viernes, 24 de julio de 2015
ARTÍCULO DE LA MANIEGA
Con permiso de la querida revista LA MANIEGA y del autor del artículo, como sé que muchos
amigos del blog no tienen acceso a dicha publicación, me permito traer aquí al blog este relato de Benjamín
López Hidalgo que, con alguna salvedad en cuanto a determinadas circunstancias familiares y cambiando el topónimo de Villafranca del
Bierzo por el de Corias, estoy seguro
que a muchos de los exalumnos de Corias que
visitan este blog les va a sonar cercano y que les gustará. Estoy por apostar que dicho artículo,
aparte de resultar entrañable y familiar,
también despertará en más de uno el recuerdo de aquella morriña,
tremendamente melancólica, que a la mayoría de nosotros nos invadía de niños
cuando nos alejaban de nuestros padres y de nuestras aldeas de infancia, con el fin de ir a estudiar en régimen de internado a colegios y a conventos
lejanos de nuestro entorno.
B. G. G. bloguero “Prior”
***
Douglas
Campamento
militar de Rota (Cádiz) al lado de la Base Naval. Un domingo cualquiera del
verano del 66, languidecíamos allí los quince o veinte que no teníamos donde ir
y matábamos el tiempo alquitranando nuestros pulmones, con tabaco negro. Las cigarras azacaneaban poniendo fondo
musical a una tarde calurosa.
Vino
a romper la monotonía un cochazo americano, un oldsmovil que apenas cabía en la
calzada. Se detuvo en el control del cuerpo de guardia y el cabo que mandaba se
acercó al coche. De inmediato un soldadito se acercó al grupo donde yo estaba y
me dijo “A zu ordene”, preguntan por uzté”.
Fui
para allá. A los cinco minutos rodábamos en el oldsmovil camino de Chipiona.
Os
lo presento, decía llamarse Douglas Alan Denny, natural de Palo Alto, California,
de 29 años, 1,80 de estatura, 70 kilos, ingeniero electrónico y teniente de la
marina americana, encargado del mantenimiento y funcionamiento de los misiles.
Decía ser americano, pero puntualizaba también que era irlandés, quería que
quedara claro esto de irlandés, pues para él, era parte importante de su vida,
para él, era importante proceder de Irlanda.
Llevaba tres años en el ejército y tenía que estar hasta los 45 años,
edad a la cual, podía quedarse o irse a la vida civil, con una indemnización
cuantiosa. Esto último era su plan, pues quería, en la última etapa de su vida,
ser guarda forestal. Se había casado con una chica de Sevilla, huérfana de un
militar y con ella tenía un hijo de seis meses, llamado Raymond.
Su
problema era, y para ello me necesitaba a mí como intérprete, que su esposa se
había largado con el niño so pretexto de que él quería matarla. La madre de la
chica, viuda de militar, dio en pensar que cualquier día le podían destinar a
él a la base de San Miguel, en el Pacífico. Y ella se quedaba sin hija, sin
yerno, sin nieto y sin coche americano.
Entonces,
convenció a su hija de que él tenía intención de matarla y la pobre chica lo
creyó. La chica estaba diagnosticada de
esquizofrenia y había tenido un brote muy severo a los 18 años. A Douglas no le
contaron nada de esto y para él, fue una novedad que puede decirse que
constituía, de hecho un contrato matrimonial falso. Douglas sin embargo no
quería apelar a la anulación, pues estaba enamorado de la chica y loco por
Raymond.
A
mí me necesitaba, para hacer de intérprete y asesor.
Comenzamos
así una dilatada tarea para recuperar a la chica. Ya no hubo semana en la que no tuviéramos que
desplazarnos a Sevilla, para entrevistarnos con el abogado nuestro, el abogado
de ella, el médico psiquiatra, el obispado, la clínica donde estaba internada
etc. Lo peleamos arduamente y al fin conseguimos que el matrimonio volviera a
reunirse y fueron felices y…no sé nada más hasta hoy de ellos.
Comprendo
que este episodio puede resultar un tanto insustancial a la hora de escribir
sobre el personaje.
Ni
es traumatizante, ni apasionante, ni tiene calidad humorística como para
justificar un artículo.
Si
le traigo al blog es por una razón tremendamente vulgar, le traigo aquí por su
apetito.
Quizás
llevaba en los genes el hambre que sus antepasados sufrieron en Irlanda a
mediados de siglo diecinueve (*).
Tenía
una voracidad de lobo siberiano y además rompía el más elemental protocolo que
rige nuestras vidas. O sea, primer plato, segundo, postre y café. Parece
intrascendente, pero a mí me suponía situaciones muy embarazosas.
Si
en la barra de un restaurante tomaban un aperitivo antes de comer, y a él le
gustaba mucho, allí mismo pedía un plato grande de lo que fuere. Íbamos a
Sevilla un par de veces por semana y siempre, de regreso, cenábamos de camino.
Un día después de cenar como si llevara ayunando dos días, estábamos fumando
nuestro purito cuando le vi que se ponía rígido, con la mirada fija, sin
hablar, tal como un chaman a punto de entrar en trance. Me temí lo peor, por
otras situaciones similares.
Me
dice: “Oye, ¿Qué es aquello?”. Me giré.
Vi una fuente de ensaladilla rusa en el mostrador pero, tratando de pararle, le
pregunté “¿Qué, lo que cuelga de la lámpara?” “No, lo que hay encima del
mostrador”. Todavía hice otro intento de parar el golpe, “¡Ah! son patatas con
una salsa, aquí las tomamos como aperitivo antes de las comidas”. Pero perdía
el tiempo. Había ojeado una presa y ya no la soltaba “Oye, ¿Y no podría yo
comer un plato de eso ahora?
Decidme
con qué palabras le explicas al camarero, testigo de su enorme cena, que ahora
debe traer un plato de ensaladilla. “Por favor ¿Puedes hacerle a este hombre un
plato de ensaladilla?”
“Bueno,
querrá un platillo”.
“No,
no, le he dicho un plato”.
Y
lo trajo. Espantado. Y lo comió.
Cuando
me dieron vacaciones, me dispuse a irme a Campomanes. Él, que se había pegado a
mí como una lapa me preguntó: ¿Yo podría ir contigo unos días a Asturias? Sí
hombre, si te dan permiso…
A
los dos días montamos en el Oldsmovil a las nueve de la noche en Rota y
llegamos a mi pueblo a las nueve de la mañana. Por el camino, nos alternábamos
a conducir, y a dormir. En una estación de servicio, había un tipo vendiendo
melones y le compré cuatro. Durante uno de los ratos en los que conducía yo, se
comió un melón entero.
“Está
bueno”.
“Muy
bueno”
Cuando
llegamos a casa, le dije a mi madre que me gustaría que pusiera pote. Pero que
pusiera como para seis.
“¿Pero
van a venir más?” Preguntó mi madre.
“No
mamá, es que este come él sólo más que todos los del desembarco de Normandía,
tu prepara un caldero de pote”.
A
mi madre le resultó simpático ver al americano comer el pote de cinco. Las
mujeres de aquellos tiempos, disfrutaban viendo a alguien comer así. Quizás lo
consideraban ellas una vengativa puñalada al hambre secular de este pueblo
nuestro.
Al
atardecer nos fuimos hacía Cangas de Onís y, al día siguiente, tras visitar
Covadonga, la emprendimos camino de Corias. Como él solo disponía de cuatro
días, quería yo que disfrutara de lo mejor de Asturias.
De
camino a Corias, paramos a comer en un restaurante llamado LOAN, cerca de
Grado. Allí decidí (lo decidía yo siempre todo. El era como un niño) pedir una
comida totalmente asturiana: fabada, truchas y arroz con leche. Comió dos
platos de fabada a rebosar. Con su compango correspondiente. Trajeron luego una
fuente con unas ocho truchas. Yo comí dos, el resto, él. Comía, comía… De vez
en cuando decía: “¡Qué buenos están estos peces!”
Yo,
que siempre he sido poco comedor terminé pronto. Cuando él acabó, media hora
más tarde, pedimos el café y le dimos fuego al purito. Era un día soleado.
Estábamos en Asturias…habíamos comido bien…nada enturbiaba aquel rato.
Pero
vi que algo no marchaba. Le vi ponerse serio, como ausente. No hablaba. La
mirada se le tornó dura. Yo conocía los síntomas y me eché a temblar. Había
detectado alguna presa y estaba dispuesto a cobrarla.
“Oye
¿Sabes que me han encantado los peces que comimos?”
“Ya,
Douglas. Mañana comemos truchas otra vez”.
“Pues
yo me comería ahora otras cinco o seis”.
No
lo discutí. Sabía que era batalla perdida. Llamé al camarero y hablando rápido
y medio en bable, para que Douglas no lo entendiera, le expliqué al camarero
que, aunque le pareciera imposible, aquel tío, quería media docena más de truchas.
Y que las quería ya.
El
camarero obedeció. Supongo que luego lo contaría a todos los conocidos.
Continuamos
hasta Cangas. Al llegar a Villazón le dije:
“Mira,
Douglas, este es el pueblo de Ángel”.
Habíamos
estado juntos en una piscina militar, hacía tres o cuatro días. Le había
prometido a Ángel pasar a saludar a su familia.
Aunque
era una hora un tanto indiscreta, (por ser hora de comer) fuimos hasta la casa.
Yo entré proclamando que hacía veinte minutos que habíamos comido. Para evitar
una posible invitación. Acababan de comer. Nos invitaron a café y copa. Douglas
aceptó, cómo hubiera aceptado si hubieran invitado a comer fabas.
El
café, de pota, estaba muy bueno. Nos sirvieron una copa de coñac. Yo bebí con
la parsimonia que requiere.
Douglas
se la embaló de un trago, como los tipos en el bar del saloon en las películas
del oeste.
Lógicamente
le llenaron la copa de nuevo. Cada una de las cinco veces, las apuró de un
trago. Impresentable, pero con eso de que era americano…Ese mismo día por la
noche cenó al lado del Padre Basilio que le hizo repetir de todo menos de
servilletas.
(*)
NOTA I: Me refiero a la famosa great hunger o gran hambre ocurrida en Irlanda
entre 1845 y 1849, de lo que me ocuparé en un artículo próximo.
NOTA
II: Ángel es mi queridísimo amigo y ex alumno de Corias. Ángel Rodríguez
Julián. Olga, a ver si coincidimos un día que vayas a Cangas.
Pepe Morán.
Dominico-ex
viernes, 10 de julio de 2015
(Sin título II)
No sé a que
atribuirlo pero hay cada vez más cosas que me inspiran desconfianza ¿Será la
edad? Es posible que, al cabo de tantos desengaños, uno empieza a descreer de
casi todo. Yo desde que me enteré de que las líneas paralelas pueden llegar a
juntarse, sentí que se desmoronaba toda creencia terrenal. Ahora me ha dado por
dudar de la veracidad de muchos dichos populares que gozan de todo crédito y a
mí me parecen tonterías sin sentido. Más concretamente voy a referirme en este
artículo a dos de los dichos populares:
1º Hablando se
entiende la gente.
2º A quién
madruga dios le ayuda.
Veamos:
1º Hablando se
entiende la gente. Es un dicho que ha ganado su prestigio social con el
consolador y solapado mensaje de que todo se puede resolver deteniéndose a
hablar el tiempo que haga falta para alcanzar un acuerdo. Por más que la
realidad nos demuestre que no es verdad, todo el mundo sigue creyendo en el
efecto mágico del diálogo eterno. Cualquier persona que observe la realidad
cotidiana, sin prejuicio alguno, de que la gente cuanto más habla entre sí, más
se alejan de un acuerdo y cada uno se enquista en su opinión. El sitio más
socorrido para observar a la gente hablando es en los bares y cafeterías. Los
temas preferidos y recurrentes hasta el hastío son el fútbol y la política.
Desde Cangas del Narcea pasando por Torrelavega, Éibar, Tafalla,
Casteldelfells, Medina del Campo, Écija o Astorga, son cientos de miles los
españoles que discuten apasionadamente sobre el Madrid y Barcelona ¿Sabías de
algún lugar donde se haya llegado a un acuerdo?
Hay otro lugar
en el que hablar forma parte de su esencia. Su razón de ser, de hablar: El
Parlamento. Pues bien, no hay lugar alguno donde se dialogue menos que en el
Parlamento. Reconozco mi propensión a caricaturizar las cosas pero me parece
evidente (ellos no lo disimulan) que esas reuniones, en las que solo dos o tres
hablan y el resto permanece siempre mudos no son un ejemplo de diálogo.
Veamos: el jefe
del gobierno lleva una nueva ley y de ella habla dos horas. Luego habla el jefe
de la oposición que hace un año ya ha decidido que él nunca aprobará una ley
que defienda el gobierno ¿Para qué se reúnen? Si el resultado es conocido de
antemano ¿A qué viene toda esa parafernalia de trescientos no sé cuantos allí
aplaudiendo y abucheando?
Entra uno en
sospecha de que esa teatralización pública la hacen para justificar ante el
pueblo su sueldo, sus dietas, sus hoteles, sus restaurantes etc…En plan Gila
podríamos imaginar que todo eso se sustituyera por una conversación telefónica
que dijera:
- - Presidente:
Oye, chato ¿Has leído el borrador de la nueva ley de educación que quiero aprobar?
- - Jefe:
Pues, no, majo ¿Para qué? Si tienes más diputados que yo, ya sabemos que la
vais a aprobar. De modo que apruébala y nos ahorramos todo el lío.
- - Presidente:
Bueno como quieras. Bueno, a ver si comemos la semana que viene. Ya te llamaré.
Me hablaron de un restaurante asturiano que ponen el pote fenomenal.
- - Jefe:
Bueno, tío. Llámame.
Hace unos años
un político catalán, significado independentista, fue a visitar al rey. Supongo
que sería un compromiso institucional. El catalán comentó luego que el Rey le
dijo esta majestuosa bobada: “Hablando se entiende la gente” ¿Qué quería decir
el Rey? Nada. Es decir, nada de nada. Pudo haberle dicho que en Abril aguas mil
o callarse, si no tienes nada mejor que decir.
Por la misma
época, otro político, coetáneo del anterior entre civilizaciones, que nadie le
encuentra sentido a tal alianza, excepto él, dijo que se retiraba a contar nubes.
El desdichado tuvo que dejar de contar, pues se le agotaron los números.
¡¡¡¡ Y pensar que Gerardo, el zapatero de
Corias no llegó a ministro….!!!!
2º Al que
madruga Dios le ayuda: Otra bobada para consolar a los que, como yo durante más
de 50 años, tuvimos que levantarnos a las seis de la mañana. Se puede hacer
otra caricatura más sangrante que la anterior. ¿Qué Dios es ese que anda
repartiendo favores en cuenta de lo mucho que madrugas? Esa concepción
antropomórfica y administrativa de un Dios ocupado en dar o quitar favores de
acuerdo a cosas tan tontas como la hora de levantarse ¿Os imagináis un Dios que
cada mañana pide el expediente a algunos para ver si premia o castiga? Yo no
puedo admitir esa religión.
La única vez
que me entrevisté a solas con un ministro, fue en el año 79. Era ministro de
Cultura, Ricardo de la Cierva. Pedí la entrevista con dos meses de antelación y
me citaron para un día ¡¡¡¡¡ A las ocho y media de la mañana ¡¡¡¡¡ Fue una de
las más grandes desilusiones de mi vida…. ¿Cómo era posible que un señor que
llegara a ser ministro y no podía levantarse a las diez y media de la madrugada? Perdí todo interés
en llegar ser ministro de nada.
Yo, desde que
me jubilé, he renunciado a la famosa ayuda que promete el dicho y no hay fuerza
humana que me saque a mí antes de las diez.
Bueno, todo
esto da para mucho. Otro día analizaremos lo de “quien bien te quiere te hará
llorar” y lo de “Quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro”. El
primer dicho fue inventado por un masoca. El segundo por un mezquino.
Ya lo comentaremos.
Pepe
Morán. Dominico-ex
lunes, 6 de julio de 2015
RUSIA
Acabo de leer
una noticia que tiene resonancias seculares. Dice: “Rusia instala en la
frontera con Ucrania 60 misiles intercontinentales apuntando a Occidente”. Pero
¿Otra vez? Pues sí, otra vez. Y van…
Rusia es una
nación inacabada. Lleva siglos buscando un alma y que no encuentra. O mejor,
tiene el alma dividida en dos y no hay manera de que opte por una de ellas. Por
un lado tiene un alma asiática, oriental, que ha conformado su historia durante
siglos.
Por otro busca
una aproximación a Occidente, a su cultura, a sus libertades, a su radical
respeto al individuo por encima de toda colectividad.
Rusia, desde
sus orígenes, ha confundido poder con territorio. Su secular afán imperialista
la ha llevado a crear un estado tan inmenso como imposible de controlar.
Como cuenta
Kapuscinky en “El Imperio” a los jefes de las zonas fronterizas en Asia y
Europa se les iban los esfuerzos en conseguir más y más alambre de espino para
taponar las fronteras. Premeditadamente,
o por pura inercia, se fue agrandando el imperio. Hay quien cree que se debió a
la necesidad de tener salidas al mar. Sea como sea, fue generando un monstruo
que le supuso, durante siglos y siglos, gastar todas las energías del estado
en asegurar y controlar fronteras.
Tarea esta
radicalmente imposible tanto para el poder despótico de los zares como para el
poder dictatorial del Comunismo.
Tanto unos como
otros, lograron construir un estado inmenso pero no supieron construir una
sociedad libre, autónoma, no tutelada ni controlada.
Y, en una
sociedad así es imposible llevar a un pueblo hacía a paz y el progreso.
A mí me ha
apasionado siempre todo lo ruso: su historia, su cultura, su literatura, sus
luchas, sus errores, todo.
Durante siglos
ha habido de forma intermitente, intentos siempre fallidos de “occidentalizar”
Rusia. Pedro I El Grande, Catalina La Grande y Alejandro II etc… Este último
inició una época de libertad, abolió la esclavitud, proclamó el fin de los
privilegios de los militares, nobles y gobernadores, emprendió la tarea de alfabetizar
al pueblo. Resultados: le asesinaron en San Petersburgo. Fue el último intento.
Rusia nunca
asimiló la cultura occidental. Occidente se construyó sobre dos pilares
fundamentales, la filosofía política griega y el derecho romano. Rusia no fue
romanizada y ahí comenzó su tragedia histórica.
Occidente, a
través de mil avatares y luchas, logró construir una sociedad basada en la
democracia y los derechos humanos.
Solo por
referirnos a España: Los Reyes Católicos anularon a la nobleza territorial. Ya
no fueron rehenes, como los zares, de los caprichos de una nobleza
indisciplinada.
Ya en el siglo
XVIII el gran jurista dominico Francisco
de Vitoria le dejaba claro al emperador que el origen del poder, está en el
pueblo. Que el pueblo da y quita el poder. Que las mayorías aprueban leyes o
las derogan. Que las minorías tienen derecho a ser respetadas y que tanta
dignidad personal tiene un duque como un indio americano.
Todo esto es
absolutamente ajeno a la cultura rusa. En Rusia el poder se estructura de forma
piramidal. La voluntad del zar es sagrada. El pueblo es un siervo que debe
obedecer.
Y así hasta
Gorbachov. De él para acá, una democracia débil, a medio hacer. No se cambian
las inercias de un pueblo en cuatro días. Antes mandaban los zares y sus delegados
territoriales. Ahora manda Putin y un puñado de nuevos ricos que cultivan el
más odioso neocapitalismo. Rusia es lisa y llanamente, un cliente para China y
para Europa. Poco tiene que vender. Tenía el petróleo y el gas, que valen la
mitad de su precio en tres años. Se le fue
Ucrania, tradicional aportadora de los cereales que Rusia consumía ¿Qué le pasa
ahora? Nada nuevo. Que su estado y su sociedad no marchan.
Como siempre en
la historia, hay que buscar un imaginario enemigo externo del mal que llevan
dentro. ¿A quién tiene miedo Putin? ¿A Europa? ¿A América?¿A Guatemala?
Tiene miedo a
lo de siempre, a la libertad.
Todos los
totalitarismos y los nacionalismos exacerbados tienen un denominador común, una
patología idéntica, un trastorno psiquiátrico semejante, es decir: el miedo a
la libertad.
En la Rusia del
siglo XVI, hubiera sido inconcebible lo de Fuenteovejuna. El comendador como
oficial del Rey, tendría razón, sí o sí. Y el pueblo, si era preciso, sería
desterrado, colectivamente a Siberia.
Para mejor
conocer todos estos problemas, recomiendo la lectura de varios libros:
1º El Imperio,
de Kapuscinsky.
2º El fin de
las ideologías, de Daniel Bell.
3º Rusia
inacabada, de Hellen Carrere D’Encause.
4º Memorias de
un niño de Moscú, de José Fernández Sánchez.
Pepe Morán.
Dominico-ex
domingo, 5 de julio de 2015
SE SOLICITA COLABORACIÓN POR PARTE DE LOS AMIGOS DEL BLOG
El pasado día 1 me llamó el presidente de ADEACO, José
Manuel Cuervo, para notificarme que
el cercano encuentro anual de septiembre
de este año en Corias, estaría dedicado al recuerdo de los compañeros
fallecidos. De ahí que sigamos insistiendo en la colaboración por parte de los antiguos
alumnos de Corias que visitan este blog, que si saben de compañeros fallecidos en los últimos tiempos nos los faciliten para
completar en lo posible la lista de finados. José Manuel Cuervo piensa que la forma más fácil y eficiente de hacernos llegar la información para recoger las posibles aportaciones que hagáis, sería a través de este blog y también
mediante el correo de la asociación de antiguos alumnos de Corias, ADEACO.
Como la mayoría ya sabréis, Samuel, Alfredo y yo venimos desde hace
tiempo elaborando una lista, que ya fue
publicada en este blog el año pasado y que intentamos en lo posible tenerla al
día y actualizada mediante vuestra colaboración. Hasta el momento no lo hemos
logrado pues, debo decir que en la llamada anterior que se hizo en este blog a tal efecto, no hubo ni una sola nueva aportación.
Eso sería lo deseable
si así hubiera sucedido, pero por desgracia la realidad no es así ya que,
cada vez que nos reunimos, siempre salen a relucir la desaparición de nuevos exalumnos, de los que nosotros no tenemos
constancia alguna. Ahora, aprovechando el próximo encuentro de septiembre, que se necesita recordarlos a todos y para que no se nos pase ninguno, sería el momento perfecto para aportar los casos más recientes de los que tengamos conocimiento.
Los correos a los que podéis enviar la información de las
bajas que dispongáis son: bggitm.corias@blogger.com o adeaco@hotmail.es
A ver si mediante vuestra colaboración, logramos acercarnos
a la realidad.
En nombre de ADEACO y del Blog muchas gracias a todos.
viernes, 3 de julio de 2015
El amor y los grafiteros
Texto y fotos: jrFRANCOS
Creo que ya existe ese libro, pero aún así, como la
producción es tan abundante como mies tiene Castilla, se podía ir uno de viaje
por ahí en moto, cámara en ristre y fotografiar pintadas de las que tanto
abundan. Clasificarlas por temas, después, y hacer unos comentarios sobre las
mismas o sobre el conjunto, lo que sería ya un ensayo. Quedaría un libro ameno
de leer con ribetes sociológicos. Y sería un trabajo de campo placentero, si
con ausencia de reloj y calendario, pero con un buen estómago para comer de
todos esos platos buenos y buenos vinos beber que hay por ahí. Alguna visita a
monumentos o asistencia a conciertos o fiestas, de las que tan prolija es esta
España nuestra, y las vacaciones serían perfectas. Bueno, siempre que a la
grupa de tu caballo de hierro fuese una chica. Viajar, comer, beber, visitar
lugares, escuchar música al aire libre, fiestas, amor... ¿Hace falta algo
más para sentirse a gusto?
Sin moto y sin viajar es lo que he
hecho yo yendo a la Estación de Autobuses, que la tengo aquí mismo al lado.
Está hecha una penita. A ver si mi antiguo compañero de trabajo, el
popular Manuel Lavado Barroso -que renovó mandato-, cuando lea esto (porque le
avisaré de su publicación) manda una cuadrilla y que limpien un poco, por
favor, que es una vergüenza que algo que es escaparate de tantos viajeros esté
como la cara de un indio pero sin arte ni gracia.
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Las pintadas que yo recopilé/fotografié
versan sobre el amor. Sin más dilaciones, paso a presentároslas, añadiendo
algún comentario breve. En todas ellas se transcribe el texto, pues en
algunas está tan enmarañado que se hace preciso.
1. "Te quiero a rabiar". Debe ser la versión
canina de "Te quiero con locura". Nunca entendí que se dijese
"me gusta a rabiar" y el caso es que se dice.
2. "Ponte una vacuna". Oportuno consejo médico que
le da el comentarista, que sabe que hay que vacunarse para prevenir la rabia.
3. "Te digo que puedo parar el mundo con solo
mirarnos". Pobre hombre, está tan perdidamente enamorado que tiene ella
que advertirle que él podrá mirarla, pero ella no, porque es ciega.
4. "Mirémonos hasta llegar a nuestro límite, el
cielo". Estoy en la gloria (que está en el cielo), de Madrid al cielo...
El cielo, lo máximo o como dice el galán, el límite máximo de felicidad a
que puede aspirar una persona.
5. "Algo más que una atracción". El romeo que
escribió esto cree aún en los Reyes Magos y en que los niños vienen de París.
Considera atracción a la pasión carnal, que separa del sentimiento puro, que
parece es lo que siente por ella. ¿Puede ser? ¿No son dos cosas inseparables,
que se retroalimentan? El joven y casi seguro que adolescente, probablemente no
vio la película "¿Por qué le dicen amor cuando en realidad es sexo?"
6. "Quiero formar un país contigo y llamarlo Estamos
Unidos". Ésta me ha hecho sonreír por lo bien que conjuga amor con
geografía.
7. "No solía creer en nada, después te conocí". El
milagro del amor, que cura hasta el escepticismo, esa postura ante la vida que
indica que acumulas muchas experiencias desagradables y/o arrugas y canas.
8. "Yo tu yonki, tú mi dosis". Auténtica
declaración de amor en versión drogata o para que suene mejor, psicotrópica.
Eso es todo, lectores del Blog. Una
entrada sin profundidades, ligera de contenido, como el tinto de verano: de
buen beber. Y es que el verano no da para más. Hasta los periódicos traen menos
páginas. Como para ponerse uno a pensar en temas serios y escribir luego aquí.
Que os vaya bonito.
Los dibujos de Longinos
“EL PAIS”: Manuel V. Gómez Madrid 1 JUL 2015
La Seguridad Social usa 3.750 millones de la ‘hucha de las pensiones’
La Seguridad Social ha gastado en tres años y medio unos 43.000 millones de lo ahorrado en la época de Bonanza. En el Fondo de Reserva quedan 39.520,46 millones de euros
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