MAREONA EN LA MAR

Comentaba yo hace unos días que aprovechando la época de LAS MAREONAS, que en este caso nada tiene que ver con los aficionados rojiblancos del Sporting,  denominación muy gijonesa, dada la afición de calificar  todo con aumentativos, me acercaría al Paseo del Muro y aprovechar si fuera posible para tomar alguna imagen.

                     

Ayer estuvimos fuera porque como ya había anunciado, la pandilla de amigas de mi mujer en Torrelavega, celebraba su comida mensual y esta vez quería darles una sorpresa presentándose por sorpresa. Como ella es conductora de trayectos cortos y a mi no me importa “manejar el auto” como diría nuestro amigo Cubanín, allá que nos fuimos a pasar el día. Ella con las suyas y yo junto con el marido de una de ellas fuimos a degustar unos Garbanzos con pixín y langostinos y unas Carrileras de Ibérico que no desmerecían en nada a su Cocido Montañés, regado con un Marqués de Riscal Reserva 2005, por cierto a muy buen precio. Para información de nuestro crítico gastronómico, que nunca se sabe si está por Madrid, Zurich o en cualquier otro rincón del Planeta, Restaurante “Cien Vinos” en Tanos (Torrelavega).  Por este motivo el ordenador no funcionó hasta esta mañana en que dando un repaso al Blog, donde por cierto había abundante participación del día anterior, me encuentro con la “amonestación” me imagino que leve de Maribel, reclamando el documento gráfico de dicho fenómeno provocado por las fuerzas de gravitación que ejercen la luna y sol. Pues allá va:

El jueves por la tarde, aunque el día estaba bastante “perruno”, dado que llovía y hacía  viento pero como había que cumplir con lo prometido,  allá que nos fuimos la señora Concha y un servidor cámara en ristre y por supuesto con el correspondiente paraguas hacia la Playa de San Lorenzo.

Aunque la pleamar era sobre las 19:50 y no podíamos esperar porque las obligaciones de comedor con los mayores lo imponen, una media hora antes, cuando que están echas las fotografías, se puede apreciar como en estas ocasiones la mar se pone brava viendo como rompían las olas contra el acantilado de San Pedro o la Escalerona. Con estos temporales los barcos en alta mar se sentirán como  barquitos de papel navegando en un balde de agua. Uno piensa cómo se sentirán los pescadores cuando salen a alta mar en busca del sustento diario en forma de esa merluza, lubina, o cualquier otra especie de pescado que tanto aprecia la gente, aunque aquí yo me excluyo porque eso de escoger espinas a mi no me va. Yo soy más de animal de cuatro patas y del ave que vuela el mejor “el gochu”. ¡Qué se le va a hacer! Uno es como es y prefiere un buen entrecot de buey a la mejor lubina o una buena langosta. Me pasa lo mismo con la playa. Si trago agua está salada. Prefiero el río. ¿Será porque el agua del Narcea que de vez en cuando tragábamos cuando te tirabas desde la Bola o desde la Regaña en el Pozo el Corral “sabía mejor”?

Espero que me sea levantada esa regañina virtual que Maribel me hacía.