Texto: jrFrancos
Antes que nada, mi felicitación a la Familia que conformamos en Blog (los que escribimos, bien con entradas, comentarios o con los dos, y los que lo siguen), pues ayer, momentos antes de acostarme, a las 23,50 h. me conecté un momento y vi que se había sobrepasado la cifra mítica de las 100 visitas, en concreto el marcador señalaba 111. Hacía tiempo que ni nos acercábamos al techo del centenar. Aleluya.
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Vayamos al grano. El Seat 600 E (BA-50.661) que aparecía en la fotografía, fue matriculado el 19-12-70.
Los cinco participantes que se lanzaron a la búsqueda de la fecha, dijeron y por orden de intervención:
ALFREDO FERNÁNDEZ: 2ª quincena, diciembre del 70
GALÁN: 1973-1974
CUBANÍN: noviembre del 70
JM MARTÍNEZ: 2ª decena de 1970
GALÁN (en segunda comentario): diciembre de 1970
Tengo la impresión que a JM Martínez sabía la fecha exacta, pero preocupado en no decir el día por la "boutade" aquella del tercer premio (lo del morreo), se le pasó precisar el mes, que seguro lo sabía también, por lo que aunque su acotación es la más precisa (2ª decena es entre el 10 y el 20), el premio va con todos los honores para ALFREDO FERNÁNDEZ, de modo que, amigo, cuando vuelvas por aquí, montamos en él y a Elvas que nos vamos. Te compro el juego de toallas por acertar el mes y luego te invito a comer en El Chimarrao, un restaurante con antorchas como luces, camareros a lo José María "El Tempranillo", en fin, en un ambiente de antaño (no de hogaño, como dije).
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Algunos datos curiosos sobre el vehículo: Todas sus piezas son originales (Cubanín), excepto el tapizado que está en consonancia con la pintura -que está en la línea del Mercedes de un amigo-; obra en mi poder desde el 7-1-98; me costó 15.000 pesetas y tuve que pagar 16.532 pesetas en la DGT para darlo de alta, pues su dueño lo había dado de baja hacía casi dos años y lo tenía abandonado en un patio. No paga impuesto municipal, como vehículo histórico que es, y el seguro me cuesta -en una compañía dedicada al vehículo clásico- 72,56 euros según el último recibo, facultándome para rodar 4.000 km. al año (normalmente le hago la mitad).
El pasado mes pasó la ITV sin ningún problema.
Me he gastado en restauración y demás 500.000 pesetas.
Lo vendo. Escucho ofertas a partir de los 3.000 euros. Y lo hago para comprar otro que tengo a la vista, de un mecánico jubilado que lo tiene como un caramelo en la cochera sin usarlo.
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Una anécdota: Como os habrá pasado a más de uno, ya tuve uno en la década de los setenta, en lo que fue mi primer coche. Con la primera hija de meses, en un capazo y en el asiento de atrás, allá que nos fuimos un verano a Asturias mi mujer y yo, cuando no había autovías ni circunvalaciones. Más de diez horas que tardamos en recorrer los entonces 700 km. que había a Oviedo. Al retorno, por Pajares, en esas pendientes del 14% y más, no podía, teniendo que subir haciendo eses para amortiguar la pendiente, hasta que llegué al primer taller, ya en la provincia de León y le pulieron los platinos, que era de donde lo daba. (De eso hace más de 35 años).
Ahora subo con mi P-406 (que lo tengo siempre en cochera y solo uso para viajes "oficiales", es decir, cuando voy de corbata, con la santa y señora esposa y el "chico"), que tiene todos los extras y sólo 135.000 km. en seis años; hago en siete horas los 650 km. que hay ahora a Oviedo, casi todos por autovía excepto unos tramos por Zamora, y ¿sabéis una cosa? No soy ahora más feliz que entonces (tampoco más desgraciado). Con esto, Cubanín, enlazamos con aquel artículo de Ángeles Caso que colgaste para que lo leyera -yo y quien quisiera-, suponiendo que me gustaría. Pero esto ya es entrar en cantares de filosofías de la vida, que no era el motivo de la entrada.
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En del viaje a Valdevimbre (Balsera, Fidel, Gión y yo), no sé cómo salió la conversación de que tenía un "seína" y uno de los cuatro dijo: "Anda, que no eché yo p... en uno que tenía también". Yo había oído aquello de "Cómo hacer el amor en un Simca 1000", que cantaba un grupo de nuestra época que ahora no recuerdo, pero en un "600"... Total, que intrigado, le pregunté que cómo, pues yo alguna vez que intenté echar una siestecilla en él no encuentro acomodo dado lo reducido del habitáculo. Y el amigo nos dio toda una lección postural de como había que abrir las puertas para estar con la cabeza medio colgado, sacar las piernas por la ventanilla de la otra, en fin un número. Oye, y seguro que hasta le prestaba, pese a la incomodidad. ¡Ay, cuando hierve la sangre no hay obstáculos si el fin es noble y se persigue con ahínco!
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Que tengáis una buena noche. Es mi hora y yo me voy a acostar. (Ya tenía que haberlo hecho).
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15 comentarios:
Francos, en cuanto a lo que te han contado del sin número de p... que alguno dice haber llevado a cabo de forma acrobática, en la caja de cerillas, Seat 600, puedes decirle de mi parte que: "menos lobos señor Agustín". Yo pienso que ese folletín que te ha endilgado, es más creíble como fruto de haber sido lector asiduo de la extinta revista de humor, El Papus, hoy El Jueves, que de otra cosa.
De dinero, P... y santidad: la mitad, de la mitad.
Enhorabuena a Alfredo,por el premio, y muy simpaticos los comentarios de los de la comida de Valdebimbre, sobre el coche y las andanzas de algunos, en ciertos vehiculos,yo opino como Benjamin, menos lobos Caperucita y a esta edades que se cubre uno mas de gloria recordando aquellos tiempos,que por cierto eran bastante estrechos, si fuera en estos, todo es mas creible, pero de ilusiones tambien se vive.
Tiene toda la razón el biógrafo de los genios santeños. Casi tenía hasta la hora de matriculación del seílla, pero una distracción en la atención y un enredo de dedos al teclear mi smartphone, o ssea, se aliaron para concretar un error. Otra vez será. Enhorabuena por el magnífico estado del buga.
En lo referente a las acciones del fantasma erótico-contorsionista, permite que tenga mis dudas. Bla, bla, bla...
Le agradezco al Sr. Francos el premio, aunque veo un poco difícil, al menos de momento recogerlo al 100%. Es decir, acudir a Elvas, ciudad que conozco de uno de mis viajes a Portugal desde esa frontera y comer en el Cimarrao porque como bien sabes todavía estuve por la zona el pasado verano y normalmente no suelo repetir tan pronto las visitas a las zonas de vacaciones. No obstante, tomo buena nota por si en el tiempo aún "nos queda tiempo" para disfrutar de la conducción como me ocurre hoy.
A propósito del Seina como tu lo denominas, creo que no debe haber nadie de nuestra generación que no haya tenido uno. En mi caso fue el primero. Un modelo comercial con solo dos asientos delanteros, sin lunas traseras porque donde deberían ir había dos hermaosas chapas. En lugar de asiento trasero había una especie de cajón con su tapa que abría y donde podías meter el equipaje o lo que te apeteciera. Cada vez que iba a ver a la que hoy es mi mujer a Torrelavega, también sin autopistas y carreteras con mil curvas, que ya me conocía de memoria, los 200 kilómetros en 3 horas. Cuando me casé nos fuimos a Madrid para coger una avión con destino a Canarias y subiendo el Escudo había momentos en que tenía que parar cuando me encontraba algún camión porque no se podía adelantar y en 1ª a la mínima velocidad que se podía ir alcanzaba al camión, con lo que había que parar de vez en cuando para darle ventaja y enseguida otra vez a la cola del susodicho camión. Viaje por muchos lugares de España con él y jamás me dejó tirado. Cuando lo cambié por un 127de los primeros que salieron me dio mucha pena. Nunca más supe nada de él, aunque me llegaron a decir que lo tenía un mecánico de Cudillero. En cuanto a los comentarios de Valdebimbre de lo que se podía hacer en él afirmo que quin los hizo no se tira faroles. En aquella época todo era posible amiguinos.
Ahora tengo un Peuget 307 que debe hacer el numero ocho de los coches que esrené, pues 35 años haciendo unos 40.000 anuales requerían el cambio de zapatos con cierta frecuencia. Nunca difruté tanto como con aquel O-123.379. Y con la apertuta de puertas al revés que era más picantón.
A los primeros "seínas", de la serie A, que salieron, de apertura de puertas al revés, como el tuyo, Alfredo, por aquí les dicen los "bragueros", porque al no llevar en aquella época pantalones las mujeres como ahora -que casi nos igualan, menos un repunte que veo por Oviedo en noches de marcha, donde adolescentes y un poco más van con unos tacones y unas minifaldas que quitan el hipo-, era esa prenda íntima la que enseñaban cuando se bajaban.
Qué suerte tuvisteis algunos,yo no llegué a tiempo y me compré un seat850,aquello era otra cosa,algo más amplio,subía pajares como un tiro y de precio por ahí se andaba,pero tenía una línea más moderna y fué el que sustituyó al 600,recuerdo que subiendo pajares en una ocasión,un señor con el 600 lo puso marcha atrás para conseguir coronar el repecho del 17%,se ve que el buen hombre conocía el coche bien y pajares que entonces era una pared y remontarlo con aquellos vehículos era un éxito.Ya veo que el sentido del humor no lo perdeis ni con sesentaitantos...como algún bloguero dijo,de ilusiones también se vive,claro que sí,un abrazo.
JrFrancos,no creas que no me ocupé de saber la fecha del 600 que nos pusiste,lo que pasa es que seguro no estaba y a estas alturas de la vida...me gusta acertar,bastante ya perdimos en la guerra de Cuba como para ahora perder siempre con estos acertijos que nos poneis,pero Dn Alfredo que está en todo pronto le dió solución y me alegro mucho,sé que le hacía ilusión acertar y lo consiguió,enhorabuena,un abrazo.
El amigo Francos es un colecionista de mucha categoría:Moto, seiscientos y a saber qué más sorpresas nos guarda por ahí.
Estaba convencido que la matrícula era anterior a esa fecha, ya que yo tengo un 127 con la C de Oviedo y es de febrero del 73 por lo que me parecía mucho más atrás del 70.
También está en buenas condiciones y se vende, porque a la juventud de hoy le gusta el aire acondicionado, la dirección asistida, el cierre centralizado, etc, etc.
Acabo de recibir un correo del amigo Ramos en el que envía el siguiente enlace.
El compañero Avanzas siempre gozó de muy buena prensa en Cabueñes tanto de profesional como de compañero.
http://www.elcomercio.es/v/20120610/gijon/verdad-dinero-habra-apechugar-20120610.html
No es por quitarle venta a la joya que aún tiene Samuel en reserva, pero debo decir que yo también tuve un 127 de color amarillo, matriculado en marzo de 1974, con la siguiente placa: LE-5777-B del cual tengo bastante mal recuerdo pues era un verdadero cacharro. No obstante, a pesar de la mala calidad de aquel trasto, a base de cuidados intensivos y mantenimiento continuo, teniendo que prever por adelantado los múltiples fallos que se le iban produciendo para lograr que siguiera funcionando, logré hacerle del orden de 250.000 km, con un rectificado de motor y dos cambios de embrague, pero ya digo, llegó a esos kilómetros a base de mimarle más que si fuese un Rolls Royce.
Como detalle diré que el cárter que al final duró, después de cambiarlo repetidas veces, pues perdían todos aceite a chorro de continuo, fue gracias a un soldador particular de Vitoria que era un manitas y me lo soldó como es debido para ciento y un días, pero era el cuarto que se le colocaba.
Radiadores, se le pusieron tres, y reglajes de taqués cada quince días, pues de no hacerlo así, al acelerarle picaba biela de tal forma que se oía el cla, cla, cla, a distancia. Más que un ruido propio de un motor normal parecía el sonido de unas madreñas herradas con clavos caminando sobre piedra.
Los rodamientos delanteros tenía que cambiárselos, cada seis mil kilómetros como mucho, para no tener que soportar el continuo run, run, run que le volvía a uno loco durante la conducción. Fijaros como sería de malo el carruaje que se le despegaban a cada poco hasta las ventanillas triangulares de las puertas delanteras que abrían en compás. También fallaba el sistema de sujeción de las ventanillas traseras. En fin, una verdadera calamidad.
El de Samuel, como parece que aún resiste en buenas condiciones y a pesar de ser de la quinta del mío, seguro que habrá sido hecho por otro fabricante diferente. Si digo la verdad: muy harto me quedé del dichoso coche. Tal es así que, si me regalaran uno del paquete en estos momentos, no lo quiero ni con el combustible gratis a perpetuidad. Fijaros cómo sería el hartazgo que me llegó a producir aquel cacharro que le cogí manía hasta esa cifra 127; me parece siniestra, lagarto, lagarto…
Como dato simpático de este quebradizo y delicado vehículo, diré que durante esos años que lo tuve yo vivía en Donosti y un compañero que hablaba euskera, con mucha sorna le puso de nombre “Zaldi erotua” que equivale a Caballo loco. Pero lo de loco no era porque se desbocara, no, no, que va; era por lo desquiciado que andaba yo de taller en taller para que el trasto no me dejara tirado en la carretera.
Ésto era de esperar, sobre todo sabiendo que el acrónimo SEAT fue construido con las primeras letras del siguiente texto: Siempre Estarás Apretando Tornillos.
Hala, ahora vais y se lo cascáis a la SEAT
También tuve yo un 127 O-3652-C, de enero del 73 y del que tengo un nefasto recuerdo.
De aquella época tenían solo seis meses de garantía. Cuando todavia estaba en garantía, fui a Cangas y en el tramo de Pravia a Cornellana, cuando se pasaba por Forcinas, Repollés y Corias de Pravia, no pude adelantar a un camión porque el coche no andaba lo suficiente para ello. Y encima gasté un depósito de gasolina entero. En la Seat de Gijón me lo atendieron cinco o seis meses más sin cobrarme y no fueron capaces de solucionar el problema. Tuve que terminar llevándolo a un viejo mecánico que me recomendó un probador de la propia Seat, pues el Maestro de Taller dijo que el coche estaba bien. Me hizo un apaño para unos 60.000 kilómetros según él porque tenía unas pérdidas de compresion en dos cilindros. No me cambió ni las bujías, solo cambió los chiclés del carburador por otros de paso más pequeño. No se me olvida lo que me cobró. Me había dado de presupuesto 2.400 pesetas, que podia ser algo más dependiendo de lo que hubiera que cambiar. Al final fueron 3.018 pesetas. El cuerpo del delito salió a la luz cuando se reparó a los 110.000 kilométros. Tenía el árbol de levas con dos de ellas gastadas en más de dos milimetros.
Contrariamente a los problemas que les daba a todos los que conocia y que eran el desgaste de los rodamientos delanteros y la bomba de gasolina, este no tuvo ni una avería de ese tipo.
Cuando lo cambié me hice el firme propósito de no volver a tener un SEAT ni regalado. Y en esas seguimos.
Benjamín,mi experiencia con el Seta 127 fué totalmente contraria,yo lo estrené,tenia matrícula O-7305H y color amarillo,era de gama alta y te digo que le metí 300.000kmt sin averías,las normales de uso y ni una más,los coches como todo unos salen mejor que otros y tú no acertaste,mala suerte,un abrazo,Víctor Gión
Víctor, son muy pocos los usuarios que utilizaron un 127, en plan de meterle kilómetros, no para llevar los críos al colegio, que hablen bien de aquellas malditas trastas. Por mi parte, y me parece que por la de Afredo también, así como por la de un montón de sufridos usuarios más que conozco, pueden descansar en paz. Amén Jesús
Seguimos con el 127.
Tengo que decir que nunca me dejó en la carretera y recorrí con él media España, Portugal, Andorra y parte de Francia.
Cierto es lo que dice Galán sobre las repetidas averías: rodamientos delanteros, rótulas de dirección y suspensión, bomba de gasolina pero, como eran averías que yo mismo las iba subsanado, no suponían un gasto excesivo.
Le reparé el motor a los 180.000 Kms. y ahora con más de 300.000 ya es hora de jubilarlo.
No conocía el tipo de seguro que dice Francos ya que estoy pagando más de 200 Euros por el actual, que sumados a la viñeta y a la ITV, todos los años, pasan de 300 y el sitio que ocupa.
También tengo que decir, a su favor, que se defiende de maravilla con la nieve y era el que utilizaba, cuando la N630 se ponía cubierta de nieve, para ir al trabajo.
Más lindezas del 127.
Otra particularidad muy importante del susodicho coche, que se me había olvidado, eran los instintos asesinos que poseía. En más de un caso, y en más de dos, sé que estos cacharros se echaron a rodar solos, estando aparcados en pendiente descendente solo con la primera velocidad metida, sin el freno de mano. Esta tendencia agresiva hacia el hombre se debía a que, con el uso la palanca de cambios, debido a la baja calidad que tenían los materiales, alcanzaba tal holgura que aquello más se parecía al C… de la Bernarda que a una caja de cambios y se le salían las marchas con asombrosa facilidad. En mi empresa hubo dos intentos de atropello por parte de dos 127 a sus respectivos dueños.
Concretamente, mi caso fue durante el estudio de unos deslizamientos de ladera en la carretera del puerto de Loiti que estuve haciendo para la Diputación Foral de Navarra. Una mañana, a primera hora, tenía la fiera aparcada en el arcén con el motor parado y la primera velocidad metida. Yo estaba delante del coche como a cinco metros de él con un plano grande extendido intentando reconocer un determinado punto del terreno, de pronto escucho a mis espaldas un pequeño ruido y cuando me vuelvo veo al criminal del coche que avanzaba hacia mí con cara de asesino y casi babeando. Arrojé el plano al suelo e intenté detenerle, pero que si quieres arroz Catalina; aquello “emburriaba” demasiado como para ser yo capaz de pararle. Ante la imposibilidad de poder detenerle me aparté y lo dejé rodar y que avanzara a su gusto. A los pocos metros recorridos de forma autómata, viró hacia fuera del arcén y se acostó de lado sobre la plataforma de hormigón del techo de una obra de drenaje, que estaba como a unos cuatro metros más baja. Allí quedó apoyado el intrépido, volcado de costado y sujetado por una gran maraña de zarzas gordísimas que hicieron de red y fueron las que lo retuvieron. Recuerdo que yo estaba en el arcén viendo adónde iría a parar aquel loco. Cuando se detuvo, gracias a las zarzas, llegó un camionero de Campsa que detuvo el camión y muy preocupado me preguntó si había gente dentro. Le dije que no, que el conductor era yo. Este hombre no se hacía idea cómo había podido salir del coche tan limpiamente. Cuando le dije que yo estaba fuera de él y que se puso solo en marcha le dio la risa. Me ofreció su ayuda pero le dije que se fuera tranquilo, que yo tenía medios allí mismo, como para rescatar la joya sana y salva. Tal que, avisé al maquinista de la retroexcavadora que teníamos en la obra y con esta máquina y un camión sonda, tirando con una soga desde dos puntos diferentes recuperamos al inquieto vehículo con apenas pequeños rasguños en la pintura del techo.
No pasaron ni dos meses de esto, a otro compañero le pasó lo mismo en Salinas de Léniz (Guipúzcoa), pero en este caso el coche estaba aparcado en la coronación de un desmonte y se cayó por una altura de unos diez metros. Menos mal que no había nadie delante. Cuando vino la grúa para sacarlo, el maquinista-conductor preguntó si el rescatado lo llevaba al taller o al desguace. El propietario le dijo: tú mismo; con que me lo quites de delante, me conformo.
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