sábado, 4 de noviembre de 2017
BASELGAS VI 2017
Si echamos un vistazo al pie de las fotos apreciamos que pone Baselgas VI y la fecha. El topónimo
Baselgas no ofrece duda alguna y la fecha tampoco, pero el
VI como cabría pensar, no corresponde al número de la casa, no; ese seis escrito en
números romanos, equivale al ordinal que
indica el número de veces que el amigo
Fidel nos lleva acogiendo en este bonito recinto de su propiedad, perimetrado
por robustos muros de piedra y coronados en las esquinas por los pegollos del hórreo. También
es de justicia decir que el amo de esta casa, no solo nos obsequia con excelente comida y bebidas de todo tipo, hasta
espirituosas de maceración sospechosa, sino que también tiene el cuajo
necesario como para poder soportar por enésima vez el alboroto y disertaciones de todos nosotros sobre las numerosas
fechorías y vivencias cometidas en el colegio. Si digo la verdad esta vez
apenas salieron a relucir los temas escolares
pues, con el desagradable asunto catalán
tuvimos ya tema para toda la velada.
Después del aperitivo, en el momento de ocupar nuestros asientos para comer, Samuel observó que a la amplia mesa que
utilizamos en estas sesiones, según pasa
el tiempo cada vez tiene más huecos libres y así es. En esta ocasión ha estado el grupo un tanto mermado en cuanto
al número de comensales pues solo fuimos cinco, según posición en la foto de la
mesa: José Manuel, Raúl, Fidel, Galán y Samuel. Si la cosa fuera como tenía que ser,
debiéramos juntarnos nueve. Bien por la lejanía de algunos, o por otro tipo de
circunstancias de la vida, normalmente, no solemos pasar de seis. Pero habrá que conformarse. Como se suele
decir en estos casos, más vale pocos y bien avenidos, que muchos y revueltos.
Como ya hemos dicho en múltiples ocasiones, el objeto de
estas reuniones entre este grupo de sexagenarios y septuagenarios, exalumnos
del extinto Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias, no tiene otra pretensión que mantener la amistad y el vínculo existente
entre nosotros, el cual fue creado durante la convivencia en el internado y que
aún pervive, y de esto hace ya casi sesenta años, dentro de muy poco.
En esta ocasión, a pesar de ser noviembre, tuvimos un día
con temperatura muy agradable que nos permitió comer bajo el hórreo como es
nuestro gusto. En mi caso, al salir de León llovía con ganas, pero llegado al Pajares
cambió la cosa y comenzó a salir el sol. De vez en cuando durante la comida tuvimos
algún chubasquillo que otro débil, pero que no nos perturbaron lo más mínimo nuestro disfrute gastronómico.
Además, como este año estamos tan ávidos
de agua, el ver llover es casi un placer, podríamos decir que es una
satisfacción aunque uno se cale hasta los huesos. Así pues, un año más hemos
cumplido con el pacto de juntarnos y de pasar
un día agradable. La siguiente, si Dios quiere, la celebraremos allá, cara a la primavera próxima. El caso es que
podamos seguir renovando esta consolidada cita, año
tras año, y sin ninguna merma presencial.
B. G. G. bloguero “Prior”
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4 comentarios:
Razón no te falta, Galán, cada año sobra más mesa y no es que Bigotes la esté suplementando. A base de nuevas incorporaciones, logramos mantener la plantilla con mucha dificultad.
Asi es la vida, no hay vueltas que darle por mucho que nos empeñemos.
Lo que no sale a relucir, año tras año, es el cuidado que los anfitriones ponen en que disfrutemos de la jornada. No vayáis a pensar que son platos, vasos y cubiertos de plástico, de eso nada de nada. Doble plato de loza, cubiertos en su sitio y doble cristalería para el vino o el agua. Como en los buenos tiempos de Corias, donde nos servían el agua en aquellas jarras de aluminio con abollones de la primera guerra mundial.
Además de todo esto, le dejamos todo el "fregao" encima de la cocina y ahí te queda.
Confiemos que nos sigan ofreciendo refugio y trataremos de hacer alguna reunión en otras latitudes para que, aquellos que ponen la disculpa de los kilómetros, puedan acompañarnos y no se noten tanto las bajas.
CAMBIO DE TERCIO:
Después de un año caracterizado por la ausencia de precipitaciones, parece que noviembre se está portando bastante bien. A esta fecha se recogieron un total de 63 litros y sigue lloviendo.
Octubre estuvo muy escaso con sólo 16 litros, frente a una media,en los últimos 10 años, de 80.
En total llevamos cerca de 600 pero con 300 por debajo de lo normal a esta fecha.
Esperemos que estos dos meses que quedan se comporten lo suficientemente bien como para contrarrestar la escasez de meses anteriores.
Fidelidad de Fidel. La hospitalidad que año tras año viene brindando Fidel a sus antiguos compañeros en Corias hace honor a su nombre, bien reflejado queda en la crónica de Galán.
Han transcurrido tres semanas desde la publicación de esta entrada y más de dos desde el comentario complementario de Samuel, después…silencio en entradas y comentarios. Un silencio que habla de la penuria de aportaciones que atraviesa el blog a pesar de continuar recibiendo diariamente la visita de no pocos fieles lectores. Quizá tengamos que acostumbrarnos y asumir esta nueva situación tan diferente a la de los años siguientes a su creación, cuando entradas y comentarios de todo tipo desbordaban a diario el blog. Tal vez sea ley de vida y no pueda ser de otra manera. Algunos de los que fueron sus protagonistas ya han fallecido para desgracia de todos. Los demás, por pereza o estar sumidos en otras ocupaciones, hemos dejado de participar en él con asiduidad. Sin embargo la baja participación actual en nada resta su valor, tampoco disminuye el acierto de Galán y Samuel con su creación . El blog ha sido, y continuará siendo, un imprescindible lugar de reencuentro con personas importantes en nuestra vida que, después de muchos años, creíamos perdidas para siempre.
El blog, aunque durante periodos pueda permanecer en silencio, nos continuará hablando cuando lo visitemos. Él atesora y en él encontraremos las aportaciones y el recuerdo de todos los participantes en él.
Ulpiano, será ley de vida o que nos hemos quedado sin materia prima. Lo curioso, como bien apuntas, es que siguen acudiendo visitas, eso significa que no está muerto del todo; digamos que un tanto aletargado.
Nos faltan algunos, de los buenos colaboradores y deberíamos, en consideración a ellos, intentar que el letargo no sea demasiado duradero.
Lo mismo ocurre en los encuentros de Corias. Siempre las mismas caras y muy pocas veces alguna nueva. No cabe duda que, poco a poco, la lista de los ausentes va aumentando en detrimento de los presentes.
Algunos, además de sus consortes, ya llevan a sus descendientes para hacer algo de bulto, pero ni con estos aumentan los participantes.
Intentaremos algún tema nuevo, aunque no quedan muchos.
¿HAY ALGUIEN AHI? Una madrugada de hace muchos años, tal vez más de treinta, por motivos que no vienen al caso permanecía desvelado en la cama. Era Año Nuevo y aún consciente de que las emisoras, huérfanas de unos oyentes que a esas intempestivas horas se les suponía lamiéndose los excesos de la noche o apurando las últimas copas, estarían retransmitiendo música o refritos de programas anteriores conecté la radio para demorar el momento de levantarme hasta las primeras luces del alba. Buena hora entonces para disfrutar de esa rara ocasión que una gran ciudad como Madrid ofrece tan pocas veces: caminar por las calles desiertas acompañado solo por el incierto sonido de las propias pisadas; o mejor aún, pasear por el solitario Parque del Retiro entre los árboles desnudos de hojas, vestidos solo por las brumas navideñas hasta que los primeros rayos de un sol invernal les despoja también de ese precario vestido.
El transistor, según lo previsto, emitía música durante aquellas horas tempranas, nostálgicos ecos de festejos celebrados horas antes. También, de cuando en cuando, una cuña radiofónica repetía algunas de las celebradas ocurrencias, más o menos afortunadas, de los presentadores televisivos durante la pasada noche. Cuando sonaron los clásicos pitidos anunciando las 6 de la mañana la voz cercana de Iñaki Gabilondo, ejemplo de periodista veraz y objetivo en medio de tanto terturiano lenguaraz y desinformado, se adueñó de las ondas para inquirir ¿hay alguien ahí? Así dio comienzo a su programa habitual repleto de actualidad contrastada y certeros análisis de acontecimientos ocurridos durante el año que despedíamos, o previstos para el año que recibíamos. Como si se tratara de cualquier día laboral y no de la madrugada de un 1 de enero.
Ahora, cuando me disponía a escribir lo que pretendo sea una felicitación navideña, el recuerdo de aquella lejana madrugada retornó con nitidez. Quizá porque el blog también se halla sumido en prolongada duermevela, huérfano de entradas y comentarios desde hace tiempo. Como agotado y descansando del festín de participaciones en un pasado cercano. De cuando las aportaciones de todo tipo se agolpaban y las visitas diarias se contaban a cientos.
Sin pretender copiar al infatigable y lúcido periodista, pero con su misma esperanza de encontrar receptores, le tomo prestado aquel requerimiento para desear a todos los visitantes del blog, y a todos los que participaron en este afortunado medio de encuentro, Felices Fiestas y buen Año Nuevo. También para recordar de forma especial aquellos que estuvieron aquí con nosotros y ya no pueden estar.
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