domingo, 20 de mayo de 2012
CORIAS Y LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL
Foto tomada de la página web el Tous p@ Tous
Hoy voy a dedicar el artículo a un tema histórico relativo
al Monasterio de Corias en el siglo XIX. Casi nadie conoce estos hechos. Los dominicos
llevaban en él solo desde 1860. El Monasterio fue fundado hacia 1032 y
regentado por los benedictinos que lo ocuparon hasta el año 1823 en que fueron
expulsados y expropiados todos sus bienes por el ministro Juan Mendizábal.
1º Qué es la desamortización de Mendizábal.
Desde la
Edad Media hasta finales del siglo XVIII una cantidad inmensa
del patrimonio inmobiliario (fincas, solares, etc.) pertenecía a la nobleza y
al clero. Por donaciones que se acumularon durante siglos, muchos monasterios
tenían miles y miles de hectáreas. Concretamente el Monasterio de Corias era
dueño de una gran parte de los concejos de Cangas, Tineo y Allande. En la
última mitad del siglo XVIII personajes tan inteligentes como Jovellanos
denunciaban como intolerable esa situación. En realidad era un fenómeno que se
daba en toda Europa. Reyes y nobles donaban a los monasterios ingentes
cantidades de tierra. La finalidad era que, como avanzadilla, fueran
civilizando zonas abandonadas y, posiblemente también pensaban, que tal
generosidad les servirían como credenciales que aportar para ser bien recibidos
en el Reino de los Cielos. Esto, que a primera vista, parece monstruoso,
observándolo con algo de calma descarga al fenómeno de su aparente
monstruosidad. En efecto, los monjes de Corias, por ejemplo, eran dueños de la
mayoría del territorio, pero, en realidad, la gente llevaba en arriendo el 99%
de esas tierras. Los benedictinos se reservaban para su sustento una finca no
muy grande en torno al Monasterio. El resto, lo llevaban en arriendo los
habitantes del territorio, pagando una renta a los monjes que, hasta donde yo
he podido averiguar, era una tasa casi ridícula que servía como acto
testimonial de que el verdadero dueño era el Monasterio. En mis tiempos de
Corias tuve la paciencia de leer en la biblioteca las cuentas, miles, donde
quedaban anotados los pagos. Recuerdo que cada pago se iniciaba con el “Baja Fulano de tal aldea y trae de pago una
gallina, un conejo, unas libras de tocino, una arroba de patatas…”. Cantidades
todas ellas insignificantes aunque todas reunidas, suponían mucho. Al
arrendatario le resultaba un gravamen insignificante. Me leí cientos y cientos
de datos de lo que se les pagaba y eran cantidades irrisorias. Además, los
hijos heredaban el derecho de usufructo de la hacienda o foro año tras año y
siglo tras siglo. Mi familia de La
Frecha eran arrendatarios de unas hermosas fincas que
pertenecían al Cabildo de Oviedo y en ellas estuvieron mis antepasados desde el
siglo XIV.
Durante el llamado Trienio Liberal, siendo ministro de
hacienda Juan Mendizábal, tuvo lugar la primera desamortización. La segunda, la
hizo el ministro Madoz en 1836.
Cualquier bien pensante creería que, como parece lógico y
justo, se adjudicaron las fincas a quienes llevaban en ellas cientos de años.
De hecho, los gobernantes así le vendieron al público el expolio. La esencia de
la maniobra hubiera sido de aplauso sino fuera que la realidad era muy
distinta. La Hacienda
Pública Española estaba prácticamente en banca rota. Y los
gobernantes, so pretexto de hacer justicia contra los monjes emprendieron un
cambio que resultó nefasto. Como en realidad no se trataba de impartir
justicia, sino de recaudar, los gobiernos en vez de entregárselas a los
arrendatarios que llevaban siglos en ellas, le pusieron a cada hacienda o foro
un precio y las sacaron a pública y abierta a subasta. La inmensa mayoría de
los paisanos no tenían liquidez para poder pujar. Tenían una economía de mera
subsistencia. Y el poco dinero al que accedían lo destinaban a ropa, calzado,
enseres, etc. Como la subasta era abierta y pública, entraron a pujar los pocos
ricos que había en las villas, ciudades (como Madrid, Santander..). Así
Hacienda recaudó un dineral a costa de dejar tirados a los labradores y vender
sus propiedades a los ricos. A partir de ese cambio, los nuevos dueños
empezarán a cobrar los arrendamientos de manera abusiva. Aquello de la gallina
y el conejo se acabó. Ahora a pagar al burgués de la ciudad en metálico y a
precio abusivo. Se decretó que nadie podía comprar más de cien hectáreas. Pero
ocurre que el rico, a través de testaferros, compraba lotes de cien. Así se
generaron la mayoría de las inmensas fincas de Andalucía y Extremadura.
Mis antepasados de aquí de Lena no tenían dinero para
adquirir las fincas pero mi tatatatarabuelo tuvo que acudir a un hijo que
estaba de párroco en Illas y éste, acudió a algunos amigos o conocidos algo
pudientes que aportaron en préstamo el dinero suficiente y así se compró la
hacienda hasta hoy. Hace pocos años que se ha dividido y parcelado por mor del
aberrante sistema hereditario que rige en esta zona. Una hacienda que podía
mantener holgadamente una familia, se divide entre varios herederos que ya no
pueden vivir del campo, donde, si tu vaca sale a pastar no puede hacerlo sin
proyectar su sombra en la vecina parcela de otro heredero.
En resumidas cuentas, la desamortización famosa, siendo algo
aconsejable en principio, vino a crear grandes diferencias sociales y fue
manifiestamente injusta. En las novelas de Galdós se cita, con frecuencia, a
mendigos que iban de pueblo en pueblo. Eran monjes de todas las órdenes que, al
ser expulsados del monasterio y no tener familia que les acogiera, murieron por
los caminos de España.
Finalmente, el año 1860 se autorizó a las órdenes religiosas
a volver. Pero no necesariamente a los conventos que les habían quitado. Por
ejemplo Corias, que era de los benedictinos se lo dieron a los dominicos. Por
cierto, el tatatatarabuelo mío al que he aludido antes, también tenía un hijo
dominico el cuál fue nombrado primer prior del convento cuando se reabrió. Se
llamaba Cayetano García Cienfuegos.
2º Consecuencias de la desamortización.
1.
El pueblo salió perjudicado pues llevando siglos
de aparceros de pronto se vieron desposeídos o pagando enormes cantidades a los
caciques locales.
2.
Muchos monasterios e iglesias valiosísimas se
vinieron abajo por el abandono.
3.
La educación que estaba mayoritariamente en
manos del clero, al ser este expulsado, sufrió un retroceso histórico. En 1900
había mayor porcentaje de analfabetos que en 1800.
4.
Miles de obras de arte fueron expoliadas y luego
malvendidas a Francia o Inglaterra.
5.
Los dominicos expulsados de sus conventos se
llevaron consigo o enterraron las cosas más valiosas que tenían. Por eso, al
regresar al primer convento después de la desamortización, o sea, Corias, cada
uno trajo lo que se llevó y la riqueza museística de Corias, tan poco conocida,
es de un valor inmenso. Solo la Gran Geografía (22 volúmenes) de 1530-1540 vale
más que todo el monasterio, la finca y medio concejo de Cangas. Es única en el
mundo.
6.
Las desamortizaciones duraron todo el siglo XIX.
El estado necesitaba dinero para las guerras carlistas. Cuando esquilmaron a
los eclesiásticos, empezaron a vender al mejor postor, los montes y tierras
comunales, tradicional recurso de los “sin tierra”. Total, nuevos ricos, y
nuevo engaño al pueblo. A fines del XIX empezaron las emigraciones masivas para
América. ¡Qué remedio! En fin, si continúo hasta nuestros días, llegaríamos a
la triste conclusión de Cánovas del Castillo: “Es español el que para su
desgracia, no puede ser otra cosa”.
Pepe
Morán Fernández. Dominico ex.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
A quienes nos gusta la historia, este artículo de Morán lo leemos con gusto.
Respecto a que los dominios del convento de Corias se extendían por los concejos de Cangas, Allande y Tineo, decir que en mi pueblo, situado a 20 kilómetros y dentro del concejo tinetense, un señor me dijo hace poco, hablando de los dominios del convento, que en su casa había documentos que acreditaban que tierras de su posesión habían pertenecido en tiempos a los frailes.
Y respecto al abandono y deterioro de iglesias y monasterios de valor, un ejemplo palmario lo tenéis en el monasterio de La Moreruela, unos 25 kilómetros antes de llegar a Zamora viniendo de León, en una desviación por un buen camino que en cinco kilómetros te lleva a un monasterio en ruinas, que han consolidado, y que tiene un ábside de siete arcos lobulados que es digno de ver. (A finales de septiembre, se hacen conciertos de música en él).
En cuanto a que las tierras vendidas con la desamortización fueron a parar a los ricos en detrimento de la pretendida "justicia social", el fenómeno se repite. ¿A quién fueron a parar las empresas de la expropiada Rumasa? ¿A manos de quien fueron a parar Telefónica y otras empresas privatizadas, que además las compraron a precio casi de saldo o muy por debajo de lo que inmediatamente empezaron cotizarse?
Mañana Santa Rita,Patrona de los imposibles,de los funcionarios...así que a rezar para que todo nos sea posible y los funcionarios funcionen,te parece bien Samuel?(Bueno las Bibliotecas cierran)ahora desde que se metieron ese paseo en barco por Chicago...parece que nos van a respetar un poco más,será cierto?yo es que cada día entiendo menos y eso que Pepe Morán nos da una disertación de la desamortización de Mendizabal que nos pone al día rápidamente,buen profesor,aún conserva lucidez para hacer comentarios como los que nos dedica y yo personalmente agradezco,porque me lo paso muy bien y aprendo mucho y nunca es tarde si la dicha es buena,Slu2
Muy interesante y enriquecedor.
Quiero aprovechar para darles las gracias a todos los compañeros que han venido a visitar a mi esposo y en especial al autor del escrito.
Saludos cariñosos a todos.
Gala.
Según nos cuenta la Historia durante la Edad Media la protección que la nobleza llegó a ejercer sobre el clero fue tal que, así entre ambos se repartieron el cotarro y se hicieron los dueños y señores por completo de todos los bienes, pueblos y también de sus ciudadanos (más bien siervos). Por eso la gente de a pie se veía obligada a vivir casi en la miseria, de por vida, sin levantar cabeza, pues todo su trabajo era poco para poder cumplir con los tributos que les exigían los opresores feudales para cumplir con el deber de no solo pagar al amo o patrón por el uso de sus fincas, sino también pagar diezmas y primicias a la iglesia de Dios.
Así pues, la situación llegó a hacerse tan insostenible e injusta que por eso apareció “Mendizábal con la rebaja”. Cuando la balanza se llega a desequilibrar de tal forma, la mejor manera de nivelarla es descargando el platillo excesivamente cargado. En el caso de la desamortización, el reparto parece que no fue equitativo como explica Morán y en vez de lo expropiado, revertir sobre los necesitados y ultrajados siervos, parece que recayó de nuevo sobre los poderosos. Pero eso es la canción de siempre. En los tiempos que corremos actualmente, estamos en situación muy parecida, salvando las distancias, con el tema de los bancos y grandes empresas, que son saneadas con los dineros públicos para luego volver a recaer de nuevo en manos de otros poderosos corruptos, como los casos que apunta Francos en su comentario.
Volviendo a las posesiones de la Iglesia en los tiempos del medievo, siempre me pregunto cuando estoy por los pueblos de Castilla y León, que en pequeñas poblaciones de escasos habitantes, se puede contemplar la existencia de dos o más monumentos ciclópeos propiedad del clero, que abultan ellos solos bastante más que el resto del pueblo junto. A simple vista se da uno cuenta de los apuros y sacrificios que habrá sufrido aquella sumisa, escasa y esclava gente para poder costear los impuestos revolucionarios que los poderosos les imponían para llevar a cabo la construcción de estos descomunales monumentos. Cuando hoy recorremos la ruta del Románico por estos pueblos y admiramos la complicada construcción y belleza de estos impresionantes edificios, también debiéramos no olvidarnos de los padecimientos y privaciones de aquellos pobres ciudadanos, que por la fuerza, tuvieron que pasarse la vida aportando su sudor y su trabajo para hacerlos realidad.
Muy interesante, el comentario de Moran, creo saber donde pueden encontrarsen esos libros,pues és en la ciudad donde estan los libros antiguos, que tienen los dominicos.Y lo que comenta Benjamin, es cierto, eso de los monumentos en cualquier pueblo por muy pequeño que sea,siempre es un detalle que siempre observé y me llamo la atencion.
Según los datos que yo tengo el primer prior del convento de Corias fué el P.Orge.
Dice así: El domingo 11 de noviembre de 1860 a las 9 de la mañana, el P.Orge, reunió en su celda a todos los religiosos que en el monasterio estaban congregados y declaró fundada y constituida la comunidad e hizo la distribución de oficios. Su reverendísima, reservose la superioridad local y repartió los distintos cargos entre otros compañeros.
Al P.Orge le sucedió el P.Bernardo Nogués y después el P.Alvaro Flórez.
A partir de éste, los presidentes del Colegio, fueron elegidos por elección canóniga y pasaron a ser rectores, recayendo el primer mandato en el vasco Fr. José Mª Larroca el 2 de octubre de 1863.
Después vinieron: Vicente Romero, Vicente Martí, etc, etc. No veo por ninguna parte al P. Cayetano.
Según parece los dominios de los Benedictinos llegaban desde el Eo al Deva y desde el Océano hasta el Duero a juzgar por el testamento de Piñolo, que algún día comentaré.
Haxa salú.
En mi pueblo Castrillon(margen derecho del río Navía) en el concejo de Boal,había tierras propiedad del monasterio de Corias
Anónimo, no es raro que en Castrillón aparezcan propiedades del convento de Corias.
Como ya comenté en anterior párrafo, sus dominios se extendían desde el Eo al Deva y del Océano al Duero. No quiere decir que todo este territorio fuera de su propiedad, mas bien que tenían propiedades en esta zona.
Publicar un comentario