martes, 13 de noviembre de 2012
VIAJE A LA HISTORIA (ESPLENDOR Y DECADENCIA)
Encontrándome una tarde de sobremesa en el patio castellano
de mi abuelo, como nieta única, él siempre aprovecha para contarme sus
añoranzas de los 32 años en Asturias y concretamente en las minas del Valle de
Turón. Eso hace en mí, por mis estudios en historia, un interés especial en
conocer ese valle en esplendor y decadencia que refleja mi abuelo en sus
historias.
Aprovecho un fin de semana para ir a conocer Turón, una vez
en Asturias, a la altura de Figaredo cojo el desvío que me señaliza el comienzo
del Valle de Turón, valle con una extensión de 25.3 km2 formando una clara U.
Comienzo mi recorrido por el Valle observando la frondosidad de sus bosques,
sus verdes praderas, pero lo que mas me llama la atención, como luego me
confirman, son mas de 200 puntos negros que observo en el Valle, puntos negros
que corresponden a las denominadas escombreras donde se depositaban los
residuos de las explotaciones mineras. Continuo, y a mi derecha veo el primer
pozo vertical de minas Figaredo, a partir de aquí todo son vestigios de una
rica industrialización que se refleja en el paisaje donde destacamos los
antiguos lavaderos de carbón, una chimenea que corresponde a la central
eléctrica, y un polígono industrial. Sin darme cuenta me encuentro en el casco
urbano de Turón donde cojo la carretera de circunvalación con exposición de
distintas maquinas de vapor y un monumento dedicado a todos los mineros
fallecidos en el Valle, sin moverme de allí ya veo el pozo restaurado de San
José que junto con el pozo Santa Bárbara representan los dos buques insignia de
la minería del Valle. Sigo haciendo camino y a mi izquierda veo lo que parece
una maqueta de juguete que es el pozo Espinos, un pozo vertical de 25
metros de profundidad, una autentica joya industrial quizá mas apreciada por
los de fuera que por los propios vecinos. Continuo haciendo camino y observo
una gran explanada adornada con muchos útiles propios de la minería, dos
bocaminas, una de ellas un antiguo polvorín, y un monumento que me llama la
atención, sobre un pozo de aproximadamente 5 metros de profundidad
existe un monumento con una leyenda espeluznante en el cual se relata que
durante la guerra civil los franquistas asesinaron y arrojaron en unos casos
con vida a mas de 200 personas, se desecho la inhumación por considerarse una
tarea muy difícil el poder identificar a las victimas por el tiempo pasado y
porque la profundidad del pozo estaba por debajo del nivel del río. Veo a un
lugareño y le pregunto si me queda mucho trayecto para finalizar el Valle, me
recomienda que deje el coche y que allí mismo coja a través de un plano
inclinado y recorra parte de la senda verde que ya comienza en Figaredo, la
verdad es que tuve que darme una buena caminata pero mereció la pena… toda la
senda transcurre a través de túneles, puentes y sala de máquinas y llego al
punto que mas me emociona que es el grupo de montaña restaurado de la molinera,
lugar donde trabajó mi abuelo y por último al grupo de la Hueria restaurado todo
el con una bonita área recreativa, desde allí retorno el viaje de vuelta no sin
antes contemplar en el alto de la Colladiella el monumento a los mineros y el
monumento a la Paz dedicado
a los guerrilleros.
De regreso al centro urbano, denominado La Veguina , entro en el
primer mesón que veo y le pregunto al dueño si me puede aportar algún dato
sobre el esplendor del Valle, me dice que él no pero que un señor que estaba
tomando un café allí sentado respondería amablemente a todas mis preguntas, me
presento y le comento los motivos de mi viaje y que lo que mas me interesa es
el esplendor y la decadencia del Valle, me responde que el Valle fue colonizado
en algún momento del neolítico y que se conservan algunos túmulos y castros en
la zona alta, continua diciéndome, en 1627 el 75 % de la población eran
hidalgos, y a mediados del siglo XIX el valle tenía 2000 habitantes. De 1890
a 1960 el valle pasa a tener 20000 habitantes censados, quizá lo que mas
me interesa sean los datos que me aportó después, en el año 1890 dos
empresarios ven las posibilidades de rentabilidad en la zona y crean dos
empresas, Coto Paz de Figaredo y Mina Clavelina, al mismo tiempo un grupo vasco
decide crear Hulleras de Turón, a partir de ese momento se abren mas de 200
bocaminas, la empresa Hulleras de Turón llega a tener 6400 trabajadores, a lo
largo del Valle aprovechando el carbón que se perdía en los lavaderos centrales
e iba al río se crearon al menos 8 o 9 lavaderos privados para aprovechar
dichos residuos. Como empresa, dijo él, Hulleras del Turon se puede considerar
modélica ya que antes de la
República creó cientos de viviendas a los trabajadores,
un hospital, un colegio, y un tren gratuito que unía Turón con Ujo para el
servicio de los vecinos.
Todo este crecimiento continuo llevó consigo el recibimiento
de trabajadores de toda España especialmente de Andalucía, Extremadura,
Castilla, Galicia y Portugal la gente vivían compartiendo la vivienda, dos
hasta tres familias, los hórreos, las paneras, existían los albergues que eran
barracones donde generalmente se alojaban los solteros hasta que podían traer a
sus familiares, proliferó la figura del posadero, gente que en su casa tenía
una habitación libre y la alquilaba, por aquella época, me contó, que la vida
social se repartía en varios casinos, cinco cines que llegaron a funcionar al
mismo tiempo, incluyendo el de Urbiés, y anteriormente aunque no coincidió con
estos el cinema de San Andrés, el Ateneo obrero por el que pasaron los mas
insignes políticos y escritores del momento, dos salas de fiesta, y al margen
en cada pueblo su bolera típica asturiana y su baile popular, se dice que antes
que en Oviedo fue en Turón donde hubo el primer café cantante, aunque el
salario no era muy alto las necesidades y el consumismo no eran ni parecidas a
las de ahora con lo cual la vida social era boyante, después de esto yo me
preguntaba que había pasado para que todo eso desapareciera y él me dijo
algunos hechos que lo desencadenaron, se comenzaron a cerrar algunas minas de
montaña, en algunos casos por acabarse la explotación y en otros por no
considerarse rentables, con la entrada de Hunosa terminó todo por irse al
garete, en 1962 con la Gran Huelga,
Turón fue prácticamente tomado militarmente, compañías de los llamados “grises”
ocuparon el antiguo colegio de las monjas incrementándose los efectivos de la
guardia civil en el cuartel de Turón, implantándose el toque de queda.
A partir de esta fecha se fueron cerrando paulatinamente
todas las explotaciones, comenzando la inmigración a otros países
europeos como Suiza, Francia, Alemania y Bélgica, en la actualidad el Valle
ronda los 5000 habitantes, la última explotación en cerrar fue la del pozo
Santa Bárbara, inaugurado en 1913 y cerrado el 31 de julio de 1995, dicho todo
esto me preguntó si me había fijado en el polígono industrial que podía haber
representado una buena expectativa y por la mala gestión de los fondos mineros
quedó en nada. En la actualidad el número de trabajadores en todo el Valle de
Turón no supera el centenar, incluyendo los autónomos, ya que un porcentaje
pertenece a los funcionarios, maestros, sanitarios del centro de salud y
correos y a nivel de la empresa privada los trabajadores de la banca, mancebos
de farmacia y algún camarero.
Una pregunta ronda mi cabeza, ¿qué expectativas ve en el
Valle?, el Valle dispone de una riqueza forestal importante como es el roble,
el castaño, el avellano y en otras regiones se aprovechan los frutos de dichos
árboles (no en balde a los turoneses les llamaban corbateros en alusión a la
gran masa forestal de castaños y al consumo del mismo en una preparación llamada
corbatas), también se podría aprovechar el reclamo turístico, explotando los
útiles industriales que existen en todo el Valle y por último la posibilidad de
la creación de viviendas sociales que aumentasen la población en 1000 o 2000
habitantes que aunque fuera ciudad dormitorio sería un incentivo para abrir
nuevos negocios en el Valle.
Le agradecí a aquel señor el enorme favor que me había echo,
lo útiles que habían sido para mi todos aquellos datos y la ilusión que le
haría a mi abuelo a mi regreso el contarle todo lo que había visto y oído sobre
el gran Valle de Turón.
Miguel Ángel Vázquez Vega
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1 comentario:
A propósito de esta entrada: Esplendor y Decadencia, recuerdo el día que fuimos: Alfredo, José Manuel, Balsera, Samuel y yo, capitaneados por Miguel Ángel y Rufinón, a comer el espléndido pote a casa Migio a Urbiés. Por cierto, el día 15 de diciembre próximo hará el año. Yo era la primera vez que subía de día por este valle y según iba avanzando camino de Urbiés, me fui fijando y apreciando, sobre todo en la infraestructura minera que aún se veía y que, aunque ahora solo sirva como testimonio de lo que allí hubo, ya se advertía el auge y empuje económico que debió de tener este valle en los tiempos que el carbón era un recurso energético de primera necesidad. Todavía conservo un cuadernillo que me dio Miguel Ángel titulado: Senda Verde, Valle de Turón: Figaredo- La Güeria. En este folleto se detalla perfectamente las enormes posibilidades que tiene esta zona para el desarrollo turístico. Sobre todo para las personas relacionadas con la minería, bien por un motivo u otro, es un verdadero museo al natural. Con la ventaja de que una vez finalizada la caminata, Casa Migio, es un magnífico refugio para reponer fuerzas y descansar. Cuando Miguel Ángel esté recuperado tenemos que repetir la visita, pero con una pequeña excursión por el valle como la otra vez, que subimos hasta el Mirador de Tres Concejos.
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