Hace días el suplemento El Viajero de El País publicó una
valoración de los vinos de Cangas. Un elogioso análisis que representa gran
satisfacción para uno nacido y criado en
Limés cuando los viñedos se extendían por todas las laderas soleadas del
pueblo.
Buena noticia cuando aún tantos ignorantes se sorprenden de
la producción de vino en Asturias. El vino está íntimamente ligado a los nacidos
en esa tierra agreste y dura coronada de maravillosos verdes que forman mullida
alfombra en las alturas y por cuyos
profundos valles discurren con prisas
Luiña y Narcea buscando encontrarse en Ambasaguas. Alguno,
para escándalo de actuales nutricionistas infantiles, dio sus primeros pasos
tras unos sorbos de vino de Cangas.
En Limés se afincaban casi todas las bodegas de la parroquia.
Desde Moral, Castro, Villarín, Fonceca,…bajaban los paisanos con su montura
portando en las alforjas o parigüelas garrafones vacíos de varias cañadas,
según la necesidad y sed de cada cual, para llenarlos con el vino de la semana;
también portaban una fardela con viandas: chorizo, tocino, jamón, cecina,
hogaza de pan….que extendían sobre una cuba volcada dejando la puerta de la
bodega abierta para, mientras trasegaban, invitar a quién pasaba a compartir un
cacho de vino y participar de la comida.
El trabajo en las viñas era, aún es, extremadamente duro por
los empinados terrenos sobre los que se asienta la mayoría; abonar, podar,
desarmentar, cavar, enramar, desmamonar, sulfatar, azufrar- actualmente se
utilizan componentes menos agresivos para combatir plagas- vendimiar, trasegar
etc. etc. eran buena fuente de jornales cuando la minería de antracita no
existía o estaba en sus comienzos. En los viñedos grandes las cuadrillas de
trabajo eran contratadas y dirigidas por un cachicán bajo la supervisión de los
dueños que vivían en Cangas o ciudades más lejanas. La Reguerala, Genaro Flórez
y tantos otros son nombres históricos de los viñedos de Limés. En los pequeños,
prácticamente para autoconsumo, primaba el trabajo comunal, solidario, buena
ocasión para una copiosa comida, escasa en aquella época de penuria, si el
anfitrión era espléndido y sus posibles lo permitían.
El pasado año, con motivo de la Fiesta de la Vendimia, una magnífica
exposición fotográfica en el restaurado Palacio de Omaña revivía aquellos tiempos envueltos en una
intensa nostalgia.
Los vinos de Cangas alcanzaron renombre, incluso
internacional. En el Museo del Vino de Santiso existen testimonios. Lamentablemente
en los años sesenta iniciaron su declive, el éxodo hacia las minas con trabajo
mejor remunerado, la pérdida de calidad por el empleo de métodos y maderas
deficientes junto a la importación masiva de uva de León llevó a un proceso de
arranque de cepas para propiciar otros cultivos o simplemente las viñas fueron
abandonadas quedando la mayoría sumergidas entre xiniestras, folgueras y
bardeos mientras las bodegas eran dedicadas a otros usos o quedaban sepultadas
por hiedras y espinos.
Pero hace ya unos cuantos años, finales de los ochenta,
principios de los noventa del pasado siglo, un grupo de entusiastas unidos en
APROVICAN con enorme voluntad retomó la tradición vinícola de la zona y con mucha dedicación y duro trabajo fueron recuperando, también
replantando los centenarios viñedos. Buscando asesoramiento de enólogos,
introduciendo nuevos métodos de cultivo y elaboración con modernizadas bodegas
lograron dar un salto de calidad a los vinos de Cangas impensable hace lustros.
Hoy día Bodegas del Narcea, Obanca, Monasterio de Corias,
Chicote, Dominio del Urogallo, Muriella etc. producen excelentes vinos que van
conquistando a los críticos más exigentes obteniendo valoraciones a nivel o
superiores de zonas con Denominación tan consagradas como Rioja o Ribera.
Lástima que en gran parte de Asturias, aquejada de riojitis y riberitis,
aún no se valoren y que los restaurantes asturianos de prestigio afincados
fuera de Asturias, salvo honrosas excepciones como El Bosque Sagrado en Madrid,
no los incluyan en su carta de vinos.
Tiempo al tiempo, lo importante ahora es degustar estos
herederos ilustres, técnicamente más perfectos, de aquellos primerizos y
chispeantes mostos que tomábamos hace tantos años recién salidos de la barrica
acompañando las castañas asadas, doradas en el tambor al calor de la tsariega,
en las largas y frías noches de invierno.
ulpiano rodríguez calvo.
Ver –http://elviajero.elpais.com/articulo/buena/vida/asturianos/pura/cepa/elpviabue/20120504elpvialbu_3Tes.
13 comentarios:
Muy bien Ulpiano, no cabe la menor duda de que eres un entusiasta de los buenos productos de la tierra y que posees unas estupendas dotes como catador, pues sabes apreciar y valorar las excelencias que producen en el paladar y en el espíritu unos ricos “papadinus” de vinín de Cangas. Ya sean degustados en: cacho, xarro, vaso, taza, bota, porrón o directamente de la pipa. Da igual.
También se nota tu simpatía y conocimiento por el mundo del vino en general y, en particular, por los caldos cangueses pues, la prolija descripción que haces en tu entrada de todas las labores que son precisas llevar a cabo en el viñedo para poder obtener luego en la bodega unos caldos tan ricos como los que se están logrando actualmente, eso solo puede salir de una persona entendida, como es el caso: un bachiller de modalidad Agrícola y Ganadera, y que encima admira y valora las costumbres y tradiciones de sus ancestros.
Sin duda ninguna que los vinos de Cangas, poco a poco y gracias al esfuerzo de mucha gente que se ha empeñado en darlos a conocer por todo el país y fuera de él, se están situando donde se merecen y logrando metas hasta hace poco tiempo impensables. Para las personas que no conozcan estos caldos, solamente tienen que fijarse en que, a todas las ferias o exposiciones que concurren últimamente, aún compitiendo con denominaciones muy afamadas, es raro que no salgan reconocidos y galardonados como se merecen.
No hace mucho he tomado un blanco en Cangas, elaborado con uva de la variedad Albarín, que era una delicia el paladearlo. Lo malo es que pertenecía a una tirada limitada de pocas botellas.
En el último numero de La Maniega, recientemente publicado, el antropólogo y enólogo Luis Vicente Elias, que es una personalidad en muchos de estos temas y materias, ha dicho que él considera que el viñedo cangués es digno de ser Patrimonio de la Humanidad, por lo espectacular y sacrificado del paisaje y por la calidad que están adquiriendo sus vinos obtenidos de cepas muy viejas y elaborados de forma totalmente artesana y tradicional.
Me ha gustado este documentado escrito de Ulpiano sobre el VINO DE CANGAS, con mayúsculas. Yo no es que sea muy entendido en esto de la enología, pero si me gusta catar y degustar un buen vino, preferentemente tinto y puedo decir que en Cangas hay verdaderas Joyas. La última que probé en Avilés fue un "Descarga" de Obanca para mi excelente.
El principal problema que veo, y así se lo hice ver a los hermanos Marcos de Bodegas Obanca,con los que me une una buena amistad, es la escasa cantidad que en estos momentos hay, con lo que habrá que esperar al menos diez o quince años hasta que las nuevas plantaciones comiencen a dar su frutos.
Desgraciadamente como bien apunta Ulpiano en los años 60-70 por distintas causas se abandonaron las viñas, facilitando su destrucción. Aun recuerdo de cuando residía en Cangas, ver todo el entorno de la Cogolla hasta Límés poblado de viñas que hoy son sustituídas por bloques de viviendas.
Tiene razón al referirse a la escasa presencia de los vinos de Cangas en las cartas de los buenos Restaurantes. El problema que hay a parte de que los precios son un poco altos aunque se puede decir que los del Bierzo, Toro o Godello, también están parecidos.
Quizá la diferencia esté por un lado en "saber vender bien el producto", y principalmente en que a la hora de reponer la posibilidad es casi nula, dada la poco producción. Esto ultimo es fundamental y lo digo desde mi experiencia laboral, ya que la Empresa para la que trabajé era distribuidora de algunas Bodegas y el cliente siempre quería que la reposición no fallara.
Recuerdo cuando íbamos a merendar a la bodega de Antón, en la Carretera Nueva llevábamos nuestra tortillina filetes empanados,chorizo o simplemente unas latas y allí nos daban el vino que bebíamos por el "cacho".
También recuerdo las vendimias como una fiesta, en alguna ocasión que ayudé a vendimiar en las viñas de mi tía(hoy bodegas obanca).
Yo creo que la causa principal del abandono de las viñas fue con el inicio de las minas. Como bien dice Ulpiano el trabajo era duro y económicamente no muy rentable.Hoy en día con las nuevas tecnologías y tratando de conseguir un vino diferente, pues tengo entendido que debido al clima, situación del terreno y alguna otra circunstancia especial, provocan que sea un vino diferente y difícil de conseguir en cualquier otro lugar.
Creo que en este momento es una de las cosas que se están haciendo bastante bien. Esperemos que no se tuerzan, ya que Cangas está tan a desmano que no es fácil.
A veces pienso en la cantidad de castaños que hay por toda la zona y las castañas tan estupendas y se pierden todas. Ahora que estamos tan necesitados de reinventarnos sería la ocasion de recuperarlas y hacer una industria del dulce: marrón glaccé, mermeladas, purés.... Posiblemente sea una tontería lo que digo, pero estamos dejando el campo de lado y hay muchos productos que nacen solos y los dejamos que se pudran.
Creo que fue en la misma fuente informativa que cita Ulpiano donde hace un tiempo leí que el sumiller de "El Bulli" había seleccionado un vino blanco de Cangas entre los diez de su preferencia. Probablemente fuese ese blanco al que hace alusión Galán en su comentario. (De hecho, en su momento te envié -a ti y al resto de "La Cuadrilla- dicha información, citando con detalle el medio y la fecha en que se publicó, así como el nombre del especialista).
Recuerdo que decía, en referencia al vino cangués, que era fruto de un microclima especial y "un premio al esfuerzo", en alusión a los bancales que sostienen las vides y que a mi me recuerdan mucho a los que en el valle del Jerte sirven de plataforma a los cerezos. De hecho, la similitud es tanta entre ambos valles, que el mismo río Jerte me recuerda mucho con sus cantos rodados, sus "rabiones" de agua bravía, su bosque de galería o de ribera y sus pequeñas playas de arena y sus aguas frías al río Narcea, ríos ambos por cuyas aguas descendí en varias ocasiones.
Solamente deciros que esta semana se celebra la Ascensión,por lo menos en Oviedo,todo lo que es el paseo de la Renfe,denominada Losa se ocupa con grandes carpas y ahí se instalan puestos de todo tipo y color,de manera especial productos autóctonos que siempre gustan tanto y acabamos de dar un paseo por esos chigres y puestos y salimos comidos,no se puede ser de Cangas,lo gastamos todo en comer y beber,pero tomamos dos vasinos de vino de Limés,bar chicote creo se llamaba Peruyero?y unos trozos de empanada además de unas riquísimas rosquillas de Anís que la verdad eran un manjar,así que como no puedo contaros más cosas ahora me despido hasta otro ratín,y que no falte la salud para todos/as.Slu2
Este Victor con el nombre del vino anda un poco despistado,pues"su nombre es" PENDERUYOS" ademas su productor es Anton el del Chicote, para mi junto con los de Obanca, son los mejores,aparte del que compro yo en Curriellos,que ese es expecial, a unos amigos que lo cosechan para ellos y me lo venden a mi,ademas donde tienen la viña da el sol todo el año, y eso es importante para el sabor del vino.Estoy viendo que se esta poniendo el tiempo con una pinta fatal, seguro que llovera, los de Oviedo, siempre les llueve por esta fiesta, lo siento por ellos
Veo que Mamen está bien puesta en el tema vitivinícola. No así Vitorín que se atraganta con los nombres. Aunque quien sabe si ese desliz al denominarlo Peruyero, no es debido a que en lugar de dos vasinos tomó alguno más...
Coincido con Mamen en cuanto a los vinos. Para mi de los mejores son "Castro Limés" y como decía en un comentario anterior me encantó el "Descarga", los dos de Bodegas Obanca. Cuando voy por Cangas siempre paro en el Chicote donde Antón siempre tiene a mano un Penderuyos Cosecha especial que está de romper.Y más si se acompaña con esa empanada que no se de donde la saca pero que está para empezar a comer y no parar.
Yo pienso que lo de “peruyero” puede deberse a dos motivos: uno que el amigo Víctor hubiera abusado un pelín del “cacho” y a consecuencia de esto se le entablonara algo la húmeda cuando lo dijo, o que pensase que el vino, dado lo rico que está, no estaba solo hecho de uva, sino también de peruyos (piruchas).
De todas formas, el nombre es bien sonante y podría acoplarse a cualquier nuevo caldo que se precie como tal. Seguro que si llega a oídos de algún vinatero emprendedor de Cangas no desestima el adjetivo. Más vergonzosa resultaba la denominación popular “Puxarda” que se utilizaba y aún se utiliza para referirse a los vinos peleones de poca calidad.
En mi casa, siempre hubo vino de Cangas, antiguamente cuando vivia mi padre, lo comprabamos a Mario R Arango,que se compraba en Casa don Marcial, te acordaras,Alfredo, tambien lo vendia Pachin,que él tenia las viñas en Tebongo,las de don Marcial es donde esta situado el poligono e Institutos;aqui en mi casa siempre hay vino de Cangas,ademas os digo que este de Curriellos es buenisimo,estais invitados cuando vengais alguno por Cangas,bueno no vengais todos juntos,que sera un problema de espacio.
El nombre de Penderuyos viene de una viña plantada en una pendiente tan vertical que para vendimiar y demás labores muchas veces había que agarrarse con una mano a una cepa o estacón para no caer rodando. Está situada entre El Cristo de Limés y Pousada por encima de donde estuvo el lavadero de carbón, me parece que de Marentes. Ahora Antón tiene la bodega un poco más arriba, en la Galiana, subiendo para Villarín con unas vistas de ensueño.
Gión conoce el lugar perfectamente porque en este blog nos contaba que se acuerda de Coco cuando pasa por allí y Coco vivía en Pousada desde donde de ven todos los Penderuyos hasta la cabana de Torgas.
Como se puede comprobar,no soy un experto en esto del vino de Cangas,ni de otros,yo soy muy poco bebedor y los nombres ni los recuerdo,pero tengo que deciros y creo que ya lo he comentado en alguna ocasión,que mi abuelo Román tenía unas excelentes viñas por la parte de obanca y donde ahora está precisamente las bodegas de Narcea donde celebramos cada año el encuentro de los corienses,no tenía acceso por donde ahora si no que se subía por el cascarín y recuerdo muy bien que a mediados de septiembre íbamos a vendimiar toda la familia,primero vendimiábamos en esa viña que era un terreno empinado y difícil pero que daba según mi abuelo un vino muy rico,la orientación de la viña parece que ayuda mucho para dar buenos vinos y después íbamos a la de obanca,esta era más pequeña y el terreno menos cuesto,se vendimiaba mucho mejor,el procedimiento es de todos sabido,una tijeras un cesto o maniego y al carro que tenía unas tinajas grandes,después en la bodega lo pisábamos con los pies hasta sacar el primer caldo,que no recuerdo ahora como se llama y pasábamos tres o cuatro días faenando,también recuerdo que antes de meter el vino en las tinajas de la bodega,después de estar bien limpias y secas,nos metíamos con unas velas por si había anhídrido carbónico y si las velas se apagaban entonces salíamos rápido,porque era muy peligroso y creo que más de uno se murió en ese trance;también recuerdo que el menú que mi abuela Avelina preparaba siempre eran patatas con bacalao y estaban de chuparse los dedos,son historias de hace tanto tiempo que ahora recordar todo eso me resulta bastante difícil pero seguro que vosotros que estais más impuestos que yo esto que os cuento os sonará desgraciadamente ahora ya no están ni abuelos ni padres ni tíos para recordarlo y yo lo hago a bote pronto porque es parte de nuestra infancia y eso nunca se olvida del todo.Bueno hoy me explayé un poco más de lo habitual,deciros que este finde fue estupendo el tiempo ayudó y no llovió,la Ascensión se celebró por todo lo alto,fiesta profana y religiosa,pues había comuniones que más bien parecen bodas,!Qué lujos¡es un día muy especial para los niños,padres y abuelos y se tiene que celebrar bien.hasta otro rato,slu2 y gracias por ser indulgentes con mis errores,Benjamín si hay algún interesado en copiar el nombre que nos lo diga y las ganancias las donamos para mejorar el blog si es posible,de acuerdo?un abrazo.
No quisiera dejar de poner en este blog el nombre de esa viña de mi abuelo que tenía en esa zona de la himera y se subía por el cascarín,se llamaba LA FORCA,seguro que más de uno de Cangas recordará ese nombre,es muy Cangués,ya lo tenía olvidado y ahora al hablar de vinos de Cangas lo recordé.El amigo Ulpiano que es buen experto en estos menesteres,ya nos dio una clase estupenda que todos agradecimos y desde luego que conozco esa zona del vino de Limés,siempre que me acerco por ahí,procuro ir muy despacio,porque en ese lavadero fui con mi padre muchas veces a cargar carbón con aquellos camiones tan lentos que para subir aquella pequeña pendiente había que a veces remolcarlos o quitarles peso,no subían ni marcha atrás.!!!Qué tiempos ¡¡¡Pero recordarlos ahora de verdad que lo disfruto un montón.un abrazo
La Forca es una peña de amigos de Cangas, que muchos de ellos estan repartidos por ahi,pero una vez al año se reunen en una comida, yo creo, si no me equivoco, son los que regalaron el escudo que luce en la fachada de la Capilla del Carmmen,no tengo que explicaros que significa Forca, que sois todos muy listos.
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