lunes, 17 de octubre de 2011
A VER SI EL OTOÑO, TAMBIÉN ES SENSIBLE A LA DICHOSA CRISIS
A este otoño un tanto anómalo, climatológicamente hablando, que estamos viviendo en toda la península, le estoy notando un comportamiento diferente al de los años más normales pues, aparte de los calores tan elevados y extemporáneos que nos proporciona, me parece rarillo también en otros aspectos. Al menos en León.
Aunque apenas lleva transcurrido un mes de esta estación otoñal, he observado que debido a la prolongación tan desmedida que tenemos del verano por las temperaturas tan altas que se registran, y a la falta de agua que presentan en general los campos, el proceso otoñal se nota distinto. Estoy apreciando que el proceso de la caída de la hoja en los árboles caducos, se está produciendo de forma diferente a la normal de otros años. Este año las hojas pasan casi directamente del color verde, propio de su plenitud y esplendor, al marrón tostado oscuro en un pispás; saltándose gran parte de la gama de tonos amarillentos por la que suele pasar la hoja antes de caerse.
Por lo general, ciertos árboles de ribera como son los fresnos, abedules, acacias, sauces, chopos o álamos, entre otros, la hoja al madurar pasa por varios estadios del color amarillo antes de ponerse marrón del todo para desprenderse de las ramas con las primeras heladas. Sin embargo este año, gran parte de la arboleda urbana de parques y jardines, aquí en la capital leonesa, los colores amarillos intensos de la hoja, como los que presentaban otros otoños, diré que son bastante escasos. Si acaso, pálidos y débiles. Supongo que la falta de humedad en el terreno, que tenemos por estas fechas, es la que contribuye a que la hoja esté menos hidratada y como consecuencia el proceso de secado se haga mucho más rápido que si la hoja estuviera saturada o bien hidratada.
Normalmente por estas fechas, y hasta finalizar el mes, en víspera de la festividad de todos Los Santos, yo suelo darme algún garbeo por los campos cercanos a la ciudad, para captar fotografías de los hermosos paisajes otoñales que nos proporciona la vegetación de ribera de los ríos Bernesga y Torío, a su paso por la ciudad de León e inmediaciones.
Diré que este año apenas he hecho media docena de fotos porque estoy viendo que los paisajes arbóreos no me resultan atractivos como otros otoños; este año la gama cromática que presenta la vegetación en general en estos momentos, es monótona, mustia y excesivamente marronácea. No hay amarillos intensos como otros años; todos son pálidos, o al menos eso es lo que a mí me parecen. Únicamente he apreciado algunos paisajes llamativos par ser fotografiados como la muestra que pongo en esta entrada.
Me gustaría saber si esta anomalía que yo he notado en el comportamiento vegetal, es una apreciación subjetiva mía, o si por el contrario se produce también en otras ciudades distintas a León. Yo siento mucho no poder contemplar la exposición otoñal en su plenitud como cada año en estas épocas finales del ciclo vegetativo. Pero habrá que conformarse y pensar que es una consecuencia más, de la pestosa “crisis”.
De ser un año normal en el que las estaciones no se pisan ni se invaden unas a otras, una gran parte de los árboles ya nos estarían deleitando la vista y el ánimo con sus pases diurnos continuos de exhibición de colores, mientras se desprenden lentamente de sus ropajes, a modo de un estriptis floral.
B. G. G. (bloguero “prior”)
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4 comentarios:
Benjamin, no se si lo notaste, cuando estuviste por aqui, pero esta todo sequisimo,ayer que vine de Lugo vaya como estaba ardiendo, por el rio del Coto cerca de Monasterio y Vegadehorreo, hoy leia un comentario en el fb, que en la Viña llego hasta cerca de las casas, que les quemaron las chozas de los montes y que de las vacas no sabian nada, este año con el tiempo tan bueno me decia un paisano de Carceda el otro dia que estabamos por alli, que en este tiempo nunca dejaba las vacas fuera y este año todavia quedaban, hoy, el concejo de Cangas era una hoguera ardiendo por todos los lados y decian que eran provocados, que gana la gente con esto,hasta nos quedamos sin sol del humo que habia, una pena,es que hay una sequia, que vas por algun sitio que habia fuentes y ya no existen, los prados estan como las tierras de Castilla, eso de Asturias Paraiso Natural, creo que se nos va a acabar, esperemos que llueva pronto, yo creo que aparte de necesitarlo a la lluvia la echamos de menos, esto aqui, no es muy habitual, vas por los pueblos y el comentario de la gente siempre es el mismo, que falta hace que llueva.Mamen
A rapaz, sabes que paé-me que tas acertau nesu que dices, oh. Nóta-se bien que sos de pueblu. Esu que falas de las fuechas de lus arbulinus ía virdá; tamién lu nutei you de poucu pacó. Aiquí nu caserío tinemus nos unus rebotsus ya unus abedules pu la vera’l prau ya lus abedules tan casi marrones cumu’l cuitu ya sin pasar pul marietsu. El tiempu ta cumu las mucheres, nun hai quien las aveire al riegu.
Gran observador rapaz;
con metáfora cabal
has posado en este blog,
bella estampa otoñal
y mutaciones de color
que obvian lo estacional.
Expreso contigo a la par
que esta crisis sin cesar,
al filo está de ser crack.
Saludos
Dichosa crisis,ahora va a ser que todo lo que va cambiando para mal es producto de la crisis,pues no estoy de acuerdo,más de uno y de dos estarán frotándose las manos de lo bien que les va,aunque digan lo contrario...jugar al despiste también vale y para muchos que siga la crisis.El comentario de Galán bien merece un aplauso,nos recuerda las clases de Agronomía de Corias también explicadas por nuestro profesor.Slds cariñosos
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