FRANCO y FRANCOS
(no confundir)
Por jrFRANCOS
Nuestro nombre y
apellidos nos gusta que se pronuncien bien y que se escriban bien; son algo así
como el ADN nominativo que hemos heredado y que nos identifica.
Los
extremeños suelen pronunciar muy quedamente las finales consonánticas, de
modo que para ellos yo soy Franco. Por eso, cuando doy mi nombre
completo, José Rodríguez Francos, añado la coletilla "terminado en
ese".
Voy a dejar a un
lado el apellido Franco y centrarme en el mío, Francos.
Dice Google que es muy antiguo y
"bastante frecuente y repartido por España". Afirmación que yo no
comparto.
A finales de los
60 cogí la guía telefónica de Madrid y vi que ese apellido ocupaba menos de dos
páginas, en una capital que entonces tenía ya más de dos millones de
habitantes.
No debe estar tan extendido, pues.
(Si abundaba el Francos Rodríguez, cuyo máximo exponente fue el periodista,
escritor, médico y político, de nombre José, que vivió entre 1862 y 1931, a
quien se recuerda y homenajea con una estación de metro que lleva su nombre).
Aquí, en Los
Santos de Maimona (BA), donde resido desde hace más de cincuenta años, hay
electrodomésticos Hernández, carpintería Pérez y Pérez; en la vecina Zafra
existe lavandería Franco (sin "ese"). Pero nunca he visto ni electrodomésticos,
ni carpinterías, ni lavanderías ni ningún otro negocio llamado Francos. Ni aquí
ni por donde he viajado.
No debe estar, por tanto, tan
extendido.
Más aún, de los
más de seiscientos alumnos que pasaron por mi aula, en Extremadura y Andalucía,
he coincidido varias veces en el Rodríguez con algunos, pero jamás ninguno se
apellidó Francos (sí Franco, sin "ese").
Disiento, por tanto, de que
"sea frecuente y esté extendido por España".
Bien. Vayamos
ahora a su origen.
Dice la información que recabé que
procede del nombre germano Frank, latinizado en Francus, nombre del pueblo
bárbaro que en el siglo V se adueñó de la Galia, desplazando a los romanos, ya
en decadencia.
Desde el siglo V
y hasta el VII ese pueblo bárbaro formó el extenso Reino de los Francos,
ocupando la parte central de Europa, que entonces no tenía las naciones tal y
como se conforman hoy en día.
Algunos de esos
"francos" hicieron peregrinación a Santiago de Compostela
atraídos por el hallazgo de los restos del apóstol Santiago, aunque expertos e
historiadores dicen que el apóstol nunca estuvo en España, pero el
asturiano rey Alfonso II el Casto y el obispo de Iria Flavia, Teodomiro,
crearon la "fake new" del hallazgo, una de las más exitosas de la
historia, diciendo que se habían hallado los restos guiados por una estrella
(GPS infalible, pendiente de homologación para ser utilizado por los de la
Memoria Histórica y que ya utilizaron los Reyes Magos), que indicó el lugar. El
caso es que el rey asturiano dio ejemplo siendo el primer peregrino que fue a
Santiago creando así la ruta o Camino Primitivo (300 kms), que actualmente
transitan miles de peregrinos, aunque los expertos también dicen que no se
puede probar porque no hay documentación sobre esa peregrinación regia.
Esos
"francos" peregrinaban por el camino que discurría por el norte de
España, acuñando la ruta denominada Camino del Norte o Camino de la
Costa, el que transita por el litoral asturiano.
Una vez cumplido
su objetivo, en su camino de retorno y a la altura de Luarca pudieran desviarse
al Monasterio de Obona (a 43 km), como complemento a su viaje piadoso. Lo que
sucedía también con la visita al Salvador en Oviedo, patrono de la ciudad, que
dio lugar a un dicho, que oigo a una prima segunda, y que dice: "El que va
a Santiago y no al Salvador, visita al criado y deja al señor".
Era la suya una
peregrinación devota, como hemos dicho, "turismo" de salvación del
alma que buscaba visitar todos los enclaves con renombre religioso, aunque
tuviesen que desviarse unos cuantos kilómetros.
Trasladado en el
tiempo, es algo así como si vamos desde Oviedo a Ponferrada (219 km) para ver
el Castillo de los Templarios, la Plaza del Ayuntamiento y el Museo de la Radio
de Luis del Olmo, entre otros, y satisfacemos al final el apetito dando cuenta
de un cocido maragato; y aprovechando que las tardes son largas, completamos la
excursión girando una visita a Las Médulas (25 km) y su acertado Centro de
Interpretación, poniendo remate al viaje cenando allí, para retornar de
nuevo a Oviedo.
Ellos hacían un
viaje piadoso y nosotros habríamos hecho un viaje turístico, de ocio. Pero el
esquema es el mismo.
Esos
"francos", cuyo reino ya no existía, pero sí el gentilicio,
como no tenían nada que perder y eran gentes en su mayoría sin patrimonio
que les animase a volver a casa, se asentaron algunos en las inmediaciones del
monasterio, bien pasando a formar parte como siervos del mismo para laborar sus
extensos dominios (por la comida y y donde dormir, y poco más), bien como
arrendatarios de fincas del mismo o bien como criados de algunos labradores que
tenían propiedad propia (sólo por la comida y habitáculo donde dormir, como los
del monasterio), o bien comprando tierras si tenían algún poder
adquisitivo (dudoso). Lo cierto es que el monasterio hizo como de imán, del
mismo modo que a lo largo del Camino se encuentran en la actualidad algunos
establecimientos regentados por extranjeros que vinieron en su día a hacerlo,
les gustó un lugar en concreto, vieron posibilidades de negocio y se asentaron
en torno a él. El Camino hizo también aquí de imán para ellos.
El monasterio de
Obona, uno de cuyos primeros monjes debía de tener como origen el Reino de los
Francos -y en concreto de la zona que sería con el tiempo Francia-, ya que
bautizó al lugar como Eau Bonnie (Agua Buena, en traducción del francés),
es para mí el origen del apellido Francos. Explíqueme, si no, alguien él por
qué de todo esto:
En las
inmediaciones del monasterio (a 4,5 km) hay una aldea que se llama Francos;
explíqueme como es así que tengo dos primas en Murias (a 1,8 km) que se
apellidan Francos Francos. Más aún, mi madre, de quien heredé el apellido, era
de Pereda, a 26,4 km. Y en el mismo concejo de Tineo, a 9 km, existe Materiales
de Construcción Francos. También en
Campiello (a 8,7 km), en la ruta del Camino Primitivo, tenemos a los Almacenes
Francos.
El Francos, pues,
abunda en el concejo de Tineo porque, deducción, un lugar del mismo (el
monasterio) fue el epicentro, la matriz del citado apellido con su poder
de atracción sobre los peregrinos procedentes del Reino de los Francos.
Eso no viene en Google, pero es
incuestionable.
Sí venía en el
saber de una tía mía de Murias, a menos de dos kilómetros del monasterio, como
sea ha consignado, que cuando la fui a ver, desde su silla de ruedas y ochenta
y cuatro años me dijo, hablando del monasterio: "Antaño ahí venía mucha
xente dafuera". Y también me dijo: "El nueso apellido vien dahí (del
cenobio y sus peregrinos)".
Lo de
"francos", como gentilíceo, sería lo mismo que si unos asturianos
forman una urbanización en la leonesa Valencia de Don Juan buscando sol para
sus fines de semana o vacaciones. Al referirse a ellos los leoneses les conocerían
como "los asturianos".
Y eso es todo. Al
primero que me aporte datos nuevos relevantes sobre el apellido Francos, que me
ayude a apuntalar el origen de mi apellido (o me rebata con fundamento lo que
he expuesto), le regalo un ejemplar dedicado del libro (solo tengo ese y
el de mi archivo) "La IV Fiesta de las Letras", en la imagen, el cual
recoge un relato mío ("Alicia y los ajos"), de catorce páginas, que
versa sobre los abusos laborales y sexuales que sufre una trabajadora en una fábrica
y que termina con un asesinato de guante blanco, que es casi un crimen
perfecto.
Está editado por
la Asociación Histórica Cultural Maimona, quien también incluyó relatos de mi
autoría en sus tres ediciones anteriores.
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NOTAS.- Algunos apuntes sobre el
monasterio Santa María la Real de Obona.
-El primer monasterio fue fundado
por el príncipe Adelgaster, hijo bastardo del Rey Silo, y su esposa Doña
Brunilde, en el remoto año de 780, según un discutido documento desaparecido
(parece ser que era falso y que lo que se pretendía era darle realce, "darle
una impronta de la que habría carecido inicialmente". Nada que no se haga
ahora: Luis Roldán y Eduardo Gutiérrez Calderón quisieron también darse
prestigio académico engrosando su currículum con títulos que no tenían, el uno
siendo director de la guardia civil y el otro como falso médico que ejerció en
Murcia, Huelva y Extremadura durante 16 años sin tener titulación para ello.
-Es de estilo románico y barroco.
-El rey Alfonso IX (1171-1230),
tras visitarlo le otorgó el privilegio de ser paso obligado de peregrinos
hacia Santiago, lo que revalorizó la zona cultural y económicamente.
-En el siglo XII era un importante
centro benedictino de gran poder tanto económico como cultural. Los monjes
perfeccionaron las técnicas agrícolas y ganaderas. En sus aulas impartían
clases de latín, filosofía y teología.
-Era hito importante en el camino
primitivo, donde recibían auxilio y atenciones los peregrinos. También era
lugar de peregrinación para los que seguían el camino del norte o de la
costa, como se ha apuntado.
-Tenía hospital con botica y varios
ungüentos y recetas que hacían los monjes para curar las heridas y las
enfermedades propias del peregrino.
-Aquí se encuentra la más antigua
referencia a la sidra, diciendo "que si era posible se le debía dar a los
siervos junto con la comida".
-Fue declarado Monumento
Nacional el 14 de mayo de 1982.
-En sus inmediaciones se halla la
fuente Matoxo, denominada popularmente como fuente de Feijóo, debido al ilustre
pensador y teólogo Fray Jerónimo Feijóo (1676-1764), que tras sus
estancias aquí, se llevaba unas cántaras para Oviedo cuando se iba, como quien
se lleva unas botellas de vino de la Ribera Sacra cuando la visita.
-En el siglo X fue absorbido en una
tercera parte por el monasterio San Juan Bautista de Corias, y es cuando
más empieza a aparecer en los documentos.
-Tras un incendio, no del todo
restaurado, y las desamortizaciones en el siglo XVIII, comenzó su
declive, hasta llegar al estado de abandono actual.
-Queda citar la leyenda de
que en su subsuelo tiene túneles y laberintos que esconden tesoros, a los
cuales entraron aventureros de los que nunca se supo más; solo en las noches se
escucha el eco de sus lamentos.
Esto de los
túneles secretos lo habréis oído al igual que yo de algunos edificios, como
castillos, conventos y palacios; túneles que nunca nadie encontró. Doy fe
porque yo en mi juventud, intrépido y crédulo, di visos de veracidad a una
leyenda local que decía que desde el Pico Castiellu, antiguo castillo medieval
militar de Santa Cruz, del que quedan restos (lugar estratégico de
difícil acceso, con cometido de control viario, situado en la confluencia del
río Arganza y Narcea), había, según decir de los paisanos de la zona, un túnel
que bajaba hasta el río para escapar en caso de asedio y donde se escondía un
tesoro.
Armado con un
rozón (guadaña para maleza), un foucín grande, hacha, pico y pala, me tiré dos
días cortando maleza y arbustos, cavando y paleando tierra donde se decía que
comenzaba el túnel, y lo único que conseguí fue… Fue que hoy no viajo en un
jaguar ni vivo en una mansión, aparte de terminar deslomado, con arañazos en
las manos y el mono de trabajo roto al enganchare en las zarzas.
Esos túneles son
como el cuélebre, que existe pero nunca nadie lo vio. Los hay en muchos de esos
edificios antiguos, como queda dicho, pero no se oyó de nadie que fuese
rico por encontrar un tesoro en uno de ellos ya que solo están en las leyendas
locales.
-Tras ese inciso, decir que,
toponímicamente, Obona viene de Oubona, Aubona, Aqua Bonna, Agua-buena referido
al valle donde se asienta, de abundantes y buenas aguas.
-Por último, el lado oscuro.
Llegados a este punto hay dos apartados un tanto espinosos que en aras de la
verdad deben de ser manejados con precaución.
Uno. Los monjes
exprimían a los campesinos arrendatarios con sus tributos, por lo que no eran
demasiado queridos; (bien, eso entra dentro de la conducta del señor feudal,
del terrateniente o del que vive de arrendamientos, que no es otra que
intentar cobrar cuanto más mejor, sin pararse en lo que es justo y no es
justo). Este apartado es creíble.
Dos. Este otro
apartado, referido al "derecho de pernada" de los monjes, me niego a
extenderme más de las tres palabras que he entrecomillado.
Quienes hablan de
ello, a veces se copian unos a los otros y transmiten los mismos errores o
inexactitudes por algo que no está investigado a fondo y si se ha realizado no
se ha encontrado nada.
Sobre este
escabroso hecho, los escritos leídos empiezan poniendo una
ambigüedad o cuña de duda del estilo de "cuenta la tradición" o
"dicen las malas lenguas", también "se cuenta en los mentideros",
y por el estilo, con lo cual ya quitan rigor histórico a lo que dicen después,
pero unos y otros, y aunque sea con esa coletilla de entrada, lo que hacen es
propagar algo que no está constatado documentalmente, como se ha dicho.
Por tanto, no entro en el juego, aunque sea carnaza periodística lo que se dice,
y lo dejo ahí. Quien quiera más información al respecto que busque en Google.
Personalmente, a
mí me cuesta creerlo, aunque en la Edad Media sucedían hechos inconcebibles a
la luz de hoy día, hechos que también se dan, como el abuso de ciertas personas
o mafias con su falta de respeto a los derechos humanos traficando con
personas; o los que suceden en el campo de la explotación laboral hasta
casi la esclavitud o la también explotación sexual. Para ello no hace
falta remontarse a "atapuerca", basta con asomarse a los medios
de comunicación.
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Queda citar
cuatro nombres propios en relación al monasterio:
-Al pintor y escultor de Navelgas
Manuel García Linares (con dos esculturas en lo que es el Museo de
Escultura al Aire Libre de Oviedo, del que en tiempos colgué yo aquí un amplio
reportaje con varias fotos), que siempre mostró preocupación e interés por ese
cenobio.
-La escritora y cineasta avilesina
Ana López Martín, autora de la novela "El crucigrama de Jacob", con
escenas en el monasterio, que presentó en él y al tiempo reivindicó su
restauración; es asimismo directora de la película-documental basada en dicha
novela.
-Las asociaciones Conde de
Campomanes y Amigos del Camino de Santiago astur-galaico que en 2016 realizaron
una concentración en Tineo y marcha hasta el mismo, donde leyeron un manifiesto
que pedía su restauración.
-También habría que recordar al
consejero de Cultura Manuel Fernández de la Cera, quien durante su mandato,
años 80, propició la sustitución de la cubierta, evitando su desplome y la
ruina total.
Y eso es todo.
Abandonamos el tema y el lugar, que se podría decir que es la
"placenta" y "parto" de mi apellido, llevándonos un chosco
de embutidos Monasterio de Obona, de Tineo, que junto con una
"fogaza" de pan de Cangas del Narcea y una botella de agua de la
fuente Feijóo, pueden ser una buena merienda en un "prau", aunque
como la fuente está seca, si acompañamos el embutido y el pan con un vino de
esas viñas heroicas en bancales, de Cangas del Narcea, nos sabrá mejor.
Hasta otra.
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P.D. En internet existen varias
fotos del Monasterio e incluso del valioso Cristo de tamaño natural del siglo
XII, para algunos la mejor talla asturiana del medioevo, que tiene la cabeza
llena de excrementos de pájaros, tal es el abandono. Quizá esperando que
reaparezca otro Eric el Belga, el mayor ladrón de arte en España, y lo expolie,
como hizo el citado en el pasado en varios edificios religiosos.
Hasta otra. Salud.
2 comentarios:
Omití mencionar en el reportaje el Palacio de los FRANCOS Florez, más conocido en el habla popular como Palacio de Arganza, donde está enclavado, un edificio señorial del XVI-XVII, concejo de Tineo. Está a 23 kilómetros de monasterio de Obona. Nuevamente el apellido FRANCOS en el radio de influencia del mencionado cenobio, según sostengo en la entrada.
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NOTA.- Aparecerá que este comentario lo hace José Rodríguez Franco. Ja. Esta "herramienta" se ve que no ha leído mi escrito.
Fe de errores.
Según la Asociación Epañola de Amigos de los Castillos, su denominación correcta es la siguiente (con guión entre los dos apellidos):
Palacio de los FRANCOS-Flórez
(El destacado es mío).
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