EL CHANDEO Y LA SALUD
Por jr FRANCOS
En su entrada "Primera Promoción Bachiller Superior en Corias" del 24 sep. pasado, Galán menciona El Chandeo.
Era nuestra piscina natural, sobre el río Narcea y a unos dos kilómetros del convento.
Hoy en día, para que nuestros nietos salgan a hacer una actividad fuera del colegio hay que firmar un papel de autorización. Y van, como mínimo, en un aula de 20-25 alumnos, acompañados de dos profesores.
Nosotros, en aquella época, nada, ni autorización ni acompañante. Eso es lo que recuerdo yo. Samuel, en cambio dice: "Recuerdo vagamente que solía ir algún fraile, generalmente el padre Lastra". En cualquier caso, nunca pasó nada, que tenga en mente.
Dije que "nunca pasó nada" y personalmente no puedo decir lo mismo.
No sé de dónde saqué una cuerda y queriendo emular al Tarzán de las películas que veíamos, la até a la rama de un árbol que se inclinaba hacia el pozo y tomando carrerilla me lancé cogido de aquella "liana", haciendo el famoso grito del "hombre de la selva".
En el primer balanceo me estrellé contra un árbol caído y seco que había en la otra orilla, con las ramas tronchadas. Una se me metió por debajo de la uña del dedo índice del pie (esto corrobora que al menos los mayores, los de sexto y séptimo, íbamos solos o que en aquella ocasión nos habíamos escapado, si no, no me lo hubiese permitido y en todo caso me hubiese auxiliado "in situ").
Lo que padecí con aquella herida! Curas y más curas, y como no mejoraba al final me la tuvieron que arrancar. Ni anestesia ni botella de whisky, como se ve en las películas. A puro caballo.
Hoy día, por fortuna, no me acuerdo si fue en el pie derecho o el izquierdo. Y para mí esa es la mayor prueba de salud, que resumo en esta frase: cuando no notas ninguna parte del cuerpo, es que el cuerpo te funciona bien. Tienes buena salud. Porque si notas la cabeza, es que te duele; si notas la cadera, es que la articulación va mal.
Lo resumo con un accidente personal. Me dí con un madero en una rodilla días atrás y me duele. Tengo conciencia de que tengo rodilla, porque tengo mala salud en ella. Antes no me dolía y no era consciente de que tenía rodilla, tenía buena salud en ella
Y así, una a una, podríamos ir mencionando todas las partes y aparatos del cuerpo humano.
Habría que hacer una salvedad para esas patologías ocultas y un poco traicioneras, como el colesterol, los triglicéridos, la diabetes, la tensión... De no tan fácil detección.
Saludos, Salud y hasta otra.
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NOTA.- Una pregunta: habéis visto alguna vez a vuestros hijos, sobrinos...a quienes se les puede decir todavía que son jóvenes (no pasan de los cincuenta) despedirse de alguien deseándole salud?
Eso es cosa de "vieyus", eufemísticamente denominados "tercera edad" o "mayores".
El concepto de salud ha variado mucho a lo largo del tiempo. En la época de mis padres, y de los vuestros, tener buena salud era no tomar ninguna medicina ni ir al médico. Mi padre fue por primera vez con sesenta y siete años y al cabo de unos meses se murió.
Yo, personalmente, entiendo que hoy día tener buena salud es llevar una vida sin limitaciones más que las propias de la edad, sin molestias ni dolores, aunque sea con la medicación adecuada.
Tenía una amiga, bastante más joven que yo, que un día que comimos juntos al verme sacar el pastillero me dijo: "ui, cuantas medicinas tomas". Y añadió: "yo no tomo nada ni voy al médico, aunque tengo un bultito aquí en un pecho (yo ya se lo había advertido").
Hoy en día ella está, sabéis dónde está? Pues está en el cementerio y yo aquí escribiendo, con el pastillero en el bolsillo.
Que levante la mano quien no tenga relación, más o menos frecuente, con la farmacia
Cuando alguien me pregunta qué tal me va la vida, contestó: "Tengo una cama donde dormir, una mesa con un plato con comida y cinco euros en el bolsillo. Tengo, además, una frágil salud de hierro. Qué más puedo pedir, siendo consciente como soy que ya no voy a morir de amor?".
Hasta otra.