ENCUENTRO 2014, PROMOCIÓN: 1959-1966

Un reducido grupo de exalumnos del Instituto Laboral San Juan Bautista de  Corias, concretamente de la promoción 1959-1966, venimos celebrando año tras año desde hace ya varios, una reunión-comida anual, la cual solemos situar  en la zona noroeste del país y a poder ser  en diferente lugar cada año. El primer  año la celebramos en un restaurante  de  Oviedo y los dos años siguientes se hicieron    en  las Cuevas de Valdevimbre  en León, pero  ya llevamos unos cuantos años que haciendo uso y casi abuso de la generosidad y ofrecimiento desinteresado por parte de dos compañeros:  Fidel y Juanma,  que se prestan  a preparar dicha comida en sus  casas de Baselgas y Columbiello, respectivamente, hemos dejado de hacerlas por el momento en  establecimientos públicos ya que estos dos amigos disponen de confortables y típicos sitios con  infraestructura suficiente como  para albergar este tipo de folixas entre varios amigos.

Por si fuera poco con la colaboración de estos dos compañeros y amigos, este  año hemos ampliado aún más la oferta pues,  el amigo Miyares también se brindó a preparar él el  evento;  con lo cual, solo tuvimos que desplazarnos un poco más hacia el  oriente astur y lo hemos celebrado  en su casa de campo en Amandi-Lugás, en el término de  Villaviciosa. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, de nuestra promoción exalumnos que hayamos  cursado en Corias  el bachiller completo,   actualmente quedamos ocho  de los diez que finalizamos, pero  en compensación  por la falta de los dos amigos fallecidos, tenemos  otros dos compañeros más que son:   Miyares y Ulpiano,  los cuales también son de nuestra misma promoción,  con la salvedad que ellos se fueron un poco antes del colegio, al finalizar el  quinto curso sin esperar a cursar hasta el séptimo como hicimos el resto. Por  lo tanto,  para estas celebraciones en total podemos llegar a ser hasta diez. El caso es que, por unos motivos u otros, es difícil juntarnos al completo. Esta vez de los diez solamente pudimos asistir seis: Miyares, Fidel, Juanma, Samuel, José Manuel y Galán.  Y no han asistido: Peque, Ulpiano, Francos y Balsera.

La fecha elegida para esta reunión ya había sido pactada entre todos desde hacía una semana por lo menos y el pronóstico del tiempo la verdad es que no era muy prometedor pues,  desde primeras horas de la mañana estuvo  amenazando la lluvia a cada poco; pero  aún así, nada más llegar, nos permitió que el anfitrión nos pudiera mostrar antes de comer la propiedad y los lugares donde desarrolla sus actividades favoritas,  como son  la de agricultor ecológico tradicional y la de ornitólogo, dándonos todo tipo de explicaciones y de detalles  sobre las diferentes variedades de plantas que allí se cultivan y “elaboran”.  Lo mismo hizo con los numerosos pájaros y aves que allí tiene. Nada más que llegamos a la zona  de Lugás, sin necesidad apenas de tener que preguntar ya dimos fácilmente con la propiedad buscada,  sabiendo los gustos del dueño y, sobre todo, por la exuberancia y altura  que tienen  los setos y arbustos que tupen el  cerramiento de la finca.

El segundo detalle que mostraba las aficiones del propietario, aparte del gusto y querencia  por andar de madreñas,  fue el  saludo de bienvenida que nos dio  una calandria muy bonita  que había en una jaula en el porche de la casa. Con la particularidad que tiene este singular  pájaro que es capaz de imitar todos los sonidos y cánticos que oiga provenientes  de cualquier otro pajarillo.

La degustación de los aperitivos comenzó en seguida y fueron a base de quesos variados, pimientos del Piquillo, chorizo y huevos de codorniz con anchoa y guindilla, regados con vino de la Rioja alavesa, sidra y cava “brut nature” que aportó José Manuel. Una vez ya afincados   en la amplia mesa que había fuera en el prado, cubierta por una parra a modo de pérgola,  nos dispusimos para comer pues el cocinero el primer plato ya lo tenía preparado de antemano con solo calentarlo y consistía en una suculenta caldereta de bacalao  con tomate  que estaba riquísima. Mientras tomamos el primer plato y repetimos algunos, al lado de la misma mesa se estaban preparando las brasas poco a poco,  a base de quemar  sarmientos y leña de roble para seguido asar en la parrilla  unas riquísimas chuletas de cordero. También conviene resaltar que durante toda  la velada pudimos disfrutar de la presencia de un simpático y vistoso raitán (petirrojo) que, según Miyares es habitual en la finca, y que  a cada poco se posaba muy cerca de nosotros y daba saltitos, como queriendo participar en la fiesta y de paso poder salir en alguna foto, como así ha sido.

A favor del cocinero debo decir que  como tenía el listón situado muy alto por el precedente de los  anteriores convites  de Fidel y de Juanma en sus respectivas fincas, tuvo que esforzarse bastante para poder igualarlos y la verdad sea dicha que, a pesar de ser primerizo en este evento, lo logró plenamente y estuvo a la altura. Cómo sería que hasta nos preparó un rico postre casero a base de diferentes tipos de leches y otros ingredientes  que no ha desvelado del todo. 

A la sobremesa la lluvia ya se hizo más insistente y tuvimos que recoger todo e irnos a la cocina de la casa donde saboreamos varias tazas de café mientras escuchábamos las amenas explicaciones por parte del anfitrión Miyares, de cómo elabora este amigo las bebidas  espirituosas a base de ciertas  “yerbas silvestres”. Tan atentos estábamos, que la lluvia ni la tuvimos en cuenta. Como si no hubiera caído ni una gota. Y como recuerdo no podía faltar la foto de familia de este año.

Y como broche final de esta minicrónica, solo me queda  pedir disculpas por las posibles molestias ocasionadas y dar las gracias a Miyares  y a  Mari, su compañera, en nombre de todos nosotros por la atención  prestada y  por la agradable velada que pasamos en su compañía.

B. G. G. bloguero “Prior”