jueves, 25 de agosto de 2011
EL PORQUÉ "BAUTIZAR" A LOS HURACANES
La experiencia ha demostrado que el uso de nombres de rápida pronunciación, cortos, ya sea en el lenguaje oral como en el escrito, son menos confusos y se atañen a menos errores que los métodos antiguos de latitud y longitud. Estas ventajas son especialmente importantes cuando se intercambian las informaciones detalladas sobre las tormentas desde cientos de bases, costas, y buques en alta mar.
El uso de nombres fáciles de recordar reduce la posible confusión que pueda existir cuando dos a más tormentas ocurren al mismo tiempo. En el pasado confusiones y rumores falsos han ocurrido cuando los avisos de tormentas por radio fueron confundidos con avisos sobre otras tormentas que sucedían a grandes distancias.
Durante cientos de años los huracanes de las Indias del Oeste (América) fueron bautizados con los nombres del santoral del día en que ocurría la tormenta. Así hubo un Santa Ana que azotó Puerto Rico allá por 1825, y dos San Felipe que hicieron lo mismo a los boricuas, el primero en 1876, y el segundo en 1928.
Hubo un meteorologista australiano de nombre Clement Wragge, que comenzó a nombrarlos utilizando nombres de mujeres hacia finales del siglo XIX.
En 1953, los Estados Unidos abandonaron un plan de dos años para nombrar a los huracanes utilizando el Alfabeto Fonético (A bel, B aker, C harlie, etc, etc) por estimarlo confuso cuando se introdujo un nuevo Alfabeto Fonético Internacional. Entonces comenzaron a utilizar nombres femeninos hasta el año 1978.
En 1979 se comenzaron a nombrar tanto en masculino como en femenino. Algunos nombres de huracanes son retirados de la lista cuando su fuerza devastadora ocasiona un fuerte impacto tanto social como económico. El pais víctima del ímpetu devastador inicia una petición a la Organización Mundial de Metereología.
La retirada de un nombre específico es válida por un período de 10 años, para facilitar referencias históricas, acciones legales, reclamaciones con seguros, y para evitar la posible confusión pública que pueda existir con otra tormenta del mismo nombre. Si eso sucediese, un nombre genérico similar será elegido ya sea en Inglés, Francés, o Español.
Los nombres para las tormentas del presente año son Arlene, Bret, Cindy, Don, Emily, Franklin, Gert, Harvey, Irene, José, Katia, Lee, María, Nate, Ophelia, Philipp, Rina, Sean, Tammy, Vince, y Whitney.
Espero que esto pueda dar respuesta a la pregunta de Olga.
Un abrazo.
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4 comentarios:
Muy bien explicado, era una cosa, que yo tambien me lo preguntaba muchas veces. ¿Que tal Olga? ya vas bien,aqui esta un dia que no hace frio, pero esta nublado y parece ya otoñal, que rapido paso el verano, que aqui dura tampoco, eso que en Cangas comparado con la Costa, somos privilegiados. Saludos Mamen
Pues sí, la información es muy completa y no pensé yo, que fuera tan compleja y cambiante. muchas gracias.
Ya ves Mamen, aquí estoy mas o menos recuperada, lo del sueño viene de viejo y sigo peleada con él, aunque lo del otro día fue demasiado.
Estamos pasando calor y me imagino que el haber tenido un verano un tanto "fresquito", supondrá que se prolongará y nos hará pasar calor cuando no deberíamos.
Ya veo que no paras de visitar los pueblos de los alrededores. Esto me hace pensar a quien tengo acudir yo cuando quiera ir a alguno de ellos.
Un abrazo.
Muy bien explicado y detallado el tema por parte de Cubanín pero, yo también añadiría que hasta hace no muchos años, todos los fenómenos atmosféricos, sobre todo los más devastadores y dañinos, siempre llevaban nombres femeninos, lo que acarreó una ola de protestas por parte de los numerosos grupos feministas, de aquí no te menees. La explicación que se dio del porqué de tal asignación fue que, dado el carácter imprevisible que tenían estos acontecimientos atmosféricos, coincidían plenamente con el carácter inimaginable de la mujer; por eso se utilizaba la semejanza. De nuevo, el aluvión de protestas por parte de las hembras no se hizo esperar, y por fin, de una vez por todas, se le ha puesto solución a la cosa: a uno se le denominaría Xuan y al siguiente Facunda, y así hasta agotar el santoral. Así todos contentos. Aunque hubo quien preguntaba sobre cuál de los dos resultaría más pernicioso. ¡Ah!, eso es harina de otro costal. Más bien cuestión de estadística, o de suerte. Vaya usted a saber.
Añadiré al artículo lo siguiente, después de los acertados comentarios de Galán, La Administración Nacional Oceanogråfica y Admosférica bajo la tutela de la Administración de Comercio, creo que con sede en Maryland, vaticina para este año 2011 de 12 a 18 tormentas con nombres, vientos por encima de los 62 Kmts/hora, de los cuales anticipan que de 6 a 10 sean huracanes, vientos por encima de las 119 Kmts/hora, incluyendo que de 3 a 6 se conviertan en grandes huracanes, Categorías 3, 4 ó 5, vientos por encima de los 178 Kmts/hora.
La Escala de Valores de Saffir-Simpson lo explica de esta forma:
Para que una tormenta tropical sea clasificada como huracån ha de mantener vientos de al menos 119 Kmts/hora.
Para Categoría 1, vientos de 119 a 153 Kmts/hora, con presión admosférica entre 980 y 994 milibares.
Categoría 2, vientos de 154 a 177 Kmts/hora, con 965 a 979 milibares.
Categoría 3, vientos de 178 a 209 Kmts/hora, con presión entre los 945 a 964 milibares.
Categoría 4, con vientos entre 210 a 249 Kmts/hora, presión entre los 920 a 944 milibares.
Categoría 5, vientos iguales o mayores a los 250 Kmts/hora, con presión central menor de los 920 milibares.
Y aquí termino con la explicación.
Un abrazo.
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