En febrero de 2015, hace más de 7 años, hacía una entrada titulada “Yo estuve en Corias”, sobre la vida del P. Juan OP.</span>
El 13 de Julio falleció en León, a la edad de 95 años, el P. Juan Manuel Pérez más conocido, entre la familia y cercanos, como “Manolo la Torre”.
Había nacido en Miño (Parroquia de Santa Eulalia -Tineo) en el seno de una familia con profundas tradiciones cristianas: misa dominical (sin falta) y rosario por la noche, después de la cena. Fueron 10 hermanos, de los que 7 fueron varones. De estos 7, pasaron 6 por Corias o el seminario y se ordenaron 4 (dos dominicos).
Entró en Corias en 1939, en el noviciado de Salamanca en 1945, primero de filosofía en Bergara y segundo y tercero en Las Caldas.
Vuelve a Salamanca a San Esteban en 1949-54 a cursar teología y es ordenado sacerdote en noviembre del 52. Su tesis doctoral versó sobre los Derechos Humanos, algo que defendió durante toda su vida.
Finalizada la teología, se traslada a Québec (1954-56) donde obtiene el grado de Bachiller en Ciencias Sociales y regresa a La Universidad Laboral de Córdoba como encargado de la Escuela de Capacitación Social.
Pasa por Colombia (Medellín) y regresa nuevamente a España siendo elegido prior del convento de Bergara en 1963 hasta 1965 que se traslada a Santo Domingo donde imparte docencia en la Universidad Católica en Santiago de los Caballeros, y posteriormente al Seybo donde permanece hasta 1978.
Desde 1978 hasta 1988 fue asistente del Maestro de la Orden para América Latina cuya estapa, según comenta, fueron años difíciles: discusiones frecuentes sobre la opción de los pobres, teología de la liberación, actitud del dominico en América Latina de acuerdo al Concilio Vaticano II, con persecuciones y luchas e incluso martirio entre los agentes evangelizadores.
En su diario (Por los Caminos de América) refleja el cansancio y la soledad ante la inmensa tarea y la impotencia frente los grandes problemas.
En 1988 fue elegido provincial en el Capítulo de la Provincia Santo Tomás de Aquino de Brasil, hasta 1992 que regresa a Santo Domingo como párroco de San Pío X en Santiago de los Caballeros y allí permanecerá hasta 2014 que medio es obligado a jubilarse y retirarse a la residencia que la orden tiene en La Virgen del Camino.
Desde La Virgen del Camino se desplazaba, todos los años, al lugar de la Tejera en Navelgas, el 16 de agosto, para celebrar una misa por los compañeros dominicos fusilados ese mismo día de 1936.
Descanse en paz este dominico incansable y como él dijo, en varias ocasiones, “mereció la pena”.
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