miércoles, 30 de noviembre de 2011
CASTILLOS DE ESPAÑA
Miss Harrington
LA MANIEGA INFORMA
Como cada año, la Revista canguesa "La Maniega" publica en su número de Nº 184 correspondiente a los meses de Septiembre/Octubre del presente año, la reseña del Encuentro de los Antiguos Alumnos en último sábado de Septiembre en Corias. Para los que no reciban dicha Revista aquí publicamos la copia de la página.
martes, 29 de noviembre de 2011
receta navideña (valdría para thanksgiven...)
Receta de pavo al Whisky
Ingredientes:
- Pavo de tres kilos.
- 1 botella de whisky.
- 150 gramos de panceta.
- Aceite de Oliva.
- Olivas Negras
- Pimienta.
- Sal.
Preparación:
1º Tomarse un trago de whisky antes de comenzar.
2º Rellenar el pavo con la panceta, salpimentarlo y echarle un chorrito de aceite de oliva y las olivas.
3º Precalentar el horno a 180º durante 10 minutos.
4º Mientras se calienta el horno, servirse otro whisky.
5º Meter el pavo en el horno.
6º Mientras el pavo está en el horno, tomarse otro pelotazo y cantarle una mijita al pavo.
7º Sublir el horno a 220º, darle caña al derbostato y esberar veinte binutos.
8º Tomar otro drago.
9º Al cabo de un drato, hornir el abro para gondrolar y echar un chodretón de güiqui al babo y otro a uno bismo.
10º Darle la güerta al babo.
11º Cantarle un fandango al babo mientras se sicharra.
12º Redirar el babo del honno. Si se te dresbala, bruscarlo por el suelo.
13º Odro pelotazo pa inicia dra busqureda.
14º Darse un jardasso al resfalar con la grassa del suelo.
15º Plobar la sarsa del ssuelo que ya estradá fleshquita.
16º Tromarse otra copita e inblitar al babo questa tumbao al lao.
17º Indendar levandarse y desidir que en el suelo se está de gojones.
18º Abarese la barienta, engüendra el babo en el basillo, lo tira a la bassura y te forma la de Dió.
19º Tomarse odro güisqui.
20º Y adrora a comé..., ¿y el babo?..., ¿dronde eshta el babo?... El hio puta sa bebio el wishhki y se a io.
lunes, 28 de noviembre de 2011
BARRIENDITO... sin que sirva de precedente
Nunca debí matar el "BARRIENDO... y no precisamente con escoba"; era muy útil cuando se te acumulaban comentarios a entradas de otros compañeros. Pero como a mí me gusta, cual ave Fénix, crear y enterrar, bien muerto está.
Ahora salgo con este "Barriendito..." del que no estoy seguro cumplir con la segunda parte, pero como actualmente está al orden del día ciscarse en lo que se dice (y no sólo a nivel político), pues uno más.
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Un reconocimiento para SAMUEL, que acabo de leer en su comentario del 26-11-11, a la entrada en la cual se nos pedía decir al menos un "¡presente, aquí estoy!"
que fue él el instigador moral o autor intelectual de la creación del Blog.
Siempre me ha gustado fijarme en los que dieron el primer paso -y que luego se les olvida o ningunea-, porque me parece de un mérito enorme el hacer o pensar algo de la nada. Pablo Iglesias, con su creación del Partido Socialista, Manuel Fraga aglutinado a gente en torno a Alianza Popular, Sigmund Freud creando el psicoanálisis, que con todos los fallos que dicen tiene fue la base de todas las corrientes que vinieron después en ese campo; Luis del Olmo con esa forma de hacer radio, Antonio Molina cantando como cantaba... Personajes a quien había que tener más presente y no tan en el cajón del olvido.
Y después de los primeros creadores están los que recogen el testigo y le dan forma o nuevo impulso y lo hacen más grande. Sin pararme a poner ejemplos universales -como hice antes- que los hay, voy a lo nuestro, al Blog, donde quiero hacer un reconocimiento a GALÁN, que ha hecho posible el resto.
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Cuando vi "PINCELADAS DE ARTE/14" de Miguel Ángel, me dije: "¡vaya, menos mal que cambia de registro!", porque tal vez lo hiciese, no sé, pero siempre le veía traernos ante nuestros ojos un arte centrado en la pintura realista que, muchas veces, sobre todo en pintores noveles o pintores que no evolucionan o pintores que no llegan muy allá, es copia del natural, de naturalezas muertas en el caso de los bodegones... "y para eso ya está la fotografía", dicen sus detractores. Otras veces, es "rellenado". Me explico: proyectan la imagen sobre el lienzo y luego van rellenando de colorido y volúmenes, según me explicó un pintor ante una exposición que vimos juntos en Mérida y ante la que yo me quedé pasmao hasta que él me bajó del limbo. "Eso es arte para los que no entendéis", me espetó. Pero bueno, olvidándonos de lo que decía mi amigo el pintor, tanto si es copia del natural como si es rellenado hay que tener un buen dominio de los colores y del manejo del pincel para que aquello parezca y parezca bien.
En esto de la pintura naturalista o realista o, dando una vuelta de tuerca más, pintura hiperrealista, de cara a los críticos y a la cotización para coleccionistas, sólo unos pocos, poquísimos se abren hueco, por citar uno el escultor y pintor Antonio López, aquí traído también por Miguel Ángel en otra de sus "Pinceladas de Arte".
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Cuando vi la "pincelada" última, la catorce, tuve que pararme un rato en la "foto" primera, la de la mujer, belleza de actriz de tiempos ha. Hasta que no la miré y remiré no caí en la cuenta que no era una foto, sino un dibujo hecho con una elegancia y sutiliza -además de con realismo mágico- resplandeciente, para maravillarse. Los claroscuros, la profundidad de campo por ejemplo en los bucles, la expresión de la bella mujer, su luminosidad, son para decir "chapeau" por su autora.
Siempre me ha maravillado la capacidad e ingenio de estos artistas callejeros del instante y de lo efímero. Los mimos, por ejemplo, con su ropaje; los escultores de la playa que con una paleta y un spray para endurecer la arena igual te hacen un castillo, que la catedral de Oviedo o la figura de El Doncel, tres cosas que he visto en playas asturianas; lo mismo podría decirse de los escultores del hielo. Y lo mismo podría decirse, y aquí enlazamos con la "pincelada" de la entrada aludida, de esos dibujantes que mientras te fumas un pitillo, es un decir, con un simple lápiz y utilizando por difumino sus dedos te hacen una caricatura que ni pintada o un retrato donde estás perfectamente reconocible.
Son verdaderos artistas que se merecen toda la consideración aunque ninguna sala cuelgue sus obras ni los medios de comunicación les dediquen una línea.
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De tu entrada, Roberto ("Historias de caza/I", 26-11-11), me quedo con la duda de si es un hecho real o un relato bien traído donde se mezclan realidad y ficción (me refiero al golpe final, el del desenlace).
Sobre la fotografía del tirachinas (no sé por qué tira-chinas, cuando por esto se entiende algo más pequeño: "tengo una china en el zapato que me está matando", y no "tiraguijarros", que son de mayor tamaño)... preguntar si es tuya, y por tanto tuya el "arma" o de Galán. En cualquier caso me trae recuerdos al pasado y al presente. De niño tuve uno, de fabricación propia, pues como te habrá pasado a ti o seguro a muchos, si fuiste más afortunado, ya que entonces no existían los "reyes" y tenía que aviárselas uno si quería tener juguetes. Y mira tú por donde, hace cuatro o cinco años me compré uno, y menos mal que lo hice, porque luego se prohibió por orden gubernativa su comercialización, sobre todo para aquellos que eran un poco sofisticados y lanzaban unos viajes que parecían balas. (Debió ser por lo que se ve en las huelgas violentas, tanto por parte de los huelguistas como de la policía, donde aquellos tiran con esos artefactos bolas de rodamiento o canicas metálicas que deben ser auténticas balas en su distancia efectiva.
En una ocasión que se me rompieron las gomas busqué en Internet y mira tú por donde me encontré con un tío, aquí en Asturias, que tenía una página dedicada a ese deporte de precisión, con campeonatos, resultados, vicisitudes, etc., y además, una tienda, donde te vendía desde la empuñadura o cuerpo (que en mi pueblo le dicen "forqueto") en madera, en hueso, en metal, plástico... a la pieza de cuero del pinzamiento pasando por las gomas. Y eso fue lo que le pedí yo, dos juegos de gomas, unas cortas y otras largas.
(Si algún día, como parece, vas a contarnos otras historias de caza, al hilo de mismas contaré otras cosillas relacionadas con el tema, pues de joven fui cazador, cazadorcito, mejor).
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P.D. para GION.-Oye, te contesté que sí a comer pote, y te dije que en su defecto nos podíamos tomar un vermú tú yo. Y la callada por respuesta. ¿Lo tomamos o no, que me voy el domingo' ¡Que pago yo, hombre, que aunque este mes estoy abrazado a la miseria, ya rebuscaré en el bolso de mi hija y de mi hermana¡
domingo, 27 de noviembre de 2011
MEA CULPA, MEA CULPA
sábado, 26 de noviembre de 2011
HISTORIAS DE CAZA – I
PINCELDAS DE ARTE/14
EL IDEARIO EDUCATIVO DE CORIAS/3
¿El ideario educativo de Corias? ¡Uff, hace tanto tiempo! Vamos a ver si refresco la memoria. Lo voy a enfocar bajo tres puntos de vista: instrucción, disciplina e ideología.
INSTRUCCIÓN. No sé qué decirte, si que fue buena o que dejó mucho que desear. Un amigo mío, por ejemplo, que hizo carrera superior y de ciencias, dice que fu mala. Que él, cuando llegó a la universidad y oyó hablar en clase de Matemáicas de matrices, se llevó las manos a la cabeza porque después de siete años en Corias las únicas matrices que había oído mencionar fueron las del veterinario en su casa cuando iba a ver las vacas.
Yo no voy a ser tan radical, pero sí diré que hay luces y sombras en la instrucción que nos dieron. Por un lado, modalidad agrícola-ganadera hasta 5º, con francés como idioma extranjero a estudiar. Y aprendíamos cosas. Recuerdo una vez al veterinario que estaba viendo una vaca que había comprado mi padre y quería saber si tenía la tuberculosis; y dándose mucha importancia dijo que había que ponerle una inyección especial, traída de no sé dónde, como si aquello fuese algo de otro mundo. Y entonces le digo yo: "Esa inyección, ¿qué es, la tuberculina?" El hombre me miró con una cara, como diciendo: "¿pero de dónde ha salido este sabihondo, que acaba de desmontar mi aureola". Y mi padre, más ancho que las traseras de la vaca, que era de raza culona, le aclara: "Es que está con los frailes, en Corias". Es decir, el convento tenía un cierto marchamo. Pero, van y nos cambian la modalidad, siendo industrial-minera en 6º y 7º. Ahora era el inglés, con lo que a la larga, ni francés ni inglés (y menos con aquel profesor, un pedazo de pan, sin carácter para manejar al grupo de mozalbetes que éramos, de modo que las clases de los jueves, en nuestra sala de ocio, tras quinces minutos cerrábamos los libros y prendíamos el televisor para ver "Caravana" o "El Virginiano", que no recuerdo bien).
Estaban luego los talleres. Horas y horas en talleres. Para quienes después hicieron Formación Prefesional, estupendo, pero para quien siguió otros estudios, casi una pérdida de tiempo o mejor dicho, un aprendizaje manual en detrimento de otros conocimientos.
El verano pasado subí al desván de mi casa natal y abrí un baúl que, envuelto en polvo y telarañas, llevaba allí más de cuarenta años. Cual película de misterio, a la luz de un ventanuco, fui sacando papeles y desempolvando recuerdos conforme iba viendo libretas, láminas de dibujo y libros de texto. Me llamaron la atención algunos de estos, como por ejemplo Curso de Literatura, con un interesante contenido, Cartas a mi hijo de Gaspar Cómez de la Serna, Política Social de Efrén Borrajo Dacruz, Política Económica de Enrique Fuentes Quintana y Juan Velarde Fuertes, Estructura Política de España de Manuel Fraga Iribarne, libros cuyo contenido, si se hubiese dado con el tiempo necesario (detrayéndolo de los talleres), no una vez a la semana tipo "maría", y con un profesorado serio y bien formado hubiésemos salidos mejor preparados. Cuando digo profesorado serio y bien formado me refiero a que en 7º tuvimos en Física a uno, seglar, que luego se supo que no tenía la carrera de perito terminada, pero que sí tenía más cara que las dovelas del puente medieval, pues faltaba cada dos por tres, con lo cual aquellas clases eran fallidas, en blanco (venía cualquier fraile que estuviese libre a vigilar y, ale, "clase" de estudio, cada uno a hacer la tarea que mejor le viniese).
Personalmente, yo que hice una carrera de tipo medio, más bien centrada en humanidades, no he sentido ese vacío formativo al que aludía mi amigo, el de las matrices de las vacas como parte de su órgano reproductor y no como operación matemática. Y no porque llevase un poso de Corias, que ya dije que no, sino porque en La Normal (de Magisterio) empezaron de cero y como sólo se trataba de hincar los codos, y ese hábito SÍ que lo llevaba de Corias, pues me fue fácil.
Hasta ahí lo dicho en plan genérico, porque si hablase a un nivel más personal tendría que decir que en mi profesión docente, como enseñante de Dibujo, Talleres y Ed. Física las enseñanzas recibidas en Corias me fueron de mucha utilidad en las dos primeras, como anillo al dedo, no así en la última donde tuve que empezar prácticamente de la nada, pues con una clase que nos daban a la semana, tipo "maría" poco poso podía llevar (en el desarrollo de mi profesión, yo impartía tres por curso semanalmente).
DISCIPLINA. Era más bien dura. Empezando por el horario (nos levantaban a las 6,30 de la mañana para ir a misa de 7; había que tener ganas de rezar y ser un fervoroso creyente para a esa hora ponerte en sintonía con Dios) y continuando con el castigo represivo, donde con más frecuencia de la debida había excesos que hoy en día terminarían en un juzgado. Aún recuerdo las "flisguadas" que con una vara verde de castaño le metió el fraile de la librería (cuyo nombre no recuerdo) a un chaval, que estaba en pantalón corto, allá en lo alto de la finca, cerca de la muralla a donde nos habían llevado a coger castañas. Qué podía haber hecho el pobre muchacho para ser azotado de aquella forma, como si fuese una animal que soltó una coz al amo. O a aquel otro fraile, aquí destapado en una entrada meses atrás, que llevaba un cable de la luz, con nudo terminal, y que atizaba latigazos con él a las primeras de cambio. Las bofetadas también estaban bastante al orden del día. Y castigos de otro tipo (ponerte de rodillas, quedarte sin cine o sin salir a Cangas o sin recreo o sin postre, aparte de las copias cuando no sabías algo, era moneda frecuente, pero, bueno, esos eran castigos incruentos que hay que aceptar y que debieran ser los únicos imperantes). Pero nada era nuevo en el panorama educativo español del momento. Le oí una vez por radio al humorista y presentador de televisión "El Gran Woyoming", que había estudiado en Madrid en un colegio de Puerta de Hierro, lo que indica que no era un colegio de barrio y clase proletaria, que "las hostias pasaban de carrillo en carrillo como mariposas que de flor en flor". Es decir, era la pedagogía imperante, la misma que tenía la Guardia Civil o Policía cuando te detenía o interrogaba en plena calle, al tiempo que te pedía la documentación, que te arreaba un par de bofetadas por la más mínima y, ale, ruta y a reclamar al maestro armero. Hablo por experiencia propia.
Con todo, tengo que decir que a mí nunca me pegaron y castigos, que recuerde, dos o tres.
IDEOLOGÍA. La imperante en la sociedad aquella de los años cincuenta y sesenta, el nacionalcatolicismo: la religión (curas y frailes) presidiéndolo todo, la represión sexual como bandería moral, la exaltación de lo nacional y una cierta miniadversión a la monarquía, en la figura del entonces príncipe Juan Carlos.
Respecto a este último, aún recuerdo cómo un profesor nos insinuaba que decían "que era un poco tonto", rumor que había hecho correr el Régimen interesadamente para que no le hiciese sombra a Franco, y que años después me confirmó la lectura de un libro, donde hacía referencia a ello.
En el aspecto sexual eran curiosas las confesiones. Apenas había mandamientos más que el sexto. Voy a transcribir literalmente una, que se me dio a mi y más de una vez:
-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida.
-Padre, me acuso... (y soltaba unas cuantas naderías, que no eran más que chiquilladas elevadas a la categoría de "pecados" en mi limbo).
(...)
-Padre, también me acuso de tener pensamientos impuros.
-Con quién, ¿con una mujer?
-Sí, padre.
-¿Y te excitaste?
-Un poco.
-¿Y llegaste a soltar como una lechecita de color blanquecino ?
-No, padre, sólo me emocioné, nada más.
Así una y otra vez con aquel fraile, que era con el que más nos gustaba ir a confesar por su bohonomía, tanto que había cola.
Mi amigo, el de las matrices, me contó algo parecido, pero no de entrepierna, sino en alturas, en la boca. "Fui a confesarme y le dije que había una chavala con la que salía y que la besaba. Y entonces me preguntó si le metía la lengua en la boca. Yo no tenía ni idea de que se hacía eso, así que me pasé toda la semana esperando el domingo para verla y al besarla meterle la lengua, como me había dicho el fraile aquel".
En fin, cuando años después leí La represión sexual en la España de Franco de L. Alonso Tejada, me di cuenta que no éramos una isla, sino parte de un contexto.
No voy a hablar de los ejercicios espirituales, porque aquello era terrorismo psicorreligioso, que creó más de una infelicidad. Y hablo con conocimiento de causa. Me contó en una ocasión un psiquiatra que ellos le debían mucho al franquismo, pues con aquella manera de entender la sexualidad (reprimida) y la religión (atemorizante), sus consultas eran frecuentemente visitadas por personas educadas bajo aquellos parámetros, que presentaban conflictos.
Aquel Dios airado, poco acogedor que nos vendían, del que no se podía decir que era como un padre por mucho "Padre nuestro, que estás en los cielos..", que nos hacían rezar, a mí se me vino abajo cuando me casé, al confesarme -por última vez- con un cura obrero. Cuando yo esperaba una iglesia a media luz y un confesionario oscuro, tenebroso, me dijo que me fuera a su casa y allí sentados, uno frente a otro (nada de uno sentado y el otro de rodillas), con una botella de vino en medio, me dijo: "Bueno, cuéntame".
Ay, si yo hubiese tenido siempre un cura con esa naturalidad delante, otras creencias tendría en lugar del agnosticismo.
CONCLUSIÓN. Dejando a un lado pormenores, el Instituto Laboral San Juan Bautista del convento de Corias jugó en los años cincuenta y sesenta, por segunda vez en su historia, un papel importante sobre una amplia zona. Primero, en tiempos del conde Piñolo y sucesores tuvo una marcada influencia a nivel religioso y económico. Todavía no hace mucho me contaba un vecino de mi pueblo que en su casa había documentos donde varías fincas de la hacienda decían que habían sido donadas unas y compradas otras al convento de Corias. O sea, que sus dominios llegaban hasta los veinte kilómetros que es donde nací yo y más. Y cuando instituto laboral en 1950 y 1960 volvió a tener una marcada influencia cultural formativa sobre también amplias zonas en la persona de chavales de aldeas remotas -algunas como la mío no tenían ni carretera-, que tuvimos ahí una oportunidad de oro para formarnos, algo que para muchos hubiera sido impensable si la oportunidad sólo hubiese estado a cien kilómetros, en Oviedo.
viernes, 25 de noviembre de 2011
EL IDEARIO EDUCATIVO DE CORIAS/2
-- por jrFrancos y B. Galán --
(Foto: B. G. G. )
Fue hace tiempo. Allá por enero. Comenté que me gustaría hablar un día del "Ideario Educativo del Instituto Laboral del convento de Corias" y eso es lo que voy a hacer.
Nunca mejor que aquí se podría traer aquello de "donde dije digo, digo Diego", porque si bien en su día manifesté que iba a hablar, ahora digo vamos a hablar.
Efectivamente, tres personas vamos a dar nuestra opinión sobre el tema que encabeza la entrada. El proceso fue como sigue: tras sopesar que ven más doce ojos que dos, elaboré una sencilla encuesta, de tipo abierto, y se la remití a cinco ex-alumnos de Corias, incluido a mi mismo, claro. Contestaron dos, alumnos significados que lo fueron en su día y que por orden de recepción son Ulpiano y Galán, y naturalmente yo.
Con el fin de no hacer muy pesado este interesante mosaico de opiniones, se irán colgando gradualmente y por orden de recepción. Con lo cual, y sin más dilaciones, a renglón seguido es Galán quien da su parecer sobre el Ideario de aquel centro educativo que fue el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias. Así, pues, adelante, Galán.
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jueves, 24 de noviembre de 2011
EL IDEARIO EDUCATIVO DE CORIAS/1
( Foto: B. G. G.)
Fue hace tiempo. Allá por enero. Comenté que me gustaría hablar un día del "Ideario Educativo del Instituto Laboral del convento de Corias" y eso es lo que voy a hacer.
Nunca mejor que aquí se podría traer aquello de "donde dije digo, digo Diego", porque si bien en su día manifesté que iba a hablar, ahora digo vamos a hablar.
Efectivamente, tres personas vamos a dar nuestra opinión sobre el tema que encabeza la entrada. El proceso fue como sigue: tras sopesar que ven más doce ojos que dos, elaboré una sencilla encuesta, de tipo abierto, y se la remití a cinco ex-alumnos de Corias, incluido a mi mismo, claro. Contestaron dos, alumnos significados que lo fueron en su día y que por orden de recepción son Ulpiano y Galán, y naturalmente yo.
Con el fin de no hacer muy pesado este interesante mosaico de opiniones, se irán colgando gradualmente y por orden de recepción. Con lo cual, y sin más dilaciones, a renglón seguido es ULPIANO quien da su parecer sobre el Ideario de aquel centro educativo que fue el Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias. Así, pues, adelante, Ulpiano.
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