martes, 27 de noviembre de 2012
CRÓNICA DE UN VIAJE AL SUR
Como la que manda en casa está disfrutando las últimas
vacaciones oficiales de su vida laboral antes de su pase a la reserva el mes
que viene, y contando con la ayuda de su hermana que se desplazó desde
Santander donde reside para atender a su madre, aprovechamos la coyuntura para
previo paso de dos días por Madrid, bajar hasta la Costa del Sol a pasar unos
días que en nuestro caso casi nunca son de descanso, más bien de turismo
cultural y gastronómico.
Así pues el sábado
17, como diría un amigo mío, “aparejamos la borrica y biela”…
Como no era cosa de correr, una primera parada
Tordesillas para repostar en El Torreón.
Una entradita para despertar las papilas gustativas y luego un excelente
entrecot de buey preparado en el mismo comedor. Creo que es el primer
restaurante en el que no había pescado en la carta, con lo cual la señora
Concha hubo de compartir mis gustos.
Como no era cuestión de ponerse a cocinar para cuatro y
un guaje, el domingo a comer un riquísimo Lomo de vaca a la piedra en el Fogón de Asturias en la Calle Bustamante,
cuyo dueño es de Navelgas, la tierra de nuestro compañero Samuel. Para su
información le diré que se llama Marcial y lleva por la madriles ya más de 30
años, aunque su familia es originaria de la provincia de Toledo.
Al día siguiente lunes nos pusimos en marcha, atravesando
los campos de la Mancha, para adentrarnos en Andalucía por el nuevo paso de
Despeñaperros (menos mal) y entre una grandes manchas de olivos por la
provincia de Jaén, en Bailén nos desviamos hacia el Parador de Cazorla para amortizar
unos puntos de la Tarjeta Amigos de Paradores que tenían próxima caducidad y no
era cuestión de rechazar una noche de “papu”. El Parador muy confortable como
los todos, pese a ser solo de 3* está en plena Sierra de Cazorla, en un paraje
impresionante de naturaleza. Después de comer allí, un paseo por aquellos
parajes muy cerca de donde nace el Guadalquivir y enseguida regreso porque lo
noche en este tiempo se hecha encima enseguida.
Paseo junto al Guadalquivir
Jugando al aro con una pobre peseta. ¡Qué baja cayó!
Los cinco días los distribuimos de forma que un día
bajábamos a Estepona y Marbella o nos quedábamos en Fuengirola
El descanso del viajero
Colegiata de Sta. María la Mayor - Antqeuera
Otro día subimos a Mijas, el de los famosos “burros
taxi”. Un pueblo en lo alto de la montaña, con buena carretera y que nos gustó
mucho. Muy cuidado y limpio, con mucho comercio, bien organizado y buena
promoción y una extraordinaria oferta gastronómica.
¡Mirai'los que furmalinos oh!
Esti ye más dócil que'l "Rifón" del Pelgar
También aprovechamos para saludar a José Antonio Ramos y
su señora Pily, que como ya sabéis la mayoría, lleva más de 30 años residiendo
en Fuengirola. Con ellos fuimos hasta Puerto Marina en Benalmádena.
Como la oferta era escasa lo dejamos paa otra ocasión
Se nota que
en los tiempos de bonanza los petrodólares debieron llegar a través de manguera
como el petróleo. A la vuelta nos fuimos los cuatro a cenar para poner fin a
una velada muy agradable en su compañía. Como esa visita fue nocturna, al día
siguiente fuimos por la mañana para contemplarlo con luz solar. ¡Im
Presionante! Como diría el torero.
Disfrutando de la agradable compañía de Ramos y señora. ¡Como debe ser!
Después jornada dedicada a realizar alguna compra en la
Capital, pasear por sus calles y aprovechar para realizar una visita a El
Rescoldo muy cerca de la famosa calle Larios y que ya conocía de otras
ocasiones, para reponer fuerzas.
El domingo regreso hacia Madrid. Teníamos previsto parar
a comer en Puerto Lápice y aprovechar para comparar un poco de queso, pero
había unos cinco autobuses con excursionistas orientales cámara en ristre como
no podía ser menos y tenían copados los restaurantes, así que al final la
comida la hicimos en un área de servicio de la Autovía.
No hay problema. Tiene candado de seguridad.
Aquí no faltó la botella de orujo con escalera interior.
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7 comentarios:
Alfredo, veo que desde ayer que pusiste la entrada “Crónica de un viaje al sur”, aumentó, al menos en fotografías. Cuando la vi ayer ya era tarde para ponerme a hacer comentarios. Si me lío a esa hora acabo acostándome tarde para luego madrugar.
Se ve que no tienes problema en tomarte un chuletón en cualquier momento. A mí teniendo que seguir viaje no se me ocurre comer tanto. Fíjate que hasta el amigo Víctor, que no hay que perderlo de vista en ese aspecto, te dice que estás todo el día de “farturas”. El colesterol lo cuidas estupendamente, así que estará contento contigo y no te abandonará. Salvo que lo arregles con las “Estatinas” o similares.
El tipo de viaje que hicisteis a mi me gusta también. De hecho, en las vacaciones de verano, es lo que hacemos, recorridos turísticos, con nuestro coche y parando donde nos parece, pero es que tenemos más tiempo. Lo de Benidorm es para descansar y siempre vamos allí porque hay mucho ambiente, conocemos los hoteles y la zona donde están ubicados, y los que somos y vivimos en pueblos es lo que nos apetece. De río y de montaña estamos hartos.
Las fotografías están muy bien. El Prior y tú sois fotógrafos profesionales, aunque vuestra profesión fuera otra.
En los años noventa, estuvimos en un hotel que había en la Playa de la Carihuela de Torremolinos que se llamaba “Meliá Torremolinos”, creo que ahora no debe de estar ya. No le veo anunciado por ningún sitio. Era bueno. En principio tuvo cinco estrellas y cuando nosotros estuvimos ya pasara a cuatro. A lo que iba es que cuando estuvimos allí íbamos dando un paseo a Puerto Marina en Benalmádena. Quedaba muy cerca, a unos quinientos metros. A mi me llamaba la atención que ibas por una acera y te encontrabas con un cartel que por un lado ponía “Bienvenido a Benalmádena” y por el otro “Bienvenido a Torremolinos”. Supongo que seguirá. José Antonio Ramos, seguro que lo conoce bien. También probablemente sepa que fue del Hotel Meliá Torremolinos.
Como colofón del viaje ya veo que estuviste muy bien acompañado en León. Además tomando el orujo de botella y no de sobre…
Alfredo, sin duda alguna que el jaco de la foto debe de ser bastante más noble y tranquilo que el “Rifón” del Pelgar. Si este animal malagueño tuviera los ímpetus del otro, cualquiera se atrevería a subirse a sus lomos. En una de éstas, en cuanto guipara a una turista de su especie, seguro que salía disparado a por ella con jinete encima y todo.
Nuestro amigo el Pelgar, debiera tomar buena nota de lo que le dice Alfredo en el pie de esa graciosa foto en la que está montado a lomos de un manso “pullín”. Aunque, si juzgamos por los accesorios que le rodean, no lo será tanto cuando deben situarle al lado una escalera para poder montarlo. De todos modos, si se trasladara el Rifón a Mijas sería el amo y alegraría la jornada a toda la recua. Estoy seguro que se lo “rifarían” entre todas las colegas suyas, las cuales, además de aburridas estarán las pobres hartitas de portear a tanto turista, a cual más gordo y a cual más pelmazo. Un poco de marcha siempre viene bien a cualquiera, y a nadie le amarga un dulce; y más, tratándose del saleroso y gayasperu Rifón.
Maribel, a estas alturas además de cuidarse hay que darle algo de alegría al cuerpo como decia la canción de los del Río con su Magdalena, ¡¡¡aaahhh!. Además tengo un policía al lado que me controla bien. Colesterol malo 80.
El Hotel que dices de Meliá todavía existe, ahora con el nombre de Melia Costa del Sol. Lo se porque está cerca del Centro Cultural Pablo Picasso, junto a la antigua carretera N-340, que atravesaba el pueblo y que anteriormente fue Colegio de Huérfanos de Ferroviarios donde estuvo mi mujer interna a finales de los años 50, cuando solo había por un lado la carretera y por el otro una vía del tren y para bajar a la playa lo hacían por entre zarzas.
En cuanto a los de los carteles de "Bienvenido a.." cuando pasé la primera vez por allí me ocurrió lo mismo que a tí. Todavía queda alguno, al menos entre Bnalmádena y Torremolinos por donde pasamos el otro día camino de Málaga.
Vaya viaje tan completo y bien documentado, aprovechando las visitas a los amigos. Así da gusto. Eso sí, estuviste en Madrid y de mi ni te acordaste. Bueno, te perdono porque en una ocasión que pasaste por la "capi", me llamaste y yo estaba en Cangas, pero que no se repita.
Hay algo que no me cuadra. Alfredo siempre está presumiendo de buena comida y aquí lo único que vemos son botellas de agua y tazas de café.
Samuel, no se puede poner todo lo que se consume porque después o llamáis "tripero" o "pimplero". De todos modos queda reflejado en la foto en casa de los señores Marqueses de Posada que hubo un buen caldo Prieto Picudo y en la sobremesa orejín, pero del bueno, no de eso de bolsita individual.
¡Que quede constancia!
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