El objetivo central de esta especie de crónica, en la que simplemente trato de resaltar la agradable sorpresa que tuve el pasado miércoles 13, no es otra que agradecer a este nutrido grupo de amigos, del orden de veintitantos, procedentes de Coruña y de otras provincias y cuyo nexo de unión conmigo es el amigo Inocencio Fernández, que al estar ellos de visita cultural-gastronómica por León, han tenido la amabilidad de llamarme e invitarme a compartir con todos ellos una suculenta comida en un acreditado restaurante de la capital leonesa y a pasar una grata y divertida velada en su compañía. Este animoso y vital grupo en el que todos sus miembros ya alcanzaron holgadamente la mayoría de edad, como el que suscribe, pero muy jóvenes de espíritu, todos los años por estas fechas, más o menos, y ya van más de treinta que se vienen juntando para hacer una gira cultural de varios días por diferentes capitales españolas, prevaleciendo siempre las que destaquen por su riqueza monumental o por su singularidad histórica. Y que todos ellos son alumnos muy aplicados y que se fijan bien en lo que visitan, dan testimonio al instante. Basta sacar a relucir cualquier tema referente a monumentos o a hechos históricos importantes, para que cualquiera de los componentes enumere los detalles más interesantes y destacables de los lugares visitados y a nivel nacional. A esta eficiencia de grupo, turística-cultural, contribuye mucho la complicidad y el buen ambiente reinante entre los miembros del grupo. Buena prueba de ello son los años que lo llevan haciendo y las actividades que desarrollan al cabo del año. Como se puede apreciar en la foto, el conjunto está compuesto por hombres y por sus mujeres. El denominador común de esta corporación es la amistad surgida entre los hombres que, aunque son provenientes de diferentes puntos del país, les une la amistad surgida siendo alumnos de la Escuela Apostólica de los PP. Dominicos, tanto en Corias en Cangas del Narcea, en Asturias, como en La Virgen del Camino aquí en León, en Villava en Navarra o en el Convento de San Esteban en Salamanca, allá por los años cincuenta-sesenta. En mi caso la primera conexión que tuve con estos amigos fue a través de Inocencio, siendo mediador el Blog de los Antiguos Alumnos de Corias, con el que Inocencio colaboró en múltiples ocasiones sobre temas relacionados con su estancia en el antiguo Convento de Corias. Además, Inocencio y yo, a los entrañables recuerdos que compartimos de haber pasado ambos por el internado del Convento de Corias de los padres Dominicos, cada uno en años diferentes: él de 1955 a 1957 y yo de 1959 a 1966, también tenemos en común que somos paisanos y de concejos limítrofes: Tineo y Cangas del Narcea. Como dato final diré que estos dinámicos y joviales turistas, como agrupación que funciona de ejemplo, tienen entre ellos un dirigente que es el hombre de confianza, el que gestiona y organiza los desplazamientos del grupo, que es el padre dominico Juan Miguel Equiza de Dominicos Coruña, que nadie puede ser más apropiado pues, su persona irradia en todo momento, dinamismo y vitalidad. A propósito del padre Equiza debo decir que él y yo nos conocimos personalmente con motivo de asistir ambos al funeral del dominico padre Dimas, profesor mío en Corias, en el Santuario de la Virgen del Camino el día 27 de febrero de 2015. Nada más vernos, ya de lejos, se dirigió hacia mí. Venía bien informado sobre mi físico por el amigo Inocencio, que no tuvo duda alguna. Muchísimas gracias a todos por la velada tan agradable que me habéis brindado y mucha salud y vida para todos. Un abrazo colectivo.
B.G. G., bloguero “Prior”
