miércoles, 24 de agosto de 2011
¡¡Ay chacho!! Dame argo…
Desgraciadamente, hoy día será rara la ciudad o pueblo grande que no tenga a diario en sus calles, personas postradas en el suelo pidiendo limosna. Bueno, lo de limosna conviene aclararlo y especificarlo pues, lo que se pide es principalmente parné, ya que otras cosas como: ropa o comida, no son tan bien recibidas como el dinero.
A propósito de esta asignatura que tenemos pendiente toda la sociedad y que aunque sea una utopía, debemos hacer todo lo posible para que algún día se llegue a que no exista la mendicidad en las calles porque nadie la necesite. Dicho esto, me viene a la memoria cuando siendo niño venían algunas mujeres y hombres por mi pueblo y otros, procedentes de los pueblos de montaña más altos, vendiendo por las casas riquísimos frutos salvajes que recolectaban en el campo como: arándanos, ribichones (fresas enanas salvajes), y a veces hasta moras de zarzal. Los arándanos es fruto que se da solamente a partir de cierta altitud; normalmente, por encima de los setecientos u ochocientos metros por eso en los puertos altos suelen abundar, como es el caso de: Rañadoiro, Connio…, etc., donde el oso y el urogallo, como buenos “chambiones” que son, dan buena cuenta de ellos.
En aquellos años, la chavalería nada más que avistábamos a las vendedoras cuando entraban en el pueblo, íbamos corriendo a decírselo a nuestras madres para que prepararan la “mosca” y, a base de “miagar” e implorar, se ablandaran y accedieran a nuestra petición de querer degustar los manjares que aquellas mujeres traían sobre su cabeza, en vistosos cestos.
Es una pena que se haya casi perdido la costumbre de degustar como premio esas exquisiteces que nos brinda la naturaleza y que, al paso que vamos, no perdurarán durante mucho tiempo. Yo, viviendo en Granada, me daba mucha gracia ver que llegados los meses de agosto y septiembre, se ponían en las calles principales de la capital varias mujeres a vender de estos frutos salvajes. Principalmente, moras de árbol y de zarzal, frambuesas, acerolas y las azufaifas. Las acerolas son unas manzanitas enanas que saben muy ricas, y las azufaifas, aparte del nombre tan bonito que tienen, son unas drupas de aproximadamente un centímetro de longitud, coloradas por fuera y amarillas por dentro, muy dulces y sabrosas.
Esta costumbre de utilizar los frutos naturales y propios como “chuches” para el personal menudo en los días de fiesta era una gran cosa. Todos recordamos las avellanas tostadas de las romerías asturianas. En la zona de Cangas teníamos a Oliva la rosquillera que vendía en las fiestas veraniegas unas rosquillas caseras de tamaño grande, bañadas de un blanco azucarado riquísimas. También llevaba las avellanas torradas que se median con una lata de anchoas. Cuando te acercabas a solicitar la compra, abrías con las manos un poco el bolsillo del pantalón o chaqueta, y la misma rosquillera te vaciaba la latilla directamente en el sitio.
Las avellanas torradas gustaban mucho a la juventud en general y además, era una buena forma de comenzar el cortejo, sobre todo, si eras generoso e invitabas a las rapazas con este goloso fruto seco. El colmo del halago con las “ablanas” era cuando el mozo, dándoselas de ”cachas”, las cascaba con los caniles y se las ofrecía ya peladas a las mozas (un tanto babeadas, pero sin tropiezos). Aunque, los más refinados, no utilizaban los molares para tal cosa y las cascaban valiéndose de dos piedras que sacaban de cualquier pared cercana.
En León son típicas las avellanas tostadas por la festividad de San Froilán y la Virgen del Camino, que se celebran el cinco de octubre, y se les llaman “los perdones”. Los romeros que tienen la suerte de asistir a la romería tienen a su cargo el deber de llevar para los miembros de la familia que se quedaron en casa los perdones. También lo hacen los padrinos con sus ahijados.
En el concejo de Cangas también eran muy típicos en las fiestas últimas del verano, en los meses de septiembre y primeros de octubre, como son las romerías del Acebo, La Merced, El Rosario y El Pilar, ver la presencia de vendedoras de figos y piescos. En el Acebo, también era y sigue siendo frecuente la venta de sidra dulce a granel que es transportada en barricas pequeñas que luego tapan con xamascos para que no caliente pues, si se toma un tanto tibia, aparte de no estar tan rica, puede llegar a ser un laxante infalible, inmediato e incontrolable. Este mismo efecto también lo tienen los niños de hoy debido al consumo excesivo de chuches por la presencia del sorbitol.
B. G. G. (bloguero “prior”)
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6 comentarios:
Benjamin parece la Enciclopedia Alvarez con los relatos que nos cuenta de su niñez con pelos y señales.
Referente a los frutos salvajes, recuerdo de cuando vivíamos en Quiros sobre todo los arándanos, dado que era aquella una zona donde abundaban los osos y ese fruto era uno de los más apetecidos por los primos de "Petra" y "Perico". Hay que tener en cuenta que Quirós está en una altitud media de unos 700 metros sobre el nivel mar.
También solíamos recoger lo que por allí llamaban "miruéganos" que era el fruto de los "escayos" que suele haber en todas las caleyas. Eran como fresas pequeñas, un poco más pequeños que las moras, pero muy ricos.
¿Es rentable la mendicidad?
Aprovechando la entrada de Galán os contare una experiencia personal sobre la misma. Los hechos ocurrieron un Martes de Carnaval en Turón en su calle principal, la Veguina, me disfrace de mendigo y sentado en un portal comencé a pedir. Entre las siete de la tarde y las nueve y media de la noche recaude 3.700 Pesetas, de esto hace 20 años. Esta claro que nadie me reconoció y pensaron que era un mendigo de verdad, quizá al estar de fiesta la gente fue más esplendida. El dinero recaudado fue entregado para una buena causa. Es muy triste tener que pedir y Dios quiera que nadie tenga necesidad de hacerlo pero…hay auténticos profesionales de la mendicidad.
Lo de la enciclopedia Alvarez es muy bueno,mira que no se vendian en la Libreria de mi tio Paul,yo que iba muchas veces para alli,como churros, la verdad es que traia de todo, mas o menos lo que hace Benjamin, que tiene un memorion,y Alfredo tu no te quedas atras, lo que pasa que tiene la ventaja de que es de aqui, y sabe alguna cosilla mas que tu, porque lo de las avellanasy los frutos rojos, que es como se llaman ahora, es tal como el lo describe, lo que no me doy cuenta es de la tal Oliva, me acuerdo de Enriqueta la Vaquera,que siempre coreaba, avellanas mozos, y las servia con la lata y de Ana(que le decian Ana la que no pasa)no se porque, sera cosa de los pueblos, que siempre habia un apodo.Las fiestas de los pueblos, tuvieron un paron en algunos años ,ahora de un tiempo para aca, van animandose algo mas,hay gente que quiere recuperar cosas de antes, me parece muy bien, que no se olviden ciertas costumbres que habia antes.Referente a lo que dice Alfredo de los "escayos" creo que es, a lo que aqui llamamos "rabiones" mira cuantas definiciones, porque Benjamin los llama de otra manera, y aqui los enfilabamos en una paja cuando ibas a ellos,que hago lo mismo cuando los veo ahora,se ven menos, porque las maquinas que limpian las carreteras quitan todas las plantas, pero hay sitios que todavia hay.Se me olvidaba, el Huracan Irene del que habla Cubanin,se paso de largo de Miami, segun vi en el telediario, se va para la costa esta, que se marcha mi hijo para alla mañana, espero que no le toque.Saludos Mamen
Quise decir Este,a veces pasa
Querido Benjamín, has nombrado los arándanos, moras de árbol y de zarzas, frambuesas, acerolas, azufaifas, avellanas, a las que dedicaste más de dos párrafos, figos, piescos y hasta la sidra dulce, pero hay dos "chuches" que son muy de mi agrado, una para el verano y la otra para el invierno.
Me refiero, para el verano a LAS CHUFAS. !!Oh!! aquellos cucuruchos empapados con la humedad del tubérculo y repleto de este, que te metías en la boca a puñados, y después rumia que rumia sin atreverte a hablar por miedo de esparcir el contenido bucal. !!Qué pasada!!
Y para el invierno, como no, otro buen cucurucho de CASTAñAS asadas, todo un delicatessen.
Y después están las clásicas anuales PIPAS. Para estas ya existen hasta maestros en el arte de comerlas, una a una o a bocados.
Buenos tiempos aquellos.
Parece que los modelos indican que Irene se desplazará hacia el Norte y dejará a la Florida con alguna que otra lluvia asociada a su desplazamiento, sin embargo ya aparece otra depresión a unas 200 millas al SurOeste de las Islas de Cabo Verde con un 60% de probabilidades de convertirse en Ciclón. Que no ganamos con Madre Natura.
Que buenos recuerdos y cómo te recreas en ellos. La pena es que ya son recuerdos, porque aunque son productos que están al alcance de la mano, no se valoran como antes. Se sustituyen por las chuches actuales que distan mucho de ser alimentos saludables, pero esto del consumismo ya no hay quien lo pare.
Me encanta "escucharos" en todas estas historias que siempre nos traen buenos recuerdos que están en algún rincón de nuestra memoria y afloran cuando alguien hace referencia a ellos, por ejemplo las "ablanas" y la lata de anchoas como medidor.
Los "mirueganos"de Alfredo son nuestros "ribichones". En Cangas le llamamos rabiones. Íbamos por la carretera nueva, hasta la bodega de Antón a por ellos y los enfilábamos en unas pajas verdes. Cuando la recogida era buena nos las comíamos con azúcar, eso si llegaban a casa, ya que resultaba dificil no comerlos durante el regreso.
Estaba escribiendo el comentario, lo dejé a medias y cuando vuelvo a terminarlo veo que a varios nos resultó cercana la entrada de Galán.
Creo que la mendicidad es rentable,pero de todas formas siempre que veo a alguien pidiendo me entra la duda ¿lo necesitará realmente, o estará al servicio de otro que lo explota miserablemente?.
Por lo que parece, Cubanín se libró del huracán Irene. A veces me pregunto ¿en que se basarán para poner los nombres a los huracanes?
¿Predominan más los nombres de mujeres?
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