y entretener a los demás. Será porque algunos lectores les parece que el tal “Jesusín” dice las cosas claras, como las piensa, a lo bruto sin tapujos, y si manifiestan que son de su agrado corren el riesgo de que alguien les pueda encasillar como ordinarios o vulgares. No lo sé. Espero que esto no sea así.
Pero me tiene un tanto desconcertado este anómalo y desagradecido comportamiento por parte de una gran mayoría de los visitantes del blog. Yo confieso públicamente y sin recato alguno, que soy un admirador incondicional del tal “Jesusín”, y que me encantan sus relatos. A veces, más o menos zafios como es la vida misma y como también somos los humanos, pero siempre contados de forma simpática y divertida. Nunca ofensiva ni comprometida. Eso quiero que quede muy claro, al menos por mi parte.
Probablemente yo sea tan elemental, o básico, como dicen los modernos, como el autor cuestionado; no lo discuto ni lo pongo en duda; pero no tengo rubor ninguno en declarar que me siento totalmente orgulloso de que me gusten y de que me hagan gracia este tipo de narraciones tal como él nos las cuenta.
Me parece mezquina y falaz la postura por parte de los lectores del blog que utilizan el desprecio como respuesta al esfuerzo y trabajo altruista de otro compañero. Cuánto más, dada la falta de colaboración que tenemos. Por eso mismo, cuando se da el caso como es el de “Jesusín”, que lo hace de forma amena y abundante, que no sea ni reconocido, ni mencionado por la mayoría de visitantes y colaboradores de este blog.
Tengo la impresión de que una gran parte del personal sí disfruta y se ríe con los relatos de este hombre, pero están callados como mudos, no vaya a ser que se les tache de horteras, ordinarios o vulgares si dicen que les hacen gracia sus historias. Creo yo que, con los años que arrastramos encima, ya es tiempo de ir dejando de lado ese pesado lastre de hipocresía heredada que todos llevamos encima y nos mostremos tal como somos en realidad.
Lo natural y genuino nunca puede ofender a nadie y cuando es expuesto de forma divertida, mucho menos. Y si se hace con toda la mejor intención del mundo, con más motivo. El que no lo entienda así, mal intérprete es.
Tengamos en cuenta que las aportaciones que recibe el blog por parte de los visitantes son contadas y ocasionales. Por lo tanto, cuando aparece un mirlo blanco como es el caso del tal “Jesusín”, que lo hace de forma prolífica, amena y desinteresada, bien debiéramos ser un poco más receptivos y agradecidos con alguien que al menos dedica un montón de sus horas libres en intentar entretener y distraer al resto. No digo que se le aplauda cuando no lo merece, pero por lo menos que se le tenga en cuenta, que se le critique lo que sea de criticar, que ya es algo. Lo peor de todo es el desprecio y el pasotismo. Ya lo dice el refrán: “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.”
Fijaros si debiera ser reconocido por nuestra parte este hombre, cuando todos sabemos que este blog lleva más de cuarenta mil visitas, desde septiembre de 2010 hasta la fecha, y apenas cuatro o cinco amigos son capaces de plasmar aquí media docena de renglones escritos, de vez en cuando.
B. G. G. (bloguero prior)
No comprendo bien esta apatía y desprecio por parte de los lectores hacia el trabajo de alguien que, de forma aficionada, como lo hacemos todos, lo único que intenta es divertir y entretener a los demás. Será porque algunos lectores les parece que el tal “Jesusín” dice las cosas claras, como las piensa, a lo bruto sin tapujos, y si manifiestan que son de su agrado corren el riesgo de que alguien les pueda encasillar como ordinarios o vulgares. No lo sé. Espero que esto no sea así.
Pero me tiene un tanto desconcertado este anómalo y desagradecido comportamiento por parte de una gran mayoría de los visitantes del blog. Yo confieso públicamente y sin recato alguno, que soy un admirador incondicional del tal “Jesusín”, y que me encantan sus relatos. A veces, más o menos zafios como es la vida misma y como también somos los humanos, pero siempre contados de forma simpática y divertida. Nunca ofensiva ni comprometida. Eso quiero que quede muy claro, al menos por mi parte.
Probablemente yo sea tan elemental, o básico, como dicen los modernos, como el autor cuestionado; no lo discuto ni lo pongo en duda; pero no tengo rubor ninguno en declarar que me siento totalmente orgulloso de que me gusten y de que me hagan gracia este tipo de narraciones tal como él nos las cuenta.
Me parece mezquina y falaz la postura por parte de los lectores del blog que utilizan el desprecio como respuesta al esfuerzo y trabajo altruista de otro compañero. Cuánto más, dada la falta de colaboración que tenemos. Por eso mismo, cuando se da el caso como es el de “Jesusín”, que lo hace de forma amena y abundante, que no sea ni reconocido, ni mencionado por la mayoría de visitantes y colaboradores de este blog.
Tengo la impresión de que una gran parte del personal sí disfruta y se ríe con los relatos de este hombre, pero están callados como mudos, no vaya a ser que se les tache de horteras, ordinarios o vulgares si dicen que les hacen gracia sus historias. Creo yo que, con los años que arrastramos encima, ya es tiempo de ir dejando de lado ese pesado lastre de hipocresía heredada que todos llevamos encima y nos mostremos tal como somos en realidad.
Lo natural y genuino nunca puede ofender a nadie y cuando es expuesto de forma divertida, mucho menos. Y si se hace con toda la mejor intención del mundo, con más motivo. El que no lo entienda así, mal intérprete es.
Tengamos en cuenta que las aportaciones que recibe el blog por parte de los visitantes son contadas y ocasionales. Por lo tanto, cuando aparece un mirlo blanco como es el caso del tal “Jesusín”, que lo hace de forma prolífica, amena y desinteresada, bien debiéramos ser un poco más receptivos y agradecidos con alguien que al menos dedica un montón de sus horas libres en intentar entretener y distraer al resto. No digo que se le aplauda cuando no lo merece, pero por lo menos que se le tenga en cuenta, que se le critique lo que sea de criticar, que ya es algo. Lo peor de todo es el desprecio y el pasotismo. Ya lo dice el refrán: “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.”
Fijaros si debiera ser reconocido por nuestra parte este hombre, cuando todos sabemos que este blog lleva más de cuarenta mil visitas, desde septiembre de 2010 hasta la fecha, y apenas cuatro o cinco amigos son capaces de plasmar aquí media docena de renglones escritos, de vez en cuando.
B. G. G. (bloguero prior)
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2 comentarios:
Muy, muy, muy bien. Tres hurras por el padre prior bloggero. Ya crei que era yo solo el
que defendía a este astuto colaborador asnonimo.
Pero si lo sigues tratando asi, me parece que no nos va a durar mucho, oye. Cómo dijiste
que era? un mirlo, qué?
Jesusín: No faigas muito caso a esta xente. Cuando te tan dicindo eso, nun ia que
quieran tchamate páxaro, no. Eso ia una manera que tienen etchos de dicire que tán
cuntentos con lo que fas. Nun dexes de cuntanos de las andanzas de la to novia ya del
moro ese que vus persigue. Tiénesnos a todos en vilo. Sigue
Vaya, vaya, vaya, vaya,
“la lanza se vuelve caña”.
Con soflama de Prior,
alabanzas de Ramón,
connivencia de Ulpiano,
(gran pluma desde pasado),
algún que otro comentario
y mi defensa al aldeano,
no debe caber en sí
el cronista pastoril.
Recuperar en hogaño,
el ancestro vocabulario,
que se hablaba en antaño,
y que expone en su ideario,
mérito es del ilustrado,
por gran tiempo dedicado
y estar bien fundamentado.
PD.
No pongas ya más balizas
si en alguien personalizas,
pues las cuitas que utilizas
no pueden tener respuesta
real como tu propuesta.
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