miércoles, 23 de agosto de 2023
MEMORIA REMOTA
En la entrada anterior se muestra una fotografía en la que posan dos antiguos alumnos de Corias: Lorenzo y Everardo. A este último, que es de promoción posterior y más joven, le tengo más presente porque publicó algunas veces en el blog con motivo de exposiciones sobre su afición y buen dominio de la técnica del bonsái. Sin embargo, a Lorenzo, no lo hubiera sacado sin tener alguna ayuda. Creo que no lo volví a ver desde que terminamos en Corias, junio de 1966. No obstante, sí lo recuerdo como muchacho serio, estudioso, inteligente y reservado, mejorando lo presente. Si la foto de la pareja es actual, se les ve a los dos muy bien. En mi caso, el extrañarlo bastante no ha sido motivado por deterioro físico de la persona, sino por todo lo contrario. En realidad, ha sido por la falta de las gafas. La imagen que guardo en mi memoria de este amigo y compañero, es con gafas de pasta y de montura robusta. A propósito de esto diré que tengo un amigo y compañero de Minas que llevó toda su vida lentes y ahora que le tienen que operar de cataratas, le han ofrecido la posibilidad de suprimir las gafas. Se lo pensó detenidamente, y a pesar de tener a toda su familia en contra, ha dicho que quiere seguir con sus gafas de siempre. Como argumento expone que, si él elimina de su cara este artilugio que le acompañó más de setenta años, sería cómo borrarle parte de su identidad y personalidad facial, para que muchos dejen de saludarle. Y veo que tiene toda la razón, ya que, ése es el motivo por el que yo no identifiqué como debiera, a Lorenzo Fernández López. Este reducido texto va a tener suerte porque va a adquirir la categoría de entrada, sin tener méritos para ello. Simplemente lo hago, para poder incluir la foto de este grupo de actores noveles, en la que vemos a Lorenzo exhibiendo sus dotes interpretativas y con sus gafas reglamentarias, como yo lo recordaba. De todas formas, aunque lo dudo, si él llega a leer esto, le envío muchos saludos.
B. G. G. bloguero “Prior”
domingo, 20 de agosto de 2023
LOS RECONOCÉIS?

Ha pasado tanto tiempo que quizás se os despisten.
Ambos fueron alumnos de Corias. El de la izquierda es Lorenzo Fernández López de Navelgas, y el de la derecha es Everardo Garrido Menéndez, de Santianes (ambos del concejo de Tineo).
Empezando por este último, decir que desarrolló su vida laboral en Oviedo, en el ramo textil, habiéndose jubilado siendo jefe de sección de unos grandes almacenes.
Ahora, con más tiempo libre, se dedica al cultivo del bonsai, en el que es un experto. Tiene una importante colección de más de 30 ejemplares.
Colgó, bastantes fechas atrás, una entrada o dos, sobre el tema, en el blog.
Fue presidente del Club Bonsai Principado de Asturias.
Impartió, en tiempos atrás, una serie de charlas en la TPA sobre el tema, y participa en eventos del ramo. En octubre, por ejemplo, toma parte en un congreso internacional en Santiago de Compostela y en diciembre en una exposición nacional en Vitoria.
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En cuanto a Lorenzo, decir que fuimos muy amigos en la última fase del internado. Le recuerdo leyendo en su celda "La Aldea Perdida" de Armando Palacio Valdés. Novela que me gustaría volver a leer.
Un fin de semana, cogimos el ALSA (Atracadores, Ladrones, Sacacuartos Amontones, como les deciamos, jajaja) y fuimos a pasarlo a mi casa, a tiro de escopeta de donde nació Campomanes. Para la vuelta le pedí la bicicleta a mi padre, de aquellas de freno de varilla, y saliendo desde Argancinas, (limite de los concejos de Cangas y de Tineo y donde el río Arganza confluye con el Narcea, en cuyo pozo me bañé muchas veces, y donde apareció el cadáver de aquel compañero que tenía parálisis en un brazo y creo se llamaba Carrascal); pues desde Argancinas atacamos los 16 kilómetros que nos quedaban hasta Corias. Uno pedaleando y el otro sentado en el manillar, pies por delante.
Oscurecimos. Un viaje en plan temerario, sin caso, ni luces, ni reflectantes...un par de veces hicimosla bayeta.
Qué tiempos y qué vida aquella. Aquello si que era criarse entre esparto y no entre algodones.
Lorenzo hizo carrera en la Marina, donde fue capitán de barco, terminando su vida laboral al frente de la Capitanía Marítima de tenerife.
Hasta otra.
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