Por jrFRANCOS
Quienes me conocen, saben que Pío Baroja no
escribió su conocida sentencia ("Los nacionalismos se curan
viajando") para gente como yo.
Cuando era adolescente y estaba en el pueblo, me
decía con frecuencia: "Más allá de esas montañas tiene que haber 'algo'
", (otro mundo, otro estilo de vida). Y lo había.
Llevo a mi pueblo en el recuerdo, porque es donde
nací y transcurrió mi niñez, y eso deja impronta; llevo a Asturias en el
recuerdo porque es una tierra que me gusta. Lo mismo podía decir de Extremadura
(sí exceptuamos julio y agosto), donde llevo más de cincuenta años. Pero ni con
la una ni con la otra voy con el terruño pegado al culo.
Hago esa entradilla porque cuando en 2009 se puso
en marcha el Blog (Samuel y Galán fueron los ideólogos y este último
quien materializó la idea), hubo un pequeño debate en sus inicios: todos decían
que los temas de qué hablar tenían que circunscribirse a nuestro paso por
Corias; solo yo dije que si así era terminaríamos como los abuelos en el
parque, contando siempre las mismas batallitas; que nos ahogaríamos en nosotros
mismos con nuestra endogamia.
El tiempo me daría la razón y, cuando el Blog
estaba en su apogeo, con más de cien visitas diarias, hubo muchas entradas
donde nadie hablaba de Corias. A quién podían interesar "las cosas de
Corias" contadas por unos nostálgicos? A quien puede interesar esta
entrada mía de ahora, como no sea para consumo interno?
Personalmente, en la mayoría de las más de
130 entradas que tengo, eso hice. Escribir de todo: de viajes, humor, política,
aventuras, sobre filosofía existencialista, sobre... Y a veces sobre
"cosas del internado en Corias".
Paradójicamente, en esta segunda etapa de mi
colaboración con él, de las cinco entradas que colgué en el mismo desde el
verano hacia acá, salvo una versan todas en su temática en lo contrario a lo
que un día defendí. Y hoy voy a reincidir, pero será por pocas veces más.
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COMPAÑEROS DEL INTERNADO EN EL RECUERDO (orden
aleatorio).
ATILANO. No recuerdo prácticamente nada de él,
solo que hicimos un trueque que me salvó los pies, aunque saliese
perdiendo.
Me dieron dinero en casa para comprar unos
zapatos. Como se llevaban los puntiagudos, pues yo los cogí de lo más, para ir
a la moda (a ver quién se quedaba atrás), hasta tal extremo que aquello era una
tortura. Observé que Atilano tenía unos bastante en punta, en buen uso todavía
y que me quedaban bien. De modo que le propuse hacer el cambio "pelo a
pelo" y aceptó.
Desconozco si con el tiempo tuvo que ir al
traumatólogo.
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BALSERA (Alfredo). Era adicto al café, como lo
eran todos sus vecinos de La Borra, concejo de Salas, donde los montones de
borra (restos del café), de generación tras generación, se alternan en las
afueras del pueblo con los del estiércol de las vacas.
Con su permiso cuento algo que me contó. Había
una moza en Corias con la que tenía enredos y salió una noche a verla. Al
regresar a las tantas y entrar sigilosamente por la puerta, el padre Castaño le
sorprendió y, cogiéndole de un brazo con energía, le preguntó autoritariamente
que de dónde venía, y él con gran rapidez mental le contesta: "Tengo
permiso del padre Carmelo". El padre Castaño le soltó como por resorte. Y
nuestro Balsera, para que las mentiras no tuviesen las patas cortas, subió directo
a la celda del mismo, llamó a las altas horas de la noche que eran a su puerta
y le contó lo ocurrido. "No te preocupes, acuéstate", le contestó.
De Balsera recuerdo que sacaba grandes notas,
presagio de las altas responsabilidades que tuvo en su vida profesional, tanto
en las televisiones autonómicas de Asturias y Madrid como en su empresa
privada.
De los compañeros de entonces es con quién más me
relaciono, desayunando cada vez que subo un buen chocolate con unos buenos
churros en una cafetería que está al final de la Losa, en Oviedo (eso sí, por
la buena marcha de la amistad hemos puesto unos cotos a los temas de
conversación, que respetamos). Otras veces me monta en su Mercedes y me lleva a
La Morgal o a Las Caldas, campos de golf, y mientras él hace el circuito yo doy
unos golpes. Comemos y durante el café desenfunda la guitarra que siempre lleva
en el maletero y se pone a tocarla y a cantar. Los presentes se quedan mirando
y le aplauden al final, porque aún lo sigue haciendo bien, como cuando en
Corias le decíamos TEQUILA.
Se aficionó al golf pasados los cincuenta y
sobresalió, y de qué manera. Tiene las vitrinas llenas de trofeos, y recortes
de prensa varios. Si llega a haber empezado cuando hay que empezar, hubiese
sido un golfista que destacaría en el panorama nacional.
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PEQUE o El Peque (José Manuel Fernández). De El
Crucero, cruce de caminos: un ramal tira para Cangas del Narcea y el otro para
Tineo, a muy pocos kilómetros. En El Crucero existe un bar-restaurante, donde
se come bien, llamado Casa Emburria que, como sabéis, en bable
"emburriar" es empujar .Por eso nuestro amigo Peque salió buen mozo,
tirando a alto y bien plantado. Y vaya como emburriaba chuleándose con mozas
por Cangas y cargando el hombro cuando jugaba en el C.F. Narcea.
Se le daban bien las matemáticas. Se sentaba
delante de mí y alguna vez entornó el cuerpo para un lado y puso la libreta a
punto de mi mirada para que yo, que soy de letras, copiase.
Futbolista, buena planta, como he dicho, y
con novia con la que se paseaba por la Calle Mayor de Cangas (creo que paseó a
más de una, pues aunque hoy no se pueda decir, yo lo digo: se lo rifaban), era
para mí un ser a quien envidiar, a lo que se unía que era dos años mayor que
yo.
Coincidimos años después en la escuela de
Magisterio, aunque él, al contrario que yo, desarrolló su vida profesional
trabajando en El Corte Inglés de Madrid, donde fue jefe de planta.
De tarde en tarde le llamo y hablamos.
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JUANMA. De Pola de Lena. "Pola", de la
que en Asturias hay varias; aquí les dicen "pueblas", varias también.
En ambos casos son primeras repoblaciones tras la Reconquista. Lo de "de
Lena" decía él que se trataba de una antepasada suya, Doña Elena (que
perdió la "e" con el paso del tiempo), señora con rango de nobleza, a
quien pertenecía la incipiente población. Yo no investigué al respecto, pero me
suena a farol.
Guapo que era el chaval. Y de carácter
amable, como su faz, sonriente. Nunca le vi enfadado,
excepto una vez con Galán (ver éste, reseña
siguiente). No le gustaban mucho los estudios, pero profesionalmente se centró
en el restaurante que tenían sus padres y fue un hostelero de éxito (un vecino
de aquí, que trabajó en la variante de Pajares, comía en él y lo conoció:
"Tenía el comedor siempre lleno", me dijo.).
En una de esas convivencias que celebramos el
grupo de mi promoción, la hicimos en una casa de campo que tenía y a la que
llamaba La Cuadra, porque lo había sido, pero la reforma que le había hecho la
convertía en una muy digna casa rural. (Descanse en paz).
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GALÁN (Benjamín Galán García). De Posada o Posada
de Rengos, no recuerdo bien, cerca de Cangas del Narcea. Eso de
"rengos" suena a renegado, y vive Dios que para los frailes lo fue
(lo cuento al final).
Quiero empezar a hablar de él acordándome de su
padre, del cual recuerdo perfectamente verlo en la portería de entrada;
un hombre enjuto, con pequeño bigote, que vestía bien, no en vano era
sastre, pero lo que me llamaba la atención era un cordón que llevaba al
cuello a modo de corbata. Su hijo me contó que era como una especie de
promesa que había hecho.
He querido poner a Juanma y a Galán juntos porque
voy a recordar un "abrazo" pugilístico que protagonizaron los dos en
el claustro de la portería de entrada y que presencié. No sé qué disputa
tuvieron que, después de haberse agarrado en una especie de lucha grecorromana
a ver quién tiraba al suelo a quien, se dieron unas buenas morradas. Saltó
hasta la sangre por alguna nariz, y como volvieron a agarrarse, quedaron los
dos "pringados".
Cesaron en su empeño cuando apareció por la
portería el padre Dimas, saliendo corriendo hasta perderse. "Qué hacían
esos dos?", me preguntó a mí el padre. "No sé, acabo de llegar;
creo que estaban jugando".
Galán sacaba también muy buenas notas. Era
estudiante puntero.
Los frailes aún no le han perdonado que terminado
el bachiller en lugar de irse al seminario donde hubiese sido un buen
Arcipreste o misionero se fuese a León, donde estudió para hacer puentes,
carreteras y túneles y dónde se casó. Por eso cuando se habla de él aquí y se
dice Padre Prior, yo apostillo: "Reconocido por quienes tenemos algo que
ver con el Blog, pero no por la curia romana, que no le perdonan que renegase
del camino que ellos le tenían trazado".
Esto que paso a contar ahora, ya lo hice hace
años, pero voy a hacer un remake, como dicen en cine: En un concurso de
redacciones para el Día de la Madre, ganó un premio y le dieron un libro de
caballeros medievales, con preciosas estampas a color. Tenía la taquilla cerca
de donde yo me acostaba (èl lo hacía más alejado). De noche me levantaba, la
abría, y con una linterna me ponía a leer en dicho libro. Un poco cada noche.
Hasta que lo terminé.
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ULPIANO. (Rodríguez Calvo). De Limés, a 6,2 km de
Corias, distancia que hacía en bicicleta. El mozo podía pues era alto y de
complexión fuerte. En la cuestecita que hay de Corias a Cangas dejaba a los
coches para atrás, no se sabe si por ímpetu deportivo o si es que quería
alejarse cuanto antes de Corias y los frailes, con cuyo credo no
comulgaba.
Si a alguien le venía bien un apodo, este era a
él: Ulpiano "El largo", pues además de alto, como dije, su
mente era alargada. Un día nos leyó el padre Morán un texto para que lo
analizásemos y mi Ulpiano levanta la mano y dice: "eso se refiere al
fascismo". Ay, madre mía, yo nunca había oído aquella palabra y tardé
muchos años en saber qué significaba.
De Ulpiano se podría decir aquello de que
"la buena planta delante lleva la flor"; era ya entonces un hombre
con mente abierta e informada.
Tuvo una vida laboral-sindical plena, hasta el
extremo que me contó que en una ocasión coincidió en la cárcel con Marcelino
Camacho, líder de CCOO.
Me relacioné con él más fuera de Corias que
cuando estábamos en ella, hasta el extremo de que contándole un día que
quería volver a ver la feria de arte Arco y PhotoEspaña, en Madrid, me
ofreció su casa para quedarme, en lugar de ir a un hotel.
Ulpiano ya destacaba entonces en las redacciones.
Y, lógicamente, ahora escribe bien, muy bien, como ha quedado patente cuando ha
colgado algo aquí en el blog. Yo le pediría que escribiese un libro
contando toda su intensa vida y sus viajes, que hiciese una edición, aunque
fuese reducida, y la repartiese entre amigos y conocidos. Porque si no,
recordando aquello de que "cuando un hombre o mujer se muere, un libro
desaparece", se llevará su saber y experiencias a la tumba. En cambio, si
hay 50 ejemplares en los anaqueles de las viviendas de personas cercanas
a él, eso queda. Muere la persona pero quedan sus hechos más allá del
recuerdo que, en cuanto pasan dos o tres generaciones, se borra.
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FIDEL (Bigotes). Le recuerdo como un
muchacho delgado, de no mucha estatura, algo rubio, que jugaba al fútbol de
delantero izquierda por cuya banda corría con el balón como una flecha (por
algo había nacido en el concejo de Felechosa).
Dibujaba bien aquel dibujo lineal y como a mí
también se me daba bien (de hecho sacaba siempre matrícula de honor), pues
teníamos intercambios a la hora de hacer una lámina. Era solícito y buen
compañero a la hora de compartir.
Tardé tal vez treinta años o más en volver a
verlo, a raíz de una comida de esas que celebramos los de la promoción, aquella
vez en su casa de campo, cerca de Oviedo. Bonito el entorno y bonita casa. Me
costó reconocerlo. Estaba más musculoso y su personalidad y carácter se
mostraban más recios (su paso profesional por la Seguridad de los demás, habían
dejado su huella).
Nos dijo en la última comida a la que asistí que
viajaba dos veces al año Australia, donde tiene una hija.
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ÁNGEL (Rodríguez Julián). Se incorporó un día o
dos más tarde que el resto. Recuerdo cómo se asomó a la puerta del aula y que
llevaba un jersey verde.
Estaba en la línea y a la altura de Peque.
Futbolista del C.F. Narcea, se paseaba con su novia Olga, con la que terminaría
casándose, por la calle mayor de Zafra.
Bueno, estaba por encima de Peque porque Ángel
sacaba muy buenas notas.
Era de Villazón, parroquia del concejo de Salas.
Pudiera parecer, por el aumentativo, que se trata de una villa grande. Nada más
lejos de la realidad. La parroquia tiene catorce entidades de población o
aldeas, que entre todas suman 248 habitantes. O sea, que Ángel era de una
aldea tan pequeña como la mía, que no viene en el mapa, pero Ángel era
grande.
Debían tener sus padres ganadería y prados
estando, por tanto, ducho en esas labores porque en junio cogía la máquina de
los frailes y segaba con ella la hierba del prado de los mismos. Yo recuerdo
haberlo visto justamente frente al Chandeo, aquel pozo sobre el río Narcea,
donde nos bañábamos.
De su personalidad madura da fe un hecho que
presencié jugando un partido de fútbol en el patio contra otro equipo, del que
solo recuerdo al Padre Vicente. En un cuerpo a cuerpo entre los dos, éste
debió de hacer algo que a Ángel no le gustó y se lo recriminó, negándolo
aquel. Entonces nuestro Ángel le dice: "No no seas cínico". Mae
mía, prontito le hablaba yo así a un fraile así me cosiese la espinilla a
patadas y lo negase. Que qué e dijo el padre Vicente? Simplemente, sin mucha
autoridad, "Cuidado con lo que dices, Ángel".
Una vez acabados sus estudios, pasó a
la plantilla de profesores seglares del Convento. (D.E.P.).
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SAMUEL (Menéndez Pérez). De Navelgas. A mí me
sonaba ese nombre a población importante. Y a fe que tiene entidad: un pintor y
escultor conocido y reconocido (Manuel García Linares), restos de minas romanas
de oro, un Museo del Oro, un campeonato de bateo y un río del mismo nombre que
pasa por el centro de la población. Un lujo.
Recuerdo que calzaba chirucas (nada excepcional
porque era el zapato de entonces), que tenía un muy buen comportamiento y que
no pronunciaba una palabra más alta que la otra. En cuanto a estudios estaba en
la franja media. Tanto entonces como ahora, si fuese rey le diríamos Samuel I
"El Prudente". No decía nunca ninguna inconveniencia, como es
bastante propio en adolescentes. Era y es persona a quien se le puede confiar
la cartera (sin hacer de menos a nadie).
Mantenemos un contacto intermitente,
pero constante, ya que los dos tenemos finca y hablamos de injertos, de plagas,
del escarabajo picudo que está acabando con las palmeras y que los dos fuimos
víctimas de él, de abonos... y de otras cosas también, como un intercambio de
vídeos que nos hemos hecho recientemente sobre la demolición del cono de
enfriamiento de la térmica de Soto de la Barca.
Sigue siendo persona moderada hablando y
prudente, pero que actúa, tanto que una excursiónde las que se habló aquí la
organizó él; a quién hay que valorar también que tuviese la clarividencia de
pensar que un blog venía bien para cohesionarnos.
Estuve en una ocasión en su casa, próxima a
Oviedo, viendo su finca y quedé maravillado de una panera que tiene hecha por
él. Ahí es nada. Si el maestro de carpintería, el señor Coque, la viese, se
sentiría orgulloso de su alumno.
Cuando viaja, le gusta alojarse en paradores, no
en vano es dueño, desde que le tocó la lotería, de un palacio nobiliario del s.
XIV, declarado monumento BIC, en el que ha hecho en los últimos
años intervenciones de consolidación para detener su deterioro, y donde pasa
temporadas (desconozco si tiene servidumbre que le abra las puertas
cuando llega y cuando sale a pasear con su Aston Martin de 1921, una joya que
le alquilan para bodas); en una ocasión que estuvo por aquí, y nos vimos, lo
hizo en el Parador de Mérida. Cuando subo a Oviedo también solemos
vernos y tomarnos un café con un pastel en la cafetería Santa Cristina, frente
a la estación de ferrocarril. Nunca me deja pagar.
JOSÉ MANUEL (Martínez Fernández).- El más pequeño
del grupo, al igual que yo; y probablemente el más bisoño, al igual que yo.
Fuimos muy amigos en el bachillerato. Después, en
el superior, creo que le fallé y me hice amigo de Lorenzo, como comenté
en la entrada "Los reconocéis ?", donde hablé de él.
Era de Rañeces, un pueblo remoto de lo que
genéricamente decían la zona de "Sierra"; como el mío, solo que el de
él pertenecía al concejo de Cangas de Narcea y el mío al de Tineo. Nos unían
varias cosas, y aparte de las mencionadas, nuestro origen natal era una de
ellas. También lo era el de haber sido, por su remota situación, refugio de
personajes prófugos de la justicia: en Rañeces se escondió durante un tiempo
Luis Roldán, el ex de la Guardia Civil, cuando huía con su botín; en el mío lo
hizo otro notable prófugo, Constantino Turón, el más famoso de los
bandidos asturianos. Permaneció en él más de un mes y cuando se cansó de tanta
inactividad, se fue, recompensando con largueza al vecino que le dio cobijo.
Más le valiera seguir aburriéndose, pues apareció sin sentido y magullado en la
escombrera del pozo San Mamés (Sotrondio) y no logró recuperarse. Era el año
1932.
Recuerdo en un comienzo de curso que me
dijo: "Ven a ayudarme, que tengo que ir a por un colchón". Lo
tenía en una familia amiga de la suya, a la salida de Corias, a la izquierda,
viñas y pendiente arriba. Cuando bajábamos con él me dice: "Has
escuchado la canción Por-porn-pron-tero (yo eso escuché)?" Al decirle que
no, añade: "Pues ha estado muy de moda este verano". Se refería al
"Porompompero" de Manolo escobar, grabado en 1960. Ya llovió.
En afición tardía abrazó el golf, donde consiguió
trofeos.
Nos habremos visto en tres ocasiones, desde
entonces.
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CABOALLES (_____ ? ______). No recuerdo
absolutamente nada de él, ni de su fisonomía ni de sus cualidades o acciones.
Sí que tenía una bicicleta roja de carrera que guardaba en un cuarto en la
portería, a la entrada a la izquierda. En ella figuraba este rotulación:
"J. López". Decía que se la había comprado a un ciclista muy conocido
que había en su pueblo.
Yo no le di importancia y hasta pensé que, como
lo de Juanma, era una trola; vamos para marcarse el pisto". Lo único
cierto para mí es que a veces, al oscurecer (otra vez con nocturnidad, jaja),
iba a donde la guardaba, la cogía y me ponía a dar vueltas por los cuatro
costados del patio de la araucaria, mientras soñaba en ser algún día ciclista
(y creo que hubiese despuntado, por mi fortaleza pese a la delgadez, y por mis
42 p.p.m., si tuviese facilidades).
Respecto al ciclista J. López, sobre cuya
persona indagué para hacer este trabajo, resulta que no era un farol, porque,
efectivamente, por aquellas fechas había en Caboalles de Abajo un ciclista
profesional a quien muchos han considerado "el mejor ciclista leonés de
todos los tiempos", llamado José Manuel López Rodríguez
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De EVERARDO y LORENZO ya hablé en la entrada
"Los reconocéis?", el verano pasado, y días después (el 23-8-23
también lo hizo Galán con la entrada "Memoria remota".
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Ha habido más compañeros en aquel Bachillerato de
1o. a 5o., (Juan Pedro, Millares...), pero no recuerdo nada significativo
de ellos. Solo de dos: de GERA, de promociónes
anteriores, de un pueblo tinetense cercano al del nombre por el que le
conocíamos, que calzaba botas especiales al tener un pie un poco
deformado. Creo que al terminar hizo delineante y no sé cómo tenía un estudio
en el convento, donde se veían grandes láminas, planos y diseños; como a mí me
gustaba ese tipo dibujo, iba con frecuencia por allí y, pese a la diferencia de
edad, hablábamos. Recuerdo que cuando los "25 años de paz de Franco",
anunciaron a bombo y platillo que habían encontrado petróleo en no sé qué parte
de España. Y Gera dijo: "Eso es propaganda franquista". Hace poco
viendo un un documental en televisión sobre aquellos años, dijeron lo
mismo "que era propaganda del Régimen". Qué madurez y cómo sabía
aquel hombre. Yo estaba en Babia en esas cuestiones. Y del otro que me acuerdo
es de CASTAÑÓN, de la Cuenca Minera, cuyo proceder hizo que yo no fuese
fumador.
Pertenecía al grupo de los mayores y después de
comer se iban a un servicio en el primer piso, donde echaban su
cigarrillo. Estaban bien organizados, con uno que si subía algún fraile
avisaba (como las mafias del contrabando, jaja). Yo empecé a ir por allí y
fumaba medio cigarrillo hoy, guardaba la otra mitad para mañana y así. Le
estaba cogiendo gusto, hasta que un día que pasó a mi lado me dio un tortazo en
la mano que me tiró el cigarrillo al suelo, lo pisó y estrujó y me dijo:
"Ya que fumé yo, vale, pero no lo hagas tú, que eres un mierda".
Mano de santo. Salvo una faria que puedo prender
al final de una comida en grupo, de la que fumo la mitad, más porque es lo suyo
que por otra cosa, ni un simple cigarrillo.
Hasta otra.
6 comentarios:
Releyendo mi escrito, aprecio tres cuestiones que voy a reseñar:
Una. Que me olvidé de hablar de LEGAZPI,un compañero de cara redondeada, con pecas, algo rubio y piel blanca, del que lo que más recuerdo es que tenía problemas de corazón y estaba a veces en cama.Íbamos a su celdilla a verle y hacerle compañía.En una ocasión Juanma le trajo un disco con dos cantantes en la portada, que vestían un jersey sin manga rojo.Estaban de actualidad, eran muy escuchados, y a los que mi nieto de tres años llama el "Dúo dinaco", porque a su padre le gusta el "Dúo dinámico".
Ignoro que fue de él, de Legazpi.
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Dos. Aprecio dos pequeños fallos de redacción. No tengo Wi-Fi, ni ordenador, escribo en el móvil. Su pantalla reducida no me permite apreciar bien lo escrito.
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Tres. La foto que ilustra la entrada es del archivo de Galán, quien se la envió a Samuel (a mí también me la remitió hace años junto con otras, pero esta no la localicé); ahora me la mandó Samuel, yo la cuelgo en el blog, el Blog lo administra Galán y se cierra el recorrido circular.
Nota.- Aunque aparezca José Rodríguez Franco, soy FRANCOS, con "ese".
Francos, con ese, es un placer leer lo que escribes y ya me gustaría a mi el poder hacer una semblanza de mis compañeros de curso parecida a la que tu haces.
Es muy cierto lo de que, cuando nos vamos definitivamente, se pierde gran parte de nuestra historia que, inevitablemente, también forma parte, aunque sea minúscula, de la historia de los que comparten o compartieron nuestra vivencia.
Espero poder seguir disfrutando de tus escritos.
Un saludo.
Felipe.
Gracias,Felipe. Tú debes de ser, de hecho lo eres, uno de los doce que cuando yo miré han visitado mi entrada.
Cuando alguien hace un asado de cordero, pongamos por ejemplo, no lo hace para sí, sino para unos invitados; cuando una mujer un hombre mañoso ve una prenda en un escaparate, la memoriza o fotografía y en casa hace una casi igual y a mitad de precio, no la hace solo para mirarse al espejo de su baño, sino para lucirla y que la vean. A quien le gusta escribir, como a mí, no lo hace para guardarlo en el cajón, sino para que alguien lo lea, y tú la has leído Felipe y además te has manifestado haciendo un comentario. Por tanto, mi gratitud de nuevo.
P.D. La muletilla de siempre:
José Rodríguez Franco, como aparece firmado el anterior comentario, NO. Es FRANCOS, con "ese".
Precisamente sobre los apellidos Franco y Francos versará mi próxima entrada, con incidencia en este último, el mío.
Gracias, FRANCOS, por la generosa incluso elogiosa semblanza, no sé si merecida al menos en mi caso, dedicada a tus antiguos compañeros. Lamento la tardanza de este agradecimiento pero no fue hasta hoy, después de un largo periodo por estar convencido que ya formaba parte del pasado, cuando accedí al blog.
El motivo de regresar a estas páginas fue recibir la noticia del fallecimiento de María del Plateiro, María del Acebo como era más conocida, y recordar las confidencias mantenidas con ella cuando me acercaba al Acebo. Una de las más largas, no la última, tuvo lugar después de la comida celebrada allí con motivo del homenaje a nuestro admirado profesor Carmelo.Entonces varios compañeros dejamos constancia de aquel encuentro en este blog y la búsqueda de aquellos recuerdos me llevó a regresar a sus páginas. También a constatar, como suponía, el profundo letargo en que se encuentra. Será ley de vida, cada cual ha vuelto a su círculo, a sus otras ocupaciones o a transitar por medios de comunicación más inmediatos y más ágiles. Solo Galán y tú habéis intentado reanimar el blog con vuestras colaboraciones.
Personalmente, aunque no aparezca por aquí y los años vayan pesando, continúo en la misma trinchera.El sábado junto los que apoyan al pueblo palestino y siempre junto a quienes defienden una España más justa solidaria y plural frente los intransigentes que añoran valores que no debieran volver.
GRACIAS FRANCOS
Aunque como es lógico los años no perdonan, yo recuerdo, aunque en algunos casos vagamente, a casi todos los que menciona FRANCOS.
Y es que los que entonces estábamos en los cursos intermedios, conocíamos e incluso admirábamos a los veteranos. A los que eran de cursos posteriores al nuestro no los conocíamos, salvo que alguno fuese destacado por alguna causa.
Yo en mi condición de externo, no tenía la permanente convivencia que teníais los internos, pero aún así, los lazos de unión eran muchos, llegando incluso a servir de correo para misivas amorosas.
La foto que ilustra el escrito de FRANCOS, me trae buenos recuerdos, pues dos años más tarde, era yo uno de los que frecuentaban a diario el edificio que aparece de fondo.
Desde Fuengirola, donde resido desde hace unos 47 años, un abrazo para todos.
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